18 d’ag. 2007

La voz dormida y 3

Uno. Da comienzo la obra de Chacón con una frase que quiere ser homenaje a las miles y miles de personas que sufrieron calladamente la larga noche del franquismo: "A los que se vieron obligados a guardar silencio", dedicatoria que me recuerda la reciente petición del Señor Fraga por silenciar y olvidar nuestra pasado reciente, la amenaza de prohibición, la semana pasada, por parte de una juez de Castropol, de los trabajos de exhumación de 11 milicianos republicanos (El País 17/08/2007) o el reportaje de Javier Lafuente sobre el maquis Ino, muerto por la Guardia Civil y enterrado en la entrada del cementerio por decisión del cura para que todos pudieran "pisar la tumba del rojo" (El país 23/07/2007). Estos pocos y recientes ejemplos dan cuenta de las dificultades y las cautelas que todavía han de superar en nuestro país los intentos por recuperar una parte de nuestra historia. Una tarea, tozuda y machaconamente silenciada por las instancias oficiales y que si, hoy, la podemos conocer y estudiar ha sido gracias al tesón de los familiares de los represaliados, el entusiasmo del mundo académico y la ayuda desinteresada de un puñado de voluntarios ¡¡¡extranjeros!!! que están ayudando en las tareas de exhumación e identificación de los restos depositados en decenas de fosas comunes a lo largo de nuestra geografía.
Dos. En todas las entrevistas que hizó la autora con motivo de la publicación del libro, recordaba que su obra era una novela de ficción pero sustentada en un trabajo exhaustivo de documentación por bibliotecas y hemerotecas pero, ante todo, el nervio de la novela descansaba en el testimonio de un puñado de mujeres que sufrieron el zarpazo de la represión y el encierro en las cárceles franquistas. Si La voz dormida es la narración novelada de la vida en las cárceles franquistas, el testimonio lo hemos de buscar en la vida y la obra de Juana Doña Jiménez (Madrid 1918 - Barcelona 2003); autora de cuatro libros de testimonios donde refleja la vida de lucha, dolor, silencio y abandono de las mujeres represaliadas por el régimen. Mujer (1977); Desde la noche y la niebla: mujeres en las cárceles franquistas (1978); Gente de abajo: no me arrepiento de nada (1992) y Querido Eugenio: una carta de amor al otro lado del tiempo (2003), todos prologados por Manuel Vázquez Montalbán, del cual, en la hora de la muerte, les separó una jornada. Juana Doña fue la última mujer condenada en España a la pena capital en 1.947, pena que le fue conmutada por 30 años de reclusión gracias a la intercesión de Eva Perón. Pasó 18 años en diversas cárceles: Segovia, Guadalajara, Alcalá de Henares,... Pues bien, esta gran mujer nos recuerda: "No quería olvidar, olvidar es convertir en cenizas la parte más larga de tu vida, porque el olvido llega cuando casi no vives, Olvidar es un despilfarro, es quedarte sin nada, con las manos vacías y la mente vacía" (Gente de abajo). O, también: "Por último quiero aclarar que este relato es un testimonio de mujeres, pero no feminista. De haberlo escrito hoy, (el original lo escribió, que no publicó, por razones obvias, en 1967) habría profundizado más en las raíces de por qué la mujer en todos los tiempos y circunstancias lleva la peor parte, hubiera reflejado que hay toda una gama de atrocidades y de opresiones que se ejercen sobre la mujer, por el solo hecho de serlo" (Desde la noche y la niebla).



Estudios sobre las cárceles franquistas y la condición de la mujer por aquellos años:

Elena Gascón Vera, Cárceles de odio: narrativa de las mujeres en las cárceles franquistas.

Règine Ilhom, La lucha de las republicanas en las cárceles franquistas.

Tomasa Cuevas, Presas: mujeres en las cárceles franquistas.

Lidia Falcón, En el infierno, ser mujer en las cárceles de España

Carmen Domingo, Coser y cantar: la mujer bajo la dictadura franquista.



Tres. Uno de los títulos de Juana Doña, Desde la noche y la niebla, me sirve para enlazar con la cita de Paul Celan que nos brinda la autora. Noche y niebla es el nombre que se le dio al decreto ,Nacht und Nebel, firmado a finales de 1.941 por el mariscal Wilhelm Keitel, mediante el cual Hitler ordenó que todas las personas detenidas como sospechosas de poner en peligro la seguridad de Alemania, fueran trasladadas clandestinamente a ese país bajo el amparo de la noche, sin dejar rastro y sin que ninguna información pudiera ser difundida acerca de su paradero o destino. (no se porque el espirítu de este decreto me trae recuerdos recientes). Paul Celan fue una victima del horror nazi; nacido el 23 de noviembre de 1920 en Czernowitz (Bukowina), en aquellos momentos ciudad búlgara y en el seno de una familia burguesa de origen judio y habla alemana. En 1939, con el inicio de la guerra, se vio obligado a abandonar sus estudios de medicina en Francia. Sufrió la ocupación soviética de la Bukowina en 1940 y la alemana en 1941. Sus padres fueron asesinados por los nazis y él pasó todo el conflicto en un campo de trabajo del ejército rumano. A partir de 1948 vivió en Paris hasta el 20 de abril de 1970, cuando se arrojó al Sena desde el puente Mirabeau de esa ciudad.

Cuatro.Paul Celan fue testigo del horror y la barbarie nazi. Protagonista de aquellos hechos, fue capaz de plasmar en su poesía - apátrida, huérfano y abandonado a su suerte, su refugio y su patria fue su lengua , el alemán, la lengua de sus verdugos - todo el dolor y la muerte de aquellos años, contradiciendo la afirmación de Adorno en la que sostenía que después de Auschwitz la poesía era imposible.

Dulce Chacón extrae un fragmento, ligeramente alterado, del poema de Celan "Una canción en el desierto", incluido en su poemario de 1952 Amapola y Memoria, el poema completo dice:

UNA CANCIÓN EN EL DESIERTO

Se trenzó una corona de negruzca fronda en la región de Acra: allí revolví el caballo peceño y acometí hacia la muerte con la espada. También bebí en cuencos de madera la ceniza de los pozos de Acra y al encuentro partí de las ruinas del cielo con la visera bajada.

Pocos muertos están los ángeles y ciego quedose el Señor en la región de Acra, y no hay ninguno que me cuide en el sueño a los que aquí entraron al reposo. Molida a golpes quedó la luna, la florecilla de la región de Acra: así florecen las que imitan a los espinos, las manos con anillos mohosos.

Así tengo pues que encorvarme al final para el beso cuando oran en Acra... ¡Oh, mala fue la malla de la noche, la sangre gotea a través de las hebillas! Así llegué a ser para aquella su hermano risueño, el férreo querube de Acra. Así pronuncio el nombre todavía y aún siento el incendio en las mejillas.

De noche, por la fiebre de Dios, tu cuerpo es moreno: con mi boca sobre tus mejillas antorchas blando. No sea mecido aquel a quien nana no cantaron. Hacia ti he ido yo llena de nieve mi mano, e indeciso como tus ojos azules van siendo en la ronda de las horas. (La luna de antaño era más redonda) En tiendas vacías el milagro su fin solloza, el cántaro de los sueños está helado- ¿qué nos atañe?

Piensa: del saúco colgaba negruzca una hoja - el bello signo para la copa de sangre.

En vano pintas corazones en la ventana: el duque del silencio, abajo, en el patio del castillo, enrola soldados. Su estandarte iza en el árbol - una hoja que se le vuelve azul cuando otoñea; los tallos de la melancolía los reparte a la tropa y las flores del tiempo; con pájaros en el cabello se dirige a deponer las espadas.

En vano pintas corazones en la ventana: hay un dios entre las huestes, envuelto en el capote que antaño cayó de tus hombros, por la escalera, cuando era noche, antaño cuando el castillo estaba en llamas, cuando tal los hombres dijiste: amada... Él no conoce el capote y no invocó la estrella y sigue aquella hoja que va delante en vilo.

"Oh tallo", cree oír, "oh flor del tiempo".

PAUL CELAN (traducción de José Luís Reina Palazón)

Las obras completas de Paul Celan están publicadas en castellano por la Editorial Trotta.

Cinco. Este es un cortometraje de Javier Aparisi sobre las cárceles de mujeres franquistas:


...leyendo La voz dormida

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