La obra de Ildefonso Falcones se inscribe en el prototipo de novela histórica que hemos leído este curso de la mano de Ken Follet.
En torno a la construcción del templo se entretejen una serie se historias de personajes muy contrastados. Unos, los buenos, tienen todas las virtudes y atributos. Caen bien a todo el mundo y se enriquecen con una facilidad mágica. Por el contrario, los malos, poseen todos los defectos, son odiosos y, encima, feos.
No hemos de dudar que la contraposición extrema de situaciones y carácteres funciona en la novela actual, ya que esta novela ha sido la más vendida de este último Sant Jordi, pero, que duda cabe, debemos fijarnos, es mi parecer, en otros tipos de literaturas más ricos y variados donde la narración nos dirija a una multiplicidad de situaciones y no a la empobrecedora historia de los buenos y los malos.
Novela de entretenimiento sin más.
La catedral del mar
Ildefonso Falcones
Grijalbo, 2006. 670 páginas
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