okume guineano |
Hacia 1850 se empezaron a desarrollar las plantaciones de cacao en la isla de Santa Isabel siguiendo el ejemplo del modelo de producción de los portugueses en la isla de Sao Tomé. El incremento de la demanda internacional de cacao, a finales del siglo XIX , llevo al gobierno español a aumentar las inversiones en las plantaciones guineanas. La población, bubi en su mayoría, fue forzada a vender sus tierras, a abandonarlas o a cambiar las fértiles tierras de las que vivían por otras menos productivas. Las compañías españolas explotaban las grandes plantaciones, mientras los fernandinos y los esclavos liberados debían conformarse con las peores. Desde los inicios de la producción intensiva de cacao, el problema de la falta de mano de obra fue apremiante para los colonos. La mayoría de los trabajadores “contratados” procedían de Liberia y Nigeria debido a la falta de brazos entre los bubi de la isla y los fang del continente, diezmados por las enfermedades, los enfrentamientos armados y la drástica desaparción de sus medios tradicionales de subsistencia.
Además del cacao, se producía café y alguna que otra pequeña explotación ganadera. En el continente no empieza la explotación de las tierras hasta bien entrado el siglo XX. La producción dominante fue el café, el cacao y el aceite de palma, aunque en mucha menor medida que en la isla por la pobreza del terreno y la falta endémica de mano de obra. Por contrapartida, se explotaron en abundancia materias primas sin elaborar, especialmente la madera. El los largos años de la colonia, la mayoría de las poblaciones rurales continuaron estancadas sino en franco retroceso, dentro de una economía de supervivencia y sin recibir ningún beneficio de la economía colonial que revertía ,totalmente, en los colonos y la metrópoli.
A mediados de los años cincuenta del siglo pasado se producían en Guinea más de 18.000 toneladas de cacao y unas 6.000 de café. Además de estos productos, que se enviaban casi en su totalidad a España, la metrópoli absorbía entre 60.000 y 80.000 toneladas anuales de madera, con especial interés por el okume que se utilizaba para la fabricación de tableros contrachapados. La explotación de la colonia era intensiva y muy rentable.
La población negra de Guinea se elevaba a 166.000 personas y había 3.832 blancos censados. La mayoría (2.330) vivían en Fernando Poo y el resto en la Guinea continental. Casi todos (3.499) eran de nacionalidad española, de los cuales 2.444 eran hombres y 1.055 mujeres. Además vivían allí 205 portugueses, 66 libaneses, 34 alemanes, 9 indios, 7 ingleses, 6 italianos, un belga, un francés y un canadiense. Las explotaciones madereras eran tan rentables que las empresas habían instalado unos 250 kilómetros de vías de ferrocarril (desaparecidas en su totalidad hoy en día), para sacar los troncos del interior hacia la costa
En 1951 se subastaron grandes extensiones para la explotación forestal, con el objetivo de alcanzar una producción anual de 125.000 toneladas de madera. Durante la primera mitad del siglo crece continuamente la producción de madera en Guinea. En 1930 se lograron 31.802 toneladas de okume y 22 de otras especies, en 1935 se llegó a las 89.118 toneladas de okume y 6.707 de otras especies.
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