29 de febr. 2024

las primas, inici

 

La infancia minusválida

    "Mi mamá era maestra de puntero, de guardapolvo blanco y muy severa pero enseñaba bien en una escuela suburbana donde concurrían chicos de clase media para abajo y no muy dotados. El mejor era Rubén Fiorlandi, hijo del almacenero. Mi mamá ejercitaba el puntero en la cabeza de aquellos que se hacían los graciosos y los mandaba al rincón con orejas de burro hechas de cartón colorado. Raramente un mal portado reincidía. Mi madre opinaba que la letra con sangre entra. En tercer grado la llamaban la señorita de tercero pero estaba casada con mi papá que la abandonó y nunca volvió a casa a cumplir obligaciones de pater familiae. Ella asumía tareas docentes turno mañana y regresaba a las dos de la tarde. La comida ya estaba hecha porque Rufina, la morochita que oficiaba de ama de casa muy consecuente, sabía cocinar. Yo estaba harta de puchero todos los días. En el fondo cacareaba un gallinero que nos daba de comer y en la quintita brotaban zapallos milagrosamente dorados soles desbarrancados y sumergidos desde alturas celestiales a la tierra, crecían junto a violetas y raquíticos rosales que nadie cuidaba, ellos insistían en poner la nota perfumada en aquel albañal desgraciado.

    Nunca confesé que aprendí a leer la hora en las esferas de los relojes a los veinte años. Esta confesión me avergüenza y sorprende. Me avergüenza y sorprende por lo que ustedes sabrán de mí después y vienen a mi memoria muchas preguntas. Especialmente viene a mi memoria la pregunta: ¿qué hora es? Verdad de verdades, yo no sabía la hora y los relojes me espantaban como el rodar de la silla ortopédica de mi hermana.

    Ella, más cretina que yo, sí sabía leer la esfera de los relojes aunque ignorara leer en libros. No éramos comunes por no decir que no éramos normales.

    Rum... rum... rum... murmuraba Betina, mi hermana paseando su desgracia por el jardincillo y los patios de laja. El rum solía empaparse en las babas de la boba que babeaba. Pobre Betina. Error de la naturaleza. Pobre yo, también error y más aún mi madre que cargaba olvido y monstruos.

    Pero todo pasa en este mundo inmundo. Por eso no es lógico afligirse demasiado por nada ni por nadie.

    A veces pienso que somos un sueño o pesadilla cumplida día a día que en cualquier momento ya no será, ya no aparecerá en la pantalla del alma para atormentarnos."

Las primas
Aurora Venturini
Tusquets editores, 2021
páginas 19-21

28 de febr. 2024

las primas i 3

 

Ofèlia, 1852
sir John Everett Millaide

Aurora Venturini: Las primas

por Aránzazu Miró
El Imparcial
10/10/2021

    "Si hubiera leído esta novela sin saber nada de su autora, sin conocer en qué circunstancias obtuvo en 2007 en su país –Argentina- el Premio Nueva Novela del diario Página/12 y hubiera también pasado por alto el prólogo de Mariana Enriquez en que explica todo esto y más, creería que tenía entre las manos una novela feroz de una talentosa nueva voz narrativa de mujer.

    Pero con toda esa otra información, lo que se produce es un contraste neuronal interesante: la ferocidad de la novela se mantiene -claro que sí−, y se añade la consternación ante esa joven manera de entender la vida y sobre todo de enfrentarse a su escritura por parte de una autora, Aurora Venturini, que hizo todo eso vaya usted a saber hace cuántos años. No está claro en qué fecha compuso ella un texto que en 2007 envió a la convocatoria de concurso en ese formato que solo alguien muy antiguo era capaz de mantener y guardar: un atado de páginas escritas a máquina de escribir −ese adminículo que ahora enseñamos como antigualla y que nuestros hijos toquetean extasiados ante los movimientos del carro o el sonido del tecleo−; páginas escritas, que no impresas, como la costumbre me hacía teclear.

    Ganó ese concurso y se editó la novela cuando su autora tenía ochenta y cinco años, tras una vida escribiendo, traduciendo, editando; es ahora (tras su muerte sucedida en 2015) cuando emprende nuevo recorrido, en que merece una lectura atenta como lo que es: fruto de una nueva narrativa en que la mujer desprende en la escritura tantos reductos como se han venido callando.

    Aurora Venturini escribe en Las primas sobre la familia, la suya, trasmutando las características de todos sus integrantes en taras. A la manera del realismo mágico pero trascendiéndolo, porque la única magia en su realismo es el histrionismo que convierte a sus personajes en trascendidos sensoriales o físicos. ¿Quién podría reconvertir a su propia familia en seres alterados? Aurora Venturini lo consigue, y desde esa mirada se enfrenta y nos enfrenta a nosotros a los fantasmas que quiere hacernos ver desde la magia de su narrativa.

    En su novela los personajes son solo femeninos; los hombres han desaparecido o merecen hacerlo, y sobre todo sus papeles, con todo y ser causantes de violencia, son siempre deleznables. Las mujeres, esas primas y sus madres, las tías, la familia al completo, no son reflejo de una novela coral. La protagonista y también narradora es una, la exitosa pintora rebautizada como Yura Riglos, gracias a quien mejora la situación económica de la familia, desde la que viviremos su triunfo y los devenires familiares.

    En esta novela de mujeres y que narra la vida desde el mundo de la mujer hay abusos, abortos, muertes, venganzas, sexo y su incomprensión, y también, cómo no, la profesión más antigua. Es una novela que narra la crudeza de la realidad de tantas mujeres sometidas a un círculo vicioso que les ha venido impidiendo su independencia.

    También es una novela sobre el lenguaje, sobre la nueva narrativa, sobre la búsqueda de nuevas formas de escritura. La voz de la protagonista se desarrolla a partir de la necesidad de escribir, o de la evolución en su capacidad de narrar y de los usos a los que se aferra. Que son impactantes, nuevos, diferentes. Cualquiera diría que surgen de la voz de mujer de una joven actual. Actual desde luego que lo es, la voz de Aurora Venturini, pero como reflejo de una vida experimentada que eclosionó en una narrativa explosiva que conecta a la perfección con esa búsqueda de la nueva escritura de mujer que viene reivindicando un puesto propio en el mundo editorial."

27 de febr. 2024

las primas, 2

 

La Pietat, 1499
de Michelangelo Buonarroti


Arriba a Espanya "Las primas", d'Aurora Venturini

Valenta, inaudita i memorable novel·la de la veterana escriptora i traductora argentina

per Ricardo Baixeras
El Periódico
10/06/2009

    "«Tendría que domeñar la bestia hirsuta que arañaba mis entrañas porque yo no era la excepción sino la posibilidad de evasión de un circo extravagante, de una desgraciada pléyade, de un océano de líquidos fatigados y murientes, sí, debía triunfar encima de toda esa barbaridad de excrementos y deformidades y lo haría al menos mientras me ayudaran las fuerzas vitales de la juventud»

    Qui parla així és Yuna, la narradora «descendiente de una gens degenerada y maltrecha» que és la veu de Las Primas,d’Aurora Venturini (La Plata, Buenos Aires, 1922).

    En resposta a una entrevista concedida al saber-se que amb aquesta novel·la havia guanyat el premi Nueva Novela de Página/12 a l’Argentina, Venturini afirmava, com Gustave Flaubert al defensar Madame Bovary, «les cosines sóc jo mateixa... és la meva família. Nosaltres no érem normals. A casa totes les meves germanes eren retardades... I jo també». Encara que costi de creure Venturini té 87 anys, més de 30 llibres escrits, ha traduït el Conde de Lautrémont, François Villon i Arthur Rimbaud, va estar autoexiliada a París durant 25 anys, ciutat on va conèixer Jean-Paul Sartre i Albert Camus, va ser amiga d’Eva Perón i el 1948 va rebre de Jorge Luis Borges el premi Iniciación per El solitario. Quasi res.

    Si una de les tasques de la crítica és descobrir nous valors ens hem de treure el barret ara davant aquest vell valor que en una mena de monòleg ininterromput, infringint totes les regles sintàctiques hagudes i per haver, posant en entredit la frase ben feta, erigeix un monument a la retòrica del desànim explicant detall per detall la història de la germana de Yuna, Betina, i de les seves cosines, Karina i Petra, sense ni un descans.

    «El que no s’explica és com si no hagués passat» i és per això que a Las primas s’explica tot. Com si es tractés d’un microcosmos asfixiant, en les històries de les quatre cosines se succeeixen amors impossibles, vides sacrificades per la força despietada de les passions, humor a cegues, l’expressió exacta d’un dolor extrem que no torna, la violència del que és políticament incorrecte, l’absurditat de l’art i, si es vol, l’exigència per l’obra escrita sense grans estructures, sense punts ni comes, un salt al buit valent, inaudit i memorable. La resta és literatura."

26 de febr. 2024

las primas, 1

 

Mujer con corbata negra, 1917
Amedeo Modigliani


Las primas

por Juan G.B.
en “Un libro al día”
18/01/2024

    "Hay libros a los que las circunstancias, tanto de su venida al mundo como de quienes la han hecho posible, contribuyen a aumentar, si no su calidad, sí la leyenda que les acompaña, por así decirlo. Es lo que ocurre, por ejemplo con La conjura de los necios, de John Kennedy Toole, cuyo desdichado final todo el mundo conoce, o, menos célebre, pero dentro de la literatura en español, con El traductor, de Salvador Benesdra. Otro caso cuyas circunstancias resultan asimismo llamativas, aunque, por suerte, mucho más felices, es el de la autora también argentina Aurora Venturini, que se presentó y ganó con esta novela a un concurso literario en 2007, cuando la buena señora contaba ya con ochenta y cinco años de edad. Claro que no se trataba de una abuelita que se hubiese pasado la vida horneando galletas hasta que le había dado por escribir; amiga y colaboradora de Eva Perón en su juventud, vivó luego veinticinco años de "autoexilio" en París y frecuentado a la flor y nata de la intelectualidad existencialista, además de estudiar psicología, traducido a un buen puñado de los clásicos franceses, dar clases de filosofía a su vuelta en Argentina y publicado ensayos literarios, poemarios y novelas. Las primas era la sexta de éstas, de hecho.

    Cierto es que las peculiaridades biográficas de la autora, en este caso de una novela, no debería influirnos a la hora de apreciar (o no) la misma, pero, dado que han sucedido, resulta inevitable mencionarlas, aunque sólo sea para arrumbar prejuicios. Porque Las primas hace gala de una frescura y aun desparpajo que, por lo general, se suele asociar más bien y parece que de forma errónea, con el descaro de la juventud, aunque, por otro lado, está ambientada en los años 40 ó 50 del siglo pasado, por lo que hace referencia a las costumbres y mentalidad propias de aquella época en que la autora era joven, a su vez, y no -o no tanto- del siglo XXI.

    La novela, no demasiado extensa, está narrada por la protagonista, Yuna, linda muchacha y talentosa para la pintura, pero que es "medio minusválida" intelectual -son sus palabras, que conste-, algo que ella considera como una maldición familiar, puesto que tanto su hermana Betina, aquejada a su vez no sólo de una discapacidad mental, sino también física y bastante severa, como sus primas Carina y Petra, con alguna que otra peculiaridad física, la han heredado. Para remate, tampoco es que su tía Nené o sus tíos mellizos parezcan muy bien rematados... Yuna nos va contando las aventuras -o desventuras, más bien- de su familia con ese tono entre ingenuo, crudo y asombrado que suele atribuirse en las novelas a los niños y las personas con algún tipo de discapacidad cognitiva. Aquí hay que señalar que doña Aurora juega con cartas marcadas, porque es imposible no empatizar con una narradora con tales características (no cuesta mucho encontrar ejemplos en la literatura, siendo algunos de ellos, además, probablemente deudora de Las primas, como es el caso de Lectura fácil. También, aunque aquí la narradora sea una niña sin discapacidad, es evidente su influencia en otro de las novelas españolas recientes más destacadas, Panza de burro). Más aún cuando ello contribuye a que todos o casi todos los episodios que nos cuenta estén teñidos de un evidente y a veces desbordante humor, incluso cuando asistimos a momentos tan luctuosos como -y perdón por el posible SPOILER- asesinatos, abusos sexuales o, simplemente, fallecimientos inesperados. Sintiéndose culpable, eso sí, pero a menudo uno se parte de risa leyendo esta novela..

    Sigamos: Yuna se alía con la mucho más espabilada Petra -igual hasta demasiado- para ir sorteando las zozobras de la vida y paliar su desconocimiento acerca de algunos aspectos fundamentales de la misma. Pero ésta es también una novela de crecimiento (tranquilos, que no voy a soltar la dichosa palabra alemana que empieza por "b"... aunque me cuesta) en la que asistimos a la evolución de la protagonista desde una infancia ignorante y, por qué no decirlo, bastante obtusa, a una juventud homologable o incluso mucho más competente a la de cualquier persona inteligente e independiente e su edad. La autora nos conduce con gran habilidad por este recorrido que, a la postre, resulta lo más importante de la novela, más incluso que las peripecias, por tremebundas aunque también cruelmente divertidas que sean, de una familia con una evidente disfuncionalidad (bueno, esto es lo que piensa la narradora, pero porque vive en la República Argentina y no en el Reino de España), marcada por un sino tragicómico.

    El único pero que se le puede poner a la novela y que ha hecho que no me decida a otorgarle una valoración aún más alta es que el final me ha resultado demasiado precipitado. No digo que esté mal planteado o sea inverosímil, ya que está en la línea de verosimilitud de toda la historia, sea mucha o poca, según cada lector... pero da la impresión de que la narración concluye de esta forma más porque doña Aurora tenía necesidad de acabar la novela -para presentarla al citado concurso o, simplemente, porque había llegado a una edad en la que no se puede confiar en dilatar mucho los proyectos- y no se lio más la cabeza, cuando, en mi opinión, el final quizás habría necesitado un poco más de espacio, más aire que le dejase respirar a gusto. Da lo mismo, en todo caso, Las primas resulta una novela altamente recomendable, por lo bien -y lo mal que lo pasa uno con ella y, por añadidura , que se lee en un suspiro, por divertida y ágil, lo que siempre es de agradecer."






25 de febr. 2024

aurora venturini, poema i 2

 


TROVA FINAL

No por este de mí
que es sol y libertad, te pido;
no por este de alcurnia real
que al primer llanto
con un retozo de ala
responderá al minuto.

Sino por este otro
que hiciste a la medida
del cántaro para llevarle;
sino por este otro
que hiciste a la medida
de lo común, bastardo,
sin asidero, solo,
comida de la sombra,
goce de larvas y lemures.

Este de mí, malsano,
herido y maculado
que en la oquedad de un pozo
desecharán los hombres.

Aurora Venturini
en "La trova", 1962

24 de febr. 2024

aurora venturini, poema

 




TRANSMIGRACIÓN

Sé que vendrá la noche de mi muerte
entre una doble floración de lilas,
con balido de oveja, con cencerro,
con olor a naranja mandarina.

Mi alma por los campos
será otoño de fiesta
y desde el agua inquieta de la infancia
volveré como quiera.

Y seré lo que quise ser, un árbol,
una leve mariposa leve,
el corazón helado de la lluvia
y el surco en que se vierte.

Y seré lo que quise ser, un río,
un mapa, un perro. Noche de mi muerte
vendrá muy sola por el campo solo,
callada y bellamente.

Aurora Venturini
en “Corazón de árbol”, 1941




23 de febr. 2024

aurora venturini, obra i 5

 

Las amigas

Aurora Venturini

Tusquets Editores 2020

páginas: 192

Sinopsi:

    La joven pintora Yuna Riglos, protagonista de Las primas, regresa en una mujer de casi ochenta años que se regodea en las reminiscencias de un pasado exitoso y en una soledad interrumpida por desencuentros que califica como amistad. Son las “amigas”, que llaman a la puerta de su departamento en La Plata, y Yuna comparte con ellas lo que tiene y lo que le falta. Pero será difícil encontrar sentimientos de amistad en esta coreografía de mujeres solitarias movilizadas por la búsqueda de un poco de cariño. “Novela a contrapelo de las buenas intenciones: ni la vejez ni la sororidad son escenarios sencillos de habitar”, escribe Liliana Viola en el prólogo a esta edición. Sin embargo, Aurora Venturini, fiel a su estilo, logra una vez más tensar las líneas entre la ficción y el delirio, y atesora la vejez de una Yuna extravagante, egoísta y fuera de toda convención. Las amigas es la novela inédita de Aurora Venturini, un monólogo que comienza a escribir después del éxito de Las primas y en el que siguió trabajando durante años.

Fragment:

    "Con los años he vuelto a la edad primera de los primeros dibujos a carbonilla porque se me han caído no sé dónde ni por qué desgracia que bien pudiera ser gracia. Repito. Se me han caído casi todos los puntos y las comas y los dos puntos y los suspensivos y la mar en coche se ha caído y a veces me parece que me ahogaré con tantos signos abullonados en el interior de mi cabeza de la cual suelo expulsar algunos suspensivos y… me tienen paciencia queridos lectores que ya han descubierto mi identidad y aunque ya no me hace falta el diccionario pues el vocabulario va bien expuesto impreso en mi memoria igual me presento: apunté dos puntos y soy Yuna Riglos y les ruego que si recuerdan mi natural apellido bah…

    Sigo adelante de la fatiga con los suspensivos y salgo un momento al patio de mi departamento del centro de La Plata a respirar un poco de oxígeno.

    Se acordarán y aguanten si no son violentos o demasiado diré neuróticos o algo así porque sentirán un ramalazo de emoción y seguro ya se han enterado de qué bien me fue con los cuadros que hasta en China y Europa se vendieron aunque con algo de pena ignoro si se vendieron por sus valores intrínsecos o por la firma Riglos. Ahí siento ganas de hacer la prueba y firmar aunque sea uno con mi apellido vulgar de entrecasa a ver qué pasa. Por ahí lo vendo lo vendo y puedo quitarme el antifaz que hace demasiado llevo y ya está incrustado en mi ánima.

    Pero no me gusta jugar con la suerte porque soy muy supersticiosa. ¿Y si con el apellido de entrecasa se me derrumba todo lo conseguido resultando ser un mero sueño y entonces lo único que queda es un resto de la mujer desgraciada y pobre que nunca subió ni medio escalón en la escala social y que para colmo de males se llama López? Ay por favor no lean este renglón de maleficio bórrenlo o pásenlo por alto.

    Lo que no he podido borrar ni pasar por alto son los días que así como los signos ortográficos se me han abullonado bajo la piel gastada que ya me hice operar varias veces por la doctora Olmos que dios la bendiga y que gracias a ella no represento al salir del consultorio sino unos cuarenta largos tal vez. Pero a ustedes no los voy a engañar porque saben por la firma y fecha de mis cuadros que ya casi desabrigo mi esqueleto porque he trabajado más del doble de lo que acabo de apuntar. Más vale que se callen cuando me vean por ahí y disimulen sorpresa luego de comparar sus caras o las caras de otras personas con la mía reciclada. Por favor no exclamen ¡no puede ser! porque sí puede."

22 de febr. 2024

aurora venturini, obra 4

 

Cuentos secretos

Aurora Venturini

Tusquets Editores (2015)

(en ebook)

Sinopsi:

    Los relatos reunidos en Cuentos secretos abarcan gran parte de la historia literaria y personal de la autora. Entornos familiares enfermos y disfuncionales; personajes feroces y monstruosos; historias de soledad y sufrimiento; sexo y erotismo se condensan en estas ficciones. Con una voz disonante e incisiva, Aurora Venturini incorpora cultismos, anacronismos y jerga popular y se inventa un idioma propio y sin reglas como solo ella supo hacerlo. Sagaces, y con un desbordante sentido del humor, estos relatos secretos están inspirados en la memoria y en las extraordinarias atmósferas que Venturini crea e ilumina para contar tanto lo banal como lo trágico.

Fragment:

    "Vestía con elegancia forzada prendas exhumadas de roídos baúles, botines con alta capellada acordonada, hartos del lustre desesperado para mejorar desgastes, todo ello en vano intento de actualizarlos.

    Con tal atuendo me detuvo a las puertas de la Iglesia, en Florencia, aquella dama pobre mas noblemente distinguida. La voz transida de la preciosa difunta dijo: «Atiéndala, es una tía».

    La Iglesia era y sigue siéndolo ante el mundo Santa Margherita dei Cerchi, vecina a la residencia de los Alighieri, hoy museo. Adentro de Santa Margherita, en su tumba, duerme Beatrice, bajo una losa en la que se lee:

«Sotto questo altare
Folco Portinari
construi la tomba
di familia
L’8 giugno 1291
Vi fu sepulta
Beatrice Portinari».

    Junto a la tía anduvimos hasta el Puente de la Trinidad; ella creyó anoticiarme, pero yo lo había leído en la Divina Comedia que ahí mismo aconteció el flechazo del querubín travieso que uniría para toda la eternidad a la pareja dolorosa, imposible en esta tierra; por secula seculorum en el Paraíso.

    La señora narró situaciones desconocidas de familia; se apellidaba Portinari y tenía un guardapelo de Beatrice en su casita de las afueras adonde me invitó. Yo acepté."

21 de febr. 2024

aurora venturini, obra 3

 

Los rieles

Aurora Venturini

Literatura Random House, 2015 (2013)

páginas: 186

Sinopsi:

    "¡No estoy muerta!", grita Aurora Venturini en Los rieles, su última novela, que escribió a los noventa años luego de sufrir un accidente doméstico y de permanecer varios meses internada en un hospital. Es el relato de una mujer "ya en el límite de todas las edades" que camina anestesiada entre la vida y la muerte, y que con las palabras como armas principales se enfrenta a monsieur Le Diable hasta ganarle la partida.

    En Las primas es la niña pobre y monstruosa salvada por el arte; en Nosotros, los Caserta, la niña brillante y aristocrática que busca el origen de su rareza en la genealogía; en Los rieles, la anciana creadora de aquellas niñas, frente a la muerte. Una novela desmesurada y rabiosa en la que Venturini revive tanto su juventud como la decadencia física de la vejez, pasando por su primer amor frustrado. Autobiografía y supervivencia se entrecruzan como contraseña personal del universo literario de esta.

Fragment:

    "­Las situaciones dolorosas, difíciles, conllevan territorios insondables guardados subconscientemente, que al surgir en estado de vigilia todavía brumosa, desconciertan. ­Vienen a mi memoria los rieles soñados de un ferrocarril.

    ­Tal vez aparecieron durante las horas que ocuparon mis intervenciones quirúrgicas. ­Trato de exhumarlos de mi interior confuso y uno a uno huyen cual peces lábiles de la red. ­Luego, insisto.

­    Entonces extasío cierta calma fría antes percibida, extraordinariamente experimentada en pose de sentada entre dos vías de dos trenes cuyas lamentaciones recorren territorio de pampa muy lisa, viniéndose hacia la orilla del río.

­    Estoy sentada, ya lo escribí. ­Ahora agrego que el húmedo paisaje fluvial inunda los rieles y moja hasta mi espalda. ­El hecho no molesta. ­Permanezco.

­    En eso se acerca el médico cuyo apellido es ­Viscuso, junto a una enfermera.

­    De tal patética manera, me enteré de la existencia del cirujano que me intervenía y vi a su ayudante.

­    En ningún momento sufrí.

­    Es lo que confunde, dado que ese profesional de la medicina dejó huella importante en el abdomen.

    ¿­Cómo es posible tener conciencia exacta de unas personas y pasar inadvertida una operación gastrointestinal profunda? ¿­Acaso podrán colarse en las tramas subconscientes los acontecimientos desde el mismo horario en que ocurren? ­Pero la sensación espantosa del bisturí no entra, borrada como por una piedad caritativa…

­    Yo estaba expuesta a la intemperie de un día invernal, cerca de la estación, y de pronto veía la cúpula del edificio que ficciona un barco. ­Había personas que observaban y sus charlas eran otras hojas desprendidas de árboles amarillos en sus copas; caían alrededor, sumando pena a mi desconsuelo.

    ­En vida consciente, anduve por las zonas agrestes que extasiaron mis sentidos; voces guardadas nombraban mencionándome. ­Puertas de madera muy pesada aparecieron y uno de los que habitaban la gran casa abrió y cerró de inmediato.

­    Las pálidas nubes bajas casi tocaban el desamparo de la criatura sentada en el agua que estancaban los fierros.

    ­Creo, aunque no con seguridad, que algo dolió; un cortante paso que cortaba la epidermis y seguía curso agresivo hacia adentro.

­    Vagué entre humareda proveniente de fogatas encendidas por los lugareños para quemar vegetación seca y ramas podadas. ­En tales figuraciones fui perdiéndome hasta desaparecer de mí misma."

20 de febr. 2024

aurora venturini, obra 2

 


El marido de mi madrastra

Aurora Venturini

(cuentos)

Literatura Random House, 2015 (2012)

páginas: 234

Sinopsi:

    Aurora Venturini construye una colección de relatos sobre una galería de personajes extraños y deformes. Gatos volando en medio de tornados. Niñas que nacen con un bulto negro en el cuello. Una maestra que se enamora de un ventrílocuo de circo. Gitanos, niños-monstruos, viejos y mujeres que les pegan a sus hijas.

    Dueña de un estilo excepcional, lírico y sórdido a la vez, Venturini narra las zonas perversas y macabras del mundo, atrapando a estos raros personajes antes de que desaparezcan. Dividida en dos partes, El marido de mi madrastra y Hadas, brujas y señoritas, los relatos se funden y emparientan en una única manera de entender la literatura y la vida: como una sucesión de sombras, que a veces son fantasmas y otras amenazas, interrumpida por breves parpadeos de una luminosidad que lastima.

Fragment:

    "Carbúncula Tartaruga sale al anochecer apoyada en sus gruesos bastones de madera durísima, acaso sea roble. De otra manera, esos soportes se hubieran doblado y hasta se hubieran quebrado, tal la enormidad seudohumana de la usuaria, porque Carbúncula es inmensa. Carbúncula es torpe en su caminar lentísimo. Tan lento…

    Avanza con tal lentitud que se dijera se desliza como los caracoles y las babosas. Deja tras ella un lampo blanquecino y fofo.

    Viene con su resbaloso modo susurrando algo ininteligible. Asegura que reza. No aclara a quién dirige su oración. Carbúncula nunca aclara nada a nadie; es sombra redonda, robusta, olorosa, inquietante de sí misma. Resulta horrenda, pero se acepta, ella lo hace con aparente goce y satisfacción.

    «Porque yo…», comienza sus chácharas feas.

    Digo feas porque son en contra de alguien. Ella, según ella, es perfecta y no habrá juez que se atreva a juzgarla, «porque yo…»; y ahí se saldan la teoría, la tesis y la conclusión.

    Lleva grabadores en todos los bolsillos de sus chaquetas y en su casa los hay hasta en los árboles del parque.

    «Porque yo sé de vos más que vos misma», repite al oído temeroso de aquellas mujeres a las que ella supone amigas.

    Alguna, remisa, intentó zafarla: «Pero yo le hice escuchar una grabación». Siempre procede de tal suerte.

    Se viste con la ropa de hombre que heredó de su papá, un ser tan raro como ella. Aseguran que Carbúncula mató a su mamá.

    En mis momentos de gran melancolía, pienso que tuvo una buena razón para aniquilar a su vieja: el hecho de traerla al mundo."

19 de febr. 2024

aurora venturini, obra 1

 

Nosotros, los Caserta

Aurora Venturini

Tusquets Editores, 2022 (1992)

páginas: 256

Sinopsi:

    Chela Stradolini revisa un baúl de papeles y fotos, recuerdos de un exilio que dan cuenta de su biografía. Ella, que nunca fue nada de nadie, ni siquiera consigue emocionarse al enfrentarse a la muerte del que fue su gran amor, una historia imposible, como casi todas las relaciones que ha tenido a lo largo de su vida. La revisión de esos objetos la lleva a su infancia de niña rica, superdotada, demasiado flaca, y demasiado morena para el gusto aburguesado de la epoca. La adolescencia en un internado, el descubrimiento de la literatura, las escapadas a Chile, París y Roma. La excentricidad de las familias adineradas en la Europa de entreguerras. Y un viaje a Sicilia, a la finca de los Caserta, en busca de un linaje, y al encuentro de su tía abuela, con quien vivirá por fin un romance apasionado. Todo eso es Chela, y tambien noches de somníferos y tranquilizantes; elixires para apaciguar el dolor. De fondo, los últimos intentos de una oligarquía decadente por mantenerse en pie.

9 de febr. 2024

aurora venturini i 3

 


Aurora Venturini, la escritora que nació a los 85 años

Acaba de publicarse una biografía definitiva de la narradora platense, que ilumina cómo mezclaba la realidad con la ficción. Y cómo jugaba a ser un personaje como los suyos.

por Pablo Schanton
Clarín
20/08/2023

    "Para una escritora que confía en el poder de la imaginación, no resultaría tan paradójico nacer a los 85 años, como el hecho de haber publicado antes de ese nacimiento una treintena o más de libros.

    Todos solventados por ella misma. Esas ediciones juntaban el polvo de no haber valido la pena por ausencia de lectores y valoración crítica. Pero también, juntaron unas glorias: laureles nacionales o municipales que apenas hacen bulto en el CV.

    Aurora Ángela Venturini llega hasta aquí -el año 2007- siendo una octogenaria arrinconada en una intersección de números platenses.

    Un departamento al fondo de un PH, donde las paredes combinan retratos de Eva y Juan Domingo con fotos de perros. La cuestión es que estamos en Buenos Aires a fines del ‘07, donde tres de los literatos del momento -Juan Forn, Rodrigo Fresán, Alan Pauls- y otros no sospechan que están a punto de premiar a esta mujer, que ha enviado su novela a un concurso sin conocerlos.

    En efecto, una tal Beatriz Poltrinari (sic) se levanta para purgar tanto anonimato definitivamente, apoltronada en un nombre bien dantesco, para ganarse el Premio Nueva Novela de Página/12 por la nouvelle Las Primas.

    Ahí nace entonces Aurora Venturini, una de las narradoras argentinas que, recién comenzado este siglo, logra convertirse en un ícono de culto, al mismo tiempo que best seller, aquí, allá y en todas partes (se editó hasta en Lituania).

    Sólo disfrutará en vida ocho años de consagración, entre 2007 y 2015. El cenit del reconocimiento lo ignorará, será póstumo. Su nacimiento tardío la empuja a una hiperactividad contra reloj. Por fin, se siente reconocida, así que ahora no habrá quién la pare.

    La editan en España, Italia, Francia... Su agente española soporta varios mensajes de ella por día, vía mail y teléfono de línea, donde le demanda más publicaciones, más seguidas. “Tengo casi 90 años, no sé qué es la paciencia”, se justifica.

    Hasta su muerte, escribe a mano, dicta a una asistente que tipea y lanza 10 libros en menos de una década. Ok, no para. Aun hoy se reproducen sus libros, pero... ¿cómo se sigue escribiendo y publicando cuando uno ha muerto? Sólo tercerizando el proceso, claro.

    O, en término más místicos, declarando a un/a médium como publicista en el más acá.

    Aquí es cuando ingresa quien hará ese papel. Será la escritora y periodista Liliana Viola, que por estos días acaba de editar una insoslayable biografía de Aurora, Esta no soy yo. Cuenta Viola: “(…) sacó de su cartera un sobre que contenía un testamento firmado ante escribana, donde decía que me legaba, como albacea y heredera, su obra literaria, la que ya había escrito y la que pensaba escribir”.

    La escritora que nació a los 85 la siente como esa hija que le hubiese gustado tener de haber sido madre. Lo siente desde el mismísimo momento en que la periodista la llama para informarle que ganó el premio Nueva Novela que ella coordinaba.

    La ganadora le explica algo más: “Te estoy agradecida porque leíste el manuscrito de Las Primas y, pudiendo haberlo tirado, no lo tiraste ni lo traspapelaste (…) tengo que seguir publicando cuando ya no esté acá, y ¿quién lo va a hacer?” Sin ir más lejos, luego de versiones portuguesas, holandesas y rusas, esta semana sale en Alemania la novela Nosotros, los Caserta, tras el éxito de Las Primas.

    Todo por negociación de su albacea, para quien el mandato de la muerta es un tesoro y una carga a la vez.

    El título de la biografía delata un doblez: nada o nadie es lo que parece. Y, para peor, la biografiada tiene fama de mentirosa. “No digo que mi hermana mintiera”, aclara Ofelia Venturini.

    “Vivía en una realidad que construía ella misma muy cuidadosamente para salir de la realidad del resto, que es más dolorosa.” Por eso, a la biógrafa le toca cotejar documentos, consultar a parientes. Ir a un registro civil para escudriñar si existió un cuarto hermanito que suena a fantasía. Ella lo advierte:

    “Si los biógrafos quieren componer mi historia, que lean detenidamente mis novelas, mis cuentos, hasta mis poesías”. Eso significa que su biografía se contagiará de los métodos de la crítica literaria inevitablemente.

    Repasando distintas biografías, encontramos vidas novelescas, donde los mojones biográficos equivalen a actos épicos, así como vidas teatrales: ahí lo que cuenta es crear un personaje y que todo gire a su alrededor como puesta en escena.

    O poéticas, donde lo que importa es la forma de percibir el mundo del protagonista. La que nos legó Venturini es del segundo tipo. “Las Primas soy yo (…) Nosotros no éramos normales. En casa todas mis hermanas eran retardadas…

    Y yo también”, afirma Venturini, quien podía usar narraciones o entrevistas para crearse una imagen pública a piacere. Nada que hoy día no nos faciliten las redes.

    Ella puede novelar a partir de lo que vive, y en el proceso ganan la mitomanía y la fabulación que apenas se hilvanan a algún recuerdo.

    En su libro, Viola logra completar las telarañas y constelaciones que forman esos hilvanes. Venturini puede declarar que le escribió discursos a Evita o que se codeó con Simone de Beauvoir.

    Todo tan incomprobable como su supuesta amistad con Borges, o que la hormiga atrapada adentro de su anillo de cristal había sobrevivido a la bomba de Hiroshima.

    En las selfies de Venturini (o sea, en su obra), se multiplican los filtros que afean. Su fábrica de monstruos más grande queda cerca, en casa: es la familia. “No éramos comunes por no decir que no éramos normales”, leemos en Las Primas.

    La fatalidad en el Mundo Venturini radica en la impotencia humana para cumplir con alguna “normalidad”. Sus personajes sufren de desmesura: o son “minusválidos” o son “superdotados”. Nadie da el pinet en esa ecología exiliada de toda eugenesia.

    Liliana Viola señala una de las razones de esta mirada deformante: ya recibida de profesora de filosofía, en los años primigenios del peronismo (1946-1956), Aurora ejerce a su modo la psicología infantil en la Dirección General del Menor de la Provincia de Buenos Aires. Su especialidad, la psicometría.

    “Las niñas masturbadoras, los jóvenes con seis dedos, las enanas, los cabezudos, los minigenios de sus novelas primero estuvieron en los formularios de la institución”, cuenta Viola.

    Su fascinación por Messi se mide con la misma vara. Miren, si no: “Lo hicieron crecer con hormonas, lo estiraron. Igual quedó chiquito. Qué le habrán puesto. Porque la pelota se le pega a la punta del pie. Lo deformaron y salió mejor”.

    Este fue un Vidas para leer que puso en crisis el formato: no es fácil contar la vida de una mujer acostumbrada a la mentirita y por demás fabuladora.

    Podríamos haber repetido los datos que ofrece Wikipedia y que su biógrafa no rectifica: que tuvo tres hermanas, dos maridos (el juez Eduardo Varela y el historiador Fermín Chávez) y ningún hijo.

    Ahora bien, fíjense a qué punto esta mujer tuvo una vida de novela que hasta la oracular Wikipedia debió cambiar la fecha de nacimiento (antes de la biografía, se leía “La Plata, 1922”, porque la escritora se restaba un año), y sigue con una fecha de muerte que es más que sospechosa (24 de noviembre de 2015), ya que Venturini le dejó dicho a su sobrino que no avisara de su muerte hasta que ella estuviera cremada.

    Le preguntamos a su heredera literaria-médium cómo logró abrirse camino entre verdades y mentiras. Responde: “Aurora creía en la posteridad tanto como en dios. Por eso se ocupó de escribir testamento y elegir albacea. Quería seguir publicando más allá de su muerte. Yo, que no creo en esas cosas, me encuentro ahora conversando con un fantasma -eso es escribir una biografía-, alegrándome por sus logros, cumpliendo o desoyendo órdenes. Aurora creía en ella, por eso nunca dejó de escribir. Yo también le creo”.

    En Esta no soy yo, la escritora viva aclara que la escritora muerta jamás le pidió explícitamente que contara su vida. Por eso, la biógrafa siente que la traicionó. Así y todo, el título del libro ratifica el refrán “Quien avisa no traiciona”."

8 de febr. 2024

aurora venturini, 2

 


Beatriz Portinari - Un documental sobre Aurora Venturini

Ficha técnica:

Dirección: Agustina Massa, Fernando Krapp

Guion: Agustina Massa, Fernando Krupp

Fotografía: Manuel Abramovich

Año: 2013

Duración: 76 min.

País: Argentina

Intervenciones de: Aurora Venturini, María Laura Fernández Berro, Carlos Alberto Mancuso, Haydée Bambilli, Elba Alcaraz de Porro

Sinopsis

    A Aurora Venturini no le caben definiciones. Su vida es un compendio de varias vidas llenas de historias fascinantes, algunas reales y otras no. Escuchar hablar a Aurora a los 91 años es placentero: a pesar de ese cuerpo frágil con el que carga, su mente es jovial, audaz, irónica, y muy sagaz. No tiene paciencia, no parecen gustarle las cámaras, en realidad nada tecnológico parece agradarle: dice sin ninguna vergüenza que está esperando el día para destruir su computadora. Sus amigos y conocidos hablan de ella con admiración, y ¿cómo no hacerlo? Amiga de Eva Perón, alumna de Jean Paul Sartre, filósofa de La Sorbonne, escritora, autora de más de treinta títulos y ganadora del concurso literario de Página 12 a los ochenta y seis años. La vida de esta impactante mujer no parece real.


7 de febr. 2024

aurora venturini

 



Aurora Venturini. Sin puntos en la lengua

    Mujer de las mil vidas, joven revelación octogenaria, la escritora argentina tardó en obtener el reconocimiento popular, pero su obra ha perdurado.

por Damián Huergo
revista Coolt
08/12/2021

    La primera vez que me encontré con Aurora Venturini, ella aún caminaba y yo tenía una revista en papel. Fue en el año 2008, en la década donde estallaron los blogs en Argentina como salas de ensayo para jóvenes y no tan jóvenes escritores. Con Fernando Krapp, a tono con la época, no tuvimos mejor idea que lanzar una revista en papel. Ese año nos habían echado en simultáneo de una librería en la que trabajamos juntos. Gastamos las dos indemnizaciones laborales en imprentas y bares, emborrachando al diseñador para que nos ayude sin costo. La revista se llamó Diez Pinos, un guiño a Manal y a nuestros orígenes suburbanos. La línea editorial, por llamarla de algún modo, era “literaturizar la vida”. Con esa bajada pretenciosa convocamos a autores exitosos, nóveles y a otros que admirábamos pero contaban con tantos lectores como familiares y enemigos. Para el tercer número pensamos en Aurora Venturini. Solo habíamos leído de ella su novela Las primas. Desde entonces, queríamos saberlo todo sobre su vida y su obra.

    No recuerdo cómo conseguimos su dirección. Supongo que por medio de la escritora María Laura Fernández Berro, que en esos años era su asistente o algo parecido. Aurora vivía en un barrio de casas bajas, en la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires. Con Fernando caminamos los últimos metros hasta su casa, en la Calle 37, disminuyendo la velocidad de nuestros pasos. Era invierno, el aire estaba húmedo y helado, un souvenir que nos acercaba el Río de La Plata para que no olvidemos su cercanía. Frente a la puerta blanca, de chapa, tardamos en desenfundar las manos de los bolsillos de las camperas. No por el frío, sino por la sensación de que tocar el timbre era como apoyar el dedo en una copa de cristal para invocar espíritus.

    Aurora estaba sola en su casa, un lujo que en los años siguientes no podría darse. Abrió la puerta que daba a la calle y, como si no hubiéramos acordado un encuentro, preguntó:

—¿Qué quieren?

    Luego, sin dirigirnos una palabra, la seguimos a velocidad tortuga por los cuatro o cinco metros de pasillo angosto hasta su casa: una cueva color pastel, recargada de adornos, cuadros con marcos dorados y diplomas de certámenes literarios municipales. Aurora se sentó en un sillón individual inmenso. Chiquita, flaca, movía los pies en el aire como si fuese una nena vieja. Nos miró de arriba a abajo, con ojos de pajarraco en extinción. Sin ofrecernos café, mate o un vaso de agua, dijo:

—Escucho.

    Fernando, con una mirada fugaz, me dejó la palabra. Le conté de la revista, de la elección del nombre, de los autores que habían colaborado en números anteriores. También le conté que había una sección donde un escritor narraba su primer día de trabajo, que sabíamos que había trabajado en la Fundación Eva Perón con Evita, que nos gustaría que escriba sobre esa historia. Aurora sin dejar de mirarme a los ojos, como si fuera el único hombre en la sala, no dijo ni sí ni no. Me pidió una dirección postal y dijo que en unos días enviaría el texto. Pasaron dos, tres, cuatro semanas y no tuvimos ninguna novedad. Dimos por descartado que no contaríamos con su texto. En esos días yo no tenía una dirección fija, así que dimos la de Fernando. Cuando ya nos habíamos olvidado del texto, el cartero, como en una película de amor en blanco y negro, golpeó la puerta. Fernando firmó una planilla y a cambio le dejó en las manos un sobre con el remitente “Aurora Venturini”.

    Fernando abrió el sobre de inmediato, con cuidado para no dañar el contenido. Adentro guardaba tres hojas escritas a ambos lados, con una letra redonda y dibujada, de maestra de escuela. Para su sorpresa, el texto no contaba la historia de la Fundación Evita ni nada referido a una experiencia laboral de Aurora o de un personaje ficticio. El texto no tenía puntos ni comas ni otro signo de puntuación. Incluso era difícil descifrar de qué iba, si es que iba a algún lado.

    El texto de Aurora no salió en la revista. No por habernos transformado en editores exquisitos o caprichosos, sino porque el tercer número de la publicación nunca llegó a la imprenta. Como escribió Fabián Casas, “las parejas y las revistas literarias duran casi siempre dos meses”. El sobre está guardado en un cajón. Y su historia abre la película Beatriz Portinari, un documental sobre Aurora Venturini (2013), dirigida en coautoría por Agustina Massa y Fernando Krapp.

    En 2007, el diario Página/12 lanzó el Premio Nueva Novela con la intención de descubrir voces inéditas de la literatura argentina. Además de un importante estímulo económico (30.000 pesos argentinos que, en esa época, se convertían en 6.000 dólares), el ganador o la ganadora iban a tener la bendición de un jurado de lujo, compuesto por Rodrigo Fresán, Alan Pauls, Juan Forn, Guillermo Saccomanno, Sandra Russo, Juan Sasturain y Juan Ignacio Boido. Por unanimidad, el primer premio se lo dieron al manuscrito de Las primas, firmado con el seudónimo Beatriz Portinari. Cuando el jurado abrió el sobre de plica, para conocer a la enigmática autora, tuvo la misma sensación que tuvimos con Fernando al abrir la carta de Venturini: no encontraron lo que esperaban. La joven narradora, la nueva voz, la autora inédita que iban a lanzar desde el diario al cosmos literario, tenía 85 años.

    A los integrantes del jurado, ya les había llamado la atención que el manuscrito estuviese escrito a máquina, con tachaduras y correcciones manuales. Pero, sobre todo, los había cautivado la narración sobre una familia de anormales en los años cuarenta y, en particular, la brutalidad de la voz de Yuna, hermana literaria del Benjy de Faulkner de El ruido y la furia y de Pecola, la protagonista de Ojos azules de Toni Morrison.

    Mariana Enríquez trabajó como prejurado en la elección de manuscritos del Premio Nueva Novela. En el prólogo a la última reedición de Las primas, cuenta: “El encuentro con la narradora de Las primas fue impactante. La sintaxis radical que evitaba la puntuación porque la ‘cansaba’, la brutalidad en la exposición de las miserias de los personajes, la inusitada falta de piedad para describir a una familia”. Y, en otro apartado, agrega “Aurora Venturini estaba fascinada por el humor negro, la crueldad, la monstruosidad: ella se consideraba anómala y creía en una literatura deforme, lúdica también, porque Las primas es una novela de reirse en voz alta ante las provocaciones y las decisiones insólitas. Cuerpos al límite, escritura como borbotones de sangre.”

    Aurora Venturini no era una autora inédita, como buscaba descubrir el Premio Nueva Novela. Ella se jactaba de escribir desde los 4 años y sumaba —entre poemarios, novelas, cuentos y traducciones— más de 40 libros editados. Todos por editoriales chicas o en ediciones caseras donde la propia autora costeaba la tirada. En la primera visita, Aurora nos dio un libro de poemas titulado Al pez y una edición artesanal de una traducción suya de Lautréamont. Los había separado en dos packs sobre la mesa baja del living. Apenas entramos nos los dio y, de pie, se aseguró que los guardemos en las mochilas.

    Luego de dos horas de charla, nos acompañó hasta la puerta de la Calle 37. Cuando pisamos la vereda, desde la oscuridad del pasillo, con voz cavernosa nos dijo:

    —Se llevan los libros, ¿no? Tengan cuidado que muerden.

    Son muy pocas las entrevistas donde Aurora no contaba que fue amiga y colaboradora de Evita (“se le hinchaban los pies de tanto trabajar”); que frecuentó a Borges cuando vivió en Buenos Aires; que era amiga de Violette Leduc y del tándem Beauvoir-Sartre, en su exilio francés —que empieza en 1955 por ser peronista durante la Revolución Libertadora y se extendió hasta 1975—; que fue unas de las pocas mujeres en estudiar filosofía en la Universidad Nacional de La Plata en la primera mitad del siglo XX; que fue cortejada por un jovencísimo Ernesto Sábato (le dedicó el libro Uno y el universo); que tradujo obras de Villón y Rimbaud; que como maestra se “hacía respetar” y que fue unas de las primeras en aplicar los test Rorschach en Argentina.

    En cambio, poco y nada le gustaba hablar de sus dos maridos; el primero un juez conservador de nombre Eduardo; el segundo, Fermín Chávez, un historiador reconocido tanto por su obra académica como por sus libros de divulgación. De ambos quedó viuda.

    En las entrevistas, tampoco hablaba de su familia o sus orígenes. Eso, en todo caso, lo dejó para sus libros. “Yo no soy muy familiera, nunca fui, pero siempre acabo escribiendo sobre mi familia, o sobre familias”, decía. “Mis seres son todos monstruosos. Mi familia era muy monstruosa. Es lo que conozco. Y yo no soy muy común. Soy una entidad rara que solo quiere escribir.”

    Aurora Venturini murió en el 2015, a los 92 años. Desde que ganó el Premio Nueva Novela había alcanzado los lectores y la repercusión que siempre había añorado y consideraba se merecía. Sin embargo, con un gesto de altivez, se burlaba de su tardío descubrimiento. En una entrevista que le realiza Leila Guerriero, dice: “Yo ya había publicado antes cuarenta libros, pero esto fue una explosión. Ahora acá dicen que soy buena porque lo dicen en Europa. Son repugnantes, mirá. Vivimos en un charco inmundo”.

    Sus libros estallaron en Argentina y en Europa, donde fueron traducidos al italiano, al francés y se rumorea que pronto al inglés. En España, Aurora Venturini, en vida, publicó el libro de cuentos Nosotros, los Caserta y la novela Las primas que obtuvo en el 2009 el premio Otras Voces, Otros Ámbitos que otorga El Corte Inglés. Entre otros elogios de la crítica, recibió piropos de Enrique Vila-Matas, que dijo que quizás detrás de la firma de Venturini “pudiera ocultarse el prolífico César Aira disfrazado de loca faulkneriana”.

    En estos días, parte significativa de su obra vuelve a las librerías españolas por Tusquets. La reedición de varios de sus títulos, cuenta con una serie de tapas maravillosas de Sebastián Freire. En las imágenes se puede ver a niñas y jóvenes desesperadas, escapando de casas laberínticas, y a viejas sonrientes, con muecas pícaras liberadas de sus cuartos propios.

    Los últimos años Venturini los pasó en silla de ruedas, bajo el cuidado de una enfermera o empleada doméstica que trató con indiferencia. En su novela autobiográfica Los rieles, narra el accidente doméstico que le quebró varios huesos y derivó en una internación de varios meses donde, prácticamente, tuvo que aprender a caminar de nuevo. Publicada en el 2011, es una novela sobre la vejez maldita y la decadencia, una puerta entreabierta que parece enunciar una despedida que también fue un principio: el del mito Venturini.

    En una entrevista que dio al diario Página/12, como si estuviera dictando su largo epitafio, narró:

    “Se va lo que se pudre, por eso ya hice el trámite: me anoté en el crematorio, con cajón y todo. No quiero que me muerdan los gusanos, que ya en vida me han mordido bastante. El señor que me atendió me preguntó: ‘¿Trae el cuerpo para cremar?’ ‘Sí, el mío, pero vas a tener que esperar’. Llené la planilla, entonces escribí mi necrológica, lo único que no puse es la fecha porque no sé cuándo me voy a morir. Pero escribí: ‘Sus restos fueron cremados y sus cenizas, esparcidas en el bosque de La Plata, ciudad a la que amó tanto’. Tal cual. El muchacho me miraba. ‘Nunca me pasó algo igual’, me dijo. ‘Ah, yo soy muy original’, le dije. Después me compré el cajón, pero le dije que quería algo baratito, total va al horno. Yo soy diferente.”

    Aurora Venturini, la joven revelación octogenaria, la escritora de otro siglo que agitó banderas que hoy dominan las calles. La mujer de las mil versiones, de las mil vidas. Y también, como la conocimos una tarde invernal, la viejita de la Calle 37 que escribía sin pelos ni puntos en la lengua."

6 de febr. 2024

les xerrades-debat de Vespres 02/2024 i dos

  


    La Dra. Paloma Trascasa Castro, a la seva ponencia, ens va exposar uns principis bàsics del debat actual sobre el canvi climàtic, sintetitzat amb l’epígraf: què sabem i a on anem?

    Per començar, va indicar quin és el balanç energètic habitual de la Terra, així com  la temperatura mitjana del últims 2000 anys, destacant l’anomalia des de la revolució industrial. Aquesta evidencia, plenament contrastada, dona lloc a un consens que diu: “ Las actividades humanas, principalmente la emisión de gases de efecto invernadero, son sin duda alguna la causa del calentamiento global, llevando a la temperatura global del planeta a alcanzar 1.1°C por encima de niveles preindustriales. Las emisiones globales de gases de efecto invernadero continúan aumentando debido al uso no sostenible de la energía, los cambios en los usos del suelo y los patrones de consumo y producción. “ Sexto informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC).





    L’origen d’aquestes emissions, en un percentatge escandalosament primordial, rau en l’ús intensiu  de cremar energia fòssil, seguida de l’agricultura ramaderia intensiva.



    En l’acord de Paris de 2015 es va consensuar mantenir la temperatura global planetària per davall del 1,5º des de l’època preindustrial. A data d’avui, 2024, segurament arribarem o superarem aquesta xifra.

    La Dra. Trascasa, en les seves conclusions, va afirmar que l'ésser humà és responsable gairebé absolut de l'escalfament global, que la humanitat és la causant pràcticament al 100% del canvi climàtic i que algunes de les seves conseqüències “són ja irreversibles”. Així ja s'estan observant canvis en el clima de la Terra a totes les regions i en el sistema climàtic en conjunt. Molts d'aquests canvis observats al clima no tenen precedents en milers, i fins i tot en milions d'anys, i alguns dels que ja s'estan produint, com l'augment continu del (20 centímetres entre 1901 i 2018) nivell del mar, no es podran revertir fins a dintre de diversos segles o mil·lennis.

    Per això, tret que les emissions de gasos d'efecte hivernacle es redueixin de manera “immediata, ràpida i a gran escala”, limitar l'escalfament a prop d'1,5 ºC o fins i tot a 2 ºC serà “un objectiu inabastable”.

    No hi ha solucions fàcils, l'espècie humana és un sistema social complex, amb inèrcies difícils de revertir, en un moment que, imperiosament, caldrien. La lògica del sistema juga en contra nostra. Què fer?

    Al debat es va plantejar que les accions locals, individuals són molt necessàries, però seran suficients?

REFERÈNCIES

Informe sobre el clima extremo y el cambio climático

Gráficos interactivos sobre emisiones de CO₂ y gases de efecto invernadero

Observación de la evolución atmosférica de sustancias que agotan la capa de ozono


5 de febr. 2024

xerrada-debat de Vespres Vespres Literaris 02/2024, u

 


    El divendres 2 de febrer vam tenir una nova sessió de les xerrades-debat de Vespres. Vam debatir inspirats pel documental Before the flood dirigit per Fisher Stevens i conduït com a narrador per l’actor Leonardo Di Caprio nomenat missatger de la pau de les Nacions Unides pel canvi climàtic l’any 2014.

    En el transcurs del documental, l'actor i l'activista ambiental es reuneix amb experts, científics i líders mundials per discutir els canvis i les conseqüències que del canvi climàtic al planeta i com afecta no només l'ecosistema, sinó els seus habitants, sobretot els més desfavorits, com a comunitats pobres que habiten a prop de ciutats costaneres, així com animals que han perdut el seu hàbitat a causa de la desforestació de grans empreses per a l'elaboració de productes de consum humà. 
    

   


     Després d'una breu introducció al documental per part de la nostra companya Pilar Marcos,  vam tenir una excel·lent presentació introductòria a càrrec de la Dra. Paloma Trascasa Castro, doctora en Ciències de la Terra, acompanyada pel Aleksander Lacima Nadolnik físic per la UB i ambdós Investigadors en el Centre Nacional de Supercomputació (BSC-CNS) que ens va il·lustrar sobre l’evolució de la temperatura en els últims dos mil anys, l’origen de les emissions, efecte hivernacle, la importància que van significar els acords de París del 2015 i la poca efectivitat fins ara, la incertesa de l’evolució dels anys vinents i els impactes futurs, la inèrcia del escalfament global i que podem fer en l’àmbit individual.    


    Després, vam tenir un interessant debat, d’uns 90 minuts, molt participatiu i amb diversitat d’opinions, tant al que representa el canvi climàtic com les seves conseqüències i les alternatives de pressió que podem exercir com individus en vers els nostres governants on la Dra. Trascasa i el físic Lacima van respondre totes les qüestions que se’ls hi va plantejar.

    La pròxima sessió serà el 5 d’abril i el tema dels totalitarismes. Com sempre, la pel·lícula que inspirarà el serà La ola dirigida per Dennis Gansel : a Alemanya, durant la setmana de projectes, un professor d'institut se li acudeix fer un experiment per explicar als alumnes el funcionament d'un règim totalitari. En pocs dies, el que semblava una prova innòcua basada en la disciplina i el sentiment de comunitat va derivant cap a una situació sobre la qual el professor perd tot control.

Us esperem!!!