6 d’ag. 2007

El mosquito tigre

Mosquito tigre

EL MOSQUITO TIGRE
No recuerdo exactamente como empezó todo. Sé que tuvo la culpa el mosquito tigre, que campaba a sus anchas en aquella época por Sant Cugat y sus aledaños. Las madres que vigilaban los juegos de sus retoños en los parques, comprobaban como el minúsculo insecto se cebaba en el cuerpo (piernas, brazos, cuello y cara) de los pequeñuelos. La situación llegó a tal punto que se constituyeron en una “Asociación de madres en defensa de sus hijos y contra la atroz acción del mosquito tigre”. Dicha asociación figuraba con todos sus permisos correspondientes y, por demás, algún que otro alcalde de la zona le dió el espaldarazo aprovechando los mítines electorales del momento.

El problema aconteció cuando un grupo de vecinos de Rubí, Sant Cugat y Cerdanyola, atentos a cualquier desmán ecológico en detrimento de la biodiversidad de la zona, se opuso a la caza y captura indiscriminada del mosquito. Una especie en vías de extinción —se decía—, tan merecedora de la protección social como el gallo de Wyomin, la cabra hispánica, el tapir subsahariano o el atún del mediterráneo.

La agrupación vecinal de los barrios afectados por la insidiosa presencia del mosquito emprendió una campaña en contra de las acciones de la sociedad ecobiológica. Por su parte, una filial barcelonesa de la Sociedad Protectora de Animales (SPA), sita en Vía Laietana (en dirección al parque de la Ciutadella y no lejos de Correos), salió en defensa del grupo ecobiologista del Vallés Occidental. Al poco tiempo se sumó a este grupo la Asociación de entomólogos de Castilla y León y el grupo para el fomento del conocimiento de las faunas autóctonas de la Vall d´Aran (en su página web se puede consultar un “Alegato en favor del mosquito tigre, injustamente perseguido en San Cugat del Vallés y sus aledaños”).

Benestar Social y la Conselleria de Salut tardaron en pronunciarse sobre el asunto. La Consellera de Benestar Social llamó a la cordura y diálogo con los padres afectados; mientras que la Conselleria de Salut (tal vez, temiendo la acción de Medioambiente y la mala prensa que tienen las campañas antianimales) no acabó de pronunciarse ni a favor ni en contra, ni a favor de unos ni a favor de los otros.

El Parlamento Europeo multó a España (al gobierno español) por incumplimiento de la protección de la biodiversidad, según los acuerdos que se firmaron en Kyoto junto con la cuestión de las emisiones de CO2 a la atmósfera (por la cual también multó al gobierno español). No obstante, el Club de Roma (en la persona de su presidente) y grupos afines al G-8 manifestaron su apoyo a los movimientos vecinales de Sant Cugat y sus aledaños (en la página web “geochopuntocom” se podía consultar el revelador artículo “Great controverse in Spain”). ABC tradujo el artículo con el título “Hasta aquí podíamos llegar”. El PAÍS con el título “Curiosidades vecinales” y LA VANGUARDIA como “Blancanieves y los siete mosquitos”.

Finalmente decir lo que ya todos sabemos y hemos padecido. G.W. Busch bombardeó Sant Cugat y sus aledaños porque el mosquito tigre, según informó un portavoz de la Casa Blanca, estaba poniendo en grave riesgo la estabilidad del orden internacional.

Toda Catalunya, la mayor parte de España y más de un tercio de Europa ha quedado totalmente destruida por la mencionada acción militar. Pero, finalmente, estamos a salvo del insidioso mosquito tigre (que campaba por San Cugat y sus aledaños) y de los movimientos vecinales.
Un saludo a todos,
JAVIER

1 comentari:

  1. Anònim13:28

    ¡Bienvenido, Javier!

    Me alegra que ni el mosquito tigre ni el bombardeo sufrido hayan podido contigo.

    Un saludo,

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