30 de jul. 2006

ODA AL LÍBANO

El cedro, de proyectiles hendido,
derrama su savia cananea
en campos cainitas revivido
por mano taliónica.

Una mirada de rostro impúber
resta, sin luz, segada
por guadaña de fanático proceder
en ambas orillas enajenada.

De esta tierra brota el grito
de maternidad desgarrada
bajo norma de sectario rito.

Ciclo de vida y muerte secular,
no hay esperanza, ¡ madre!
sólo una perpetua noche polar.


Andrés

1 comentari:

  1. Anònim09:15

    A veces parece que no hay esperanza de que el ser humano aprenda algo de la historia

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