30 de juny 2023

lectures i 19

 

Elizabeth Finch

Julian Barnes

traducido por Inga Pellisa

editorial Anagrama, 2023

páginas: 200



Elizabeth Finch: el magisterio, la fe y el amor según Julian Barnes

El autor británico convierte la trascendencia en humor con un artefacto literario que se escinde en una biografía detectivesca y un ensayo sobre el mundo antiguo



Por Javier Aparicio Maydeu
Babelia/El País
15/04/2023

    "Julian Barnes ha compuesto una novela en torno a la marca indeleble que le dejó al narrador su austera pero carismática maestra Elizabeth Finch, pero en lugar de querer ser una suerte de tributo al tópico del magister dixit, de homenaje al principio de la auctoritas y a la corte de sentimientos encontrados que lo acompaña, entre ellos la sombra de una atadura amorosa sustentada por “el eros del aprendizaje” del que advierte Steiner en Lecciones de los Maestros, se muestra como un divertimento en toda regla.

    “Déjenme contarles algo sobre ella” es como arranca uno de los capítulos de Una historia del mundo en diez capítulos y medio, y es lo que a los lectores les pide este burlesco narrador autoconsciente, ávido como está de verter en su relato una experiencia que marcó para siempre su educación sentimental y que bien podría entenderse como la huella de la cultura en la arena de la vida, la impresión producida en el individuo por la magia de la paideia. Y las lecciones que recibió de Finch, id est “no vayan a imaginar que la historia intelectual es lineal”, son, desde luego, las lecciones que recibimos de un Barnes que, desgastado pero siempre admirable, juega y gana una nueva partida de hibridismo genérico.

    La biografía de Finch que lleva a cabo Neil en la novela es fruto de la lectura esmerada de los cuadernos que le ha legado en testamento —maravilla el modo en que señorea el autor de El sentido de un final la gramática de la literatura y su repertorio de clichés—, dietarios en los que indagar en los motivos de su halo de misterio y advertir a la vez su obsesión por la figura del emperador Juliano el Apóstata, compartida por Byron y Montaigne, Gore Vidal o Michel Butor, cuyas alusiones a Juliano en La modificación consigna Neil cumplidamente, manejados todos ellos por el narrador en el estudio que, siguiendo la inspiración de su mentora, decide llevar a cabo sobre el último emperador pagano y sobre las conjeturas que propicia su historia acerca de la fe, del devenir de Occidente de no haberse apadrinado el monoteísmo cristiano —”Quizás no hubiese hecho falta un Renacimiento”— y de la biblia en verso.

    Así es como se escinde la novela en biografía detectivesca y en ensayo erudito, deviniendo entonces farsesca. De una parte, la debilidad del autor por el ejercicio de la biografía que repudian en el texto Cavafis y Updike, aquí la de Finch, que mucho tiene en común con la que sostiene esa novela prodigiosa e irónicamente sabionda que es El loro de Flaubert, y con La verdadera vida de Sebastian Knight de Nabokov en el denuedo del biógrafo y en la denuncia de la falacia de la certidumbre; de otra, el ensayo sobre el mundo antiguo que le permite a Barnes emular el Salambó de su idolatrado Flaubert y dar rienda suelta a sus veleidades especulativas regalándose, como Boecio, la consolación de la filosofía. Pero pierda cuidado el lector porque, lejos del intimismo de la memoria evocadora o del discurso formal que cabría esperar de un ensayo, el autor se siente a sus anchas desplegando ese estilo impostado que una vez más convierte en humor la trascendencia.

    En fin, también Elizabeth Finch es un artificio de ficción de esos que Barnes construye como nadie con narradores sofisticados, metaliteratura, amor, etcétera, experimentos con la verdad y una ironía marca de la casa (“esto no es, a fin de cuentas, una novela del diecinueve”, “aquella alumna que me dijo que no le gustaba Madame Bovary ‘porque Emma era mala madre’. Virgen santa”). Ocurre que no es éste, sin embargo, uno de sus artificios más aventajados, y tal vez por eso emplea la sorna sin comedimiento y concluye que “cualquier carcajada irónica que oigáis será mía”."

29 de juny 2023

lectures, 18

 

Gente muy fría

Sarah Manguso


traducido por Julia Osuna Aguilar

editorial Alpha Decay, 2023

páginas: 192



    "El pequeño y gélido pueblo de Waitsfield, en el estado de Massachusetts, es todo lo que Ruthie ha conocido en su vida. Si bien una vez fue la tierra de los primeros colonos y residieron allí las familias más ilustres del país, a finales del siglo XX se ha convertido en un lugar sórdido y decadente, marcado por la violencia y las diferencias de clase.

    Forjada en este paisaje helado, Ruthie ha vivido siempre acompañada de una fuerte sensación de insuficiencia. La suya no es una de esas infancias pintorescas de Nueva Inglaterra, sino una de juguetes usados, saldos de fábrica y leche en polvo. La vergüenza, heredada de sus orígenes inmigrantes, cubre todos los aspectos de su vida, como la nieve espesa que regularmente entierra casi todo en Waitsfield. A medida que crece, Ruthie irá descubriendo las terribles historias que se esconden tras las pomposas fachadas de su vecindario, y comprenderá lo difícil que es escapar del legado de daño y abyección que se extiende tanto por su línea familiar como por la de sus amigas del colegio, cuyos destinos parecen abocarse irremediablemente al desastre.

    A medio camino entre el retrato social y el drama psicológico, la primera novela de Sarah Manguso es una mirada despiadada a la blancura estadounidense y una visión escalofriante de la sociedad americana fuera de las grandes ciudades. En definitiva, una obra rotunda, escrita con una prosa arrolladora, sobre cómo los lugares muy fríos engendran gente muy fría."

28 de juny 2023

lectures, 17

 

Descampados

Manuel Calderón

Tusquets Editores, 2023

páginas: 288



Descampados: el territorio mítico de la periferia de los colchones viejos y las litronas semihundidas

En un gran libro que contiene ensayo, crónica, memorias, viajes, aforismos, reflexión filosófica y periodismo de opinión, Manuel Calderón configura este no-lugar transido de memoria, ruinas, clase obrera y tardes huecas de domingo.

por Paco Cerdà
Babelia/El País
21/03/2023


    "Está la España de las piscinas y su reverso de clase: la España del toldo verde. Ahora, quizá sin pretenderlo, Manuel Calderón ha configurado otro territorio mítico, más dislocado y vaporoso aún: la España del descampado. Ese territorio indómito y moral de la periferia. Un no-lugar para la nada transido de memoria, ruinas, clase obrera y tardes huecas de domingo. Un paraíso perdido de la libertad infantil donde florecían amapolas, espigas y margaritas seriadas, ladrillos y cascotes, colchones viejos, sillones despanzurrados, litronas semihundidas, alguna jeringuilla y muchos condones. Una tierra salvaje sin autoridad donde jugar los niños, follar los jóvenes, ladrar los perros o añorar los viejos. Las afueras, el suburbio, la periferia: una coordenada geográfica, económica y sentimental. El descampado: barbecho urbano. Vacío ontológico, tan precario en su desnudez. Un espacio acechado hoy por urbanizaciones, polígonos o centros comerciales; pero sobre todo, por la ley, la administración y el olvido. Una tierra de polvo y charcos donde abrevaban los emigrantes venidos de aquel otro patio trasero opacado de luz: el pueblo, la España rural. Como esa familia que una mañana de septiembre de 1970 llegó a Barcelona después de una noche en el vagón de primera. Que llegó con la maleta a cuestas y dispuesta a dejar su pasado en el andén antes de coger un taxi para llegar a sus nuevos dominios: el extrarradio de la ciudad.

    Así comienza esta obra singular, más europea que hispánica en su forma. Un gran libro que contiene ensayo, crónica, memorias, viajes, aforismos injertados, reflexión filosófica y mucho periodismo de opinión. La no ficción total. Unas páginas que igual esconden el vuelo liviano y certero del haiku camuflado como destellos poéticos amerados de barroco. Que toman la metáfora espacial del descampado para narrar el verdadero tema del libro: el paso del tiempo. Tiempo suspendido, eterno, proustiano. Tiempo elástico con música de Serrat, tebeos de Hazañas Bélicas y gotelé en la pared. Tiempo de bares y billares, de teléfono sin prefijo. De una madre que procedía de Peñarroya-Pueblonuevo del Terrible. De un padre metalúrgico que olía a óxido. Ese tiempo pasado que nunca se va del todo para Manuel Calderón, quien confiesa que siempre se ha sentido incómodo con el futuro. Más todavía hoy, a los 65 años, convencido de que se ha derrumbado el único mundo que importa: el de cada cual.

    El libro es un festín cultural. Un mapa muy personal de referencias artísticas para este periodista autor de tres novelas —Bach para pobres, El hombre inacabado y El músico del gulag—. Es también un atlas de afinidades electivas cercanas al espíritu del descampado. Albert Camus en las afueras de Argel. El cadáver de Pasolini en un descampado de Ostia. El cielo sobre Berlín de Wim Wenders. El desierto afectivo de Pedro Páramo o Si te dicen que caí. La poesía desnuda de Gil de Biedma o Claudio Rodríguez. La sequedad solariega de Lowry y su volcán. La literatura de los escombros de Hermann Kasack. El aliento melancólico de las pinturas de Hopper o del Ladrón de bicicletas. Pero hay mucho más. La música de los Carpenters o Jimmy Hendrix. La pureza fotográfica de Cartier-Bresson. El periodismo de Norman Mailer y su combate periférico Ali-Foreman. El racionalismo extremo de la arquitectura RDA. Kundera y la dictadura del corazón. Kertész y la libertad que huele a cadáver. O filósofos, muchos filósofos como Lukácks, Habermas o Elias Canetti, con su Masa y poder en el trasfondo del procés.

    Precisamente las páginas políticas sobre Cataluña son las que más se desvían de esa idea tan original del descampado. El autor admite resbalar en cierta escritura agria, resabiada y pendenciera en esos pasajes. Así es. Ese descenso al descampado político catalán, que él ve lleno de basura inmunda y rencor tras haber dejado Barcelona y haberse marchado a vivir a Madrid, resta vuelo literario al libro, le amputa profundidad y atenúa su ambiciosa complejidad. Sin embargo, prefiero quedarme con la luminosidad de su arranque. Con la sensibilidad de su mirada. Con la verdad que rezuma el libro. Prefiero, ante todo, quedarme con el acierto de la estructura fragmentaria, tan de Sebald, con sus excursos y digresiones culturales componiendo pequeñas teselas —o mejor: uniendo los cristales rotos— de este descampado de palabras y papel en el que Manuel Calderón ha volcado tantos enseres de su memoria.

    Rescata una frase de Ernst Bloch: “El que sueña no se encuentra nunca atado al pasado”. Soñar hacia atrás o soñar hacia delante: esa fue la dicotomía para tantas familias de la España rural que emigraron a la vera de los descampados urbanos. De Madrid, de Barcelona, de València, de Bilbao. Aquel progreso que en España se llamó desarrollismo y que, en palabras de Calderón, fue “como imprimir velocidad a un pesimismo cultivado por siglos”. En ese juego de espejos que es el paso del tiempo, la pérdida de raíces rurales y su particular mirada sobre el charneguismo, el autor escribe: “Soñar no cuesta nada, pero es peligroso. Solo algunos acaban atrapados en esa ficción y al final pronuncian la milagrosa palabra: estoy plenamente integrado. Extraña anomalía la del hombre que traspasa una frontera mental. La peor”.

    Subraya Manuel Calderón que un paisaje es un punto de vista. Es la elección del lugar desde donde se mira. Él ha escrito estas páginas desde el descampado más libre y eterno: la infancia. Desde allí ha compuesto estas Variaciones Goldberg sobre ese otro descampado, a veces inhóspito, otras melancólico y casi siempre ignoto que es la vida."






27 de juny 2023

lectures, 16

 

Los empleados

Olga Ravn


traducción de Victoria Alonso

editorial Anagrama, 2023

páginas: 144


    "Una novela sobre el futuro lejano para entender el presente. Una distopía que nos enfrenta a nuestra realidad como seres humanos.

    La nave seis mil lleva meses orbitando alrededor del planeta Reciente Descubrimiento. En su tripulación hay humanos y humanoides, los nacidos y los fabricados. Fruto de la exploración de uno de los valles del planeta, la tripulación introduce en la nave unos extraños objetos, y algo inquietante sucede cuando entran en contacto con ellos: los humanos empiezan a sucumbir a un sentimiento de pérdida y nostalgia por lo que dejaron atrás en la Tierra, mientras que los humanoides desarrollan un desasosegante anhelo por aquello que no son.

    Unos y otros, humanos y humanoides, nacidos y fabricados, empiezan a hacerse preguntas sobre la misión, sobre el orden establecido y sobre sí mismos. Todos son convocados por una comisión para dar testimonio sobre lo que está ocurriendo en la nave. Así es como está estructurada la novela: una sucesión de declaraciones en torno a los extraños sucesos que están aconteciendo y alterando la misión. Y todos, tripulantes y comisión, acabarán viéndose abocados a tomar decisiones drásticas…

    Con ecos acaso de Solaris, esta novela, como la del maestro Stanisław Lem, va mucho más allá de la ciencia ficción pura. Es una reflexión sobre el sistema de trabajo, la explotación laboral, el control, las relaciones sociales y los roles sexuales. Pero es sobre todo una indagación en aquello que nos hace emocional y ontológicamente humanos.

    Olga Ravn ha escrito una parábola ambientada en un futuro lejano y un planeta remoto que, a través de la ciencia ficción, aborda temas actuales y cercanos."

26 de juny 2023

lectures, 15

 

La creación del yo

Una nueva ciencia de la conciencia

Anil Seth

traducido por Albino Santos Mosquera

editorial Sexto Piso, 2023

páginas: 400



¿Quién habla cuando decimos “yo”?

La consciencia, eso que perdemos al dormirnos y recobramos al despertar, es un fenómeno mental. Y como todo fenómeno mental debe consistir en la actividad de ciertos circuitos neuronales. Pero ¿cómo funciona? El neurocientífico Anil Seth trata de explicarlo con rigor y claridad en su último libro.

por Javier Sampedro
Babelia/El País
22/02/2023

    "El filósofo estadounidense John Perry dijo: “Si te dedicas a pensar en la consciencia el tiempo suficiente, o te conviertes en pampsiquista o te metes a administrativo”. Vaya alternativa. El pampsiquismo sostiene que la consciencia es una propiedad fundamental del universo, como la velocidad de la luz o la carga del electrón, y que por tanto está presente en todas las cosas, desde las piedras hasta los átomos de cesio, en mayor o menor medida. Entre creer eso y meterse a administrativo, casi prefiere uno lo segundo. Y el pampsiquismo, en todo caso, es solo uno de los muchos ‘ismos ―fisicalismo, idealismo, dualismo, funcionalismo, misterianismo— con que los pensadores han disfrazado su ignorancia sobre un problema científico fundamental. ¿Qué es la consciencia? ¿Qué es eso que llamamos yo?

    Esta, nada menos que esta, es la cuestión de la que trata el último libro de Anil Seth, La creación del yo: una nueva ciencia de la conciencia, recién editado por Sexto Piso. Y lo menos que se puede decir del autor es que está a la altura de ese desafío formidable. Seth es un neurocientífico cognitivo de la Universidad de Sussex, Reino Unido, y basta leerle para saber que su mente se ha expandido desde allí hasta la profundidad filosófica más abisal. Los neurocientíficos recuerdan en esto a los cosmólogos, porque en ambos casos su tema de investigación está condenado a invadir unos territorios que hasta ahora regentaban la filosofía, la metafísica y la religión. La escritura de Seth es cristalina, creativa e inspiradora, capaz de convertir un asunto inextricable en una buena lectura. Tiene un talento extraordinario y la mejor formación imaginable para abordarlo.

    Volviendo a uno de los ismos mencionados antes, la idea central del misterianismo es que, aun cuando existiera una explicación científica de la consciencia, los humanos no seríamos capaces de descubrirla. Ni siquiera podríamos entenderla si unos marcianos avanzados nos la mostraran. Como dice Seth, sería como intentar explicarle las criptomonedas a una rana (sé lo que está pensando el lector: que no hace falta irse a los batracios para no entender eso). El físico teórico neoyorkino Brian Greene hizo un gag parecido en un vídeo donde intentaba explicar a su perro la relatividad general de Einstein. La cara de pena que ponía el perro era para verla. Es perfectamente posible que nuestro cerebro sea insuficiente para alcanzar ciertos conceptos, como lo son los de las ranas y el del perro de Brian Greene para alcanzar otros.

    En lo que no está de acuerdo Seth es en que el problema de la consciencia sea uno de esos conceptos inalcanzables. “Es de un pesimismo injustificable”, escribe, “presuponer que la consciencia se encuentra dentro de ese inexplorable terreno de la ignorancia inherente a nuestra especie”. Es la actitud propia de un científico actual. La consciencia, eso que perdemos al dormirnos y recobramos cuando suena el despertador, es un fenómeno mental, y como todo fenómeno mental debe consistir en la actividad de ciertos circuitos neuronales. La investigación del cerebro está haciendo grandes progresos hacia una teoría general de la consciencia, y pocos científicos habrá hoy que duden de que vamos a alcanzarla.

    La situación era completamente distinta hace solo treinta años, cuando Seth era un estudiante en la Universidad de Cambridge. El psicólogo Stuart Sutherland escribió por entonces: “La consciencia es un problema tan fascinante como esquivo. Es imposible especificar qué es, qué hace o por qué surgió en la evolución. Nada se ha escrito sobre ella que merezca leerse”. Muy pronto se escribiría. Quizá el científico más influyente en ese cambio de actitud fue Francis Crick, codescubridor de la doble hélice del ADN, el secreto de la vida, que emigró de Cambridge a California para concentrarse en el asunto y escribió con su colega Christof Koch una serie de artículos técnicos y un par de libros que disiparon muchos prejuicios. El filósofo Daniel Dennett contribuyó con su libro de 1991 Consciousness explained (La consciencia explicada).

    El misterio del yo tiene mucho que ver con la cuestión general de la percepción. El propio Crick lo explicaba con una conversación real en que una mujer se sorprendía de que él se dedicara a investigar un problema tan anodino como la visión. “Me basta imaginar”, argumentó ella, “que la información que entra por los ojos forma dentro del cerebro una especie de televisión”. Crick respondió: “El problema es quién está viendo la televisión”. Creemos que nuestro yo es quien está percibiendo el mundo, pero la realidad es que el yo es una percepción más o, como dice Seth, una “alucinación controlada”. Este es un concepto central que el autor desarrolla con profundidad científica y sensibilidad literaria.

    No tenemos aún una teoría científica de la consciencia, pero La creación del yo mostrará al lector que la investigación del cerebro ha entrado en una autopista que conduce hacia ella de forma inevitable. Las técnicas para examinar el córtex en plena acción se hacen cada vez más precisas, las hipótesis se van afilando y el estado del conocimiento roza ya los márgenes de una explicación satisfactoria. Lean el libro.

    Y aprovecho que me estarán leyendo los editores para decirles que tenemos un problema con la palabra consciencia. Sé que dan unas ganas irrefrenables de quitarle la ‘s’, pero el problema es que consciencia y conciencia son dos conceptos enteramente distintos. El Diccionario de la Lengua Española lo recoge con nitidez. Echadle un vistazo. "

25 de juny 2023

lectures, 14

 


Cometa rojo:

Arte incandescente y vida fugaz de Sylvia Plath

Heather Clark


traducción de Gudrun Palomino y Julia Viejo

editorial Bamba, 2023

páginas: 1.048






La trampa de Sylvia Plath

    Heather Clark examina en Cometa Rojo el legado literario de la poeta para alejarla del mito y devolverla al lugar que jamás debería haber abandonado: el de una de las poetas más importantes del siglo XX

Por Lucía Lijtmaer
Babelia/El País
04/03/2023



    "La titánica tarea de emprender una biografía exhaustiva sobre la escritora Sylvia Plath se antojaba del todo imposible por varias razones. La primera era que el mito parecía escrito en piedra. Todos sus lectores conocían ya, por libros anteriores, la historia narrada tantas veces: la precoz inteligencia de una niña feliz destrozada por la muerte de su padre a los ocho años, la asfixiante y codependiente relación con una madre dispuesta al sacrificio total por la educación de una hija modelo, la imagen de la joven perfecta de los años cincuenta, rubia, alta, puro sueño americano, manchada por un primer intento de suicidio durante su estadía en Smith College. Por supuesto, también el romance trepidante y posterior matrimonio con el poeta Ted Hughes, su “gigante”, su “pantera”, su Heathcliff, con quien mantuvo una simbiótica relación creativa. También la maternidad, la autoexigencia literaria que produjeron El coloso, Ariel y La campana de cristal, y, finalmente, su suicidio a los 30 años, en febrero de 1963, hace ahora 60 años.

    Es el trágico final de su vida el que parece haber marcado otra de las dificultades biográficas. Como narraba Janet Malcolm en La mujer en silencio, un ensayo sobre la imposibilidad de acometer una biografía como la de Sylvia ­Plath, el suicida deja a todos a su alrededor con la palabra en la boca. Pero podríamos añadir que en este caso la suicida queda atrapada, congelada para siempre en el instante final, que se convierte en una pregunta sin respuesta, pero también en una pregunta eternamente planteada por biógrafos, académicos y, en su caso, también la cultura popular. Plath encarna para el inconsciente colectivo el enigma de la mujer sufriente, la medusa aterradora permanentemente al borde de la respuesta que jamás se acaba de esbozar.  

    La vocación de Heather Clark con Cometa rojo —título sacado de su poema Picaduras— es examinar coherentemente el legado literario de la autora y devolverla al lugar que jamás debería haber abandonado: el de una de las poetas más importantes del siglo XX. Además, hay tras la tarea de biografiar a Plath de manera minuciosa —el libro supera las 1.000 páginas— la voluntad de alejar el mito de la artista demente y trágica y rescatar su enorme inteligencia y genio literario. Es por esto último que se agradece, a diferencia de otras biografías contemporáneas, que esta idea sea el esqueleto sobre el que se sustenta un libro cuya lectura es además increíblemente amena.

    Clark, profesora de poesía contemporánea en la Universidad de Huddersfield, cuenta con un libro previo sobre la influencia de Hughes y Plath en sus respectivas obras. Cometa rojo, que le ha llevado cinco años de trabajo, es una biografía sumamente escrupulosa, que incluye textos inéditos hasta ahora, como son algunos diarios y calendarios de Plath, fondos de archivo y material policial, judicial y médico que no se había examinado hasta la fecha. El libro brilla tanto en la precisión como en la intención: al alumbrar por completo la vida de Plath, la rescata de los estereotipos y las lecturas distorsionadas que ha tenido su obra por lo amargo de su final, y la aleja del torrente de biografías, estudios críticos y memorias que se han publicado desde su muerte.

    La autora examina con brillantez filológica su obra temprana y el metódico y esforzado empeño en convertirse en una escritora profesional, precisamente lo que anheló toda su vida. Ya sea a través del estudio de W. B. Yeats, T. S. Eliot o la influencia de Robert Lowell, Plath resuena viva en su empeño juvenil y en su tremenda ambición creativa.

    Heather Clark sale airosa de lo que ella llama “la trampa de Plath”, ese remolino oscuro que es el mito intrínseco de la autora como enferma mental, que en la poeta se ha achacado a la relación apasionada con Ted Hughes y su final amargo de separación y abandono, o por la imposibilidad de encajar en los dos ideales que tanto anhelaba: la artista sin cortapisas y la madre y amante esposa. Para ello, Clark ataca los fantasmas, incluso los freudianos, con brío. Se repasa el álbum familiar para encontrar trazas biológicas de sus problemas mentales —su abuela fue internada por depresión y posible demencia en 1916— y se retrata, por fin, a sus padres de manera compleja y bien fundamentada bibliográficamente, ya no como meros títeres de una conclusión apresurada.

    El libro resulta electrizante porque Sylvia Plath aparece ya no como fantasma sino como una autora vivaz y completa, voraz en sus apetitos y en sus ambiciones, y también en sus dolores. Desde nuestra contemporaneidad, resulta hiriente leer cómo se desdeñó su enorme talento literario entre sus contemporáneos y frustrante comprobar cómo fue precisamente su fotografía à la Doris Day junto a uno de sus dos hijos pequeños lo que la llevó inmediatamente a la fama cuando su amigo Al Alvarez publicó sus poemas póstumos junto a la noticia de su suicidio en The Observer. Clark remata el libro, además, con un epílogo magistral en el que se detalla la venenosa estela que dejó para su viudo, Ted Hughes, torturado por la culpa, el legado de Plath: tratar con una obra poéticamente revolucionara a medida que el mito se convertía en gigante y devoraba todo a su paso. El lector llega hasta esas páginas habiéndose despojado de todo prejuicio para comprobar con tristeza cómo, a los albores de una década que iba a cambiar a toda una generación de hombres y mujeres, se levantó una trampa en la que nadie fue inocente."

24 de juny 2023

lectures, 13

 

Antonio Gramsci: una biografía

Andrew Permain

Siglo XXI Editores, 2023

páginas: 328

Se publica una biografía de Antonio Gramsci

A partir de la publicación de Cuadernos de la cárcel, aparecidos casi diez años después de su muerte, Antonio Gramsci se convirtió en un referente teórico y militante. El historiador inglés Andrew Pearmain, que ya había dado a conocer la novela Gramsci in love, abordó su corta y sacrificada vida en Gramsci: Una biografía, que acaba de publicar en Argentina Siglo veintiuno editores.

Por Demian Paredes
Página 12


    "Entre las grandes personalidades políticas e intelectuales del siglo XX se encuentra el italiano Antonio Gramsci (1891-1937). Militante político, periodista y teórico marxista, padeció por más de una década la cárcel del régimen de Mussolini, y, primero, sus cartas desde la cárcel –dirigidas a hijos y familiares especialmente–, y luego sus Cuadernos de la cárcel, lo convertirán en un referente no sólo en su país sino también, y de manera creciente, desde la segunda posguerra, en gran parte del mundo. Sus conceptos clave, provenientes de la historia política y militar, como hegemonía, revolución pasiva y gatopardismo, guerra de maniobra y de posición, intelectuales orgánicos e intelectuales tradicionales, trajinados sin descanso desde entonces hasta la actualidad, son empleados (con tanto tino y creatividad como arbitrariedad y superficialidad) en toda clase de análisis y discusiones, textos políticos y teóricos, periodísticos y académicos. Entre la infinidad de publicaciones al respecto, se destaca Las antinomias de Antonio Gramsci (1977), un aplicado y minucioso ensayo del historiador inglés Perry Anderson, al que luego sumará y ampliará con el más reciente La palabra H: peripecias de la hegemonía, publicado hace un lustro. Y, en nuestro país, además de los primeros ecos sobre Gramsci en la década de 1930 por las campañas antifascistas reclamando la libertad de los presos, impulsadas por Romain Rolland, se encuentra ya a fines de la década de 1940 un artículo de Ernesto Sabato en la revista Realidad saludando la aparición en Italia del epistolario gramsciano (que saldrá pocos meses después publicado y traducido por la editorial local Lautaro, y recibirá el máximo premio literario de Italia al año siguiente); durante los 50 un número de la revista Sur dedicado a las letras italianas, con una selección de esas cartas de Gramsci, y el libro de Rodolfo Mondolfo El materialismo histórico de F. Engels, donde se incluye como apéndice el ensayo “En torno a Gramsci y a la filosofía de la praxis”; hasta la historia del grupo Pasado y Presente, surgido (expulsado) en la década de 1960 del Partido Comunista por obra (no intencional) de Héctor P. Agosti, celebérrimo teórico de la cultura –recuérdense libros notables como El hombre prisionero, Echeverría, El mito liberal, Nación y cultura–, quien al comienzo apadrinó y fomentó el interés por el italiano en los jóvenes José María “Pancho” Aricó y Juan Carlos Portantiero, entre otros, quienes encararán una aventura intelectual que durará tres décadas y abarcará varios países, de Argentina a México, con revistas, cuadernos, libros y traducciones –y alianzas políticas, e incluso polémicas ideológicas, como la que se dio durante la llamada primavera camporista entre “cátedras nacionales” y “cátedras marxistas”–, tal como se reconstruye en el libro de Raúl Burgos Los gramscianos argentinos.

    Ahora, Siglo XXI Editores ha publicado del historiador inglés Andrew Pearmain Antonio Gramsci: Una biografía. Aparecida originalmente en 2020, su autor ya había publicado otro libro con el mismo protagonista, aunque bajo la forma de novela: Gramsci in love (2015, sin traducción al castellano), donde explora y recrea los vínculos y relaciones entre el comunista de origen sardo y las tres hermanas Schucht, su esposa, Julia, y sus cuñadas, Evgenia y Tatiana.

    Pearmain, siguiendo muy de cerca la biografía ya clásica que hiciera Giuseppe Fiori, Vita di Antonio Gramsci (1966) –recuperada en Argentina por la editorial Peón negro en 2009, con notas preliminares de David Viñas, y algunos años después por la española Capitán Swing–, y bien documentado, recupera la vida de Gramsci en contexto y en sus pormenores, desde su infancia hasta la muerte.

    Con una “sensación de indeterminación social, de navegar entre castas, clases y territorios y nunca pertenecer del todo a ninguno”, el hogar de los Gramsci, constituido por madre, padre –caído en desgracia– y siete hijos, fue uno de clase media (baja) e inestable. Y, pese a todo, con cultura, destacándose la madre, Peppina Marcias: “En un pueblo donde se estimaba que solo unos 200 de sus más de 2200 habitantes sabían leer y escribir, esta habilidad era incluso más inaudita por tratarse de una mujer. Peppina leía con voracidad los clásicos italianos y podía recitar de memoria pasajes enteros de Dante y del picante Boccaccio. Antonio aprendió mucho sobre geografía en su infancia estudiando mapas y atlas bajo la tutela de su madre”. “Peppina les enseñó a leer a todos sus hijos desde muy pequeños”, señala Pearmain. En cuanto a Antonio: “Nino pudo asistir a la escuela primaria en Ghilarza desde sus 7 años y medio. Era el más brillante y el más estudioso de los Gramsci y le iba muy bien en la escuela, pese a haber comenzado un año más tarde”. La joroba de “Nino”, en un ambiente social conformista y uniforme, campesino, “premoderno” y sin instrucción, favorecieron o llevaron a que tuviera hábitos y tendencias hacia la reflexión, la introspección y la soledad. Interesado por las matemáticas y las ciencias, también supo de la vida de sectores obreros, como el minero, víctima de un capitalismo despiadadamente explotador y extractivo, que imponía condiciones laborales tan miserables como las de las colonias francesas y belgas en África.

    Madurando políticamente, el joven Gramsci pasará del regionalismo reivindicativo sardo al nacionalismo revolucionario y luego al internacionalismo activo. En 1910 publica su primer artículo, en 1911 termina el colegio secundario, consigue una beca para proseguir los estudios y pocos años después llega a Turín, la metrópolis industrial con gigantes automotrices como Fiat, Spa y Lancia, además de decenas de compañías y talleres proveedores. A la par que también “madura” la situación internacional, con la inminente guerra, Gramsci se adentra en la militancia, manteniendo sus intereses por la literatura y la poesía, el teatro y el cine. Sólo para el periódico Avanti!, señala Pearmain, Gramsci escribió más de doscientas columnas sobre teatro, entre 1916 y 1920.

    La crisis económica y la Revolución rusa llevaron a “bienio rojo” italiano de 1919-20, con Gramsci como “secretario editorial” de una nueva publicación, devenida mítica: L’Ordine Nuovo. Su primer número se publicó en mayo de 1919, con su famosa consigna en primera plana: “Instrúyanse, porque necesitaremos toda nuestra inteligencia. Sacúdanse, porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitaremos toda nuestra fuerza”.

    De comenzar con 300 suscriptores y 3000 lectores, aumentó en poco tiempo a más de 1000 suscriptores, imprimiéndose unos 5000 ejemplares, distribuidos principalmente en Turín y el Piamonte. Allí, el Gramsci ordinovista cruzaba experiencias, y entendía que los soviets rusos que tomaron y ejercieron el poder durante la revolución tenían sus equivalentes en los consejos y comités de fábricas y empresas, las bases de “un nuevo Estado típicamente proletario, en el cual confluyan las experiencias institucionales de la clase oprimida”, tal como escribió junto a Palmiro Togliatti en el artículo “Democrazia operaia”. Además de esto, Gramsci también publicaba y difundía textos sobre cultura de Anatoli Lunacharksy, Max Eastman, Marcel Martinet, Máximo Gorki y otros.

    Pero como indica la dinámica histórica, a toda revolución (o esbozo de la misma) le sigue su contrarrevolución: junto a las crisis del capitalismo surge el fascismo como reaccionaria respuesta a la lucha de clases y al avance de la izquierda en materia sindical, política y electoral. Ya desde 1922, con la Marcha sobre Roma, y en competencia contra el socialismo, el comunismo y demás grupos y corrientes, Mussolini, otrora pluma socialista del Avanti!, copa el poder y avanza en censurar y anular derechos democráticos, al igual que las organizaciones sindicales y políticas, rumbo al Estado fascista, mientras el diputado Gramsci -quien según Pearmain siempre estuvo en puestos políticos menores o secundarios dentro del aparato partidario- viaja a Rusia con Amadeo Bordiga, líder del grupo italiano, y otros, haciendo su experiencia con el primer Estado obrero de la historia, y organizándose en la Comintern o III Internacional. Allí Gramsci conocerá entre otros a Victor Serge, con quien cultivará cierta amistad y de quien escuchará las primeras críticas al rumbo burocrático que adoptaba una Rusia plagada de contradicciones y peligros, en lo que se atisba la feroz lucha entre trotskismo y estalinismo.

    La “fascistización de Italia”, según el Duce, acompaña al “estado de guerra permanente” de la nación, y como primer ministro anuncia, el 3 de enero de 1925, que ya no responderá como primer ministro ante el parlamento. De ahí en más, la vida de Antonio Gramsci dará un vuelco: apresado en 1926, seguirá encerrado prácticamente hasta el día de su muerte. Fueron once años de padecimientos de mala salud, avatares familiares, marginalidad política e intentos de pensar y teorizar la derrota de la revolución, además de la historia de Italia: de allí surgirían los cuadernos –escritos en un lenguaje críptico, obligado por los controles y censuras imperantes en la cárcel– que le darán fama póstuma.

    “Gramsci continuó estudiando de manera intensiva y durante largas horas durante 1931 y 1932. Consultaba y ordenaba la amplia variedad de libros y periódicos que le enviaban Tania y su hermano Carlo o recibía directamente de la librería de Milán donde Piero Sraffa había abierto una cuenta a su nombre. Eran –según les decía a los guardias o los otros presos que notaban las pilas de periódicos leídos e hileras de libros subrayados en todos los rincones de su celda– su sangre, su vida misma o, de manera más frívola, su zoológico. Estaba especialmente orgulloso de los libros y las revistas que le había costado leer, como sus atesorados volúmenes de Marx, y que ahora sabía que lo acompañarían durante el resto de su vida. En el transcurso de esos años, para sobrellevar los periodos en que no se sentía capaz de pensamiento original tradujo, del alemán al italiano, una pequeña antología de escritos de Marx. También emprendió un ensayo sumamente original sobre el Canto X del Infierno de Dante”, cuenta Pearmain. Y agrega: “Su estado de ánimo era una mezcla de fatalismo sereno, una paz sarcástica consigo mismo y melancolía acendrada”.

    Enfermo, cada vez más complicado, autorizan a Gramsci a dejar la cárcel para convictos enfermos de Turi en 1933. Tras algunos traslados y detenciones, quedará internado en diciembre de ese año en la clínica de Formia. Tiempo después, su sentencia expira, el 21 de abril de 1937, pero no estando en condiciones de abandonar la clínica, permanecerá allí, donde sufre un derrame cerebral ese mismo mes, muriendo la mañana del día 27, a los 46 años.

    Hacia el final de su libro, Pearmain menciona la aparición con Einaudi de los Cuadernos de la cárcel (1948-51), hasta su edición crítica y definitiva en 1975; el hecho de que, desde 1972, se publicaron sólo en Italia 20.000 obras de Gramsci o acerca de este; y el reciente florecimiento, con el aval del Instituto Gramsci de Roma, de un nuevo interés investigativo, lo que dio volúmenes nuevos de cartas desde la década de 1990, e incluso un Diccionario gramsciano (2009), con más de 600 entradas redactadas por 60 participantes. Y más: del “eurocomunismo” de los ’70 en Fracia y España, a una supuesta corriente gramsciana en Syriza en el nuevo siglo; del “muy poco interés” por Gramsci en Rusia –salvo por “su valor simbólico como mártir histórico del fascismo”–, a la apertura de espacios en la academia de los Estados Unidos. Pearmain –quien parece desconocer por completo la experiencia histórica argentina de lo que fuera Pasado y Presente– propone, siguiendo a Stuart Hall, ver al Gramsci “crítico de la cultura” y de un “marxismo abierto”, y esperar, entonces, de su legado, “alguna forma de socialdemocracia”. Si a esto se sumaran todas las “especialidades” y “compartimentaciones” que se hicieron y hacen: Gramsci como filólogo, lingüista, sindicalista-obrerista, pedagogo, narrador infantil, politólogo, filósofo, historiador y considerando que fuera no sólo el fundador del Partido Comunista de Italia sino un luchador marxista y antisistema, anticapitalista, parafraseando el título del libro de Portantiero, se podría hablar, realmente, de los usos (y abusos) de Gramsci."

23 de juny 2023

lectures, 12

 



Nosotros

Manuel Vilas


Premio Nadal de novela 2023

Destino, 2023

páginas: 368


    Irene cree haber vivido el matrimonio más perfecto del mundo. Años de absoluta entrega y pasión entre dos seres humanos, así evoca ella su amor con Marcelo, su difunto marido.

    Tenían una conexión que maravillaba y extrañaba a su círculo más cercano: era una pareja que vivía el uno para el otro, como si cada día fuera el primero. Esta relación, la mayor de las historias de amor, los mantuvo aislados de su entorno, en los márgenes de la realidad común.

    Con la pérdida de Marcelo, el mundo de Irene se rompe, pero ella descubre una insólita forma de seguir viviendo junto a él para salir adelante. Esa manera de recordar e invocar a quien fue el amor de su vida construye esta fantasía literaria.

    Nosotros es una novela que explora los límites del sentimiento amoroso y a su vez un viaje a las profundidades del alma de una mujer atrapada en una utopía íntima, imaginativa y mortal. Sin embargo, poco a poco iremos descubriendo que la soledad impone su ley y su desgarro

22 de juny 2023

lectures, 11

 

Volver a emprezar

Colleen Hoover


traducido por : Lara Agnelli

Planeta, 2023

páginas: 384

Colleen Hoover: la escritora más vendida en el mundo viene de un rancho de Texas

Tiene 42 años y desde hace tiempo manda en las listas de superventas, por delante de J. K. Rowling, John Grisham o Stephen King. Ha despachado 20 millones de libros, en los que mezcla la ficción con sus propios traumas vitales.

por Eduardo Lago
El País Semanal
19/01/2023

    "Las primeras señales que indicaban que algo anómalo estaba sucediendo en el mundo del libro se empezaron a detectar hace una década y alcanzaron el clímax durante la pandemia, cuando muchos buscaron refugio en la lectura. Poco a poco, una desconocida que respondía al nombre de Colleen Hoover se había ido abriendo paso sin el apoyo de nadie hasta convertirse en la escritora (hombre o mujer) más vendida de todos los tiempos. Con 20 títulos publicados, la cifra de ventas de sus libros rebasa los 20 millones de ejemplares facturados. El fenómeno alcanzó proporciones delirantes el pasado mes de octubre con la publicación en Estados Unidos de su última novela, que acaba de aparecer en castellano con el título de Volver a empezar (Planeta). Cuando salió, se situó directamente en el número 1 de todas las listas de ventas, arrastrando tras de sí una estela de títulos publicados anteriormente. El listado de best sellers subido por The New York Times aquella semana daba la sensación de haber sido saboteado por un hacker pagado por la autora. Entre los 15 títulos de ficción más vendidos figuraban 9 suyos. Y no era solo cuestión del puesto ocupado. Lo más llamativo eran los tiempos de permanencia en la lista, a la que algunos libros habían regresado tras años de ausencia. La única novedad era el flamante número 1, de cuya tirada inicial de dos millones y medio de ejemplares se vendieron 800.000 el primer día. El origen de la novela es insólito. Hoover la escribió para complacer a sus fans, que llevaban años exigiéndole la secuela de Romper el círcu­lo (2016), su título más celebrado, con cuatro millones de ejemplares vendidos. Tras un año y medio en la lista de The New York Times, la aparición de Volver a empezar la relegó al segundo lugar. En el tercer puesto, con un año y tres meses de presencia ininterrumpida, figuraba Verity, la sombra de un engaño, un thriller mezcla de misterio y romance. El cuarto lugar, con más de 14 meses en la lista, lo ocupaba Ugly Love (Un amor feo)… Asimismo acaparados por Hoover, los puestos 6º, 9º, 10º, 12º y 14º llevaban en la lista un tiempo de permanencia que oscilaba entre dos meses y algo más de un año. Y así una semana tras otra, con variaciones. En 2022, tres de sus novelas llegaron al número 1.

    Colleen Hoover nació en Sulphur Springs, Texas, hace 42 años. Sus padres eran propietarios de un pequeño rancho ubicado en las inmediaciones de la localidad de Saltillo en el que se ocupaban de cuidar a medio centenar de vacas. Conforme a declaraciones de la autora en TikTok, cuando siendo niña le preguntaban qué quería ser de mayor, respondía invariablemente que escritora. Su primer relato, Mystery Bob (Bob el misterioso), escrito a los cinco años, cuenta la historia de un enigmático individuo que emprende la búsqueda de cinco anillos. Durante la adolescencia sus obligaciones se repartían entre el trabajo en el rancho, ordeñando vacas, y los estudios de bachillerato. A los 20 años, tras graduarse con el título de trabajadora social, se casó con su novio del instituto, camionero de profesión. El matrimonio se instaló en un tráiler, donde crio a sus tres hijos. A fin de combatir el aburrimiento, de vez en cuando cogía el portátil de su madre y escribía a escondidas. Un día, haciendo tiempo mientras su hijo de siete años ensayaba una obra de teatro en el colegio, se le ocurrió una novela protagonizada por una adolescente que, traumatizada por la muerte prematura de su padre a los 32 años, se enamora de su profesor y busca refugio en las performances públicas de poesía conocidas como slams. Un mes después ponía punto final a su primera novela, Slammed, traducida al castellano como Amor en verso. Se tuvo que dar prisa porque quería que su madre la leyera en la tableta que le había regalado por Navidad. La autopublicó en Amazon la mañana de Año Nuevo de 2012. El primer día tuvo 6 descargas; el segundo, 60. A partir de ahí, el aluvión fue incontenible. Tenía 31 años.

    La historia se repitió seis meses después con la secuela Point of Retreat (Punto de retirada). A la vista de los resultados, Hoover contrató a una agente a la que le quitaron los dos títulos de las manos sin que se diera cuenta. En agosto ambas novelas irrumpían en las listas estadounidenses de best sellers. Fiel a sus principios, autopublicó su tercer título. Comprendiendo de manera instintiva la importancia de cultivar un público digital, Hoover tuvo la astucia de dar acceso gratis a cinco de sus títulos en formato e-book. Tras devorarlos, los lectores los compraron en papel. El sexto título, Finding Cinderella (Buscando a Cenicienta), también se publicó en versión electrónica, pero sus lectores se amotinaron, exigiendo un libro físico. Ante el aluvión de tuits, protestas y amenazas, la editorial acabó por ceder, añadiendo a modo de epílogo la historia de la propia Hoover como una Cenicienta real.

    Con Romper el círculo (2016) su carrera se disparó. Sus fans le pusieron el mote de CoHo, proclamándose sus cohortes. La trayectoria seguida por la escritora hasta hoy sigue siendo vertiginosa. De los 20 millones de ejemplares que ha vendido en total, la mitad corresponde a 2022. El fenómeno desdibuja por completo no ya el mapa de lo que se entiende por literatura, sino el del territorio ocupado por los especialistas en mega best sellers. Hoover vende más que autores del calibre de James Patterson, John Grisham, J. K. Rowling, Stephen King o E. L. James, la autora de Cincuenta sombras de Grey, de quien Hoover se ha hecho amiga. El caso ha llamado la atención de psicólogos de masas, que han intentado analizar su asombrosa capacidad para conectar con los sentimientos más elementales de gente que normalmente no lee. Tanto los vídeos virales que cuelgan sus fans como las presentaciones de sus libros en vivo constituyen espectáculos delirantes. Sus admiradoras viajan desde lugares remotos dispuestas a soportar colas de varias horas pertrechadas de torres de libros en los que esperan que la autora estampe su firma. Las reacciones de las fans de Colleen Hoover quedan registradas en bookstagrams y vídeos en los que aparecen con manos temblorosas, como si estuvieran en trance, o dándole las gracias, riendo o sollozando de manera inconsolable. Cuando apareció Reminders of Him (Recuerdos de él) a principios de 2022, una fan subió a la Red un vídeo de siete segundos en el que lo único que se veía era la portada del libro. Tuvo 700.000 visitas. Lo más significativo del fenómeno CoHo tiene lugar en el mundo virtual. Hoover cuenta con legiones de seguidoras en BookTube, InstaBook, y BookTok, los nichos de YouTube, Instagram y TikTok dedicados al mundo del libro. Su impacto en redes no tiene parangón: casi dos millones de seguidores en Instagram, un millón tanto en TikTok como en Facebook, donde tiene un séquito de 170.000 cohortes. Añádanse 200.000 seguidores en Twitter y casi 3.000 millones de visualizaciones del hashtag #Colleen Hoover en TikTok.

    La raíz de todo esto es de corte emocional. El gran hallazgo de la escritora fue dar con la existencia de comunidades virtuales compuestas por legiones de lectoras ávidas de compartir sus traumas, anhelos y frustraciones. La llegada de la pandemia tuvo un impacto enorme en estas comunidades, creando un caldo de cultivo en el que las nuevas plataformas digitales cambiaron las reglas del juego. Como consecuencia del confinamiento surgió una subcultura literaria de gran vitalidad. Conviene tener en cuenta que más del 40% de los usuarios de BookTok tienen entre 16 y 24 años, la mayoría mujeres deseosas de compartir sus opiniones sobre los libros que leen, haciendo recomendaciones que se traducen en ventas millonarias. Cuando alguien recomienda una novela en BookTok, se pone en marcha un algoritmo que hace que se dispare de manera incontrolada el interés por el libro. Por supuesto, la industria editorial está pendiente de los movimientos de los lectores, ocupándose en más de un caso de entrar en contacto con los influencers y pagándoles para que recomienden libros. Ello no es suficiente para explicar el caso específico de Colleen Hoover. En librerías de gran superficie y supermercados hay mesas promocionales y estanterías dedicadas exclusivamente a ella. A su vez, la autora cuelga vídeos de un minuto en los que da consejos a las nuevas generaciones de lectoras, hablando de sí misma y de sus problemas, no solo de sus libros.

    Un aspecto particularmente llamativo del impacto de TikTok en la venta masiva de libros es lo que se podría caracterizar como efecto rebote. De manera inopinada, best sellers extintos vuelven a cobrar vida, generando incluso más interés que cuando se publicaron. Tal ha sido el caso, entre otros, de Tan poca vida, de Hanya Yanagihara; La canción de Aquiles, de Madeline Miller; La biblioteca de la medianoche, de Matt Haig, y, por supuesto, de libros de Colleen Hoover, que vio cómo las ventas de obras publicadas hace años se volvían a disparar. Hay otros factores a tener en cuenta. Uno de los más intrigantes es la capacidad de sus libros para despertar emociones primarias, como el llanto. Numerosos vídeos colgados en TikTok muestran a sus lectoras filmándose a sí mismas llorando desconsoladamente, exhibiendo su ansiedad y su necesidad por compartir sus emociones.

    El éxito le ha pasado factura, haciendo de ella una especie de reclusa. Tras bloquear todo contacto con la prensa, negándose tajantemente a hacer declaraciones, canceló la gira prevista para su último libro, para gran contrariedad de sus fans, aunque ello no ha afectado a las ventas. Excepcionalmente, gracias a la mediación de sus editoras españolas, la escritora accedió a responder sumariamente por correo electrónico un exiguo número de preguntas en exclusiva para El País Semanal. ¿Cómo explica Colleen Hoover el poder que ejercen sus libros sobre millones de personas que afirman que su vida ha cambiado para siempre después de haberla leído? “Escribo lo que me gustaría leer a mí. Me limito a ir adonde me llevan los lectores. Cuando leo quiero que me entretengan y cuando escribo mi intención es entretener”. Sin duda, buena parte de su secreto guarda relación con su habilidad para hacerse eco de traumas vividos por gente como ella. Hoover lo explica así: “Hay mucha gente que se siente inmediatamente identificada cuando lee la historia de una madre que consigue romper el ciclo de violencia doméstica de la que es víctima. Es el caso de Lily [la protagonista de Romper el círculo]. Muchas lectoras han pasado por lo mismo que ella”.

    ¿Es posible de algún modo acotar las claves de su éxito? “¿Quién puede esperar algo así? Estoy profundamente agradecida a mis lectoras, pero he de reconocer que el mérito es de BookTok, no tengo la menor duda”. Lo que está claro, en todo caso, es que la autora domina las reglas del juego. Además de publicar de manera simultánea con tres editoriales distintas, se sigue autoeditando. Otro rasgo que la singulariza es que, a diferencia de los profesionales del best seller, Colleen Hoover no se atiene a una fórmula fija que se sabe de antemano que funciona. Sus novelas tocan géneros muy diversos, desde el romance sentimental hasta el thriller psicológico, pasando por la crónica de fenómenos paranormales. Sus argumentos explotan situaciones emocionales límite: traumas, relaciones abusivas, acoso sexual, amores atormentados, historias de supervivencia, infertilidad, crueldad o abandono. Según lo necesite, la autora incorpora abundantes dosis de sexo, violencia doméstica, tortura psicológica, frustraciones de toda índole y melodrama a raudales.

    No tiene un hábito de trabajo fijo, escribe cuando le apetece. Meses de inactividad se alternan con jornadas de 12 horas de escritura frenética. Con frecuencia pasa más tiempo firmando dedicatorias que escribiendo. ¿Sabe adónde va cuando empieza una novela o se limita a seguir su intuición? “El proceso es diferente con cada libro. Hay veces en que la inspiración surge de manera repentina y otras tengo que hacer un enorme esfuerzo de voluntad”, admite. En cuanto a los plazos que se le pide que respete a fin de no interferir con las ventas, aclara: “A veces me da miedo no cumplirlos, pero la escritura me proporciona un placer del que no quiero prescindir, de modo que prefiero escribir solo cuando me siento creativa”.

    Aplicar a Colleen Hoover los criterios reservados a lo que normalmente se entiende por literatura carece de sentido. Algunos comentaristas han señalado que sus personajes se ajustan a un patrón fijo: son de raza blanca, cisgenéricos (es decir, que se identifican con el género que les fue asignado al nacer) y heterosexuales. Son cuestiones que a la autora la traen completamente sin cuidado. La única opinión que le importa es la de sus lectoras. Según sus fans, leer una novela de Colleen Hoover es una experiencia vertiginosa, lo cual, conforme a la autora, es consecuencia del síndrome de déficit de atención que padece. Lo mismo vale para otras carencias. Lily, la protagonista de Romper el círculo, es una florista que intenta salir del ciclo de violencia y abuso psicológico que le inflige su amante, Ryle, un neurocirujano brillante. Embarazada de él, busca refugio en un antiguo amor, Atlas, chef de cocina de gran fama. La atormentada historia de amor entre el cirujano y la florista se la inspiró la relación abusiva que vivió su madre, víctima del trato brutal a que la sometía su esposo, situación de la que fue testigo la autora siendo muy niña. ¿Cómo se explica que una novela de tanto éxito dejara insatisfechas a millones de lectoras hasta el punto de exigir una secuela? La autora habla de sus personajes como si fueran individuos de carne y hueso: “Me suplicaron que continuara la historia y lo hice, pero no quise limitarme a algo tan simple como redimir a Ryle. Lily y Atlas tuvieron que pasar por trances muy dolorosos cada uno por su lado, de manera que me propuse reunirlos en el siguiente libro. Por separado lo pasaron mal, pero juntos se dieron fuerza el uno al otro”.

    A juzgar por el resultado, las lectoras se divirtieron tanto como ella, aunque en el centro del caso Colleen Hoover sigue habiendo un enigma inexplicable. La clave de su éxito es un misterio tanto para sus editores como para la autora, que en algún momento llegó a afirmar que “escribir una novela es cuestión de llegar como se pueda de la primera a la última página”. Por lo que se refiere a modelos literarios, el mejor libro que ha leído en todos los días de su vida es How to Kill a Rock Star (Cómo matar a una estrella de rock), de Tiffanie DeBartolo. En cuanto a si existe una fórmula mágica que explique qué es lo que hace que una historia sea buena, su respuesta no puede ser más inequívoca: “No tengo ni la menor idea”, contestó."

21 de juny 2023

lectures, 10

 

Centros de gravedad

"Poesía española en el siglo XXI (una antología)"

Jose´Andújar Almansa

Editorial Pre-Textos, 2018

páginas: 304



    José Andújar Almansa es ensayista y crítico literario. Ha publicado los libros La palabra y la rosa. Sobre la poesía de Francisco Brines (Alianza Editorial, 2003), Premio de Ensayo Fundación Caballero Bonald, Los paisajes magnéticos. Ensayos sobre poesía española contemporánea (Maillot Amarillo, 2011) y una personal lectura de José Ángel Valente con el título El poeta y la ciudad celeste (Instituto de Estudios Almerienses, 2010). Se ha ocupado asimismo de la edición crítica de la antología de Francisco Villaespesa, Thule (Renacimiento, 2017), y de los volúmenes de estudio Villaespesa y las poéticas del modernismo (Universidad de Almería, 2004) y El guardián del fin de los desiertos. Perspectivas sobre Valente (Pre-Textos, 2011).

    Centros de gravedad selecciona doce poetas nacidos después de 1970 cuya escritura abre paso a posibilidades creativas que surgen de la ausencia de un centro en relación con la identidad, la percepción de lo real o el canon literario. Mariano Peyrou, Abraham Gragera, Miriam Reyes, Juan Carlos Abril, Juan Manuel Romero, Rafael Espejo, Carlos Pardo, Antonio Lucas, Josep M. Rodríguez, Erika Martínez, Juan Andrés García Román y Elena Medel filtran su época y a la vez la trascienden. O sea, están llamados a incorporar su talento individual a la tradición y han adquirido el derecho a imaginar un lector futuro.

    "¿Qué significa hoy una apuesta por la poesía? Tal vez, si decidimos alejarnos del callejón sin salida del escepticismo, una certeza sustentada en la incógnita de que no sabemos hasta cuándo o hasta dónde puede llegar una palabra. Como antólogo me interesan los poemas habitados por la necesidad de cuestionarse por dentro, pero que exigen también abrazar semánticamente el mundo. Todo poema formula una pregunta: desde qué lugar leemos, es decir, quiénes somos nosotros."

20 de juny 2023

lectures, 9

 

Las horas comunes
Poesía esencial

Nancy Morejón


edición y selección: Alberto García-Teresa

prólogo: Marí Ángeles Maeso

Huerga y Fierro editores, 2022

páginas: 176



    Nancy Morejón (La Habana, 1944) es una de las voces más releventes de la poesía cubana actual, ha merecido importantes reconomientos. Traductora y ensayista, ha alcanzado un inestimable prestigio, consagrándose al estudio de la obra de Nicolás Guillén y de las literaturas del Caribe.

    Publicó su primer libro, Mutismos (Ediciones El Puente), en 1962 y el más reciente, Carbones silvestres, en 2006, año en que le fuera dedicada la XV Feria Internacional del Libro de La Habana junto a Ángel Augier. Su obra poética incluye más de veinte títulos ente los que destacan: Where the Island Sleeps Like Wing (antología bilingüe, 1985), Piedra pulida (1986), Botella al mar (antología, 1997), Richard trajo su flauta y otros poemas (2000), ésta última seleccionada y prologada por Mario Benedetti para la editorial Visor, de Madrid. Se destacan además Cuerda veloz (2002), de la Editorial Letras Cubanas, Looking Witthin / Mirar adentro (2003), de la Universidad de Wayne State, de Detroit, Michigan, con introducción, selección y notas de Juanamaria Cordones-Cook, así como la Antología poética (1962-2000) con selección y prólogo de Gerardo Fulleda León, publicada por la editorial Monteávila, de Caracas (2006).

    A Piedra pulida, Elogio y paisaje y La Quinta de los Molinos les fue otorgado el Premio de la Crítica en 1986, 1997 y 2000, respectivamente. Miembro permanente del Jurado del Premio Carbet del Caribe. Premio Nacional de Literatura 2001. La Universidad de Nueva York le confirió el Premio Yari-Yari de Poesía Contemporánea por el conjunto de su obra en 2004. En agosto de 2006, durante la VL edición del Festival Noches de Poesía, recibió el Premio Corona de Oro de Struga 2006 de Macedonia, ya proclamado el 21 de marzo de 2006, en la sede de la UNESCO, en París, por el Día Mundial de la Poesía.

    En mayo de 2007, en el marco del XII Festival Internacional de Poesía de La Habana, recibió el Premio Rafael Alberti. A lo largo de su carrera profesional ha recibido innumerables premios y condecoraciones, nacionales y extranjeros, entre los que se destacan las Insignias de Oficial de la Orden al Mérito de la República de Francia y réplica del Machete de Máximo Gómez, entre otros. Miembros de número de la Academia Cubana de la Lengua desde 1999. En la actualidad es asesora de la Casa de las Américas.

19 de juny 2023

lectures, 8

 

No pudimos ser amables.

Antología poética (1916-1956)

Beltroch Brecht

edición bilingüe de José Luis Gómez Toré

Galaxia Gutenberg, 2023

Páginas: 816



        La poesía ocupa un lugar central en la obra de Bertolt Brecht (Augsburgo, 1898-Berlín Este, 1956) y sin ella no cabe entender el alcance ni la grandeza de su proyecto creativo. 
        
        Brecht escribió poemas desde su juventud hasta sus últimos días y ellos fueron la herramienta con la que interpeló al mundo y reaccionó a las circunstancias de su tiempo. 

    Figura clave en la literatura alemana del siglo xx, fue reconocido como un poeta esencial incluso por quienes se sintieron muy lejos de sus actitudes vitales y políticas, como Elias Canetti o Hannah Arendt. 

    Su escritura, que bebe tanto de fuentes cultas como populares, anuncia no pocas direcciones de la lírica contemporánea: desde luego, la poesía social, pero también el realismo sucio, la lírica de tono coloquial o la llamada ´antipoesía´. 

    Editada y traducida por el poeta José Luis Gómez Toré, esta antología bilingüe propone un recorrido no solo por los textos recogidos en libro por el autor, sino también por el riquísimo corpus de poemas sueltos, que incluye algunas de sus piezas más célebres. Tampoco faltan las letras de canciones para obras teatrales, musicadas por Kurt Weill o Hanns Eisler.

18 de juny 2023

lectures, 7

 

He extendido mis sueños a tus pies

W.B. Yeats


selección y traducción de: Jordi Doce

ilustraciones de: Sandra Rilova

editorial: Nórdica, 2023

páginas: 128



        Además de ser una de las principales figuras literarias del siglo xx y ganador del Premio Nobel de Literatura de 1923, William Butler Yeats es el mayor poeta lírico que ha producido Irlanda. Yeats creó una vasta colección de historias, canciones y poesía del pasado histórico y legendario de Irlanda.

        Esta recopilación incluye un gran número de obras, piezas que le han valido a Yeats el reconocimiento como uno de los más grandes poetas de su tiempo. La ilustradora Sandra Rilova nos lleva al universario literario de Yeats a través de cuarenta poemas esenciales.

17 de juny 2023

lectures, 6

 

Marramaus

i més marramaus

del llegir, de l’escriure i daixò i dallò

Enric Casasses


Editorial Empúries, 2023

pàgines: 384



        Marramaus són un aplec de textos breus, escrits al llarg dels anys, que tracten del fet de llegir i d’escriure, de la pintura i de la música, d’anar pel món i de la vida en general.

         Cada nota és breu, concisa, precisa i sorprenent. El resultat és un conjunt d’una riquesa exuberant, que retrata la passió lectora, l’agudesa de pensament, la riquesa creativa i la varietat de registres d’Enric Casasses, un creador i un intel·lectual. Marramaus és el primer llibre nou d’Enric Casasses després de rebre el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes.



"resum sofòsic

els contraris són positius
una negació no és un contrari

blake

escric per consolar-me de no ser escriptora?

henrietta peetawker



la fusió dels contraris ens ha dut a un territori ½ perillós perquè quan es produeix o es dóna la fusió dels contraris per llògica també es dóna, fusionada amb ella, l’exacerbació dels contraris, i per la mateixa llògica és clar que al mateix temps no es produeix ni l’una ni l’altra, etcètera."

16 de juny 2023

lectures, 5

 

No resideixo, visc

Rose Ausländer


traducció: Feliu Formosa

Eumo, 12023

pàgines: 204

        Rose Ausländer (Czernowitz, Bucovina, 1901 -Düsseldorf, 1988) és una de les veus més escruixidores però també més lluminoses de l´Europa del segle xx. Forma part de la tradició jueva nascuda de la diàspora i és un testimoni de la barbàrie i l´holocaust. 

        L´escriptura és una recerca de la identitat per aquesta dona, víctima d´exilis, que va viure quatre anys al gueto de Czernowitz. Escriure li donava força per continuar viva entre la pèrdua múltiple de pàtria, llengua, identitat i família. La seva obra consta de cap a tres mil poemes, que tracten sobre la pàtria, la infantesa i la joventut; el judaisme; la Xoà; l´exili; la llengua com a vehicle d´expressió poètica, com a ofici i com a pàtria, i, finalment, sobre l´amor, sobre la vellesa i la mort.

        Aquesta selecció, traduïda per Feliu Formosa i amb pròleg de la professora Heike van Lawick, posa a l´abast del lector l´obra d´una de les més grans autores del segle passat.

        "Per què escric? 

      Perquè les paraules em dicten: escriu-nos. Volen que les uneixin, fer-ne aliades. Paraula amb paraula amb paraula. Una legió de paraules a favor meu, les altres en contra. Volen ser incorporades a files, per lliurar el combat al paper. Sovint em comporto amb escepticisme, no em vull sotmetre a la seva dictadura, les llanço al vent. Si són més fortes que ell, tornen a mi, em sotraguegen i em turmenten fins que cedeixo. Au, ara deixeu-me en pau. Però les paraules no són figures dòcils amb les quals es pot procedir a voluntat. Afirmen que les he interpretat malament, que volien al·ludir a alguna altra cosa. Es queixen de no haver estat col·locades al lloc correcte. Amb hipocresia, es mantenen pacífiques i immòbils damunt la blanca superfície. Això és un engany. Són dures, també les més tendres. Ens mirem, ens estimem. Els meus arbres, les meves estrelles, els meus germans: és amb aquest estil que m’hi adreço. Elles em capgiren l’estil, m’escometen, m’obliguen a desplaçar-les d’ací d’allà fins que creuen haver ocupat el lloc que els pertoca. Per què escric? Perquè tot buscant la meva identitat parlo més clarament amb mi mateixa davant el full que res no diu. Em tensa. Espero amb tensió quines paraules volen venir a mi. Amb elles m’adreço a mi mateixa, a tu, et demano que m’escoltis. El món em fa preguntes astutes. Les meves paraules li responen francament amb preguntes. La meva vida es desfulla en una escriptura xifrada, full per full: anys que comprenen en versos allò impenetrable, des d’on? Cap a on? Passo comptes, sobre mi, el meu entorn, els meus estats d’ànim, les meves relacions. Les meves paraules volen ser comptabilitzades: deure i haver. Ens has de tenir, diuen, quan ens registres al llibre. Jo m’hi resisteixo. Penso molts poemes i moltes històries, però només n’escric una petita fracció. Per què? 
    
     Perquè. Les explicacions són tan sols una petita fracció de la veritat. Per què escric? 

    Potser perquè vaig venir al món a Czernowitz, perquè el món va venir a mi a Czernowitz. Aquell paisatge peculiar. La seva gent peculiar. Rondalles i mites omplien l’aire, ho respiraves. Czernowitz amb les seves quatre llengües era una ciutat de les muses, que albergava molts artistes, poetes, amants de l’art, la literatura i la filosofia. Va ser la ciutat elegida pel més grandiós fabulista ídix Eliezer Steinbarg. Ha produït el poeta ídix més eminent, Itzig Manger, i dues generacions d’escriptors en llengua alemanya. El més jove i més important era Paul Celan, el més vell Alfred Margul-Sperber, que l’any 1968 va morir a Bucarest als seixanta-nou anys, un poeta i traductor molt reconegut a Romania i a la República Democràtica Alemanya. Va ser el meu descobridor i qui va reunir el meu primer volum de poesia amb el títol Der Regenbogen (‘L’arc iris‘), que va aparèixer a Czernowitz l’any 1939. El meu interès es va decantar inicialment per la filosofia. El meu filòsof d’adopció, Benedikt Spinoza (que es guanyava la vida com a tallador d’ulleres) i el gran pensador berlinès Constantin Brunner van donar un fonament a les meves idees. Un dels meus poemes d’aleshores començava així: «El meu sant es diu Benedikt / ha tornat clar polint-lo / l’univers». Els posteriors assajos sobre Spinoza, Brunner, Plató (Fedre), Freud (Angoixa), els manuscrits de poesia, diaris, cartes, així com l’edició completa de Der Regenbogen, van caure víctimes de la guerra. 

    Als disset anys vaig començar a recopilar notes, acudits, versos en un dietari. Aviat vaig tenir clar que la lírica era el meu element vital. Durant anys vaig escriure poemes, prosa lírica, textos rítmics i també uns quants contes. Alguns els vaig confiar al calaix, la resta els vaig regalar a la paperera. Molts poetes i escriptors van ser per a mi importants, però de Hölderlin i Kafka em van arribar els impulsos més persistents. Va seguir una fase d’intents molt diversos en versos lliures i de forma clàssica, molts d’ells amb rima. El nostre mestre del llenguatge Karl Kraus lloava la rima: «És la riba en la qual aterren / dos pensaments que es comprenen.» També l’adjectiu hi jugava encara un paper vital. Allò que més endavant va irrompre damunt nostre, anava sense rima, i ens oprimia tant com un malson, que —en la repercussió, en el xoc sofert plenament a posteriori— la rima es va fer a trossos. Paraules com flors es van marcir. També molts qualificatius es van tornar qüestionables en un món mecanitzat que pertanyia a l’«home sense qualitats», a l’ésser humà despersonalitzat. El vell vocabulari s’havia de canviar. Les estrelles —no les podia tampoc allunyar de la meva lírica de la postguerra— apareixien en una altra constel·lació. 

    Czernowitz 1941. Els nazis van ocupar la ciutat, s’hi van quedar fins a la primavera del 1944. Gueto, misèria, horror, transports de la mort. Durant aquells anys els amics ens reuníem d’amagat de tant en tant, sovint arriscant la vida, per llegir poemes. Davant la realitat insuportable, hi havia dues maneres de procedir: o et lliuraves a la desesperació o et traslladaves a una altra realitat, l’espiritual. Nosaltres, jueus condemnats a mort, érem indescriptiblement necessitats de consol. I mentre esperàvem la mort, alguns vivíem immersos en paraules visionàries —la nostra llar de somni dins el nostre desarrelament. Escriure era vida. Supervivència. 

    «A les barques que fugen / els gallardets apaguen el somni, des del cel…» —«perquè floreixin les estrelles invisibles.» Aquests i molts altres versos em llegia un jove que un amic em va presentar l’any 1944: Paul Antschel-Celan. Com a rèplica, la vegada següent que ens vam veure, li vaig llegir els meus poemes acabats d’escriure. Els va lloar molt. 

    Finals de 1946. Emigració als Estats Units. Lluita per l’existència. Canvi d’orientació. Provocació. El nou món de la literatura moderna americana i anglesa va ser un estímul renovador i excitant. Després d’uns quants anys de silenci, em vaig sorprendre un vespre escrivint poesia en anglès. Un dels meus primers textos anglesos començava així: «Looking for a final start» (‘Buscant un inici definitiu’). Molts d’aquells poemes van aparèixer en revistes literàries americanes, alguns els va transmetre l’emissora de ràdio WEVD. Per què torno a escriure en alemany des del 1956? Misteriosament, la musa anglesa, tal com va aparèixer va desaparèixer. No hi havia cap motiu extern que propiciés el retorn a la llengua materna. Secrets del subconscient. Fins al 1957 no vaig tenir coneixement de la lírica alemanya contemporània. Transformat, el món enfonsat emergia de nou sota una altra llum. Les formes antiquades s’havien perdut dins l’ombra. Molts d’aquest poemes alemanys van tenir per a mi una significació duradora. 

    1957. Dues setmanes a París. Paul Celan em va convidar a casa seva unes quantes vegades. Em va llegir les últimes coses que havia escrit, poemes que després han aparegut a Reixes de llengua. Em va preguntar pels meus nous treballs. Indecisa, li vaig ensenyar sis textos. Va reaccionar immediatament després de la lectura: «El cor inaudit», «Atlantis», «Crida i cristall» i «Cobert de neu» són molt, molt, molt bonics. També «Estiu cec» és un bon poema. El sisè me’l va tornar sense dir ni paraula. Poc temps després vaig llegir Cascall i memòria i De llindar en llindar: un nou model d’evocació poètica. L’existencialisme creador de llenguatge de Celan era convincent. La mort havia cridat a la vida el seu millor poeta. 

    Els meus temes preferits? Tot… allò que és un i únic. Allò que és còsmic, crítica del nostre temps, paisatges, coses, persones, estats d’ànim, llengua… tot pot ser un motiu. En el sentit de la pertinença social, la meva lírica és compromesa. De la singularitat i la intensitat d’una experiència, d’una pensada, en resulta la forma externa i interna del text. Sovint m’he preguntat què és pròpiament aquest fet d’escriure, i m’he donat respostes ben diverses. M’he quedat amb la més breu: escriure és una pulsió. El poeta, l’escriptor, ha de menjar, moure’s, descansar, pensar, sentir i escriure… escriure allò que li prescriuen els seus pensaments i la seva imaginació. 

    Per què escric? No sé."