16 de març 2008

De la vida en el campo

Los primeros capítulos de la obra son una defensa y un canto a la vida rural o, mejor dicho, a una vida autosuficiente, lejos de las servidumbres e hipotecas de la vida urbana. El protagonista quiere dejar atrás su pasado, ¿huye de alguién o de algo?, ¿es un expresidiario?, internándose en las soledades del bosque. La pluma de Hamsun destila en algunos momentos ecos proféticos (acaso Isak no es el nombre de aquel patriarca, hijo de Abraham y Sara); él, “el primer hombre, el primer ser humano” (5) es “el señor de la creación” (16), y destila un canto añorante a la vida ruda, sencilla y simple, totalmente sujeta a los ritmos de la Naturaleza: “El grano, en cambio, era el pan; tener o no tener, significaba la vida o la muerte”(26)
Este canto a la vuelta, al retorno a la sencilla vida en la Naturaleza es un lugar común en la literatura de todos los tiempos, veamos unos ejemplos.

Unos años antes y en un país que Hamsun conocía sobradamente, los Estados Unidos de América, Henry David Thoreau, autor seminal de la literatura de aquel país, (1817-1862) publica en 1854 su obra Walden, donde narra sus pensamientos y experiencias durante los dos años y medio que vivió solo en una cabaña, construida por él mismo, en los bosques de Concord, Massachussets, cerca de la laguna que da nombre al libro. Thoreau nos recuerda: “Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentar sólo los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar, no sea que cuando estuviera por morir descubriera que no había vivido. No quería vivir lo que no fuera la vida; ¡es tan hermoso el vivir!; tampoco quise practicar la resignación, a no ser que fuera absolutamente necesaria. Quise vivir profundamente y extraer toda la médula de la vida, vivir en forma tan dura y espartana como para derrotar todo lo que no fuera vida, cortar una amplia ringlera al ras del suelo, llevar la vida a un rincón y reducirla a sus menores elementos, y si fuera mezquina, obtener toda su genuina mezquindad y dar a conocer su mezquindad al mundo, o si fuera sublime, saberlo por propia experiencia y poder dar un verdadero resumen de ello en mi próxima salida.”
Y de la vida “civilizada” nos dice: “En medio de este mar picado de la vida civilizada, son tales las nubes y tormentas y arenas movedizas y mil otras cosas a las que hay que atender, que un hombre tiene que vivir haciendo cálculos si no quiere naufragar e ir al fondo y no llegar a puerto alguno, y sin duda ha de ser un gran calculador el que triunfe. ¡Simplificar, simplificar! En lugar de tres comidas por día, no comas más que una si es preciso; cinco platos en lugar de cien; y reduce todas las demás cosas en esa proporción.
Mi casa se halla en la falda de una colina, contigua al borde del gran bosque, en medio de un soto de pinoteas y nogales americanos, y a media docena de varas de la laguna, a la que conduce, colina abajo, un estrecho sendero.”

La sencillez, la frugalidad y la vida contemplativa marcan el tono de este canto a la Naturaleza y contra los estragos de la “modernidad”: “ Mientras me siento en la ventana esta tarde estival, los gavilanes giran alrededor de mi descampado; la velocidad de las palomas salvajes volando de a dos o de a tres frente a mí, o paseándose inquietas sobre las ramas del pino blanco que está detrás de mi casa, confiere su voz al aire; un halcón marino se sumerge en la brillante superficie del lago y saca un pez; un visón se desliza ante mi puerta y se apodera de una nana junto a la costa; el junco está inclinándose bajo el peso de los pajaritos que revolotean de aquí para allá; y durante la última media hora, he oído el traqueteo del tren, muriendo por momentos para dejarse oír de nuevo, al igual que el redoble de la perdiz, llevando viajeros de Boston hacia el campo.”

En el siglo XVI Luis de León escribe la oda “Vida retirada”
¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido! (…)
¡Oh campo, oh monte, oh río!
¡Oh secreto seguro deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.(…)
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo
a solas, sin testigo,libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto,
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa
de ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego sosegada
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo,
y con diversas flores va esparciendo.
El aire el huerto orea,
y ofrece mil olores al sentido,
los árboles menea
con un manso ruïdo,
que del oro y del cetro pone olvido. (…)
Y mientras miserable
-mente se están los otros abrasando
en sed insacïable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
A la sombra tendido
de yedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,del plectro sabiamente meneado.
Luis de León
Obra que, a su vez, bebe del epodo II de Horacio (65- 8 a.c.) Beatus ille… que en traducción del propio Luis de León , dice:
Dichoso el que de pleitos alejado,
cual los del tiempo antigo,
labra sus heredades, no obligado
al logrero enemigo.

Ni la arma en los reales le despierta,
ni tiembla en la mar brava;
huye la plaza y la soberbia puerta
de la ambición esclava.

Su gusto es, o poner la vid crecida
al álamo ayuntada,
contemplar cuál pace, desparcida,
el valle su vacada.

Ya poda el ramo inútil, o ya enjiere
en su vez el extraño;
castra sus colmenas, o si quiere,
tresquila su rebaño.

Pues cuando el padre Otoño muestra fuera
la su frente galana,
con cuánto gozo coge la alta pera,
las uvas como grana.

Y a ti, sacro Silvano, las presenta,
que guardas el ejido,
debajo un roble antiguo ya se asienta,
ya en el prado florido.

El agua en las acequias corre, y cantan
los pájaros sin dueño;
las fuentes al murmullo que levantan,
despiertan dulce sueño.

Y ya que el año cubre campos y cerros
con nieve y con heladas,
o lanza el jabalí con muchos perros
en las redes paradas;

o los golosos tordos, o con liga
o con red engañosa,
o la extranjera grulla en lazo obliga,
que es presa deleitosa.

Con esto, ¿quién del pecho no desprende
cuanto en amor se pasa?
¿Pues qué, si la mujer honesta atiende
los hijos y la casa?

Cual hace la sabina o la calabresa
de andar al sol tostada,
y ya que viene el amo enciende apriesa
la leña no mojada.

Y ataja entre los zarzos los ganados,
y los ordeña luego,
y pone mil manjares no comprados,
y el vino como fuego.

No me serán los rombos más sabrosos,
ni las ostras, ni el mero,
si algunos con levantes furiosos
nos da el invierno fiero.
Horacio

1 comentari:

  1. Anònim03:04

    Però hi ha alguna cosa més en aquesta novel·la que un cant a la natura i la vida primària... Hi ha un cert conformisme, present a cada circumstància, una fatalitat contra la que ningú no es subleva (sembla que ens digui que ni tanseval ens hi podríem sublewvar...), una incapacitat per dir el que sentim, com si els personatges invitessin sempre a mirar cap a un altre costat..., incapaços d'afrontar les circumstàncies i resignats sempre a aguantar... Una aposta pel poder... Ostres, no sé... Segueixo pensant que hi ha quelcom que em neguiteja en aquesta història..., algun punt en el que els protagonistes haguessin pogut fer que tot fos diferent, però no van gosar... I el seu conformisme queda amagat en els esdeveniments quotidians... Com passa en la realitat: ens queixem, volem ser molt solidaris, però el nostre dia a dia fa que ens preocupem ¿de què?????...

    NO trobo denúncia en aquest autor -potser no sé interpretar correctament la seva obra-, em manca un crit de queixa, un entrar a l'interior dels personatges i atrevir-se a donar nom als seus somnis, a les seves pors, als seus desitjos... Molta descripció externa, sí, molt paisatge... ¿però què senten de debó els personatges?; ¿qué significa ser dona en aquesta societat?; ¿és quelcom que hem de deixar així, en suspens?

    HI segueixo pensant...

    Bona nit.

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