El 18 de mayo
de 1942, tras pasar un año como prisionero en el campo de Djelfa en Argelia, Max Aub logra huir a Casablanca para
luego marchar a México, país que le otorgaría nueva residencia y nacionalidad
hasta su muerte en 1972. En el exilio, gran parte de la narrativa de Aub se
centró en la descripción de sus experiencias de la Guerra Civil. Reflejo de
este interés fue la publicación de El
laberinto mágico una colección de seis libros que relatan fielmente las consecuencias
que la guerra tuvo sobre la población española.
Los seis
libros que integran el ciclo narrativo de El laberinto mágico son: Campo cerrado, escrito en París nada
más terminar la Guerra Civil y comenzar el largo exilio. Campo abierto, la siguiente novela del ciclo, fue escrito asimismo
en París, apenas (entre mayo y agosto de 1939), mientras en Europa se gestaba
la segunda Gran Guerra. Campo de sangre,
el tercero de los libros, fue escrito entre 1940 y 1942, dos años en los que estuvo
internado en diversos campos de concentración franceses, temiendo siempre ser
entregado a las tropas alemanas de ocupación. Campo francés fue escrito en 1942 a bordo del barco “Serpa Pinto” que trasladaba a Max Aub a
México, a la libertad. En 1962, a los
veinte años de haberse instalado en México, retoma el ciclo y escribe la quinta novela Campo del moro, donde describe un
Madrid al borde de la rendición. Campo
de Almendros es el último de los seis libros del ciclo. Publicado en México
en 1967, narra las últimas semanas de la guerra. Hombres y mujeres huyen en
desbandada hacia Valencia y Alicante, donde se rumorea que hay barcos
aguardando para llevarles al exilio.
“Estos que
ves ahora deshechos, maltrechos, furiosos, aplanados, sin afeitar, sin lavar,
cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados, son, sin
embargo, no lo olvides nunca pase lo que pase, son lo mejor de España, los
únicos que, de verdad, se han alzado, sin nada, con sus manos, contra el
fascismo, contra los militares, contra los poderosos, por la sola justicia;
cada uno a su modo, a su manera, como han podido, sin que les importara su
comodidad, su familia, su dinero. Estos que ves, españoles rotos, derrotados,
hacinados, heridos, soñolientos, medio muertos, esperanzados todavía en
escapar, son, no lo olvides, lo mejor del mundo. No es hermoso. Pero es lo
mejor del mundo. No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides.”
Campo de
almendros
“El laberinto
mágico”
Max Aub
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