31 d’oct. 2023

mac y su contratiempo, 1

 


“La autenticidad me parece el santo grial de la mala literatura”

Vila-Matas condensa sus constantes literarias en su última novela, Mac y su contratiempo


por Ferran Bono
El País
13/02/2017



    ““¿Divertida?”. Enrique Vila-Matas se queda callado unos instantes. Parece que no lo esperaba. De sus libros se dice que son vanguardistas, conceptuales, renovadores, ensayísticos, y también se elogia el sentido del humor, la ironía que los atraviesa. Pero tal vez le pilló por sorpresa ese calificativo para su última novela, Mac y su contratiempo (Seix Barral), que ayer presentó a los medios de comunicación en Madrid. O tal vez no, porque no es fácil interpretar las facciones del rostro de este autor catalán, de 68 años, a quien su amigo, el también escritor Ignacio Martínez de Pisón, compara con Buster Keaton por su “humorismo impávido”.

    Amable y solícito, Vila-Matas responde al final: “Creo que es divertida en el buen sentido. Sin humor una novela nunca puede ser inteligente, aunque sea trágica. En todo caso, es un humor involuntario, natural. Cuando hablo en público cuento cosas que a veces provocan sonrisas, sin que me altere. Lo cuento de una manera infinitamente seria. Creo que ese humor del libro procede de la ironía”.

    Y del juego literario y metaliterario que plantea en la treintena de libros que ha publicado, mezcla de ficción y realidad, de ensayo y novela. “Casi no hay nada de lo que hago en la vida que no lo tome como un juego, con todas las posibilidades que tiene eso de actuar, de fingir o de moverse”, comenta el autor, que ha convertido a un tipo sesentón de barrio, voraz lector, que acaba de perder su trabajo, en el protagonista de su última novela.

    Se llama Mac, así le han puesto de nombre sus padres como homenaje al camarero de la película Pasión de los fuertes, de John Ford, al que le preguntan si alguna vez ha estado enamorado y responde que no, que toda la vida ha sido camarero. Lo explica el protagonista del libro a través de sus anotaciones en su diario que es, además, Mac y su contratiempo.

    En Mac y su contratiempo, Vila-Matas recoge el testigo de la novela que publicó en 1988, Una casa para siempre. "Rodrigo Fresán [escritor argentino] me habló de recuperar un libro del pasado para reinventarlo. Para mí era el libro más fácil de superar. Lo que he conservado es sólo el esqueleto de la trama", explica el escritor en otro juego de espejos literarios.

    Vila-Matas amplía las explicaciones: “En las primeras líneas ya hay un juego perequiano [de Georges Perec], porque el protagonista quiere producir el efecto de una novela póstuma incompleta, para apuntarse a la moda de estas novelas. Al mismo tiempo, Mac lucha por que la novela no invada su diario de debutante. Es también un ensayo sobre la repetición y la diferencia, como decía Gilles Deleuze, y también es un libro de cuentos. Este trasvase de géneros es bastante sencillo. La cuestión es que sea cuatro cosas al mismo tiempo. Vengo de una trayectoria en la que he manejado mucho esos trasvases”.

    La repetición es una constante a lo largo del libro, de la literatura, de la vida en general. “Se repite todo”, sostiene el escritor y colaborador de EL PAÍS. “Todos sabemos que estamos en un bucle continuo. En el capítulo tercero, aparece el filósofo Søren Kierkegaard y su comentario sobre la repetición. El recuerdo y la repetición son un mismo movimiento, pero mientras el recuerdo nos conduce hacia atrás, la repetición va hacia adelante, avanza. Recuerdo también una frase de Nabokov que con este libro he creído entender: la recuperación del pasado equivale a la muerte. Toda la historia de la literatura es modificar los textos ya escritos y esto es lo que intento explicar en el libro”.

    ¿Ya no hay que buscar la originalidad y la autenticidad? “Creo que mi novela se parece poco a lo que se produce en este país. Aunque también creo que original no hay nada. Y la autenticidad me parece el santo grial de la mala literatura”, afirma el escritor.

    Un momento especialmente divertido del libro, repleto de reflexiones sobre la escritura y los escritores, se produce cuando el protagonista, metido a autor, piensa en tomar apuntes de la riña que está teniendo con su esposa. “Eso de tomar notas de las discusiones con la mujer es muy propio de escritores. La mujer solo tiene la vida. El escritor tiene la vida y la escritura. Y la escritura le permite ver con distanciamiento lo que se está discutiendo”, comenta Vila-Matas, con un leve gesto que refuerza la ironía.

    Enrique Vila-Matas se muestra rotundo sin perder sus maneras tranquilas: "Soy lo contrario a la autoficción [subgénero de moda]. Si alguien ha pensado eso de mí es por París no se acaba nunca [en la que relata su experiencia siendo joven en la capital francesa], pero es el único libro. Entiendo que autoficción se ha hecho siempre. Es cierto que hay categorías universitarias, en Estados Unidos, sobre todo, que clasifican. He protestado últimamente en la Universidad: no me coloquéis en autoficción. Y me vienen a decir que saben que no es eso lo que hago pero que ellos necesitan clasificar un poco". ¿Y su mujer, Paula Massot, profesora de Literatura a la que dedica sus libros, también le clasifica? "Es un tipo de profesora que no ejerce de profesora americana. Es muy buena lectora", comenta.

    El camino de la confluencia con el arte contemporáneo no ha sido muy transitado por la literatura española. Enrique Vila-Matas fue uno de los primeros en explorarlo. Para su última novela, Mac y su contratiempo ha eliegido una obra de Geoffrey Johnson para la portada.

    Marcel Duchamp fue uno de los personajes que el escritor introdujo en su libro Historia abreviada de la literatura portátil, de 1985, inspirado por una exposición. "Cuando lo publiqué, no se sabía mucho en España quién era Duchamp", recuerda el autor.

    Este libro marcó su trayectoria. Fue el primero que le tradujeron (ahora, su obra se ha traducido a 36 idiomas). "Y ha permanecido siempre entre lectores muy jóvenes", apunta el autor, En EE UU se ha publicado conjuntamente con Kassel no invita a la lógica, de 2014, que se interna en la mítica feria de arte contemporáneo. "Les ha interesado sobre todo el de Kassel, mientras que Historia abreviada... la consideran más como un producto de juventud", comenta el autor.

    En Marienbad eléctrico, Enrique Vila-Matas escribió sobre su relación con su amiga, la artista Dominique González-Foerster, a partir de una retrospectiva que le dedicó el Pompidou."

25 d’oct. 2023

vila-matas obres i 9

 

Esta bruma insensata

Enrique Vila-Matas

Seix Barral, 2019
 
312 páginas:


Vila-Matas: 
“Soy capaz de albergar dos escritores más”

El autor publica Esta bruma insensata, novela con el “procés” como telón de fondo

por Carles Geli
El País
03/04/2019


    "“Simon Schneider. Proveedor de citas literarias. Experto en la anticipación de frases”. Alguien así sólo puede existir en una novela de Enrique Vila-Matas. Efectivamente, es el narrador de su Esta bruma insensata (Seix Barral), alguien que nutre con las mejores frases y las ideas más intertextuales y metaliterarias la esencia triunfal de las obras de su hermano, escritor muy reconocido, pero que vive oculto en Nueva York. De manera inopinada, éste le anuncia que irá a verle a Barcelona el 27 de octubre de 2017, cuando la tragicómica proclamación de la república catalana.

    Vila-Matas (Barcelona, 1948) ha salpicado con miríadas de citas sus libros, pero ni posee un diccionario de ellas ni las colecciona. Sí, en cambio, usa un viejo y largo documento de Word en el que tiene “citas de libros y notas y hasta descartes con cosas que creo que puedo utilizar algún día, pero mezclado con teléfonos, números de DNI, cuentas… se me ha convertido en un cementerio de citas”.

Una Barcelona “desvaída”

    Afirma el protagonista de Esta bruma insensata que son tiempos en los que "el alma vulgar afirma su derecho a la vulgaridad y lo impone donde quiera". Lo cree también su creador: "Totalmente, y en política, al máximo; nos toca ser muy críticos con los relatos que la sociedad produce", asegura. También está desanimado con la política cultural en Cataluña: "Llevamos ya cinco consejeros de Cultura en apenas tres años y no han hecho nada y eso va calando en la sociedad; Barcelona está desvaída: se han hecho, por ejemplo, cosas interesantísimas en el festival literario Kosmopolis en el CCCB y el eco ha sido muy pequeño".

    Quedarse palabras de otros autores y la utilización explícita o no de frases de otros libros es casi un leit motiv en su obra, en especial en Impostura (1984). “Cierto, aparece también un sirviente y un escritor con doble personalidad… En realidad, la mayoría de mis personajes son muy humildes y están en situaciones límite y muy difíciles para ser felices; las cosas les mejoran un poco, pero siempre de manera insuficiente”.

    En Esta bruma insensata, el anónimo suministrador no deja de construir una novela y vence, de algún modo, a su hermano famoso, alguien que construye una brillante teoría sobre la literatura a partir de las ideas de su gris hermano, pero que, en el fondo, no cree en la literatura. “El proveedor sí cree en la literatura, sigue teniendo fe en ella; el famoso, en el fondo, la rechaza”. ¿Y Vila-Matas? “Yo la dicotomía escribir o no escribir la resolví en Bartleby y compañía; estoy ahora en la fase: ‘Shakespeare, está bien lo que me dices, pero no me hagas creer que esto es perfecto, que es verdad, porque eso está inventado’… Esas dudas conviven en mí y deberían convivir en todos los escritores; en cualquier caso, yo soy capaz de albergar dos escritores o más”.

Partidos corruptos

    Simon Schneider admite la fatiga de vivir en su mente, tiene “miedo a distanciarse tanto de todo y del mundo”, y quizá quien hable ahí sea el escritor real. “Es una ironía conmigo mismo; no estoy distanciado de la realidad, pero admito que lo que escribo es sobre un mundo muy especial; también es cierto que hago vida de escritor, o sea, escribo y no voy a fiestas, y sí le doy muchas vueltas a lo que plasmo. ¿Fatigado de pensar tanto? Soy consciente de que estoy muchas horas trabajando en ese mundo diferente al de la vida real; es solitario, pero es lo propio que debería hacer todo escritor, ¿no? El otro día me decían que no sabían de qué hablar conmigo si no era de literatura. Y respondí: ‘Quizá es porque solo soy un escritor’”.

    La “bruma insensata” forma parte de una cita de Raymond Queneau. “Vivimos en ella”, dice Vila-Matas y su uso debe leerse, por un lado, “como una bruma de la vida misma: qué hay aquí y allá; pero también como aquello que no deja ver el río y cuando despeje veremos lo que estaba ocurriendo hoy”. Esa segunda mirada es la política. Y ante ello no ha hecho como Yeats (“me fascina la imagen de que un poeta como él tuviera una escopeta tras la puerta para defenderse de los bandos políticos”), sino que se ha acercado más a Joyce (“optó por silencio, exilio, astucia”). Resumiendo: “No estoy cómodo ni con la exCiU ni con el PP, dos partidos corruptos que alimentan el conflicto siempre para poder mantener los votos y el poder; hace años que pasa y cuando hay alguna imperceptible mejora, corren a decir más burradas para mantener esa situación”. Lo que piensa Vila-Matas sobre el procés está tácitamente ahí: la república catalana “como simulación, algo con estructura de ficción, si acaso un ‘relato’”, reflexiona Simon; una “farsa” ahora ante la “tragedia” de la declaración de Octubre de 1934; los ruidos de los helicópteros policiales de ese 27 de octubre de 2017 como si se tratara de Apocalypse Now: Barcelona como “una aldea vietnamita”.

    Si Kafka era el escritor tapado de Hijos sin hijos, Melville, el de Bartleby… o Blanchot el de Dr. Pasavento, aquí es Thomas Pynchon, paradigma junto a Salinger del escritor que desaparece. “Aunque no lo parezca, siento irritación por los escritores que se ocultan porque acaban generando y queriendo que sean los más vistos; es un juego tonto”. Pero ahí está en una novela anómala en la trayectoria de Vila-Matas: ha invertido más tiempo de lo en él habitual (dos años) y la ha empezado “15 veces” porque, afirma, he sido menos charlatán que otras veces: he cortado y depurado como nunca; la he hecho arrancar como tragedia hasta acabarla en comedia porque me vi incapaz de mantener ese sentimiento trágico de la vida muchas páginas”. También asegura que, “siendo la más metaliteraria, es la que menos”, si bien en ella asoman, por ejemplo, la teoría de las existencias menores, del minoritario filósofo francés Étienne Souriau, o late la tesis de que la novela ha perdido hoy su componente de reflexión y de “prosa sin aditivos” para dar paso a las novelas periodísticas o sociológicas. “Los avances digitales hacen que hoy todo esté grabado; Internet trabaja sola; no es necesario ya el escritor tipo Flaubert que registra la vida de una señora de provincias; hoy sería difícil vender a un Proust o un Ulises de Joyce: el éxito está ahora ligado a una cosa periodística, actual, así en novela como en cine: un episodio nazi, una corrupción”.

    Pero Esta bruma insensata no podía no ser metaliteraria. La génesis, admite Vila-Matas, está en una conferencia que dio hace dos años en el Collège de France, donde al proveedor de citas lo bautizó entonces, aleatoriamente, Bastian Schneider. “Recibí una carta de un escritor alemán diciendo que se llama así y que ahora piensa escribir sobre lo que ha pasado”. Un final genuinamente vilamatiano."

24 d’oct. 2023

vila-matas obres, 8

 

Marienbad eléctrico

Enrique Vila-Matas


Seix Barral, 2016

128 páginas:



Un sabotaje literario

Vila-Matas reincide en el delictivo mundo del arte contemporáneo con Marienbad eléctrico.

por Ángela Molina
El País
12/05/2016





    "Marienbad eléctrico es la historia de un enamoramiento. Y de cómo un escritor suficientemente bueno sobrevive en un edén literario en una isla desierta que contempla como una gran biblioteca habitada sólo por su Viernes. Enrique Vila-Matas lo encuentra en la artista francesa Dominique Gonzalez-Foerster. Ambos comparten un guion: el signo que une sus apellidos es el mismo que sostiene una “sucesión de felices equívocos creativos”.

    Tras Kassel no invita a la lógica (2014), que lograba envolver al lector en la jactancia del escritor al que nunca le falla la curiosidad, Vila-Matas reincide en el delictivo mundo del arte contemporáneo, cuyas ventajas expresivas son enormes. Si en aquella Documenta XIII (2012) encarnaba el papel de escritor-estrella que se entrega a los dictados curatoriales, en Marienbad eléctrico vuelve a interpretarse a sí mismo como un actor perdido en la traducción del arte contemporáneo.

    Como artefacto artístico, el libro es un hipnótico rotorelief duchampiano, un sabotaje literario. Comienza con el encuentro de Enrique Vila-Matas y Dominique Gonzalez-Foerster en la recepción de un hotel en Granada, donde serán “ponentes” en un evento artístico en la casa museo de García Lorca. Las barandas gitanas de este romance sonámbulo se transformarán con los años en las pródigas cascadas de Marienbad, el mismo balneario donde Alain Resnais rodó su película como un juego de espejos, donde ahora M es EVM y A DGF. Citas y pensamientos caprichosos a modo de diario personal describen la corta estancia del escritor en la ciudad jardín llorada por Goethe, con comentarios de sus encuentros con la artista “llenos de agitación verbal” en un café parisiense que convertirán en su particular “república del arte”.

    La abstracción de EVM en el acto de contar se parece a la de los niños en sus juegos: impone un mundo propio en movimiento, con un goce despreocupado. Su técnica narrativa es la de un cocinero á la page: reutiliza materiales, hace conexiones imprevistas, deconstruye, espumifica y esferifica. Son sólo cien páginas, ¡la medida razonable para un texto de catálogo! Pero, ay, los incondicionales de Vila-Matas no se lo habrían perdonado."




23 d’oct. 2023

vila-matas obres, 7

Kassel no invita a la lógica

Enrique Vila-Matas


Seix Barral, 2014

304 páginas:



Vila-Matas, en un chino

El autor narra su paso por la feria de arte Documenta en el libro Kassel no invita a la lógica

por Carles Geli
El País
21/02/2014





    "Luego dicen que Enrique Vila-Matas escribe cosas raras. Pero es que la vida le provoca. Por ejemplo, hace dos años le propusieron que participara como artista en la vanguardista Documenta de Kassel con el siguiente formato: escribir en un restaurante chino de las afueras de la ciudad ante la mirada de los posibles comensales y visitantes (o no). Bueno, era una nueva posibilidad de mezclar perplejidad y vida suspendida. El resultado, en forma de libro, es Kassel no invita a la lógica (Seix Barral), un “reportaje novelado o un ensayo novelado o una novela, pero no una autoficción, porque eso está desfasado y ya no lo hago”, asegura.

    El autor de Exploradores del abismo tenía motivos para el terror, y más cuando vio ya en el restaurante de marras la especie de mesa-camilla, el horrendo florero y el cartón amarillo gastado que rezaba: “Writer in residence” que conformaría su hábitat artístico. Y luego estaba el pavor íntimo a ser espiado mientras confeccionaba la supuesta obra, como Kafka cuando estaba a punto de casarse y su novia Felicia Bauer le soltó cariñosamente en una carta que se sentaría junto a él para verle escribir.

    Dios aprieta, pero no ahoga. Al final la experiencia no fue tan traumática. Para su alivio, en los cinco días sólo fueron a visitarle dos personas (una, una matrona alemana que lo estrujó alzándole del suelo al grito de “writer, writer”), y hoy Vila-Matas admite que todo fue “como un paseo por un gran parque gigantesco de las maravillas”, la misma sensación del protagonista de la novela Locus solus, de Raymond Rousell, que describe los objetos fantásticos que conforman su finca y que el escritor barcelonés no se sacaba de la cabeza esos días.

    Así, el libro tiene un punto de catálogo de lo que más –o lo que menos— gustó al escritor de las obras que fue viendo. La capital, una corriente de aire en un recinto (sic), firmada por el artista inglés Ryan Gander. “Me produjo un instante de armonía, que era una de las cosas que esperaba encontrar en Kassel”. Fue “un impulso invisible” que le levantó ese ánimo que desde hace unos años suele fundírsele a medida que atardece, cuando le invade una molestia amarga que mezcla memoria, rencor y melancolía. Le gustó menos un par de moscas tsé-tsé (una fértil y su consorte estéril) en un cristal, propuesta de un autor tailandés; y le inquietó encontrar un frasco de perfume que había pertenecido a Eva Braun junto a una toalla de aseo con las iniciales de Adolf Hitler, de la misma manera que le sacudió la composición musical de un judío antes de morir en la cámara de gas y que ese escuchaba desde un viejo andén de la estación de la ciudad de donde partía el tren que transportaba las víctimas nazis a los campos de exterminio.

    Eran todo muestras de avanzadilla artística pura; “para mí la vanguardia son dos viudas francesas elegantes que encontré en un restaurante de Cadaqués, eran las de Duchamp y Man Ray”, rememora Vila-Matas, evocándose de joven, con apenas 19 años: “Me aburría lo convencional y me fascinaba lo extranjero, que me permitía escapar de la monotonía y el sopor de la Barcelona de los años 60; desde entonces la búsqueda permanente de lo nuevo me ha guiado hasta ahora mismo”.

    No es experto en arte, pero Vila-Matas tiene claro lo que es diferente. Por ejemplo, entiende que las dos ediciones anteriores de la Documenta, la 11 y la 12, no fueron rompedoras, especialmente esa última, en la que participó el cocinero Ferran Adrià: “Al venderse a lo mediático, Kessel desfiguró por completo su razón de ser y el riesgo que debe asumir la vanguardia del arte”. La de hace dos años lo recuperó y la volvió a alejar, por ejemplo, de la feria española Arco, estos días en marcha. “Nada que ver: Arco es de una superficialidad absoluta, es mercadería, ventas”. También hay en el ensayo-novela un velado ataque a los intelectuales españoles, que en su opinión solo sonríen condescendientes ante un arte que suelen no entender. “Como decía David Trueba hace poco sobre Arco, en vez de reírse, nuestros conciudadanos deberían tener más curiosidad por el arte; la actitud de reírse es negarse a ser contemporáneo; claro que hay grandes estafas, pero hay que saberlas ver y apartar”.

    En épocas oscuras como la actual, para Vila-Matas el arte aceptable es el que efectúa una “reanimación cardiopulmonar sobre elementos mágicos y humanos”. El artista es, hoy, necesario como quizá nunca antes. “Suena más raro que en los años 60 pero es así; lo mejor sería que los políticos mudaran en seres grises, eficaces y discretos en la vida pública y dejaran paso a los artistas, con su potente central creativa de ideas, en vez de generarnos problemas a todos”. ¿Lo dice por la tensión Cataluña-España? “El diálogo, tarde o temprano, tendrá que ser forzoso; si los políticos fueran funcionarios eficaces ya estaría resuelto”.

    A la manera de Wittgenstein, Vila-Matas quería hacer de su habitación en el hotel, cuando reposara, su “cabaña del pensamiento”; luego resultó que “sólo pensé cuando caminaba, al aire libre, por el parque”. En una de sus intuiciones azarosas, para su aventura se había traído de casa el Viaje a la Alcarria, de Cela. “El desfase en el tiempo entre lo que yo veía y el mundo carpetovetónico con tullidos y muletas de Cela era brutal”. También llevó consigo el estudio de Rüdiger Safranski sobre el romanticismo. “El arte se mezcla con la vida y da sentido a todo”, vincula obra y pensamiento. Él también se lo dio a una experiencia que temía y de la que estuvo a punto de renunciar. Al final optó por espabilarse a partir de la declaración “El arte hace, y tú te las compones”, pronunciada por Chus Martínez, junto a Carolyn Christov-Bakargiev comisaria de Documenta 13. La primera fue quien le invitó y con la que juega en el libro a quedar con ella, en un continuo de suplantaciones. Todo en un contexto cargado de mcguffins, frases o situaciones de suspense, que impresionan aunque no vengan a tono ni sean causa o efecto de lo hablado, ni lleven a nada. “Kassel es un macguffin: el viaje y la performance como excusa para comentar la vida y el mundo”, dice.

    Quizá desde Dublinesca (2010) y la aparición de la artista Sophie Call (que quiso que le escribiera una historia que ella se comprometía a vivir a pies juntillas un año) se ha incrementado la presencia del cine, la arquitectura y el arte en la vida y la obra de Vila-Matas. Sin ir más lejos, ha colaborado con la instaladora francesa Dominique González-Foerster en la Tate Modern y lo hará de nuevo el 13 de marzo en Madrid, en el Palacio de Cristal. “En el arte encuentro mi supervivencia anímica, me ayuda a salvarme de mis mundos literarios”. Cree que el arte debe ser, además, optimista. “Lo otro es repetir el horror, estoy cansado de ideas negativas; busco de nuevas para levantarnos un poco… Un cuadro de Rembrandt me gusta mucho pero ya lo tengo todo entendido y visto; ante una pieza artística contemporánea aparentemente absurda el espectador es una persona activa; a mí me abre puertas”."



22 d’oct. 2023

la casa de les absències


 

    Ahir vam presentar a la nostra ciutat “La casa de les absències”, poemari o llibre de poemes de l’Helena Martinez-Ferreruela.

    El nostre company Joan Francesc el va presentar com el resultat d'un viatge en què la veu poètica bascula entre la lucidesa del present i la nostàlgia de l'ahir; entre les veus que són absència i el buit interior de l'avui.

    Per la seva banda, l'autora va destacar que el llibre busseja en els racons de la memòria, aquells llocs íntims, plens de solitud que perviuen il·luminats pels moments fugaços que retenen la nostra memòria.

    Tot poema, va destacar l'autora, és un viatge emocional, d'introspecció, que permet il·luminar la profunditat de les nostres tenebres.

    Com assenyala Esteva Plantada en la seva introducció al poemari: “La casa de les absències és una casa recreada vers a vers, de constatacions a dubtes, de tot el que hem perdut i ens ha fet ser tal com som ara mateix.”

    Després de la presentació, l’autora va fer una glosa de vuit poemes del recull, que vam comentar entre els presents.

La casa de les absències

Torno a casa devastada.
Com escanya el terregall
la llavor que hi germinava.

Fugit el fantasma de les coses
resta només el rastre d’aquelles
que ens prenyaren les venes,
els plecs de la pell nafrada,
cada múscul i òrgan tensat,
cada racó del cor
preservant aquell record
vitalment inevitable.


21 d’oct. 2023

vila-matas, obres 6

 

Chet Backer piensa en su arte: relatos selectos

Enrique Vila-Matas

DeBolsillo, 2011

352 páginas:



Los hilos de la ficción crítica

por J. Ernesto Ayala
El País
09/04/2011






    "Se publican dos libros de Enrique Vila-Matas, dos antologías de novelas breves y relatos. Se titula el primero En un lugar solitario. Narrativa 1973- 1984 y el segundo Chet Baker piensa en su arte. Relatos selectos. La importancia de estos libros es doble. Por una parte nos permite volver a sus primeras novelas, una década de preparación en toda regla de su futura narrativa de madurez. También se nos da la oportunidad de releer sus relatos (he vuelto a leer El hijo del columpio, mezcla genial de folletín y Kafka, y no pude parar de reírme). Pero, además, cada uno de estos libros lleva un texto inédito. Para las novelas breves, el autor escribe uno a manera de prólogo. Es un texto autobiográfico donde se nos consignan aspectos relevantes de la biografía de Vila-Matas, diríamos del joven Vila-Matas, además de algunas consideraciones de naturaleza estrictamente literarias que ayudan a comprender la génesis de su producción narrativa. En el segundo libro hay un relato, Chet Baker piensa en su arte, escrito en primera persona y en el cual la voz narradora airea sus dudas metodológicas: es la voz de un crítico que busca en la espesa selva de las teorías literarias su propia idea de la literatura.

    Veamos primero Chet Baker piensa en su arte. En principio digamos que su narrador pretende inaugurar un género nuevo: "la ficción crítica". En pos de ese propósito llega a la conclusión de que su dilema está entre lo que él denomina el "hilo Finnegans" (por la última novela de James Joyce Finnegans Wake) y el "hilo Hire" (por la novela de Simenon La prometida de monsieur Hire). A mí me parece que en este texto, Vila-Matas repite el esquema conceptual que expuso en Perder teorías (Seix Barral, 2010). Este ensayito en el fondo no es más (ni menos) que el desarrollo y ampliación de las teorías del editor Samuel Riba en Dublinesca. Aquí Riba afirmaba la importancia (o impotencia) de toda teoría, y mucho más de las teorías literarias. Yo leí Perder teorías como una excelente introducción a la lectura de El mar de las Sirtes de su admirado Julien Gracq. Otro asunto delicado que aborda es la competencia entre trama y estilo. Pues bien, al hilo de esta idea, la de trama y estilo o escritura, en Chet Baker piensa en su arte se expone otra no menos interesante teoría (más en la formulación que en su propio contenido, por su conocida discusión). El narrador de esta ficción crítica se encuentra en una encrucijada: la que forman el hilo Finnegans (la ficción como ente autónomo) y el hilo Hire (la ficción como discurso narrativo). El dilema es interesante. Vila-Matas, además, le agrega todo el drama de un hecho irreversible: el triunfo del hilo Hire: "La literatura Hire nace de no poder aguantar el desorden atolondrado de la vida... Y es así como alcanzamos de vez en cuando, en ráfagas que no llegan ni a momentos, una fugaz felicidad casi tangible". Para el narrador, en cambio, Finnegans significa lo que define Beckett: "No es arte sobre algo, es el arte en sí". La lectura de una novela de Sergio Chejfec (Mis dos mundos) que hace el narrador de este relato-crítico es lo que lo conduce hasta su problemática conclusión. No creo que sea necesario abundar en qué orilla de la cuestión se queda nuestro crítico. Sus reflexiones indican una poética de la incertidumbre, muy en la línea de lo que siempre ha defendido el autor de El mal de Montano. El relato no escatima el tejido intertextual. Tampoco se vislumbra que quiera perderse ninguna teoría. Acude a Bolaño, a Kafka. Se demora en el existencialismo abismal de Céline (aunque el crítico no hace como Vargas Llosa, que cuando cita al francés en Carta a un joven novelista no deja de emitir su repugnancia, cómo no va a repugnar alguien que en 1941 dijo que no entendía que los alemanes no mataran a tiros a los judíos por la calle). Y respecto a la novela de Simenon: bueno, yo todavía recuerdo los saltitos que da el señor Hire cuando camina. No me pareció esa la mejor imagen de ninguna felicidad. El prólogo a su narrativa temprana es una confesión valiente de Vila-Matas: nos habla de su entonces inseguridad, de su falta de cultura literaria a los veinte años y de lo mal que lo pasa si alguien desdeña su esfuerzo creativo. En resumen: el Vila-Matas que conocemos, con el que se debe discutir, el explorador del desorden y las ruinas del paisaje moral."

20 d’oct. 2023

la casa de les absències i 4

 


El llibre “La casa de les absències” de l’Helena Martínez-Ferreruela es divideix en quatre parts.

“Els falciots”, quarta i ultima part del recull, parla sobre la mort:

    “La por és la fera que et barra el pas. La inacció, la gàbia de què cal deslliurar-se. La inèrcia mata. No hi ha res fora del moviment, només la mort. La ment va i ve. Soc viva. El cos canviant pren sentit per la memòria. El record, con el falciot, torna tossut al niu cada primavera. Les ales fuetegen els finestrals enterbolits de la memòria. A cops, la fressa fa basarda. Però l’au sempre troba el forat per on s’escola la llum. Voleteja entorn dels llocs on ha fet niu. Memòria fal·lible, memòria ficció, memòria parany que oblida tot allò que escapa a la paraula. Oblidem per poder recordar, en un cicle constant, fins a la mort. Morir per viure en algun racó d’una altra Memòria”

Helena Martínez-Ferreruela, poetessa: 
«La vida és un teatre on tots volem sortir a escena»

Ella ho ha fet amb el poemari «La casa de les absències» que va presentar ahir al Centre Cultural davant d’un nombrós públic

per Andreu Dalmau
Revista Cambrils.cat
22 d’abril de 2023



    "Helena Martínez-Ferreruela és filòloga i poetessa cambrilenca, amant de la poesia i també creadora d’aquest tipus de literatura. El seu recull de poesies titulat La casa de les absències és “una metàfora de la identitat de l’ésser”, tal com va explicar ella mateixa, o “un diàleg interior i filosòfic amb veus passades”, com va descriure-la el també poeta Alfred Gavin, en el darrer acte de Dies de Llibres acte que va tenir lloc ahir al Centre Cultural.

    Gavin va conduir la presentació d’una manera que va permetre a tots els assistents, no només passar una bona estona escoltant i parlant de poesia, sinó que també va ajudar a Martínez-Ferreruela a despullar els misteris de la seva obra perquè els menys avesats a la lectura d’aquest gènere poguéssim captar la sensibilitat de l’autora. “La casa de les absències no només conté poesia de gran qualitat, sinó que també està molt ben planificat”, elogiava el presentador. Potser aquest factor ha estat decisiu perquè el passat 2022 rebés el Premi Pont Vell de poesia de la Vila de Montblanc.

    El llibre d’Helena Martínez-Ferreruela es divideix en quatre parts. La primera ens presenta la poesia més introspectiva, la segona és la menys filosòfica i està centrada en la crítica social, la tercera retorna a l’autoreflexió i la darrera parla sobre la mort. Precisament, el nexe que uneix tots els poemes són les absències: “a mesura que cremes etapes, sumes absències a la teva vida”, explicava l’autora que, en la seva primera intervenció, va voler tenir un record per la seva amiga Teresa Delgado.

    Tanmateix, el fil conductor no impedeix a Martínez-Ferreruela reflexionar entre versos sobre altres debats, com per exemple, la competitivitat que envolta al món literari: “A vegades no cal que ens comparem amb els grans poetes. La vida és un teatre on tots volem sortir a escena”.

    Com que “a vegades, els rapsodes interpreten de manera personal la poesia dels autors”, tal com va afirmar Alfred Gavin, la presentació va poder comptar amb una intèrpret de luxe per escoltar alguns dels poemes de La casa de les absències. Montserrat Aloy, poetessa de Tàrrega i amiga de l’autora del llibre, va fer una lectura excel·lent d’un poema de cadascuna de les parts. La musicalitat i el ritme en la poesia és molt important i Aloy va aconseguir imprimir-li el caràcter just a cada vers.

    La presentació es va tancar amb Gavin fent-li el famós qüestionari de Proust a l’autora, una manera original de què la coneguéssim millor. Gràcies a aquestes preguntes vam descobrir que Martínez-Ferreruela aprecia la intel·ligència i l’honestedat, que “igual que tothom” és una mica envejosa i que el més imprescindible per ella és compartir moments amb la gent que estima. Abans el presentador ja havia fet que descobríssim els detalls més personals de l’Helena escriptora: és de llapis i paper, memoritza els seus poemes mentre fa la compra, el seu vers preferit és l’octosíl·lab i els autors que més ha llegit darrerament són Charles Bukowski, César Vallejo, Joan Vinyoli..."


    El dissabte, 21 d’octubre de 2023, organitzem la presentació del llibre de l’Helena Martínez – Ferreruela: “La casa de les absències”, amb la presència de l’autora i la conducció i presentació del nostre company Joan Francesc Sánchez.

    L’acte tindrà lloc a l’aula Feixa Baixa del Museu de Ca n’Oliver, de Cerdanyola del Vallès, (Carrer València, 19), a les 18.30 hores.

Dintre de la mateixa presentació del llibre, l’Helena farà una lectura comentada dels seus poemes.

19 d’oct. 2023

la casa de les absències, 3

 




El llibre “La casa de les absències” de l’Helena Martínez-Ferreruela es divideix en quatre parts.

A “Geografia íntima”, la tercera part, l’autora retorna a l’autoreflexió:

    “Però la paraula és llengua, lloc íntim i també territori compartit. Penso i estimo en la meva llengua. Llegir em construeix. Escriure en reconstrueix cada cop que em trenco. El text poètic desconstrueix pel mateix llenguatge. Cada poema és extensió d’una personalitat, un acte de creació que perpetua el moment i el transcendeix. La POESIA és indret d’espiritualitat que l’amor governa. L’envaniment no hi té lloc. La POESIA és el meu sostre. No em deixeu al ras.”

L’endemà del balanç: ‘La casa de les absències’, d’Helena Martínez-Ferreruela

per Miquel-Lluís Muntané
La Veu dels llibres
22 de juliol de 2023



    "Hi ha moments en la vida en què ens agullona la necessitat d’aturar-nos a revisar l’estat de les nostres pertinences emotives i fer recompte de pèrdues i de guanys, d’assoliments i de derrotes, un exercici que ens ancora fugaçment en el present, sempre oscil·lant entre les ombres del passat i les incerteses del futur. En aquest recompte, la poesia –i, per extensió, qualsevol forma d’expressió artística– pot esdevenir una eina eficaç de mesura i una font de coneixement; per això, no són pocs els poetes que, arribats a un estadi vital de maduresa, destil·len en un poemari –de vegades, en més d’un– les conclusions d’aquest procés.

    La casa de les absències, el llibre amb què Helena Martínez-Ferreruela va obtenir l’any 2022 el Premi Pont Vell de Poesia del certamen literari Vila de Montblanc, sembla respondre prou fidelment a aquest perfil. Amb una veu alhora lúcida i nostàlgica, l’autora va teixint un subtil entramat de records i reflexions en un treball introspectiu per on transiten figures, escenaris i passatges de la singladura més íntima.

    El llibre està estructurat en quatre seccions titulades, respectivament, “El retorn”, “La partida”, “Geografia íntima” i “Els falciots”, que apleguen un total de trenta-dos textos a través dels quals el subjecte poètic desplega el mapa d’un itinerari vital que dona testimoni d’un temps viscut amb els sentits tensats i l’esperit receptiu. Vers a vers, l’autora posa de manifest algunes de les claus de l’aprenentatge que li susciten les llums i les ombres trobades pel camí.

    L’espai escollit, a manera de camp base, és la casa que se’ns dona a conèixer des del títol mateix: “el lloc on la vida se’m revela, la porta que m’obre al món”. Una casa on hi ha lloc per als afectes i els oblits, per al desencís i les esperances –“el silenci de l’inefable”– i la constatació de la permanència d’allò que és essencial enfront del que és accessori: “Fugit el fantasma de les coses / resta només el rastre d’aquelles / que ens prenyaren les venes”. En aquest examen no hi pot mancar l’evidència de la inevitable submissió a la tirania de Cronos –“La roda del temps ja té la seva inèrcia”–, ni les referències explícites a la finitud, el destí ineludible que espera tots els humans, més d’hora o més tard, al capdavall de la ruta –“Seràs terra un dia / i la terra t’engolirà / amb païdor lent.”

    No menys important és la identificació dels elements cabdals que atorguen sentit a la vida humana, com ara el dret a somiar –“No em lleveu el somni / que soc déu quan somio”– o l’oposició a deixar-se intoxicar per la mala voluntat –“Si la memòria / s’ha de nodrir de rancor, / més val passar gana”–, versos amb valor aforístic que contenen un pensament congènit sobre la vida; aquesta és, de fet, una de les línies de força que ressegueix tota l’obra.

    Del punt de vista formal, el recull està construït amb una diversitat d’opcions que abraça des del poema en prosa fins als versos d’art menor com són l’heptasíl·lab amb estructura de romanç, passant per decasíl·labs d’una contundència rotunda: “Bastaix fermat al jou de la misèria”. Aquesta varietat, lluny de desorientar el lector, proporciona al conjunt un efecte de frescor i amenitat. Val a dir que els textos, tant en vers com en prosa, posen de relleu una cadència fonda que només és capaç d’assolir qui té ben greixats els ressorts de la llengua i l’expertesa indispensable per fer-ne ús literàriament.

    La casa de les absències és un poemari de paraula càlida, que traspua autenticitat i que convida a ser llegit delicadament i sense pressa –així com intuïm que va ser elaborat–, perquè en les conclusions mateixes del balanç hi batega l’essència dels goigs i els dolors que ens són comuns, en la mesura que són inherents a la condició humana. I és que la bona poesia té la virtut de posar paraules als sentiments que, en definitiva, són de tothom; per això, tan bon punt llegim “quan el castell va caure, / no en va caure l’estendard”, sentim que l’horitzó se’ns eixampla una mica, també, a tots nosaltres."



    El dissabte, 21 d’octubre de 2023, organitzem la presentació del llibre de l’Helena Martínez – Ferreruela: “La casa de les absències”, amb la presència de l’autora i la conducció i presentació del nostre company Joan Francesc Sánchez.

    L’acte tindrà lloc a l’aula Feixa Baixa del Museu de Ca n’Oliver, de Cerdanyola del Vallès, (Carrer València, 19), a les 18.30 hores.

Dintre de la mateixa presentació del llibre, l’Helena farà una lectura comentada dels seus poemes.

18 d’oct. 2023

la casa de les absències, 2

 




El llibre “La casa de les absències” de l’Helena Martínez-Ferreruela es divideix en quatre parts.

“La partida”, la seva segona part, és la menys filosòfica i està centrada en la crítica social:

    “Si la paraula conforma el pensament, també serveix l’engany. Llavors, el discurs del poder, l’argúcia de la diferència, el joc d’escacs de blanques contra negres: la llum i la foscor, el cel i la terra, el Bé i el Mal. La vida, al tauler. Les peces dominants: rei i dama, flanquejades per torres i cavalleria, a la defensa de l’estatu quo. L’estratègia errònia de l’alfil: la vanitat com a bandera. “L’homme et la vanité font bouger le monde” (Foucault, sempre tan lúcid) -1-. A l’avançada, els peons es llancen al sacrifici: arribar a l’altra banda, per fer-se un lloc en la partida.”

-1- “L'home i la vanitat mouen el món”

Sinopsi:

    Un llibre amb una veu sagaç que posa llum als límits que hem anat trampejant. El record, la memòria. El temps que sempre arrossega penyores, que acumula deutes, rebrega records, enfosqueix imatges, s’emporta enllà persones, llocs, moments, certituds i llars. I que també se’ns emporta a nosaltres, en uns poemes on Helena Martínez-Ferreruela ha posat nom als dubtes i al contrasentit fascinant de viure i haver viscut. Una casa que és la construcció del jo líric de la poeta, un ressò d’existència i singularitat, en una veu que ha esculpit versos per capturar aquesta vida que fuig i ressona.



    El dissabte, 21 d’octubre de 2023, organitzem la presentació del llibre de l’Helena Martínez – Ferreruela: “La casa de les absències”, amb la presència de l’autora i la conducció i presentació del nostre company Joan Francesc Sánchez.

    L’acte tindrà lloc a l’aula Feixa Baixa del Museu de Ca n’Oliver, de Cerdanyola del Vallès, (Carrer València, 19), a les 18.30 hores.

Dintre de la mateixa presentació del llibre, l’Helena farà una lectura comentada dels seus poemes.



17 d’oct. 2023

la casa de les absències, 1

 


El llibre “La casa de les absències” de l’Helena Martínez-Ferreruela es divideix en quatre parts.



A “El retorn”, la primera part, l’autora ens presenta la poesia més introspectiva: 

    “No sé en quin lloc em vaig perdre, de tants com m’han viscut, ni com vaig sortir de la por per entrar a la casa de les absències. El cos és casa meva, el lloc on la vida se’m revela, la porta que m’obre al món i la que clou els llocs suspesos de la meva intimitat. Vago per las cambres buides, posseïdes pels esperits guardians dels éssers i les coses que m’habiten. Un únic mirall retorna el meu reflex. Penso en Lacan i en la dialèctica de l’ésser i l’aparença. Més endins no hi ha llum, però, en la foscor, la consciència llambrega. M’enganyo, si pretenc anar més enllà. Ara ho sé: jo soc el meu límit”.




    El dissabte, 21 d’octubre de 2023, organitzem la presentació del llibre de l’Helena Martínez – Ferreruela: “La casa de les absències”, amb la presència de l’autora i la conducció i presentació del nostre company Joan Francesc Sánchez.

    L’acte tindrà lloc a l’aula Feixa Baixa del Museu de Ca n’Oliver, de Cerdanyola del Vallès, (Carrer València, 19), a les 18.30 hores.

Dintre de la mateixa presentació del llibre, l’Helena farà una lectura comentada dels seus poemes.

16 d’oct. 2023

presentació llibre poemes

 


El pròxim dissabte, 21 d’octubre de 2023,  l’Associació cultural “Vespres Literaris”, organitza la presentació del llibre de l’Helena Martínez – Ferreruela:  “La casa de les absències”, amb la presència de l’autora i la conducció i presentació del nostre company Joan Francesc Sánchez.

L’acte tindrà lloc a l’aula Feixa Baixa del Museu de Ca n’Oliver, de Cerdanyola del Vallès, (Carrer València, 19), a les 18.30 hores.

Dintre de la mateixa presentació del llibre, l’Helena farà una lectura comentada dels seus poemes.

El poemari

El llibre “La casa de les absències” es divideix en quatre parts. La primera, El retorn,  ens presenta la poesia més introspectiva, La partida ,la segona, és la menys filosòfica i està centrada en la crítica social, la tercera, Geografia íntima,  retorna a l’autoreflexió i la darrera, Els falciots, parla sobre la mort. Precisament el nexe que uneix tots els poemes són les absències: “a mesura que cremes etapes, sumes absències a la teva vida”, explica l’escriptora.

L’autora

Helena Martínez-Ferreruela neix a Barcelona. Estudia Filologia Hispànica i Filologia Catalana a la Universitat de Barcelona i es dedica a l’ensenyament, la seva passió confessa. Professora-tutora de la UNED, al Centre Associat de Tortosa, durant vint-i-cinc anys i tècnica del Consorci per a la Normalització Lingüística des de l’any 1992, on exerceix les seves funcions, sobretot com a professora de llengua catalana.

En el camp de la teoria de la literatura, destaca la seva col·laboració en “Lengua y Literatura Catalanas I”, publicat per la UNED.

El 2010 guanya el Premi de Poesia Vila de Cambrils i, més recentment, el Premi Salvador Estrem i Fa (2018), en la modalitat de poesia, amb l’obra Odissea menor, publicada per Témenos Edicions. L’any 2022 ha rebut el premi Pont Vell de poesia de la Vila de Montblanc per “La casa de les absències”.

Miquel-Lluís Muntané, a la seva crítica a “La veu dels llibres”, ens diu:

“La casa de les absències és un poemari de paraula càlida, que traspua autenticitat i que convida a ser llegit delicadament i sense pressa –així com intuïm que va ser elaborat–, perquè en les conclusions mateixes del balanç hi batega l’essència dels goigs i els dolors que ens són comuns, en la mesura que són inherents a la condició humana. I és que la bona poesia té la virtut de posar paraules als sentiments que, en definitiva, són de tothom; per això, tan bon punt llegim “quan el castell va caure, / no en va caure l’estendard”, sentim que l’horitzó se’ns eixampla una mica, també, a tots nosaltres.”

Us hi esperem!!!!!


 


15 d’oct. 2023

vila-matas, obres 5

 

Dietario voluble

Enrique Vila-Matas

Anagrama, 2008

280 páginas:



Vila-Matas juega con lo real en Dietario voluble

por Carles Geli
El País
11/09/2008






    "Sí, el libro pasa por ser un diario y además lleva por título Dietario voluble (Anagrama), pero atención al adjetivo y, sobre todo, al autor, Enrique Vila-Matas. Así que a olvidarse de saber a ciencia cierta algo más sobre la vida del escritor más huidizo y raro de las letras españolas o de leer un cuaderno de bitácora vital al uso.

    "Ahora ya es imposible saber quién soy, la literatura ha ocultado a la persona", admite el padre de Doctor Pasavento. "Puede dar la impresión de que aquí estoy más que en otros libros, pero es lo contrario de un striptease; hablo más de los otros que de mí", aclara.

    El prestidigitador ha perfeccionado su truco: "la ficción, el ensayo y la biografía se mezclan, está todo borrado, los géneros se suceden como estados de ánimo, por eso es voluble: está armado de fragmentos que son comentarios del mundo y eso es infinito". Vila-Matas puro. ¿Una muestra? En el libro explica el colapso físico que casi le llevó a la muerte en mayo de 2006. O sea, pura realidad. Pero si un fan se fija (el autor, honesto, avisa con nota al pie) verá que, casi con las mismas palabras, está en el relato Porque ella no lo pidió, de su Exploradores del abismo. O sea, pura ficción.

    Dietario voluble (que abarca de diciembre de 2005 a abril de 2008) tiene como base los artículos que publica los domingos Vila-Matas en la edición catalana de este diario. Pero están "cortados, manipulados y con fragmentos inéditos", confiesa, y estructurados a partir de ítems sutilmente enlazados. La otra plataforma es un diario real que arrancó en 1985 -"muy funcional, por si la policía me busca", lanza impertérrito- y que le evoca el que hizo en 1963, con 15 años. "En esa época tenía obsesión por las matemáticas y los números... entonces sí me parecía a Kafka", lamenta.

    Los diarios de Gide, Pavese y Kafka están entre los referentes al afrontar un texto que, por estilo y referencias, es literatura pura: hablando de moscas, por ejemplo, cita cinco autores distintos ("bueno, alguna es inventada", filtra).

    Como Vila-Matas, que ya está con novela nueva, se declara "incapaz de ser cínico del todo", aspectos suyos parecen reales: le va Van Morrison; no suele tener libros en la mesita de noche y no le gusta esa Barcelona turistizada. Y aplica una táctica ante el enemigo: ignorarle y, cuando ya se bate en retirada hastiado, perseguirle y atacarle. "Despiadadamente". Pero igual es ficción. O no."

14 d’oct. 2023

vila-matas, obres 4

 

Exploradores del abismo

Enrique Vila-Matas

Anagrama, 2007

296 páginas:



Entrevista a Enrique Vila Matas, escritor

"Soy un explorador de mi propio abismo"

por Carles Geli
El País
10/09/2007




    "Era siempre el mismo número de teléfono, todo el día. Una pesadez. Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948), arrastrando el enojo del que no anda bien de salud, le pidió a su esposa que no lo descolgara, pero ante la insistencia, ésta desobedeció. Era el médico del seguro, con unos resultados. Se puso el escritor: "Usted debe de encontrarse muy mal, ¿no?", le espetó el especialista. "¿Cómo lo sabe?". El informe fue tal que Vila-Matas se ofreció a ingresar en el hospital al día siguiente. "Es que igual le quedan sólo horas de vida", obtuvo como respuesta: sufría un colapso renal total. Parecía vivir uno de sus episodios metaliterarios, pero era la realidad. Fue el verano de 2006: el escritor se asomó al precipicio. Y ni un alquimista de la vida y la literatura como él podía quedar inmune. El impacto se nota en Exploradores del abismo (Anagrama), regreso al cuento tras 12 años de ausencia del género y en donde entre personajes funambulistas de la vida (usuarios de autobús, autistas, maldecidos por profecías...) hay jirones de forma y fondo que dejan entrever otro Vila-Matas tras la enfermedad.

Pregunta. ¿Con qué Vila-Matas hablamos?

Respuesta. En lo íntimo, con una persona más serena. En lo literario, hay sólo ligeros cambios: nunca nadie cambia radicalmente. Pueden ser necesarios años antes de que el artista dé con los códigos y los equilibrios correctos y pueda entrar y salir libremente de la visita a su propia obra. Aunque con la trilogía de la Catedral Metaliteraria, como la bautizó mi editor Jorge Herralde (Bartleby y compañía, El mal de Montano y Doctor Pasavento), había dado con una receta bastante idónea para entrar y salir de mis temas, decidí hace un año no caer en el error de otros de instalarme en mi propia fórmula. El resultado es Exploradores del abismo, exploración de mi abismo y de nuevos métodos para buscar el más allá de mi escritura.

P. ¿Esa necesidad fue fruto de la enfermedad?

R. Sucedió que, tras haber especulado tanto con la desaparición del doctor Pasavento, el doctor Pasavento y Vila-Matas desaparecieron de verdad tras el colapso. Así, no he tenido más que situarme en el nuevo espacio en el que me había colocado la vida.

P. ¿Qué le ha hecho la enfermedad ver o sentir distinto de antes: el clásico tempus fugit?

R. Al salir del hospital empecé a valorar cada instante. Recuerdo que me emocioné al ver el verde de los árboles del hospital, insólito porque nunca había reparado yo en la función clorofílica. Pero no quisiera que se interpretara el libro como la caída de san Pablo; hay en Exploradores... una continuidad con Pasavento, fuera de que no es novela y hay menos contaminación en lo metaliterario.

P. ¿Y la influencia de este episodio en su comportamiento cotidiano?

R. Soy aún un explorador de mi propio abismo. Bueno, quizá sí puedo hablar de renacimiento. Este libro va a la búsqueda del renacimiento personal y literario. Cuando hablé tras el colapso lo hice como desaparecido que reaparecía convertido en otro. Con el tiempo, eso se ha ido moderando. No creo que se haya roto mi ADN literario.

P. Pero se entrevé en Exploradores... un deje más sentimental que en sus obras anteriores.

R. Es deliberado. Decido aquí ser sentimental y tierno porque no estoy negado para serlo. Controlo mucho las apariencias que quiero presentar en cada cuento. De nuevo me vuelvo a esconder mucho. Tenía la impresión, en los últimos meses, de que había perdido intensidad en mi rareza e incluso llegué a leerme a mí mismo en la época en que era realmente raro para recordar cómo era mi rareza. Ahora que me doy cuenta, todo lo de mi supuesto cambio seguramente es una ficción más.

P. O sea, una pirueta más con la metaliteratura.

R. La nouvelle Porque ella no lo pidió es el caso más claro del libro. Es el rizar el rizo de la ficción y la realidad, porque presento como ficción lo que ocurrió, de pe a pa, en la realidad: el encargo que me hizo la artista francesa Sophie Calle para que escribiera una historia para ella vivirla. Yo había acabado Pasavento y no sabía qué hacer. Me hubiera gustado que la hubiera llevado a cabo. Ese episodio me bloqueó.

P. ¿Por qué?

R. Si ella no ponía en marcha la historia yo no podía escribir. Como resultó que había tomado nota del proceso, decidí contarlo como ficción para seguir escribiendo. O sea, para salvarme a mí mismo. Su propuesta fue para mí paradójica: tras años de juguetear con la literatura y la vida, encuentro que alguien quiere quedarse con mi literatura para pasarla a la vida..., pero a la suya, con lo cual yo lo perdía todo. Por eso, para salvarme, escribí ese relato.

P. Pero no está cerrado.

R. Claro, ella puede hacerlo aún. Es un viaje difícil porque tiene que fotografiar a mi propio fantasma en una casa de las Azores, pero sé que es capaz de encontrarme ahí.

P. Sophie Calle también se lo propuso a Paul Auster...

R. Sí. Auster hizo una cosa ligera porque me confesó que si hubiera escrito que se tirara desde el puente de Brooklyn, ella lo hubiera hecho. Pero también se lo propuso a Jean Echenoz, Olivier Rolin y hasta a Ray Loriga. Y ninguno lo ha llevado a cabo. Curioso: todos son escritores de personalidad encantadoramente frágil; y yo debo estar en esa línea, como Auster: una personalidad siempre en el alambre.

P. En el aspecto formal, su escritura es aún menos exuberante que antes.

R. Lo he cargado mucho menos de referencias culturales para distanciarlo de la trilogía. Y como cuentos son más libres, hay mezcolanza de géneros. Antes eran más ortodoxos, lineales, más para aprender a contar que para contarme a mí mismo. También hay mucho trabajo de corrección. Aspiro a escribir más fácil todavía.

P. La vida cultural y artística es definida como "una carrera enloquecida hacia la nada"...

R. El arte también da sentido a la vida... Aquí lo preocupante es la ausencia de pensamiento y de que no se escucha a la intelligentsia desde hace un siglo, cuya voz no es tomada en consideración por nadie. A nadie hoy le interesa que le expliquen las cosas que no comprende o sabe. De ahí su ausencia.

P. ¿Quién es el culpable?

R. El poder. Y esas clases sociales que son víctimas del poder y de esa educación nula que se hace desde arriba para dar seres nulos que tampoco, claro, están interesadas en la palabra de la persona que piensa. Todo eso conduce a los intelectuales a ser muy minoritarios y a algunos a intentar aventuras como las plataformas políticas para escapar de su nulo papel como intelectuales, pero son aventuras condenadas al fracaso. Por eso esta ausencia de élites intelectuales que dirijan los países.

P. O, quizá, porque tampoco hay tantos intelectuales que sepan leer bien el mundo de hoy.

R. Eso es más resultado de que se ha separado, desde hace un siglo, poder y pensamiento. Eso conduce hacia la nada, es la nada misma."

13 d’oct. 2023

vila-matas, obres 3

 

Doctor Pasavento

Enrique Vila-Matas


Anagrama, 2005

392 páginas:

Vila-Matas cierra un ciclo con una obra sobre "la dificultad de no ser nadie"


El escritor define 'Doctor Pasavento' como "la aventura de un hombre que se queda solo"


por Isabel Obiols
El País
06/09/2005




    "La última novela de Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948), Doctor Pasavento (Anagrama), es una aventura: "La aventura de un hombre que se queda solo y viaja hasta el final en una fuga sin fin", dice el autor, un poco harto, en apariencia, de que le pregunten por qué su obra se alimenta de metaliteratura. Este hombre es el Pasavento del título, un escritor hastiado de las servidumbres del éxito que decide volverse invisible siguiendo la estela de Robert Walser, el escritor que murió en un paisaje nevado cerca del manicomio donde se recluyó durante dos décadas. Las peripecias de Pasavento sirven a Vila-Matas para hablar de la soledad, la locura y, finalmente, de "la dificultad de no ser nadie".

    Tras Bartleby y compañía, una serie de biografías sobre escritores que renuncian a la escritura, y El mal de Montano, una novela sobre la literatura como vida, Doctor Pasavento cierra un ciclo en la trayectoria de Enrique Vila-Matas. "Aunque el tema no es más que un pretexto para escribir, sí que ha terminado la insistencia en la búsqueda de la identidad. Ésta es la primera vez que acudo a una rueda de prensa sin saber cómo será mi próximo libro", afirmó ayer en Barcelona.

    El escritor explicó que el arranque de Doctor Pasavento está en una pregunta "impertinente" que se le formuló hace un tiempo en un acto de los cursos de verano de El Escorial: "Usted ¿cuándo piensa desaparecer?". Se la hizo alguien mosqueado con este "tema recurrente" en su obra. "Yo nunca he deseado desaparecer de verdad. Si lo hubiera querido no hubiera escrito sobre ello, me hubiera largado sin decir nada", aseguró Vila-Matas. Lo que hay en su obra, en todo caso, es "lo que Sergio Pitol define como la idea del descenso, el viaje a uno mismo, el deseo de viajar sin retorno...".

    En Doctor Pasavento hay todo tipo de desapariciones, desde la del niño que se esconde en su propia casa hasta la de la antigua estrella del fútbol cedida a un equipo menor. Pero sobre todo las hay de escritores: las radicales de Robert Walser, Emmanuel Bove, Thomas Pynchon, Miquel Bauçà y J. D. Salinger y, en otro orden, la de Bernardo Atxaga, retirado en su casa de Zalduondo, y la de Agatha Christie, que desapareció durante 11 días y consiguió movilizar a todo un país en su busca... "La novela trata de explicar por qué desaparecer es tan difícil", continuó Vila-Matas. "En toda desaparición hay algo de ambigüedad porque en ella hay, en el fondo, una afirmación del yo".

    En el caso del narrador de la novela, esta ambigüedad tiene algo de irónica, pero también de trágica. Pasavento se retira atraído por la idea de regresar a la creación pura, independiente de toda grandeza literaria. Pero a diferencia de lo que sucedió en su día con Agatha Christie, el narrador descubre que nadie le busca tras haberse desvanecido. Todo el mundo respeta su retiro y él inicia un periplo que le lleva de Sevilla a Nápoles, París, el manicomio de Herisau, Suiza, donde estuvo encerrado Walser, y un lugar llamado Lokunowo. Es un "viaje de la desaparición a la soledad, y de la soledad a la locura", y a la multiplicación de las identidades con que Pasavento se presenta a sus nuevas relaciones. Una de ellas obedece al nombre de Dr. Pynchon, como se debía titular la novela y como se titula, eso sí, un texto escrito por el argentino Raúl Escari y repartido ayer por Vila-Matas en la presentación de la novela.

    Como es habitual en los libros de Vila-Matas, las andanzas del protagonista se desarrollan en un constante ir y venir de la realidad a la ficción. El escritor se hizo acompañar ayer por uno de los personajes reales que aparecen en la novela, la profesora de Literatura Española en Suiza Yvette Sánchez, que fue con él a visitar el manicomio de Walser.

    Pero, además de la inclusión de aspectos autobiográficos, en Doctor Pasavento hay una buena dosis de datos que provienen de "la realidad política": "El protagonista va recibiendo señales del mundo exterior que se van conectando a la manera de la Nadja de André Breton"."

12 d’oct. 2023

vila-matas, obres 2

 

Bartleby y compañia

Enrique Vila-Matas


DeBolsillo, 2016 (2000)

176 páginas:


ENRIQUE VILA-MATAS, ESCRITOR

"Si no me cuido, puedo acabar convertido en un 'bartleby"

por Naiara Galarraga Gortázar
El País
15/04/2000
184 páginas



    "Corría la década de los cuarenta. Un almeriense escribe una novela. La primera de su vida. Para Pío Baroja es fantástica; tan fantástica que coge papel y pluma y escribe una carta al novel autor explicándole cuán impresionado ha quedado tras leerla. Al señor de Almería le entra el pánico ante la perspectiva de que su siguiente obra no esté a la altura de las expectativas. Zanja el problema de manera drástica. Quizá vuelve a escribir, pero desde luego nunca publica una línea más. Acaba convertido en un bartleby. Este señor de Almería es uno de los bartlebys que Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) ha descubierto a raíz de la publicación de Bartleby y compañía. Esta obra, la más reciente del escritor catalán, repasa las historias de unos 80 bartlebys, esas personas que dejan de escribir porque prefieren no hacerlo por diversos motivos y que toman su nombre -lo contó Vila-Matas ayer, al presentar el libro en Bilbao- de un escribiente apellidado así, protagonista de un relato de Herman Meville, quien cada vez que se le encargaba o pedía algo respondía simplemente: "Preferiría no hacerlo".

    A diferencia del caso del señor de Almería, cuyo caso conoció el catalán después de que el libro estuviera ya terminado, algunos de los que relata en él tienen como protagonistas a autores consagrados como Juan Rulfo (proliferan las versiones sobre los motivos por los que dejó de escribir); Rimbaud, quien abandonó la literatura a los 19 años y se fue a África, o el mítico Salinger, que tras tres libros, huyó y vive oculto en América.

    Ellos tres y otros más de setenta bartlebys son los protagonistas de la obra. Sólo tres son ficticios. Pero, como contó ayer Vila-Matas en la librería Herriak, algunas de estas historias personales son tan inverosímiles que incluso el editor Jorge Herralde tiró por lo alto y creyó que eran ocho las falsas. Eso sí, Herralde incluyó entre sus menciones el trío que sí que lo es.

    Otro de los casos es el de alguien que escribía poemas en papel de fumar. Liaba con ellos cigarrillos... y se los fumaba. "Lo importante es escribirlos", era su argumento. El narrador creado por Vila-Matas, un oficinista que pide la baja en su trabajo para dedicarse al libro, va describiendo a los bartlebys a través de pies de página en los que también indaga en los motivos que les llevaron a no continuar por el camino de las letras.

    Bartleby y compañía ha sido acogido por la crítica tan bien como el resto de sus obras, recordó Vila-Matas. Lo que le ha sorprendido es la excelente acogida de los lectores. Va por la tercera edición. Cree que "el lector pide ahora una literatura distinta" a la de los 80 y los 90. De todos modos, "quizá no es ningún drama" o resulta que "puede ser terapéutico", afirmó. El escritor llegó a decir: "Si no me cuido, puedo acabar convertido en un bartleby". Vila-Matas recordó: "Siempre busco el negativo de las cosas, y el de la literatura sería el silencio".

El autor de Suicidios ejemplares explicó que este libro es fruto de un rastreo que empezó hace muchos años sumado a numerosas conversaciones con amigos y conocidos. Una vez publicado, se le han acercado más conocidos y otros desconocidos para descubrirle la existencia de más bartlebys: "He abierto una carpeta y ya tengo como 15 o 20"."