10 de gen. 2007

Un milagro en equilibrio

Portada de la obra Lucia Etxebarria

Un milagro en equilibrio
Editorial Planeta
Barcelona, 2.004
448 páginas
Premio Planeta 2.004



ARGUMENTO


Eva Agulló es una joven escritora que intenta, infructuosamente, publicar alguno de los libros que ha escrito. Sobrevive gracias a trabajos por encargo de diversos periódicos, revistas y editoriales. Fruto de uno de estos encargos, escribe un libro sobre adicciones entre las mujeres “Enganchadas” que tiene un rápido y fulgurante éxito de público y crítica; además acaba de ser madre, por lo que inicia la escritura de un diario (el libro que estamos leyendo) dirigido a su hija, Amanda, en el que anota sus recuerdos y pensamientos. La intención del mismo es que cuando su hija sea mayor pueda conocer sus orígenes y cómo era su madre y su familia.

Madre e hijo

ANÁLISIS





El libro de este mes está definido desde sus mismas páginas por la autora: “… esto que escribo, que seguiré escribiendo, no va a ser más que una retahíla desordenada de notas” (pág. 23); y, efectivamente, la primera parte de la novela resulta harto difícil de leer. Me ha dado la impresión que la Etxebarria ha tratado por todos los medios de llevar adelante un proyecto que, desgraciadamente, carecía de estudio, reflexión o proyección. Las primeras cien páginas del libro son una sucesión inconexa de fallidos intentos de dar apariencia de libro a una retahíla de pensamientos personales de la autora, lugares comunes extraídos de los medios de comunicación y artículos de la wikipedia.
Extraigo de esta primera parte lo que considero más interesante:
“Las personas somos como dos… nadie, ninguno de nosotros, constituye un todo material y tajantemente construido, idéntico para todo el mundo y sobre el que cada cual pueda informarse como si se tratara de una escritura de propiedad o un testamento, sino que cada cual se parece a un calidoscopio que cambia de forma según quién y dónde se le mire” (pág. 15)
De su maternidad afirma:
“… sin elegirte te elegí porque, repito, son las elecciones inconscientes las únicas sinceras”(pág. 19); la relación de Lucia Etxebarria con la astrología, la quiromancia y las ciencias ocultas merecerían un estudio aparte.
ó
“Tuve que convertirme en dos para dejar de ser dos (la real y la alcohólica), porque una de ellas iba a matarme (la beoda, off course), pero en lugar de matar creé vida y así sobreviví” (pág. 20) Todo un alegato a la maternidad responsable.
Sobre la oportunidad del tema nos advierte:
“¿Por qué, me preguntaba yo, si los dos acontecimientos límite en la vida del ser humano son, lógicamente, el nacimiento y la muerte, la una (muerte) está tan tratada en la literatura mientras que el otro (nacimiento) prácticamente no está descrito” (pág. 39) ¿Será, me pregunto yo, porque la mitad de la humanidad no conoce las sensaciones de un parto?
Como en todas las obras de la autora, nos habla de las mujeres y su condición:
“ (las mujeres) permitimos que violen nuestros espacios y fronteras emocionales. Así confundimos amor con sumisión, intimidad con posesión, afecto con culpa, chantaje con deber, sexo con violencia, control con pertenencia… no disponemos de más armas que la razón para combatir los sentimientos” (pág. 74); ¿pero no había dicho antes que las elecciones inconscientes son las únicas sinceras? ¿Razón-inconsciencia, qué lío? ¡Ah! pero antes nos ha advertido:
“Estas palabras están desprovistas desde el principio de la intención de querer convencer a la ajena voluntad de la veracidad de su contenido: no pienso ser fiel a la realidad, entre otras cosas porque dicho propósito sería imposible, ya que la realidad es multiforme y la memoria una fuente que interpreta el pasado según le de la gana, lo cual quiere decir que aunque una albergue la firme intención de contar las cosas tal y como fueron, siempre acabará contándolas tal y como las recuerda, que no es lo mismo”(pág. 21). Totalmente de acuerdo.

Esto nos lleva al tema del más que probable contenido autobiográfico de la novela y la oportunidad de conceder el premio Planeta a una recopilación, más o menos afortunada, de notas vitales. No seré yo el que entre en la polémica de la calidad del premio Planeta, tan sólo recojo lo que se comenta en los foros del ciberespacio y punto.

Paradójicamente, en el momento que la autora abandona su proyecto inicial (un diario para su hija) y se centra en la narración de la vida y milagros de Eva Agulló por Alicante, Madrid Nueva York y el tanatorio de Elche, la obra gana en interés y pulso narrativo. Los recuerdos de la infancia junto a la madre moribunda son de lo mejor de la novela (¿por su sinceridad?).
“Porque siempre hay que volver a eso, a esa infancia que la mayor parte del tiempo nos eleva el alma sin que nosotros mismos nos demos cuenta y que, sin embargo, tiene mayor importancia para nuestra felicidad que los días que vivimos ya adultos, pues esos los vivimos siempre a través de ella, y no es sino la infancia la que asigna su pasajera grandeza a cada minuto que disfrutamos” (pág. 335)
Al final, el libro se convierte en un homenaje a la madre muerta:
“Las madres regalan la vida” (pág. 341).

amanecer de la madre

ESTRUCTURA Y LENGUAJE




En línea con el estilo de la autora, el lenguaje es coloquial, directo; a veces parece que estemos con ella conversando en un café o en la parada del autobús. Por ello cae muchas veces en la frase tópica o en los lugares comunes. Chirriante, por ejemplo, es el juego infernal de “las Sonias” que si la primera vez parece curioso, al final resulta cargante. Por otra parte, en la narración utiliza noticias de actualidad o locales (por España) que, siendo efectivas para el momento de la publicación de la obra, no dejan de resultar empobrecedoras en el conjunto de la novela.

En cuanto a la estructura decir que no existe, así de sencillo.
mamá

A MODO DE CONCLUSIÓN


Por último unas citas que definen la personalidad de Lucia Etxebarria:
“… este diario de tu vida que llevo yo por ti” (pág. 43)
“Porque al pensarte te di forma y al nombrarte te creé, tú eres mi logoi” (pág. 148)
“Y elegí Amanda porque al nombrarte quería crearte y crearte distinta a mí” (pág. 149)
“…cuando una decide dejar de ser hija de alguien…., sólo en ese momento empieza a ser persona por si misma” (pág. 413)

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