"En África no hay fronteras, ni siquiera entre la vida y la muerte"
Leopold Sedar Senghor, primer presidente senegalés
El ser de África:
“…más que una comunión material o territorial, el africano se siente ligado con sus allegados por una comunión espiritual” (pág. 27)
“…siglos de desprecio, humillación y sufrimiento han creado en ellos (los africanos) un complejo de inferioridad y un sentimiento de daño moral jamás reparado que anida en lo profundo de sus corazones” (pág. 33)
“…la esencia de África consiste en su infinita diferenciación” (pág. 38)
“… en África, el individualismo es sinónimo de desgracia de maldición. La tradición africana es colectivista,…” (pág. 43)
“…aquí se contempla ese mundo recién nacido, un mundo sin el hombre, y por lo tanto sin el pecado” (pág. 50)
“África es un eterno durar” (pág. 333)
Los europeos:
“En Luanda, que perteneció a Portugal, a lo largo de cuatrocientos años los portugueses no excavaron un solo pozo de agua potable ni iluminaron las calles con farola alguna” (pág. 65)
“La ideología de los comerciantes de esclavos se basaba en el principio de que el negro era un no-hombre; que la humanidad se dividía entre hombres y subhombres y que con estos últimos se podía hacer lo que a uno le viniese en gana, y lo mejor: aprovecharse de su trabajo y luego eliminarlos” (pág. 93)
“¿La imagen de África que se ha forjado Europa? Hambre, niños-esqueleto, tierra tan seca que se resquebraja, chabolas llenando las ciudades, matanzas de sida, muchedumbres de refugiados sin techo, si ropa, sin medicinas, sin pan ni agua. De modo que el mundo se apresura a socorrerla.
Igual que en el pasado, África es hoy contemplada como un objeto, (…) terreno de actuaciones de colonizadores, mercaderes, misioneros, etnógrafos y toda clase de organizaciones caritativas.”( pág. 241)
Igual que en el pasado, África es hoy contemplada como un objeto, (…) terreno de actuaciones de colonizadores, mercaderes, misioneros, etnógrafos y toda clase de organizaciones caritativas.”( pág. 241)
África hoy:
“Se vive al día, al momento, cada día es un obstáculo difícil de superar, la imaginación no sobrepasa las veinticuatro horas, no se hacen planes ni se acarician sueños” (pág. 124)
“hoy en día (…) el problema más grave de África: (es) el creado por aquellas personas, por aquellas decenas de millones de personas que han abandonado el campo, llenando unas ciudades ya monstruosamente hinchadas, y sin encontrar en ellas ninguna ocupación ni un lugar propio. (…) El rasgo principal de su estatus es el desarraigo” (pág. 150)
“…, en África los niños llevan años, muchos, mucho tiempo, matando a otros niños, y en masa. A decir verdad, las guerras contemporáneas que se libran en este continente son guerras de niños” (pág. 160)
“uno de los problemas de África: la mayor parte de su intelligentsia vive fuera del continente, (…) En sus países (…) han quedado: abajo, las masas formadas por un campesinado ignorante, atemorizado y explotado (…), arriba, la clase de los burócratas corruptos (…) o la soldadesca (…) ¿Cómo puede África desarrollarse, participar en la gran transformación del mundo, sin una propia clase media culta? (pág. 236-237)
“…aquí rige una ley que dice: el que tiene un arma es el primero en comer” (pág. 268-269)
Y una reflexión:
“se vuelve cada vez más importante para el mundo la pregunta no de cómo alimentar a la humanidad – hay comida suficiente; a menudo sólo se trata de organización y transporte-, sino de qué hacer con la gente. Qué hacer con la presencia en la Tierra de millones y millones de personas. Con su energía sin emplear. Con el potencial que llevan dentro y que nadie parece necesitar. ¿Qué lugar ocupa esa gente en la familia humana? ¿El de miembros de pleno derecho?¿El de prójimos maltratados?¿El de intrusos molestos?” (pág. 288)
Obra: Ébano, de Ryszard Kapuscinski
Anagrama, colección "crónicas"
Barcelona, julio 2009 (20)
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