24 de jul. 2007

IV Jornadas Gastronómicas de Vespres (El lugar)

Blanes, mar de sombrillas

El pasado fin de semana tuvo lugar la IV edición de las Jornadas Gastronómicas de Vespres Literaris en la ciudad de Blanes. Como viene siendo costumbre por parte de este cronista, iniciamos el reportaje conociendo un poco el lugar del encuentro.
El medio:
La ciudad de Blanes está situada en el extremo meridional de la província de Girona, junto a la desembocadura del rio Tordera.

Al norte límita con los términos municipales de Tordera y Lloret de Mar; al nordeste con Lloret; al oeste con Tordera, Malgrat de Mar y Palafolls y por el sur con nuestro Mediterráneo. El término municipal tiene una superficie de 1.784 hectáreas. El territorio es accidentado al norte y al este, predominando las planicies al oeste, en la zona situada al lado de la cuenca del Tordera.
Las cotas más destacadas son la montaña del Vilar (269 metros) y la montaña de Sant Joan (166 metros). La corriente fluvial más importante es el mencionado río Tordera, de régimen torrencial y estacional, pero que tiene un caudal de agua subterránea muy importante.
El clima:
La situación marítima de Blanes condiciona el clima, en general es templado: la temperatura media anual es de unos 16º C y las lluvias son escasas.
La historia:
Los primeros rastros de presencia humana en el territorio datan de época ibérica (siglo III adC). El poblado ibérico estaba situado en la cara sur de la montaña de Sant Joan, lugar donde había una torre de vigilancia y comunicación con otros poblados.
A partir de la romanización (218 a.C.) el poblado se denominó Blanda o Blandae, forma romana del topónimo íbero. Después de la crisis del Imperio Romano y la llegada de los Visigodos, el pueblo queda a merced de las incursiones de los árabes a finales del siglo VIII.
El castillo de Blanes o de Forcadell aparece citado por primera vez el año 1002, en un documento del vizconde Sunifred de Girona,. Hacia el 1050, sus sucesores, los Cabrera, son los propietarios feudales del mismo en nombre de los conde de Barcelona. Por debajo de los Cabrera, el dominio de los habitantes de la villa será ejercido entre los siglos XII al XIV, por la familia de caballeros apellidados Blanes. En el siglo XIII, los señores feudales Guerau IV de Cabrera y su subfeudatario, Guillem de Blanes , concederán una serie de privilegios y libertades al puerto y a la villa de Blanes con el objetivo de favorecer su poblamiento y crecimiento económico.
Desde el año 1381 los Cabrera impulsan una renovación urbanística de la ciudad: construcción del palacio vizcondal, renovación de la muralla, se abren nuevas puertas y en el siglo XV se construye la fuente gótica y el hospital de beneficencia Asimismo se consolida el gobierno municipal con la redacción de las normas de gobierno de la Universitat o Comú. En estas fechas se incorpora el barrio de S’Auguer al término municipal. Y, ya en el siglo XVII, se amplia el mismo hasta el Tordera.
Durante la Guerra dels Segadors (1652) Blanes fue incendiada y unos 300 vecinos fueron enviados a galeras (creo que no fue al Segre). En el año 1694 el pueblo fue quemado una vez más. Después de la Guerra de Sucesión (1714) se vive una época de crecimiento económico (comercio marítimo, pesca, industria del corcho, cuerdas y botas). Será en el siglo XVIII cuando se produzca un salto demográfico importante ( se pasa de 1.993 a 3.783 habitantes en esa centuria)
Ya en pleno siglo XIX hay grandes resistencias a pagar los derechos señoriales. El último señor feudal de la villa fue el Duque de Medinaceli.
La importante actividad portuaria favorecerá el establecimiento de una escuela de naútica, momento que coincide con el esplendor de las atarazanas, las más importantes de la costa norte catalana hasta finales del diecinueve. En 1859 llega el ferrocarril a la ciudad y en 1881 el alumbrado público a gas. En 1889 llega la electricidad. A pesar de estas innovaciones técnicas, el cambio de siglo lleva de la mano una crisis general en las atarazanas y las viñas, principales motores económicos de la vila, por lo que se produce una fuerte emigración hacia América.
En 1916 se inicia la contrucción del muelle y en 1923 se funda la fábrica SAFA, hechos que marcan el inicio de la recuperación económica. Como en el resto de Catalunya, se crean múltiples sociedades recreativas y se consolida un fuerte movimiento obrero. Durante la Guerra Civil, la población sufrió bombardeos y hambre. La sociedad se dividió y la posguerra, como en tantos otros lugares, fue un largo camino de dolor y silencio. A partir de la década de los cincuenta del siglo pasado se inicia la llegada del turismo europeo en masa y una fuerte inmigración interior procedente del resto del Estado. Entre 1955 y 1970 la población de Blanes se dobla.

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