Caminando sin rumbo por los arrabales de la ciudad llegue a su tuétano: el vertedero. En el alma de la urbe encontré un pliego de folios escrito en caracteres de un viejo artilugio (posiblemente una máquina de escribir Olivetti Lettera 32). Los folios no tenían firma, ni título, tan solo unas fechas. La páginas estaban sucias por años de abandono y estaban deformadas por la lluvia y los orines de los roedores que, milagrosamente, no habían llegado a roer las letras que ajedrezaban su, antaño, inmaculada blancura.
La primera entrada decía:
"Inmanentes en nosotros viven y crean en sus fabulaciones oníricas los sueños. Sueños que nos trasladan fuera del tiempo, a espacios inexistentes. Conocemos lo inexplicable viviendo acontecimientos subjetivos de una vida misteriosa para nosotros. Vivimos entre ocasos inhabitables, palpando una realidad que parece ser existente y que, sin embargo, se embriaga en lo desconocido”
7-11-79
Esta es la ,para el ¿autor, autora?, introducción. ¿A qué mundos oníricos nos quiere llevar su anónimo autor?
Continuará
La primera entrada decía:
"Inmanentes en nosotros viven y crean en sus fabulaciones oníricas los sueños. Sueños que nos trasladan fuera del tiempo, a espacios inexistentes. Conocemos lo inexplicable viviendo acontecimientos subjetivos de una vida misteriosa para nosotros. Vivimos entre ocasos inhabitables, palpando una realidad que parece ser existente y que, sin embargo, se embriaga en lo desconocido”
7-11-79
Esta es la ,para el ¿autor, autora?, introducción. ¿A qué mundos oníricos nos quiere llevar su anónimo autor?
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