23 d’ag. 2006

Amanece, que no es poco

Bill Bryson
Una breve historia de casi todo
RBA Libros
Barcelona, 2005
639 paginas
8,50 €

"Estamos hechos de la misma substancia que los sueños.Y en nuestras pequeñas vidas, de sueños vivimos." Shakespeare


Es un libro de divulgacion, necesariamente conciso, sobre diversas ramas de la ciencia, como biologia, arqueologia, geologia, astronomia, y otros. El autor esboza los temas, añadiendo pinceladas de humor para hacer mas llevaderos algunos de ellos, de por si bastante pesaditos. La verdad es que lo consigue.

Es un libro acerca de lo mucho que hemos llegado a conocer, pero a la vez de lo increiblemente ignorantes que somos.
De lo poderosos que nos creemos, y de lo vulnerables que, en realidad, somos.
De lo mucho que dependemos de la Naturaleza, y en cambio nos hemos convertido en el peor depredador del resto de especies.
Somos un milagro de la evolucion, pero el planeta estaria mucho mejor sin nosotros.

Como dice el autor, tu y yo, todos nosotros, estamos hoy aqui porque la linea que va desde las celulas primigenias hasta nuestros dias, pasando por los anfibios, los dinosuarios, los mamiferos, los primates, las calamidades, los cataclismos, las guerras, las corrientes migratorias, los apareamientos familiares y un sinfin de acontecimientos probables e improbables, ... esa linea nunca se rompio. Sin embargo, hubos veces en la historia en que esa linea fue tan fina, tan fina, que el que no se rompiera fue pura cuestion de suerte, totalmente al azar.

Es uno de esos libros que, al menos a mi, te hacen dar las gracias a Dios, si es que existe, por seguir vivo un dia mas...

Fermín

21 d’ag. 2006

RECUERDOS Y OTRAS TORTURAS

John Irving
Hasta que te encuente
Tusquets Editores
Colección andanzas
Barcelona, 2006
1.019 páginas

¿Son los recuerdos certezas de lo vivido o, más a menudo, creaciones a caballo entre lo realmente recordado, los que nos contaron y lo deseado? A responder esta pregunta parece enfrentarse Irving en su última novela.

La niñez es, para el adulto, un territorio mítico, de ensueño, sazonado de imágenes que, no por vividas, las recordamos, fundamentalmente, desde los ojos y los recuerdos de otros: los de la abuela, el tío o el amigo de papá. Es nuestra vida, pero la recordamos por lo que nos han contado, por lo que quisieron contar o por lo que callaron, no por nuestros propios recuerdos, inconexos y vagos. La conclusión lógica es: ¿hasta qué punto somos el fruto de nuestra voluntad o, por el contrario, el resultado azaroso de la voluntad de los que nos rodean, de los recuerdos de otros...?

Partiendo de esta certeza: un adulto tiene vagos recuerdos de su niñez cuando tiene cuatro años recién cumplidos ( edad del personaje en el arranque de la novela); Irving aborda la historia de Jack Burns, un actor de cine que de muy pequeño fue en busca del padre desaparecido por el Mar del Norte junto a su madre, para desgranar la tortuosa reconstrucción de la vida del mismo a pesar de los recuerdos conscientemente erróneos que le transmitio su madre.

Irving, con gran oficio, engarza una sólida historia que, a la par que se disfruta en su lectura, nos hace reflexionar sobre los frágiles hilos que sustentan nuestras existencias.

Por cierto, gracias por el regalo.

5 d’ag. 2006

INICIO DE TEMPORADA


El próximo dos de septiembre arranca la temporada 2006-2007 de los VESPRES. Como el libro de ese mes promete polémica, unas consideraciones previas antes de pasar a un breve analisis:

1ª Sería provechoso para el debate no caer en anécdotas.
2ª Debemos intentar no hablar varios/as a la vez.
3ª Las intervenciones han de ser, en lo posible, breves, para incrementar el número de intervenciones y enriquecer los comentarios.
4ª La lectura del libro del mes es aconsejable para opinar y seguir la discusión.
5ª Hemos de intentar, últimamente no lo hacemos, reafirmar nuestras opiniones con breves lecturas del libro en cuestión.

BIENVENIDOS a la temporada 2006-2007 de
VESPRES LITERARIS A MONTFLORIT

Por qué los hombres no escuchan y las mujeres no entienden los mapas. Por qué somos tan diferentes y qué hacer para llevarlo bien.
Allan y Barbara PEASE
Amat editorial, Barcelona, 2002
323 páginas

La lectura del mes arranca, a mi entender, con un título que dará mucho de si. El libro de los Pease se puede encuadrar en la corriente, creciente, de libros de autoayuda que inunda las librerias.

La tesis de los autores viene resumida en el libro a las primeras de cambio:

"Tanto la estructura de nuestro cerebro, formada en el útero, como el efecto de las hormonas, determinarán nuestra forma de pensar y nuestra conducta." (pág. 19).

Puro determinismo biológico , arropado con una serie de seudoencuestas, tablas y opiniones de supuestos científicos, que utilizan las últimas técnicas médicas computerizadas , para concluir que

" Los hombres y las mujeres han evolucionado de forma diferente porque tenía que ser así" (pág. 17)

¿Quién lo decidió que tenía que ser así ? , la inteligencia creadora de los modernos fundamentalistas religiosos norteamericanos, o, ¿ pretenden los autores justificar con argumentos supuestamente científicos la perpetuación de los roles sexuales, económicos, de raza y de poder ?:

" Las mujeres siguen constituyendo una minoría en el mundo empresarial y en la escena política, pero no se debe a la opresión masculina, sino a que ellas no están interesadas en esas cosas" (pág. 310)

Para el antropólogo Marvin Harris: "Una visión determinista de la historia humana puede conducir al fanatismo tanto como al fatalismo. El fanatismo es creer que la historia está de nuestra parte y que no hay via de acción alternativa que sea legitíma o racional. El fatalismo es la creencia en que un resultado, sea o no deseable, se producirá independientemente de los esfuerzos individuales" (Introducción a la antropología general, pág. 545);

en este sentido el libro de los Pease es fanático y fatalista, y ahí van unas cuantas "perlas".

"... la mayoría de las personas que acuden a las consultas psicológicas son mujeres" pág. 108

en relación con el porcentaje de rupturas:

"Las pasadas generaciones de mujeres no se tenían que enfrentar a este problema porque tenían muchos hijos" pág. 108

. Eso, frente al divorcio, natalidad.

y la comunicación en la pareja :

" Las mujeres que trabajan tienen menos dificultades para relacionarse con su pareja, puesto que han podido hablar más con otra gente durante el día " pág. 108.

.¿Mande?

"Es normal que las mujeres no tengan demasiadas habilidades espaciales porque, aparte de hombres, nunca han cazado nada más" pág. 130

Aparte de ser un comentario odioso, es mentira, en las sociedades cazadoras-recolectoras el mayor porcentaje de calorías lo aportaban las mujeres.

Conclusión de una de sus famosas encuestas:

" Está claro que muchas mujeres que no consiguieron llegar a ser arquitectas optaron por formar una familia" pág. 148-149. ¡

Profesores del mundo, suspended a las mujeres.!


Otra lindeza:

"El hombre que viste con estilo se debe a que su mujer le elige la ropa o a que es gay" pág. 186.

Sin comentarios.


Podría seguir pero, para centrar el debate, creo que el nudo de la cuestión está en si nuestra sociedad actual puede desarrollar estrategias de cambio frente a los intereses por perpetuar las actuales diferencias económicas, de desarrollo y, por supuesto, de género. Frente al cúmulo de tópicos, algunos de mal gusto, de los autores; la pregunta es ¿nosostros, como individuos, podemos modificar los patronoes establecidos?

Y concluyo con Marvin Harris:

" La parte más importante de la naturaleza humana es la facultad simbólicamente mediatizada para la cultura y la actividad creadora. Este rasgo relega a un segundo plano a todas las demás tendencias genéticas y hace de la evolución cultural el principal nodo de adaptación humana..... el estudio de las relaciones entre cultura, gente y naturaleza es una obligación moral de los ciudadanos preocupados que desean cambiar el mundo para mejor en vez de empeorarlo" Op cit. pág. 548-549

Que así sea.

2 d’ag. 2006

DE COLORES


A Jesús, con cariño.

Una límpida noche de estío,
entre yantares y vinos espiritosos,
retaste a la blanca testa, con brío,
a trocar en oscuro azur sus cabellos.

En franca lid, el caballero retado
desafió tus cumbres nevadas
a tornarse a un mandarino dorado,
por ver ambas testuces quedar igualadas.

A la chanza, siguió el envite:
pantagruélica pitanza ha de apoquinar
el caballero que de la tintura se raje
o intente la apuesta olvidar.

Con aviesos ardides, creo,
al juego me quisiste sumar:
en gualdo gallináceo te veo,
dijiste, mas ya no te oía al marchar.

Pues, como saeta impelida por ballesta,
volví mi grupa hacia terrenos amigos,
que para tal batalla mi cabello no está
y rehúye todos los pigmentos.


Por ello te digo:
aplícate a la pintura
que yo, tú amigo,
a la carta comeré, ricura.

Tuyo

Andrés