19 de jul. 2011

en defensa de la Cultura

Glòria Pallejà, una amiga de Vespres Literaris, nos hace llegar esta nota encontrada en el Red. La nota,  y el video que la acompaña, nos han provocado una honda emoción. Es un bello y hermoso gesto en defensa de la Cultura 

El pasado 12 de marzo Italia festejaba el 150 aniversario de su unificación.  Con motivo de tal conmemoración, el teatro de la Ópera de Roma ponía en escena la ópera Nabucco,  de Giuseppe Verdi,  dirigida por el maestro Ricardo Muti.   En el tercer acto interpretan el celebérrimo coro de esclavos “Va, pensiero”. Este pasaje operístico se convirtió, tras el estreno de la obra en 1842,  en una especie de himno nacional para los patriotas italianos que entonces luchaban por la unidad nacional y la soberanía. La frase del coro «Oh mia patria sì bella e perduta!» (« ¡Oh patria mía, tan bella y perdida!»), comenzó a partir de entonces a formar parte del imaginario nacional colectivo italiano y simboliza la búsqueda de libertad del pueblo y de la unidad nacional italiana. Antes de esta representación del 12 de marzo, Gianni Alemanno, alcalde de Roma, subió al escenario para pronunciar un discurso denunciando los recortes al presupuesto de cultura que estaba realizando el gobierno italiano, aún cuando Alemanno es miembro del partido gobernante y viejo ministro de Berlusconi. Esta intervención política, en un espacio cultural de los más simbólicos de Italia, produjo un efecto inesperado en el público, ya que el primer ministro en persona,  Silvio Berlusconi,  asistía a la representación.
Así lo cuenta Ricardo Muti: “Al principio hubo una gran ovación del público. Luego comenzamos con la ópera. Se desarrolló muy bien hasta que llegamos al famoso canto “Va pensiero”. Inmediatamente sentí que la atmósfera se tensaba en el público. Hay cosas que no se pueden describir, pero uno las siente. Era el silencio del público el que se hacía sentir. En el momento en que la gente se dio cuenta que empezaba el “Va Pensiero”, el silencio se llenó de verdadero fervor. Se podía sentir la reacción visceral del público ante el lamento de los esclavos que cantan: "Oh patria mía, tan bella y perdida".”
Cuando el coro llegó al final del canto, el público comenzó a gritar: “¡Viva Italia!”, “¡Viva Verdi!”, “¡Larga vida a Italia!”. La gente en el gallinero comenzó a arrojar papeles con mensajes patrióticos. Sólo en una única ocasión Muti había aceptado hacer un bis para el “Va Pensiero”, y fue en la Scala de Milán, en 1986, puesto que considera que la ópera no debe sufrir interrupciones. “Yo no quería sólo hacer un bis. Tenía que haber una intención especial para hacerlo", relata Muti. En un gesto teatral, el director se dio la vuelta,  miró al público y  dijo: “ Sí, estoy de acuerdo con esto: larga vida a Italia. Pero ya no tengo treinta años y he vivido mi vida, he recorrido el mundo  y hoy tengo vergüenza de lo que sucede en mi país.  Accedo a vuestra petición de un bis para el “Va Pensiero”, pero no es sólo por la dicha patriótica que siento, sino porque esta noche, cuando dirigía el coro que cantó “Ay mi patria, bella y perdida”, pensé que si seguimos así vamos a matar la cultura sobre la cual se construyó la historia de Italia. En tal caso, nuestra patria sería, en verdad,  “bella y perdida”. Yo, Muti, me he callado la boca durante muchos años. Tendríamos que darle sentido a este canto; estamos en nuestra casa, el teatro de Roma, y con un coro que cantó magníficamente bien y que la orquesta acompañó espléndidamente. Les propongo unirse a nosotros para que cantemos todos juntos.”

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