4 de set. 2016

ikunde


El 8 de octubre de 2016, a las 19 horas y en el Centro Cívico de Montflorit, nuestra sede -en el marco de nuestros encuentros con los creadores-, nos visitará José Antonio López Hidalgo, autor bilbaíno, que nos hablará sobre su obra y, en especial, de su novela “El río de una sola orilla. Guinea, del crimen del río Etumbe a la independencia”; un viaje a los estertores de la colonia.



Para abrir boca, os sugerimos visitar la exposición Ikunde. Barcelona, metròpoli colonial, en el Museo de Culturas del Mundo (calle Montcada, 12 de Barcelona) hasta el 5 de febrero de 2017.

“En octubre de 1966, el hallazgo de un gorila albino en las selvas guineanas supuso un hito inesperada. Capturado por los campesinos que previamente habían disparado contra su madre, la cría, de entre dos y tres años, llegó a manos de Jordi Sabater Pi, responsable del centro de experimentación y aclimatación de Ikunde, fundado por el Ayuntamiento de Barcelona en  1959.  Publicado semanas más tarde en el Zoo barcelonés,  la excepcionalidad del animal se convirtió inmediatamente un motivo de atención internacional. En medio del clima de incertidumbre que Barcelona experimentaba durante la década de 1970, Copito de Nieve se erigía como un nuevo icono atractiva y moderna, uno de los más célebres embajadores de la ciudad y personaje destacado de un relato que sólo cambiaría definitivamente con la organización de los Juegos Olímpicos de 1992.

En 1968, en las postrimerías de la larga noche del franquismo, la entonces colonia española de Guinea alcanzó su independencia, bautizada como Guinea Ecuatorial. Se clausuraba pues un período oscuro de la historia del territorio centroafricano, dominado por las lógicas extractivas propias de la dominación colonial: cacao, café y maderas nobles, principalmente.

A diferencia, sin embargo, de lo que podría imaginarse, la auténtica metrópoli de aquel proyecto colonial no fue Madrid, sino Barcelona. En efecto, desde finales del siglo XIX, la rica actividad industrial radicada en la Ciudad Condal había estimulado una importante transferencia de inversiones hacia aquella colonia lejana, mientras los misioneros claretianos, a partir de su sede en Vic, se encargaban de las tareas de evangelización de las poblaciones autóctonas.
A medida que se consolidaba la empresa colonial, la explotación de las riquezas del territorio se vio secundada por una red cada vez más numerosa y diversa de colonos y de proyectos, algunos de ellos avistados bajo criterios que ya no eran únicamente comerciales.

Quizás el colofón de los proyectos científicos destinados a Guinea fue la creación, en 1959, del centro de Ikunde, a pocos kilómetros de Bata, la capital de la Guinea continental. Construido gracias a la iniciativa personal de Antoni Jonch, entonces director del Parque Zoológico de Barcelona, ​​y August Panyella, director del Museo Etnológico, y dirigido por Jordi Sabater Pi, Ikunde aprovisionó durante una década buena parte de los fondos zoológicos, etnológicos, arqueológicos y botánicos del Ayuntamiento de Barcelona, ​​y se erigió como una institución clave para comprender algunos rasgos esenciales en la emergencia de la red de equipamientos culturales de que dispone actualmente la ciudad.


Tomando como hilo conductor la creación de Ikunde en medio de la selva tropical, la exposición pretende revisar el vínculo complejo y ambiguo trenzado entre Barcelona y Guinea.”

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