31 d’ag. 2012

literatura i Sarajevo


La palabra más hermosa
"Venuto al mondo"
Margaret Mazzantini
Traducció: Roberto Falcó Miramontes 
Lumen
Barcelona, 2009

Presentació del llibre a la contraportada:

“Es de noche en Roma, todos duermen, pero el teléfono suena de repente… Una voz que llega de lejos invita a Gemma a un viaje a Sarajevo, la ciudad donde nacieron y murieron las emociones más hondas de su vida.
Allí, entre los estallidos de una guerra cruel e inútil, hace dieciséis años nació Pietro, un niño que ahora la llama mamá y es tan hermoso, sano y egoísta como cualquier otro adolescente. Pietro no conoce bien su origen y no sabe que en las calles estrechas de aquella ciudad sitiada Gemma vivió una historia de amor de esas que se te pegan a los huesos y te cambian para siempre.
Ahora, de vuelta a aquellas tierras, madre e hijo tendrán que enfrentarse a un pasado que esconde secretos, a unos cuerpos que aún llevan las huellas de un dolor antiguo, pero a lo largo del viaje también aprenderán palabras nuevas, esas que nos sirven para dar un sentido a nuestros errores y seguir apostando por un nuevo comienzo para todos.”

un petit fragment que narra el succés que va ser el germen del llibre de Galloway:
       
       "Era inevitable hacer cola. Para el agua, para el pan, para los medicamentos…La gente se jugaba el pellejo cuando se amontonaba en el mismo lugar, como palomas, pero era un día de confianza, de mujeres que hablaban en la acera, de niños que corrían entre las piernas. Brillaba el sol. La calle era Vase Miskina, donde ahora hay una de las rosas más grandes. También existe todavía la pequeña puerta, ya no venden pan pero continúa ahí.
La lista de nombres, pequeños y ordenados, se encuentra junto a la estrella y la luna musulmana, junto a un versículo del Coràn.


Había mujeres, hombres y niños que jugaban... Y no sabían que sus nombres iban a quedar grabados en la pared, a ser fotografiados por los teléfonos móviles de los turistas hasta el infinito. Era la cola para el pan, olía muy bien. Era finales de mayo, las golondrinas picoteaban las migas dejadas por la gente que desmenuzaba el pan en la calle. Hubo algunos afortunados. Gente mas rápida, con un mayor don de la oportunidad, que había empezado a hacer cola antes, antes que los demás, y se había ido con su barra de pan o una de aquellas hogazas sin levadura ni sal. Pero también hubo alguno que se quedo por casualidad, que se puso a charlar, a bromear con un conocido. Cayeron tres granadas, dos en la calle y una en el mercado de enfrente. Y todos los que estaban allí salieron despedidos, entre salpicaduras. La plaza se convirtió en un escenario teatral, con harapos ensangrentados por doquier. Esa escena repugnante iba a dar la vuelta al mundo. Ese pan empapado de sangre.
—No me podía creer que un niño tuviera un cerebro tan grande —dijo un anciano aferrado a un bastón—. Aquello no paraba de rezumar.
Una mujer sentada en un muro bajo no lloraba; abrazaba a sus dos hijos muertos, uno a cada lado. Otra intentaba recuperar su pierna, se arrastraba por el suelo con los codos para alcanzarla. Había un hombre que tenía un aspecto más macabro que los demás. Estaba boca arriba como uno de esos guantes que la gente encuentra por la calle y deja apoyado en una valla, por si acaso quien lo ha perdido vuelve a pasar por allí. Guantes desparejados, tristes, sucios de barro. Ese hombre estaba ahí como un guante apoyado en uno de aquellos tubos de hierro que dividen las calles. Pero no tenía barriga. Solo un gran agujero circular, algo deshilachado. Por detrás se veía huir a la gente, las camillas, y el seguía allí como si fuera un adorno extravagante.
Ese dia Gojko pareció enloquecer, se dirigió rápidamente hacia el lugar de la explosión, gritaba a los periodistas para que grabaran...
—i Así ahora la gente se dará cuenta de lo que pasa aquí!
Cogió una hogaza de pan y la abrió; la miga estaba empapada de sangre, como si fuera una salsa. Se la ofreció a los periodistas. —Tomad y comed todos, esta es nuestra sangre...
Luego se fue, desesperado como un Judas que va a ahorcarse.
Mas tarde la ciudad callaba. Había sido un día de confianza. Habían llegado aquellos jóvenes con los uniformes iguales y los cascos azules como el cielo... La gente se había ilusionado con que fueran ángeles custodios, con que la guerra hubiera acabado. Pero ahora el hospital estaba lleno de carne que esperaba sutura. También la montaña callaba. Las televisiones del mundo no hacían mas que emitir una y otra vez aquella cinta truculenta. Y los animales de allí arriba habían regresado a su guarida para beber rakija y celebrar su fama.
Nos fuimos al cabo de dos días. Había vuelto la luz, todas las lavadoras de Sarajevo empezaron a funcionar aquella misma noche. Me pareció una buena señal. Llegamos a 'Zagreb en un autocar que incluso tenia aire acondicionado; era uno de los que acostumbraba a llevar a los peregrinos a Medjugorje. En la capital croata pudimos coger un avión tranquilamente. Quería decirle muchas cosas a Diego, pero voy y le pregunto:
— ¿Qué tal un plató de espaguetis?
Diego sonrió.
Tenía los ojos rojos. Había que llevarlo a un medico y era lo primero que pensaba hacer. Ahora pensaba que Dios no iba a lavarnos los ojos nunca más.”

Pàgines: 323-325

30 d’ag. 2012

les "pelis" del conflicte, 3


La vida secreta de las palabras, “The Secret Life of Words”, 2005
Direcció i guió: Isabel Coixet
Fotografia: Jean-Claude Larrieu
Repartiment: Sarah Polley, Tim Robbins, Javier Cámara, Leonor Watling, Sverre Anker Ousdal, Steven MacKintosh, Eddie Marsan, Christine Inge, Daniel Mays, Dean Lennox Kelly, Danny Cunningham, Emmanuel Idowu, Reg Wilson, Julie Christie
Producció: El Deseo S.A.,  Mediapro
Premis: Quatre premis Goya: millor pel·lícula, director, guió original i  disseny de producció

En una plataforma petrolífera, aïllada enmig del mar,  ha ocorregut un accident. Una dona solitària i enigmàtica, Hanna (Sarah Polley) que intenta fugir del seu passat  va fins allà per tenir cura d'un home (Tim Robbins) que s'ha quedat temporalment cec. Entre tots dos neix una profunda intimitat, plena de secrets, veritats, humor i dolor. Cap sortirà indemne d'aquesta relació que marcarà les seves vides per sempre.
Hanna és el símbol de totes les víctimes que sobreviuen a les atrocitats comeses en els conflictes bèl·lics com el de l'antiga Iugoslàvia



29 d’ag. 2012

adagio Sarajevo

ruïnes biblioteca de Dresden
El Adagio d'Albinoni, obra per a orquestra de cordes i òrgan en sol menor, va ser composta el 1945 pel musicòleg italià Remo Giazotto. L'editor que la va publicar per primera vegada (1958), la Casa Ricordi, la publicitar afirmant que l'autor s'havia basat en uns fragments d'un moviment lent d'una sonata de Tomaso Albinoni, presumiblement trobats a les ruïnes de la Biblioteca de Dresden després els bombardejos de la ciutat durant la Segona Guerra Mundial. No s'ha trobat cap prova que aquests fragments siguin d'Albinoni.

“Descendía envuelto en un alarido, rasgando el aire y el cielo sin esfuerzo. El blanco aumentó de tamaño, cada vez mejor enfocado por el tiempo y la velocidad. Hubo un último instante antes del impacto en que las cosas aún fueron como habían sido. Luego, el mundo visible explotó.
     En 1945, un musicólogo italiano encontró cuatro compases de una partitura para contrabajo, la partitura de una sonata, en los restos de la biblioteca de música de Dresden, arrasada con bombas incendiarias. Creyó que esas notas eran obra del compositor veneciano del siglo xvii Tomaso Albinoni, y dedicó los siguientes doce años a componer una pieza más larga a partir de aquel fragmento manuscrito y abrasado. La composición resultante, conocida como el Adagio de Albinoni, apenas guarda parecido con la mayor parte de la obra del compositor y muchos eruditos la consideran fraudulenta. No obstante, incluso aquellos que dudan de su autenticidad carecen de argumentos para rebatir su belleza.
     Casi medio siglo después, es esta contradicción lo que atrae al violonchelista. Que algo pudiera haber estado a punto de dejar de existir en el paisaje de una ciudad en ruinas y que después fuese reconstruido en otro algo nuevo y valioso le insufla esperanza. Una esperanza que, ahora, es una de las pocas cosas que les quedan a los ciudadanos de un Sarajevo sitiado, cosas que, para muchos de ellos, disminuyen con cada día que pasa.
     Y así, hoy, como todos los días en la memoria reciente, el violonchelista se sienta junto a la ventana de su apartamento, en la segunda planta del edificio, y toca hasta que siente que la esperanza regresa. Raramente toca el Adagio. La mayoría de los días consigue sentir que la música le rejuvenece con la misma facilidad como si estuviese repostando gasolina con el coche. Pero otros no ocurre lo mismo. Si, tras varias horas, ve que la esperanza no regresa, hace una pausa para recomponerse, y luego él y su violonchelo rescatan pacientes el Adagio de Albinoni del arrasado museo de Dresden y lo trasladan a las calles de Sarajevo, horadadas por el mortero e infestadas de francotiradores. Para cuando las últimas notas se desvanecen, su esperanza está ya restablecida, pero cada vez le resulta más arduo recurrir al Adagio, aunque se vea obligado a hacerlo, porque sabe que su efecto es finito. Sólo queda una cantidad concreta de adagios en él, y no comentará la imprudencia de malgastar esta valiosa moneda de cambio.”

El violonchelista de Sarajevo
Steven Galloway
El Aleph
Barcelona, 2008
Páginas: 13-14


diari de Zlata


Zlata Filipovic, Sarajevo, 3 de desembre de 1980, és l'autora de "El diari de Zlata", un llibre que relata la seva vida durant la guerra de Bosnia (1991 a 1993). Zlata vivia en un cèntric carrer de Sarajevo, i cada dia, entre 1991 i 1993, va ser escrivint les seves vivències i sentiments en "Mimmy", el seu diari persona. El dietari és un testimoni de primera mà de l'horror que viu la ciutat i la seva gent, i, entre ells, els més joves.



5 de abril de 1992:
Trato de concentrarme en hacer los deberes, pero no puedo. Algo está ocurriendo en la ciudad. Se pueden oír disparos desde las colinas. Desde Dobrinja salen columnas de personas. Intentan parar algo, pero ni ellos saben qué. Simplemente uno siente que algo va a suceder, algo muy malo. [...] tengo un nudo en el estómago y ya no me puedo concentrar en mis deberes. ¡¡¡Tengo miedo de la guerra!!!

12 de abril de 1992:
La gente salía para estar junta, nadie quiere la guerra. La gente quiere vivir y disfrutar como antes. Es lo natural, ¿no? ¿A quién le gusta o quiere la guerra, siendo lo peor que hay en el mundo?

20 de abril de 1992:
La guerra no es ninguna broma. Destruye, mata, quema, separa, hace desgraciada a la gente. Hoy han caído unas bombas terribles en Bascarsija, el antiguo centro de la ciudad. Explosiones terribles. Bajamos al sótano, al sótano frío, oscuro y asqueroso. Y el nuestro ni siquiera es muy seguro. Mamá, papá y yo estábamos allí agazapados, abrazados los tres en un rincón que parecía algo más seguro. Cuando estaba en la oscuridad y sentía el calor de los brazos de mis padres, pensé en abandonar Sarajevo. Todos piensan en hacerlo, y yo también. No soportaría irme sola, abandonar a papá y a mamá, a la abuela y al abuelo. Y el irme sola con mamá no arregla las cosas. Lo mejor sería que nos fuésemos los tres. Pero papá no puede irse. Así pues, he decidido que nos quedaremos aquí juntos. Mañana le diré a Keka que una debe ser valiente y permanecer con aquellos a los que quiere y que le quieren.

7 de mayo de 1992:
Querido Mimmy, Estaba casi segura de que la guerra terminaría, pero hoy… Hoy ha caído una bomba en el parque, delante de mi casa, el parque donde iba a jugar con mis amigas. Hubo muchos heridos. (…) Selma ha perdido un riñón, pero no sé cómo se encuentra porque todavía está en el hospital. Y NINA HA MUERTO. Un trozo de metralla se le incrustó en el cerebro y murió. Era una niña tan dulce, tan encantadora. Fuimos juntas a la guardería y jugábamos juntas en el parque. ¿Es posible que nunca más vuelva a ver a Nina?

20 de julio de 1992:
Como me paso todo el tiempo en casa, observo el mundo a través de la ventana. Sólo un pedazo de mundo. Hay un montón de perros de raza vagando por las calles. Probablemente sus dueños tuvieron que abandonarlos porque ya no les podían dar de comer. Qué triste. Ayer vi a un cocker que cruzaba el puente, sin saber qué dirección tomar. Estaba perdido. Quería ir hacia delante, pero luego se detenía, se daba la vuelta y miraba hacia atrás. Seguramente buscaba a su dueño. ¿Quién sabe si su dueño sigue vivo? Aquí incluso sufren los animales.



15 de noviembre de 1992:
Un montón de gente se ha marchado de Sarajevo. Todos ellos conocidos. Mamá ha dicho: «Sarajevo se marcha». Mamá y papá conocen a muchos de los que se han ido. Hablaron con ellos, y cuando se despidieron, todos decían: «Nos volveremos a ver algún día, en algún lugar». Fue triste. Triste y sobrecogedor.

29 de noviembre de 1992:
Hace frío. No tenemos suficiente leña, así que la estamos racionando. Hay leña en el mercado, pero, como todo lo demás, sólo puede comprarse con marcos alemanes, y eso es muy caro. Yo no puedo evitar pensar que quizá los tilos, abedules y plátanos de mi parque estén allí, con toda la otra leña.

6 de enero de 1993:
Está helando. El invierno ha llegado a la ciudad. Antes el invierno me gustaba mucho, pero en el Sarajevo de ahora es un huésped muy desagradable. Las flores se nos han congelado. Estaban en las habitaciones sin calefacción. Ahora vivimos en la cocina. Es la única habitación que calentamos.

26 de enero de 1993:
Me he dado cuenta de que ya no te escribo sobre la guerra ni sobre los tiroteos. Debe de ser porque me he acostumbrado a ello."

Zlata Filipovic
El diari de Zlata

28 d’ag. 2012

els periodistes


“La jubilación. Hermann Tertsch solía mencionarla con lengua insegura hacia el tercer whisky, cuando su ordenador portátil ya había transmitido por línea telefónica la crónica que publicaría El País a la mañana siguiente. Hermann acababa de escribir un libro explicando la guerra en la ex Yugoslavia y lo habían ascendido a jefe de Opinión del diario, lo que significaba jubilarse de los viajes y la acción después de muchos años como reportero en Europa central. Era un fulano de la escuela austrohúngara, como Ricardo Estarriol, de La Vanguardia,  y el maestro de maestros, Francisco Eguiagaray,  a quien todos los taxistas de todos los hoteles de todo el este europeo saludaban con un elocuente champán, chicas, factura, no problema. Generoso como un gran señor, entrañable, nostálgico del Imperio y capaz de verter lágrimas con la Marcha de Radetzky, Paco Eguiagaray era el gran especialista de la zona, y sus crónicas para televisión, ferozmente antiserbias en los primeros momentos de la guerra, le costaron una jubilación anticipada. Sin embargo, el tiempo le daba la razón. Con Estarriol y Tertsch llego a predecir, al pie de la letra, lo que se avecinaba en los Balcanes:
-Esos imbéciles de las cancillerías europeas no leen historia.
Solía referirse al tema mientras invitaba a champaña helado en Viena, Zagreb o Budapest a los colegas más jóvenes, que acudían a él en busca de doctrina y experiencia. Acudían todos salvo la Niña Rodicio, que después de solo dos años de periodismo activo se había transformado directamente de modosa becaria en pozo de experiencia, y no necesitaba doctrina de nadie, ni siquiera cuando confundía los calibres, hablaba de los B-52 bombardeando en picado, o permitía que Márquez y los cámaras que trabajaban con ella le sacaran las castañas del fuego. Quizá por eso la Niña Rodicio hablaba mal de Paco Eguiagaray, de Alfonso Rojo, de Hermann y de todo el mundo, y trataba a patadas a la gente de su equipo. Como decían Miguel de la Fuente, Fermín, Alvaro Benavent y los que tuvieron el privilegio de vivir de cerca el asunto, trabajar con ella era igualito que hacerlo con Ava Gardner.
En cuanto a los fulanos de las cancillerías citados por Paco Eguiagaray al predecir el negro futuro de los Balcanes, estaban demasiado ocupados ensayando sonrisitas de autocomplacencia y posturas ante el espejo como para hacerle caso. "Vemos la crisis con razonable optimismo", había dicho el ministro español de Exteriores días antes de que los serbios atacaran Vukovar. "Habrá que hacer algo un día de estos", declararon sus colegas europeos cuando la segunda parte empezó en Sarajevo. Entre pitos y flautas habían tardado tres años en reaccionar, y lo hicieron chantajeando a los musulmanes bosnios para que aceptasen el hecho consumado de la partición del país; cuando ya nada podía devolver la virginidad a las niñas violadas, ni la vida a las decenas de miles de muertos. Hemos parado la guerra, decían ahora que todo parecía cerca de acabar, y se empujaban unos a otros para salir en la foto, presentándose en el cementerio a pintar de azul las cruces. Cuarenta y ocho de esas cruces correspondían a reporteros, muchos de ellos viejos amigos de Márquez y Barlés. Y ojalá los ministros y los generales y los gobiernos hubiesen hecho su trabajo como todos ellos: con el mismo pundonor y con la misma vergüenza.”

Territorio Comanche
Arturo Pérez-Reverte
Ollero&Ramos editores, SL
Barcelona, 1994
Págs: 66-68
Arturo Pérez-Reverte cubrió como reportero de TVE  la guerra de Bosnia




“Territorio Comanche”

Director: Gerardo Herrero
Intérpretes: Imanol Arias, Carmelo Gómez, Cecilia Dopazo, Gastón Pauls, Bruno Todeschini
Coproducción: Alemania, España, Francia
Año: 1997.
Guion: Salvador García Ruiz, Arturo Pérez Reverte
Montaje: Carmen Frías
Fotografía: Alfredo Mayo
Música:  Ivan Wyszogrod
Dirección artística: Luis Valles


Basada en la  novela de Arturo Pérez Reverte, la película narra la historia de Laura (Cecilia Dopazo), una periodista con mucho éxito y con muy pocos escrúpulos que viaja a Sarajevo durante el brutal cerco al que se vio sometida la ciudad durante la horrible guerra de Bosnia. Laura quiere ascender en su carrera periodística con sus crónicas sobre el asedio. Allí conoce al español Mikel (Imanol Arias), un reportero experimentado de vuelta de todo y con firmes convicciones, y a José (Carmelo Gómez), su cámara. Este último está totalmente obsesionado con filmar la voladura de un puente, al tiempo que intenta superar la dureza del día a día de la guerra.  El viaje al  horror de las bombas y francotiradores cambiará la mentalidad de Laura.

27 d’ag. 2012

viure a la ciutat assetjada


“Viure sota el setge”. Els que no ho hagin experimentat mai difícilment podran entendre aquest sentiment. És una qüestió de resistència física i d'un estat excepcional de la ment. El més difícil és aguantar el primer cop, quan has d'acceptar el fet que t'observen i et controlen en cada situació i a cada moment. “Assetjar una ciutat europea al final del segle XX”, a l'escenari de Sarajevo, significava envoltar la ciutat amb una àmplia franja d'armament lleuger i pesant situat als turons perifèrics i fer-lo servir per apuntar contra els civils desarmats. No hi havia una zona segura. El ciutadà de Sarajevo estava exposat a foc de les escopetes i de les granades tant a casa seva com al carrer, a les escoles, als parcs, als hospitals, als temples; sempre exposat als terroristes invisibles i a la mort probable.

La segona fase, la “d'estar sota el setge”, significava abatre's sobre els civils sotmesos a setge mitjançant l'exercici del terror més sofisticat en les seves innombrables formes: deixar-los sense aigua, sense aliments, sense llum, sense gas, sense gasoil, sense calefacció, sense botigues, sense diaris, sense programes de televisió, sense telèfon i sense transport. Fer un gir de cent vuitanta graus en tot. “Estar sota el setge” significava acceptar el fet que ja no existien les coses conegudes, que la mort era més probable que la vida i que l'anterior manera de viure havia desaparegut.

La tercera fase es coneix com “l’adaptació biològica, humana i creativa” a la nova manera d'existir. Els ciutadans de Sarajevo van descobrir uns recursos increïbles en l'humor, en les innovacions, en la bona disposició i en la imaginació; aquests recursos van ser una expressió de llibertat en la seva lluita contra el terror permanent. La vida quotidiana es desenvolupava a l'entorn d'unes necessitats de caràcter molt pràctic; el temps i els torns de dia i nit estaven regulats per les breus i escasses arribades de llum o per la pluja de mitjanit, quan tothom es llevava per recollir l'aigua de pluja a carrer. La nit esdevenia dia quan es ciutadans, protegits dels franctiradors pe vel de la foscor, anaven lluny per buscar aigua.

Les estacions de 'any, al llarg de quatre anys, es valoraven en funció de la capacitat d’emmagatzemar aliments dels horts improvisats, recollir branques als parcs o aprofitar la neu i a pluja com una font suplementària d'aigua. Aquestes circumstàncies canviaven l'estat de la consciència a tots els ciutadans. De manera espontània, va aparèixer la necessitat d'establir algun tipus d'equilibri en tot aquell caos. Per mantenirl a salut mental, cadascú intentava posar en equilibri la seva vida reconduint la seva existència anterior cap a les condicions ara canviades. De manera que Sarajevo va experimentar el seu boom cultural més important precisament durant e setge més llarg de la història moderna de la humanitat. El boom cultural es va convertir en l’actualitat social, en l’estil de vida. Els actors actuaven, es escriptors escrivien, es escultors esculpien, es pintors pintaven, es periodistes publicaven els diaris, els directors de cinema feien cinema, així com els banquers i els directors anaven als bancs i als despatxos sense telèfons i sense finestres. Calia una enorme intel·ligència i una gran concentració per buscar solucions, per inventar una cosa gairebé impossible. (...)

Sarajevo ha demostrat que un medi urbà pot sobreviure malgrat la destrucció total i el tanca-ment de tots els punts d'entrada i sortida de la ciutat; que pot sobreviure i romandre civilitzat i humanitzat, i a més, assolir nous paràmetres en la filosofia de les vivències, en la teràpia mental í en les creacions artístiques

VlURE SOTA EL SETGE
Suada Kapic
extret de: Sarajevo! La ciutat en la nostra memòria

1395 Days Without Red



1395 Days Without Red, es, un proyecto audiovisual conjunto formado por dos películas hermanas, dirigidas por el director bosnio Sejla Kameric y el albanés Anri Sala. En las mismas, han revivido el sitio de Sarajevo, el más largo de la historia de la guerra moderna, casi cuatro años (1992-1996) en los que el miedo y el peligro se instalan en la vida cotidiana.
El proyecto se llama así porque no ponerse prendas de color rojo disminuía las posibilidades de la población bosnia de ser alcanzada por las balas serbias. Maribel Verdú protagoniza ambos filmes, un ensayo audiovisual coproducido por el Museo d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA) y la institución artística londinense Artangel.

“La cámara sigue a una mujer en su ruta diaria. La ciudad es la de hoy. El tiempo de la filmación es a la vez presente y pasado. En cada esquina la mujer está expuesta a las balas y cada intersección supone un nuevo cálculo antes de caminar.
La geografía de la ciudad dibuja una topografía de exposición y protección, relieve y miedo. El ritmo de la película depende de la velocidad de la caminata, acompañada de una música. La mujer revive la experiencia de otras personas en el preciso lugar donde ocurrió el drama. Es su desplazamiento individual en el pasado colectivo. Lo que ocurrió entonces vuelve a suceder de nuevo en el presente.”
 presentación en la página del MACBA



26 d’ag. 2012

els carrers de Sarajevo


Vedran Smailovic, 11 de novembre de 1956, conegut com el "violoncel·lista de Sarajevo", és un músic bosnihercegovi que, com molts altres ,va  suportar el setge de Sarajevo.

Smailovic havia tocat a l'Òpera de Sarajevo, a les Orquestra filharmònica i simfònica de Sarajevo i al Teatre Nacional.

El 1992, Smajlovic va tocar amb el seu violoncel  l'Adagio d'Albinoni durant diversos dies als carrers de Sarajevo,  en homenatge a les vint-i-dos persones assassinades quan feien cua per rebre pa. També va tocar en diversos funerals durant el setge, tot i que aquests actes eran objectiu del foc enemic.

El 1993 va aconseguir deixar la ciutat assetjada.





Va estar allà un diumenge al matí,
a la cantonada de la plaça,
amb un esmòquing acabat de rentar.
En una cadira plegable senzilla,
just després de aixecar el toc de queda,
quan tot estava tranquil,
va tocar el seu violoncel
en el fred del matí

Als carrers de Sarajevo,
un lloc de foc i mort,
aquesta música tan sorprenent
va contenir la respiració de tothom.
I cada matí va tornar,
En el mateix lloc a tocar,
als carrers del Sarajevo quotidiana.

I cada dia em va fer preguntar-me
on trobar mai
la música per escapar de la bogeria.
El valor de ser amable,
la bellesa en l'oblit.
Pensem que tot s’oblida
als carrers del Sarajevo quotidiana

I molts, cada dia,
I els soldats li van preguntar qui era.
Li van advertir del perill
en fer el que fa.
Molts van dir que estava boig
per arriscar així la seva vida
als carrers del Sarajevo quotidiana

M'agradaria que algú em digués
qui és el boig, qui  és el  sa:
aquells que estan drets en senyal de protesta
o aquells que fugen de les  bombes com la pluja.
Els que omplen les nostres vides de la mort,
en aquest lloc on els nens juguen
als carrers del Sarajevo quotidiana

Així que vinc aquí, desafiant,
per afegir una mica de gràcia,
i intentar alleujar el terrible odi.
I l'horror d'aquest lloc,
per recordar que hi ha bellesa.
No importa el que diguin
Als carrers del Sarajevo quotidiana

I cada dia els veig
els que no volen fer-se de banda,
els qui es neguen a ser derrotats.
Els qui van contra el corrent
i són una espurna en la foscor.
La laminació de la pedra,
el missatge en una ampolla
des de les ribes distants de la llar

I cada dia em va fer preguntar-me
on trobar mai
la música per escapar de la bogeria.
El valor de ser amable,
la bellesa en l'oblit.
Pensem que tot s’oblida
als carrers del Sarajevo.
I als carrers de Tel Aviv
I als carrers de Jakarta
I als carrers de cada ciutat,  cada dia

John McCutcheon (músic i cantant nord-americà)


Sarajevo,....una guerra oblidada
















Miss Sarajevo



Miss Sarajevo es una canción compuesta al calor de las bombas que destrozaron la ciudad y miles de vidas. Entre tanto dolor y sufrimiento, la canción nos recuerda que también hay una pequeña ventana de esperanza. Un deseo de volver a una vida normal y cotidiana. La que transmitía la imagen de un concurso de belleza en Sarajevo.

En la guerra propagandística que va aparejada a toda guerra, el gobierno de Sarajevo concibió una acción que debía contribuir a relanzar su imagen internacional como entidad pluralista, laica y tolerante. La acción consistió en la convocatoria de un concurso de belleza, que debería designar por primera vez una Miss Sarajevo.  Alrededor del evento se realizó un extraordinario esfuerzo difusor impulsado por diversos gobiernos europeos, en el que entre otros medios públicos y privados participó directamente la organización televisiva europea Eurovisión, que se encargó de retransmitir el certamen a todo el mundo.
La mayoría de las muchachas que participaron en el concurso mostraban en su físico las huellas de dos años de privaciones causadas por el cerco a la ciudad. Un desfile de adolescentes malnutridas en traje de baño se paseó ante las cámaras de televisión, en una ceremonia esperpéntica.

Esa incongruencia, esa suprema contradicción, ese disparate surrealista es lo que cuenta “Miss Sarajevo”, canción original de U2.

Miss Sarajevo

Momentos para volver la vista a un lado
Hay momentos para bajar la cabeza
Para continuar con tu día

Hay momentos de rímel y pintalabios
Momentos para un corte de pelo
Hay momentos para ir de tiendas
Para encontrar un vestido adecuado

Aquí llega, todas las cabezas vueltas
Aquí llega, a recoger su corona

Hay momentos para refugiarse
Momentos de besos y confidencias
Momentos para distintos colores
Distintos nombres difíciles de pronunciar

Hay momentos para primeras comuniones
Momentos para escuchar la canción del verano
Hay momentos para girarse hacia la Meca
Momentos para convertirse en reina de belleza

Aquí llega, la belleza hecha payaso
Aquí llega, surrealista con su corona

Dicen que como el río encuentra el camino al mar
Como el río vendrás a mí
Más allá de fronteras y tierras áridas
El amor llegará, el amor
Yo ya no puedo rezar más
Ni puedo creer más en el amor
Ni esperar más al amor

Hay momentos para poner lazos de regalo
Momentos para árboles de Navidad
Hay momentos para poner la mesa
Cuando nos aguarda una fría noche

11541, SARAJEVO




Sis d'abril de 2012. Al centre de Sarajevo, al llarg d'uns 800 metres del carrer principal, es van instal · lar 825 files de seients de color vermell. Una cadira vermella buida per cadascuna de les 11.541 víctimes mortals del setge a la ciutat entre els anys 1992 a 1995, el més llarg de la història.

Així va recordar la capital de Bòsnia i Hercegovina el vintè aniversari de l'inici del setge a la ciutat per part de tropes sèrbies.






25 d’ag. 2012

les "pelis" del conflicte, 2

"Sarajevo, mi amor"( Grbavica. El secreto de Esma), 2009


Sinopsis:

Esma, madre soltera, vive con su hija Sara, de 12 años, en un barrio de Sarajevo llamado Grbavica.  Allí la vida aún se está reconstruyendo, tras de las guerras de los años noventa.
Imposibilitada de llegar a fin de mes con la ayuda que recibe del gobierno. Esma acepta un trabajo como camarera en un club nocturno. Para Esma le resulta difícil trabajar toda la noche, porque pasa menos tiempo con su hija
Perseguida todavía por el pasado, Esma participa en sesiones de terapia en un  Centro de Mujeres. Además de confiar en su mejor amiga Sabina, Esma también encuentra un alma gemela en Pelda, un compañero de trabajo del club nocturno.
Su hija Sara, una adolescente rebelde de trece años, se hace muy amiga de un compañero de clase,  Sarnir. Los dos adolescentes se sienten fuertemente unidos porque ambos han perdido a sus padres en la guerra.  Pero Samir se sorprende al escuchar que Sara no conoce los detalles de la muerte de su padre.
El padre de Sara se convierte en tema recurrente cuando ella necesita un certificado que acredite que murió como shaheed, como  “mártir” de guerra,  para obtener un descuento para su viaje de estudios.  Esma alega que es difícil obtener el certificado, dado que su cuerpo aún no ha sido encontrado. Mientras tanto,  Esma busca desesperadamente un préstamo para pagar el viaje de Sara.
Sara, confundida, se torna violenta cuando algunas compañeras  de colegio la molestan por no estar en la lista de los hijos de mártires. La violencia llega al límite, cuando se da cuenta que su madre ha pagado el precio total del viaje. Sara le exige que le cuente la verdad, y Esma, acorralada, le explica que ella es el fruto de  una violación en un campo de prisioneros de guerra. Así de dolorosa es la confrontación entre madre e hija, pero también es el primer paso hacia la superación del trauma.
Toda la película esta recorrida por la tensión entre el deseo de olvidar y una realidad que a cada paso destapa las llagas de la guerra. 



Notas de la directora

“Yo estoy fascinada por la vida diaria, pero comparada con la guerra, puede parecer ordinaria, no dramática, hasta banal. Sin embargo cuando uno araña un poco la superficie, todo el poder de las emociones humanas –pasado, presente y futuro- empiezan a emerger.
“GRBAVICA es, antes que nada, una historia de AMOR. Un amor que no es puro, porque se ha ido mezclando con odio, disgusto, trauma y separación. Es también una historia de VICTIMAS quienes a pesar de que no han cometido ningún delito, no son enteramente inocentes en relación a las futuras generaciones. GRBAVICA es una historia acerca de la VERDAD, un poder cósmico necesario para progresar y muy necesitado por la sociedad en Bosnia y Herzegovina, que deben esforzarse mucho para alcanzar la madurez.
Grbavica es un vecindario ubicado justo enfrente de donde yo vivo. Durante la guerra fue ocupado por el Ejército Serbio y transformada en un campamento de guerra donde la población fue torturada.  Cuando caminas por Grbavica ahora puedes ver edificios comunes del régimen socialista, residentes locales, tiendas, niños, perros… pero al mismo tiempo tienes esa extraña y particular sensación de la presencia de algo inexplicable e invisible de un lugar donde mucha gente sufrió.”

Ficha:

Guión y Dirección: Jasmila Zbanic
Fotografia: Christine A. Maier
Montaje: Niki Mosbok
Dirección artísticae: Kemal Hrustanovic
País:  Bosnia y Herzegovina
Duración: 90 mínutos
Reparto:
Esma: Mirjana Karanovic
Sara: Luna Mijovic
Pelda: León Lucev
Samir: KenanCatic
Sabina: Jasna Omela Berry
Cenga: Dejan Acímovic

Tráiler:


24 d’ag. 2012

Sarajevo: testimonis 4


Recordo la mare, a qui amb moltes dificultats vaig poder convèncer, durant els primers mesos del setge de Sarajevo, que no tenia cap sentit que anés a pagar el lloguer, la llum, la calefacció i l'aigua. Aleshores, en els primers mesos de guerra, de fet ja no tenia ni pis (el que anomenàvem «pis» era un refugi inadequat davant de les granades i el foc dels franctiradors) ni llum ni aigua ni calefacció. Vaig trigar un temps a comprendre que aquella insistència irracional per complir les obligacions cíviques en les condicions absurdes que li havien estat imposades, era una elecció d'allò més natural i racional.
Igual de natural era la meva elecció, durant aquells tres anys i mig de setge, massa llargs, d'anar cada dia al despatx —literalment cada dia, ja que la guerra no reconeix la nostra necessitat de caps de setmana ni de vacances—, de rebre amb un somriure els periodistes d'arreu de món, d'ajudar-los a recollir informació perquè poguessin parlar del que ens estava passant i, a més, d'acompanyar-los, si ho esperaven de mi, fins a les trinxeres a les primeres línies de defensa.(...)
Igual de natural era també la meva elecció —tan instintiva com racional— de passar cada dia pel meu bar després de la feina i, desafiant el perill, seure allà amb els meus amics i escalfar-nos i enfortir-nos mútuament amb la conversa, les rialles, els records de les vacances anteriors i els moments feliços, fent pinya al voltant d'una petita estufa, amb la música d'un radiocasset endollat a la bateria d'un cotxe. Aquestes no són res més que unes quantes il·lustracions espontànies i arbitràries del que era la quotidianitat del nostre modus vivendi a la Sarajevo assetjada. D'exemples com aquests, n'hi ha tants com habitants a Sarajevo, multiplicats per mil dies de setge i cada dia multiplicat per cada acte, cada gest, cada alè que inspiràvem. Enfrontats a la injustícia còsmica i a un mal mai no visí, l'esforç —de vegades inhumà— per mantenir una vida normal (i no va ser mai una aparença, sinó la vida en tota la seva plenitud) significava per a tots un afany de mantenir alhora l'autoestima i la dignitat. I cap de nosaltres no hi veia res d'estrany. Únicament ens estranyava la incredulitat que expressaven els corresponsals de guerra estrangers davant les dones de Sarajevo, arreglades com si anessin a alguna recepció diplomàtica, mentre portaven a les mans barrils de plàstic per a l'aigua que havien de transportar quilòmetres i quilòmetres per tal que les seves famílies es poguessin rentar i arreglar-se; davant dels músics que anaven als assaigs cada dia i oferien concerts gairebé cada dia; davant dels entusiastes i davant dels somniadors que en plena guerra iniciaven un festival de cinema, creaven representacions teatrals, escrivien poesia per llegir-la als combatents a les trinxeres; davant de les mares que paraven taula com si es tractés d'una festa d'aniversari per oferir a les seves famílies només una llauna de verat, una sopa d'aigua amb unes llenties escasses o l'odiosa llauna de carn amb l'irònic nom d'Icar. (...)
(...)la gent de Sarajevo, que va aconseguir lluitar contra la seva pròpia desgràcia, ara està sorpresa per la il·limitada capacitat del món per tornar a infligir-se a si mateix, un cop i un altre, el mal. Se sorprenen davant la revelació que el món i els temps en què vivim s'estan «dislocant les seves pròpies articulacions».

Modus vivendi sarajevià
Senada Kreso
extret de: Sarajevo! La ciutat en la nostra memòria

23 d’ag. 2012

Sarajevo: testimonis 3


"El gran nombre de mals records ha fet un pòsit d'amarga experiència en la meva consciència. Tots aquests records s'han fos en un gran punt negre. És ridícul buscar-hi detalls específics i diferències perquè tots aquests records produeixen el mateix sentiment.  Ja no és e dolor, ja que el dolor pot arribar al límit i aleshores transformar-se en rebel·lia, en despit... Penso que despit és l'única i veritable paraula amb la qual podria descriure el que sentia el 1992 (...)
(...) recordo l’inici de la guerra a Croàcia, l'atac a Vukovar i a Dubrovnik. Tot això em resultava llunyà, una cosa que mai no ens podria passar a nosaltres. (...) Fins aleshores era molt fàcil veure les notícies, escoltar els que parlaven d'una guerra que es produïa lluny de nosaltres i després apagar el televisor i enterrar tot allò al fons d'un mateix, sense pensar en la gent anònima que lluitava per la simple supervivència. Eren guerres en llocs llunyans, prou llunyans perquè tots ens poguéssim tancar en els nostres mons egoistes i no fer-ne cas. Fins que això ens va passar també a nosaltres.
(...) va esdevenir un matí d'abril , va passar a l'entrada de casa meva. La incredulitat va ser l’essència de la meva reacció; la impossibilitat de qualsevol pensament, la impossibilitat de ni tan sols pensar. Aquell abril de 1992 les barricades van aparèixer a la meva ciutat. Veure les barricades a la ciutat que fins al dia abans havia estat completament lliure, i alhora viure-hi i respirar-hi, era esbalaïdor.(...)
En aquell moment no hi havia lloc per a la por. El primer sentiment que em va envair va ser l'enuig.  Les hores passaven lentament. (...) Recordo e moment que les bales van començar a volar per damunt dels nostres caps. Els franctiradors ens disparaven des de l’hotel Holiday Inn per intentar espantar-nos. Per primera vegada vaig tenir por. No por de la mort; vaig tenir por d'aquella bogeria, de la política que ens empenyia cada cop més cap a 'abisme. (...)
El que aquell dia va tenir una gran importància per a mi van ser els meus amics, tots. Tots hi eren: la Daniela, en Jadranko, la Slavisa, la Irena, la Suada... I tots estàvem segurs d'una cosa: cap de nosaltres no volia que continués aquella bogeria; tots desitjàvem la pau i una vida normal.
Aquell dia va ser el preludi del que s'esdevindria més tard, i cap de nosaltres n'era conscient llavors.  Però després d'aquell dia, ja res no va ser igual ni ho seria, ni a la meva ciutat ni al cor de tota la gent que m'envoltava. En aquell moment, les armes només em semblaven un substitut d'un coratge inexistent;  i trobo que avui tampoc no ho podem anomenar de cap altra manera. Aquells que no podien dur a terme els seus objectius ideològics mitjançant una voluntat forta i un diàleg correcte, van començar a disparar contra la multitud desarmada que demanava els seus drets legítims.  (...) Era la primera vegada que veia una imatge tan aterridora que amb el seu horror superava totes les pel·lícules de terror que havia vist. (...) Té un aspecte horripilant i, des d'aleshores, sé que les armes maten. Les armes maten en el moment que les tenen a les mans els individus fets de qui sap quin tipus de complexos i falta d'honra. Allò ja no era un producte dels que ens ofereix e setè art. Allò era la vida real. La meva vida, la meva realitat. Aquell dia es va apagar una vida jove. Fins aleshores, els joves no morien cada dia; però en aquell moment, l'escopeta va demostrar com era de maleïda la seva precisió. Va morir la persona que probablement n'hauria ajudat moltes altres a sobreviure: una estudiant de Medicina. (... )La gent mor i fuig;  jo miro tot allò i no sé què fer; només sé que una inseguretat infernal es vessa sobre aquell cel i mentrestant ho estic veient.
Ara bé, aleshores tampoc no sabia que allò era 'inici de l'holocaust més gran del segle XX. No sabia aleshores que allò era 'inici d'un examen que aquest món meravellós, que s'autodefineix com a modern, estava a punt de suspendre sense haver obtingut ni un sol punt. Si aleshores haguéssim sabut el que avui sabem i si aleshores haguéssim tingut aquesta experiència, potser les coses haurien estat diferents per a nosaltres. Ha passat el temps dels herois. El segle XX viu sense herois; el seu lloc 'ocupen les víctimes. El més trist és que parlem de xifres grans que no podem determinar amb precisió. Però el que sí que podem dir sense cap dubte és on comencen, encara que no puguem dir el mateix sobre el final, perquè sota cada prat sembla que hi hagi una tomba.

“Les barricades apareixen a la meva ciutat”
Sandina Nezir
extret de: Sarajevo! La ciutat en la nostra memòria

22 d’ag. 2012

les "pelis" del conflicte


"En terra de ningú" (No Man 's Land ), 2001

Durant la guerra de Bòsnia, dos soldats de bàndols diferents, un bosnià i un serbi, es troben atrapats entre les línies enemigues, ... en terra de ningú. 

Un sergent dels cascos blaus de les Nacions Unides es disposa a ajudar-los, contravenint les ordres dels seus superiors. Els mitjans de comunicació no triguen a convertir l'assumpte en un espectacle mediàtic de caràcter internacional. Mentre la tensió bèl · lica creix i la premsa espera pacientment noves notícies, els dos soldats intentaran per tots els mitjans sortir amb vida d'aquesta situació.

Direcció, música i guió: Danis Tanovic
Fotografia: Walther Vanden Ende
Repartiment: Branko Djuric, Rene Bitorajac, Filip Sovagovic, Katrin Cartlidge, Simon Callow, Serge-Henri Valcke, Georges Siatidis
Coproducció Bòsnia i Hercegovina-França-Itàlia-Bèlgica-Gran Bretanya i Eslovènia

Premis:
2001: Oscar a la millor pel · lícula de parla no anglesa
2001: Globus d'Or: millor Pel · lícula estrangera
2001: Cannes: millor guió.
2001: Sant Sebastià: premi del Públic
2001: Cesar: millor pel · lícula estrangera.
2001: Associació de Crítics de Los Angeles: millor pel · lícula estrangera


21 d’ag. 2012

Sarajevo: testimonis 2


“Había una guerra en Croacia. Todos fuimos testigos de los terrores infligidos a Vukovar. Nos indignaban las matanzas masivas. No soportábamos ver la destrucción de Dubrovnik. Nos llegaban noticias de las barbaridades cometidas en Bijeljina y Visegrad,  (en  Bosnia).  La guerra había comenzado en nuestro país.  Nos preguntábamos atónitos: ¿qué está pasando? y ¿por qué?  Nos llegaban rumores de que atacarían Sarajevo y Bosnia-Herzegovina en cuanto obtuviera el reconocimiento internacional.
Nosotros, los ciudadanos de Sarajevo, no nos lo creíamos.  Quiero decir, ¿por qué Sarajevo, (dónde)  las culturas occidentales y orientales (se habían) fundido en una sola? Es una hermosa ciudad en un valle,  rodeada de montanas cubiertas de bosques frondosos. Prados perfumados en verano... arroyos en la montana. Ahora estas montañas se han convertido en un nido del mal. (…)
Me gustaría decir algo sobre mis colegas, mis supuestos amigos. Después de los primeros ataques a Sarajevo, (algunos serbios) abandonaron la ciudad y se fueron a Pale, a Banja Luka, (bajo control serbio), y a otros lugares... Mis amigos me disparaban a mí, nos disparaban a nosotros.  ¿Has sentido alguna vez que se te parte el alma? Me duele en lo más profundo de mi corazón. Esto me ha hecho sufrir mucho. Muchos de ellos habían sido mis mejores amigos, gente que me solía ayudar, con la que he compartido alegrías y penas. Los he perdido para siempre de la forma más inaceptable. He pasado uno de los mayores dilemas humanos. (…)
El ruido de los bombardeos y las explosiones nos volvían locos, también el ruido del lanzacohetes múltiple. Pero el sonido mas terrible era el de las metralletas que se oía día y noche sin parar y el silbido de las balas de aquellos disparos aislados.
 ¿Te puedes creer que los niños estaban mas tranquilos que los adultos? Mi hijo, que por aquel entonces tenía nueve anos, tenía mucha sangre fría. Cada vez que me entraba el pánico y lo metía en un portal, me tranquilizaba: “¿no te has dado cuenta de que la granada ha pasado por encima de este edificio? Caerá en otro lado.” Y así era. En los momentos de tranquilidad salíamos. Los niños recogían trozos de bombas,  granadas y balas gastadas. Mi hijo tenía una colección. Se puso muy triste porque no dejé que se las llevará cuando nos escapamos de Sarajevo.
(Mi marido y mi hijo) estaban en casa (mientras yo estaba en el trabajo). Estaba enferma de miedo, preguntándome si estarían vivos cuando llegará a casa. Ellos se preguntaban si yo iba a volver por la noche. Yo tenía miedo todo el tiempo. Me dolía todo y se me encogía el estómago. Cada vez que llegaba a casa me ponía a llorar. Mis nervios no lo aguantaban.
Nos solíamos reunir alrededor de una radio pequeña, escuchando las noticias y esperando un milagro. Pensábamos que estábamos viviendo una pesadilla y que nos despertaríamos.  Pero los cuerpos de los muertos, los heridos y los mutilados eran reales. Y los asesinos eran nuestros antiguos amigos y vecinos. (…)
Aunque sabia que era la única forma de salvar la vida de mi hijo,  me costó salir de mi querida ciudad, abandonar a mi marido y a mis amigos, para dirigirme con un solo bolso de viaje a lo desconocido. El convoy nos llevo a Split. Yo estaba en un estado de shock. Era un día tranquilo y bonito. No había bombardeos, ni artillería. Las tiendas estaban llenas de comida y ropa.  Vi fruta y verdura...(…)
Simplemente floto por la vida. Los días pasan, uno tras otro. Los meses pasan y yo ni siquiera me doy cuenta del cambio de las estaciones. Ya no puedo disfrutar del olor de las flores.
(A mi hijo) le gusta Zàgreb. Se ha vuelto muy independiente. Va a la escuela y es muy buen alumno.  Conmigo le seria fácil embarcarse en otra aventura hacia lo desconocido. Podría dar la vuelta al mundo. Está estudiando idiomas, “por si me hacen falta”, dice.  Es un chico muy inteligente y tuvo la fuerza para ayudarme en los momentos de crisis. Sin su apoyo no sé si estaría viva ahora. Es el significado de mi vida, mi única luz. Debó aguantar por el, para darle todo lo que pueda. Tengo que luchar por su felicidad en el futuró."

Testimoni anònim d’una refugiada de 43 anys. Selección del llibre:


Armas para luchar, brazos para proteger
Las mujeres hablan de la guerra
Panos Institute

20 d’ag. 2012

Sarajevo: testimonis 1




"«Hay que recorrer pacientemente la ciudad —leo en una guía de Sarajevo editada hace pocos años— para descubrirla, situar sus distritos principales y comprender que su corazón late siempre en la vieja Carsija, el barrio popular de los bazares. Comerciantes, curiosos y turistas. La Bascarsija,  nombre actual de esta parte de la villa, debe visitarse necesariamente a pie. En sus alrededores los aparcamientos son escasos y de localización difícil.» (….)
Hoy es un espacio desierto expuesto a los morterazos y obuses de los extremistas panserbios apostados en  las cimas del otro lado del río. Varios puestos callejeros de metal herrumbroso permanecen maltrechos y vacíos, una patética columna anunciadora, exhibe carteles desgarrados de actividades culturales muertas, un camión amarillo se ha inmovilizado para siempre junto al bello quiosco otomano de madera de cúpula estriada y rematada con dos bolas y una diminuta  medialuna. Los bazares están atrancados o han sido desventrados por los obuses,  sus tejados rojizos presentan boquetes o cicatrices de impactos,, los semáforos inútiles y rótulos indicativos de una Tourist route son  una reminiscencia ilusoria de pasados tiempos de dicha. (…)
El espectáculo de mayor desolación lo ofrece el antiguo Instituto de Estudios Orientales: la célebre biblioteca, de Sarajevo. El domingo 26 de agosto de 1992, los ultranacionalistas serbios arrojaron sobre ella un diluvio de cohetes incendiarios que redujeron en pocas horas todo su rico patrimonio cultural a cenizas. Como señala la Oficina de Información del. Gobierno de Bosnia-Herzegovina, dicho acto «constituye el atentado más bárbaro cometido contra la cultura europea desde la Segunda Guerra Mundial». En verdad —y tal era el propósito de la gavilla de mediocres novelistas, poetas e historiadores con vocación de pirómanos, cuyo Informe a la Academia de Belgrado fue el germen de la ascensión de Milosevic al poder y del subsiguiente desmembramiento de Yugoslavia—, dicho crimen no puede ser definido cabalmente sino como memoricidio. Puesto que toda huella islámica debe ser extirpada del territorio de la Gran Serbia, la biblioteca, memoria, colectiva del pueblo musulmán bosnio, estaba condenada a priori a desaparecer en las llamas de la vengadora purificación. (…)
En  el nuevo mapa de los Balcanes, trazado a sangre y fuego por los defensores de la primacía de los valores nacionales y religiosos, el mero nombre de Sarajevo simboliza la existencia de un cosmopolitismo odiado y sentido corno una afrenta: espacio de encuentros y convergencias, punto en donde las diferencias, en vez de ser causa de exclusión se entremezclan y fecundan por ósmosis y permeabilidad; la capital bosnia cifra — -me cuesta escribir cifraba — una concepción distinta,  estimulante y abierta de la ciudad europea.  Ciegos,  sordos y mudos,  estamos permitiendo que la destruyan."

Cuaderno de Sarajevo
 Anotaciones de un viaje a la barbarie
Juan Goytisolo