14 de set. 2008

El lobo estepario, lecturas paralelas


Escrito a lo largo de los años veinte del siglo pasado, El lobo estepario es una obra fruto de una profunda crisis personal de su autor y de la crisis política, social y cultural que vive la Europa de aquellos años. Hesse vive una época de profundos cambios: a la ausencia de referentes se suma la incerteza de no saber que pasará en un futuro que el autor de Sidharta intuye decadente, adocenado y dominado por una empobrecedora cultura de masas.
Hesse era un gran lector del filosofo alemán Nietzsche y, a través de él, de la escuela filosófica romántica alemana representada por Schopenhauer. Las ideas de los mismos están presentes en muchos de los pasajes de la obra que estamos leyendo. Os propongo una lectura paralela, de estos autores, a la obra de Hermann Hesse.
Bien se denomine "civilización" o "humanización" o "progreso" a aquello en lo que ahora se busca el rasgo que distingue a los europeos; o bien se lo denomine sencillamente, sin alabar ni censurar, con una fórmula política, el movimiento democrático de Europa: detrás de todas las fachadas morales y políticas a que con tales fórmulas se hace referencia está realizándose un ingente proceso fisiológico, que fluye cada vez más, — el proceso de un asemejamiento de los europeos, su creciente desvinculación de las condiciones en que se generan razas ligadas a un clima y a un estamento, su progresiva independencia de todo milieu [medio] determinado, que a lo largo de siglos se inscribiría en el alma y en el cuerpo con exigencias idénticas, — es decir, la lenta aparición en el horizonte de una especie esencialmente supra-nacional y nómada de ser humano, la cual, hablando fisiológicamente, posee, como típico rasgo distintivo suyo, un máximo de arte y de fuerza de adaptación. Este proceso del europeo que está deviniendo, proceso que puede ser retardado en su tempo [ritmo] por grandes recaídas, pero que tal vez justo por ello gane y crezca en vehemencia y profundidad — de él forma parte el todavía furioso Sturm und Drang [borrasca e ímpetu] del “sentimiento nacional”, y asimismo el anarquismo que acaba de aparecer en el horizonte — ese proceso está abocado probablemente a resultados con los cuales acaso sea con los que menos cuenten sus ingenuos promotores y panegiristas, los apóstoles de las "ideas modernas". Las mismas condiciones nuevas bajo las cuales surgirán, hablando en términos generales, una nivelación y una mediocrización del hombre — un hombre animal de rebaño útil, laborioso, utilizable y diestro en muchas cosas —, son idóneas en grado sumo para dar origen a hombres-excepción de una cualidad peligrosísima y muy atrayente (recordar el auge de los fascismos en aquellos años, los de Hesse, no los de Nietzsche. -La acotación es mia-). En efecto, mientras que aquella fuerza de adaptación que ensaya minuciosamente condiciones siempre cambiantes y que comienza un nuevo trabajo con cada generación, casi con cada decenio, no hace posible en modo alguno la potencialidad del tipo: mientras que la impresión global producida por tales europeos futuros será probablemente la de obreros aptos para muchas tareas, charlatanes, pobres de voluntad y extraordinariamente adaptables, que necesitan del señor, del que manda, como el pan de cada día; mientras que la democratización de Europa está abocada, por tanto, a procrear un tipo preparado para la esclavitud en el sentido más sutil: en el caso singular y excepcional el hombre fuerte tendrá que resultar más fuerte y más rico que acaso nunca hasta ahora, - gracias a la falta de prejuicios de su educación, gracias a la ingente multiplicidad de su ejercitación, su arte y su máscara He querido decir: la democratización de Europa es a la vez un organismo involuntario para criar tiranos, — entendida esta palabra en todos los sentidos, también en el más espiritual.



Friedrich Nietzsche

Más allá del bien y del mal (1885)

Preludio de una filosofía del futuro

Sección Octava: Pueblos y patrias, 242

Alianza Editorial, S.A. “El libro de Bolsillo”, Madrid, 1978 (4), página 194-195

Traducción Andrés Sánchez Pascual

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