13 d’abr. 2008

Fábulas, aproximación inicial


El libro de este mes es una apuesta literaria arriesgada y, en cierto modo, experimental. Para poder adentrarnos en los meandros del pensamiento de Luis Goytisolo, copio la reseña aparecida en el periódico El País del día 19 de junio de 2004, con motivo de la nueva edición del libro.

Una rebelión de fábula
Rafael Conte


"Me alegra sobremanera que esta nueva edición de las ya conocidas Fábulas de Luis Goytisolo -que datan en su redacción de mediados de los sesenta y su publicación inicial de los años 1968 y 1973 en sus dos primeras partes y en 1978 de la tercera, aparecido todo ello en un solo volumen en 1981- venga acompañada de una excelente introducción de mi compañero en estas páginas Ignacio Echevarría, el crítico literario más personal, radical, profundo e independiente que conozco.

Puedo así tratar un libro admirable y desde luego minoritario, y a la vez el magistral tratamiento con el que lo introduce mi crítico favorito. Pues además, coincide bastante en el fondo con mis tesis ya que siempre he considerado la obra de Luis Goytisolo como la de un buscador del oro de la vanguardia -o experimentación- en lo narrativo y ello desde el principio de su carrera casi, cuando en 1958 obtuvo el primer Premio Biblioteca Breve a sus 23 años con Las afueras, libro que levantó una primera polémica al ser tratado por unos como si fuera una novela, y como un conjunto de relatos por otros. Como para mí siempre fue lo primero, me alegro de que Echevarría trate estas Fábulas como un mismo argumento bien hilado, por mucha que sea su dispersión y fragmentación, que resulta ser una carga en profundidad y hasta premonitoria contra nuestra sociedad, la de entonces y la actual, que al final es (son) la misma, aunque agravada pues el paso del tiempo la empeora sin parar.

De ahí que le haya resultado muy fácil a Ignacio Echevarría rastrear en esta pequeña e informal trilogía de textos de hace más de treinta años lo mismo que está sucediendo ahora. Entre sus precursores inmediatos cita a Adorno (sus Mínima Moralia) y sobre todo a Kafka, el gran manantial de todo, aunque olvida a otro gran precursor de la época, el Guy Debord de La sociedad del espectáculo, que se conoció entre nosotros mucho después, pero del que indudablemente Luis Goytisolo tuvo que saber entonces. El autor escribió estos textos cuando se encontraba en pleno trabajo de su obra maestra, la tetralogía de Antagonía, sobre todo durante la redacción de su primer volumen, Recuento -una de las últimas tres grandes novelas prohibidas en España bajo el franquismo, junto con Si te dicen que caí (Juan Marsé) y Juan sin tierra (Juan Goytisolo), que se publicaron en México, qué disparate-, y que fue al final en 1973 el gran tronco del que saldrían sus otras tres ramas, Los verdes de mayo hasta el mar, La cólera de Aquiles y Teoría del conocimiento, que hicieron estallar hacia fuera algo que ya lo había hecho hacia dentro. En resumen, todo el gran intento, aquí realizado, por "deconstruir" la novela tradicional -que ya inició en Las afueras y se le había congelado en Las mismas palabras- circuló con la misma intensidad por las páginas más teóricas de Ojos, Círculos, Búhos, Devoraciones y Una sonrisa a través de una lágrima, escritas las dos primeras ilustrando imágenes de Joan Ponç, cosa que no sucedió con la tercera por la desaparición del artista, aunque escrita junto a su inspiración.

Una etapa llamada "metaliteraria", pues en ella trataba sobre todo de la expresión escrita, con Estela del fuego que se aleja, Paradoja del ave migratoria, Investigaciones y conjeturas de Claudio Mendoza (una recopilación), los juegos temporales de Estatua con palomas, los de aventuras informáticas (y viajeras) con Mzungo, las parodias de Escala hacia el cielo (más costumbrista) y la erótica de Placer licuante, en las que algunos vieron una relajación de su intensidad. Pero las dos últimas, Diario de 360° (1999) y Liberación (2001), han vuelto a colocar a Luis Goytisolo en plena recuperación de su experimentación y vanguardismo, aunque a él no le gusten demasiado estos términos, pues todavía quiere ir más allá. El propio Echevarría, al describir esta misma trayectoria, llega hasta el penúltimo de estos títulos, no la prolonga hasta el último, que yo aquí califiqué de "novela panteísta" (a ver si alguien me corrige), ni siquiera hasta una recopilación de ensayos de 2001, El porvenir de la palabra, que me parece muy significativo, pues se trata de otro ataque en regla y global contra nuestra actual sociedad posindustrial del consumo y el mercado.

Echevarría titula su introducción con la enigmática frase Érase una jaula, inspirada en un deslumbrante apunte de Kafka: "Una jaula salió en busca de un pájaro". Dice que esa jaula, en cuyo interior se debate siempre la obra de Luis Goytisolo en lucha contra los límites de la novela tradicional, le permite buscar otra no tan sólo para sí mismo, sino para encerrar en ella al lector. Como se ve con toda claridad al recorrer su densa y rigurosa trayectoria, la obra de Luis Goytisolo se revela como una de las más importantes de nuestra literatura en la actualidad, y sin duda la cargada con mayor poderío de futuro, mientras creamos que la literatura sigue teniendo alguna capacidad para seguir adelante, por encima de todo. Y aquí lo encontramos en estas Fábulas, en plena fiesta del humor, del sarcasmo, la ironía y la más desbordante de las fantasías. Quien así lo lea -y lo sepa- me dará la razón."

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