27 de gen. 2008

El corazón de las tinieblas (Marlow)



"Había conocido los barcos y los hombres.... ¡Qué grandeza no habrá flotado en el flujo de ese río (Támesis) hacia el misterio de una tierra desconocida!...Los sueños de los hombres, la semilla de las colonias, el germen de los imperios.

- Y éste también - dijo Marlow de repente- ha sido uno de los lugares oscuros de la tierra"
(Alianza Editorial, Madrid 1980-2ª- pág. 19-20)


"- Estaba pensando en tiempos remotos, cuando los romanos vinieron aquí por vez primera, hace novecientos años, el otro día. Surgió la luz... Vivimos en ese aleteo de la llama... Pero aquí había oscuridad tan sólo ayer.... Eran lo bastante hombres para afrontar las tinieblas"


(Op. cit. pág. 21)

"... tiene que vivir en medio de lo incomprensible, que es también detestable. Y esto ejerce además una fascinación que actúa sobre él: la fascinación de la abominación... La conquista de la tierra, que más que nada significa arrebatársela a aquellos que tienen un color de piel diferente o la nariz ligeramente más aplastada que nosotros, no posee tanto atractivo cuando se mira desde muy cerca. Lo único que la redime es la idea. "


(op. cit. pág. 22)



" Zarpé en un vapor francés... Durante algún tiempo sentía que aún pertenecía a un mundo de hechos sencillos, ...Recuerdo que una vez nos encontramos con un barco de guerra anclado frente a la costa...estaban bombardeando la maleza... Allí estaba, en la vacía inmensidad de tierra, cielo y agua: incomprensible, disparando contra un continente. ¡Pum!... y no ocurría nada. No podía ocurrir nada."

(Op. cit. pág. 31-32 y 33)




"En el decimoquinto día volví a avistar de nuevo el gran río, y llegue cojeando a la Estación Central... Mi primera entrevista con el director fue curiosa..., le oyeron decir "Los hombres que vienen aquí no deberían tener entrañas"... ¿Qué eramos nosotros que nos habíamos extraviado allí?, ¿podríamos dominar aquella "cosa" muda o nos dominaría ella a nosotros?... ¿Qué había allí dentro?... Vivimos igual que soñamos: solos"

(Op. cit. pág. 42 a 52)

"Escuchaba, escuchaba atentamente a la espera de la frase, de la palabra que me ayudara a comprender la lánguida inquietud que inspiraba esta narración, que parecía tomar forma, sin la ayuda de labios humanos, en el aire denso de la noche sobre el río."

(Op. cit. pág. 53)

..... y Marlow continua su relato...

Con Conrad por el río Congo, Javier Reverte


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