Glòria nos hace llegar la siguiente propuesta de lectura: El Pilar Medio de Israel Regardie, 1938
Su comentario: "dóna claus per repensar el concepte de cosmos, el concepte de persona, el concepte de religió, els conceptes psicològics (conscient, inconscient, super-jo), el concepte del sentit de la vida... Amb exercicis pràctics i una valoració "diferent" dels principis masculins i femenins. Una manera de fer reflexions profundes de manera sencilla i a l'abast de qui vulgui obrir la seva manera de pensar amb la intenció de ser més feliç"
Para ampliar la información, insertamos , a la noticia de Glòria, la introducción del autor a su obra:
"El mundo está en crisis. Hombres de todas las edades observan con desesperación el caos que han heredado de incontables generaciones de antepasados, y se unen en lo que se ha convertido en un grito de desilusión universal: «Paren el mundo, que me quiero bajar.»
Desafortunadamente, no es tan fácil bajarse. Las respuestas no son tan simples como alguno podría haber imaginado. Y suponiendo que lo fueran, ¿adónde iría la gente cuando se apeara de este «alegre tiovivo»? Hace muchos siglos, algunos sabios abordaron este problema desde otro ángulo, y descubrieron algo que les pareció una solución práctica. Si la vida es dolor, lo único que hay que hacer es salirse de la rueda de la existencia, que gira constantemente. Una vida sigue a otra vida, una encarnación sigue a otra y todas ellas significan ansiedad y dolor. Para estos sabios, estaba claro que podrían transcurrir millones de años antes de que las masas humanas desarrollaran la consciencia suficiente para acabar con el penoso ciclo de la existencia. Sin embargo, el individuo iluminado que se dedicara a una disciplina piscó-espiritual concreta, podría conseguir escapar eones antes que el individuo medio. Aprendieron que esta liberación llega únicamente a través de la adquisición de una consciencia superior. Llamémoslo consciencia cósmica, experiencia mística, comunión con Dios o liberación, pues el mensaje de todas estas expresiones es el mismo. Nadie puede conocer esta consciencia a través de otro. Todo ser humano debe lograr por sí mismo la percepción de su propia unidad con la Vida Infinita, pues la consciencia de vivir en un estado de separabilidad existe sólo dentro de su propia mente.
Hasta que el hombre no reconozca que él es en sí mismo un microcosmos del macrocosmos, un reflejo del universo, un mundo en sí mismo, dirigido y gobernado por su propia divinidad, no podrá salirse de la rueda. El logro de esta comprensión es lo que todas las escuelas de misticismo, de magia y diversas formas de enseñanza oculta han denominado «La Gran Obra». La Gran Obra no se hace realidad de un día para otro, ni siquiera durante toda una vida. Pero -cuanto antes emprenda el aspirante la tarea antes la acabará, y antes se liberará del ciclo de la necesidad, de la rueda de la evolución a la cual está atada la humanidad. En el proceso normal de evolución pueden pasar millones de años antes de que la mayor parte del género humano logre el estado de libertad que aquellos pocos individuos que se dedican a esta Obra pueden conseguir en una fracción de dicho tiempo. Y lo curioso es que entonces se dan cuenta de que la vida, en lugar de ser dolorosa, puede ser justamente lo contrario. «Recordad todos que la existencia es pura alegría; que todas las penas no son más que sombras. Todas pasan y luego desaparecen, pero hay algo que permanece.» Y también se ha escrito: «Estoy dividido por el amor, por la posibilidad de la unión. Esta es la creación del mundo, que el dolor de la división no sea nada, y la alegría de la disolución lo sea todo.» De aquí el valor de la Magia. Normalmente tienen que pasar meses para que una planta florezca, pero el uso de un invernadero producirá idénticos resultados en pocas semanas. El entendimiento y la aplicación de la Magia puede reducir espectacularmente el tiempo que un hombre necesita para adquirir la comprensión de su propia divinidad. Luego, una vez que es consciente de la existencia de su Yo Superior y trabaja en colaboración con Él más que en oposición a Él; y busca en Él guía y dirección, considerando a su ego a partir de entonces como una herramienta, afilada y pulida, que ahora debe utilizar para la realización del plan divino más que para la indulgencia de sus propios e insignificantes propósitos, entonces su camino se hará más fácil. Mucho antes de lograr su liberación final, podrá avanzar por el sendero ascendente, con alegría y ecuanimidad.
Así pues, en una época en la que el planeta parece tambalearse bajo nuestros pies, me proporciona un gran placer escribir el prólogo a esta nueva edición de El Pilar Medio. Este es el pilar que se mantiene seguro y relativamente inmutable, como la esfinge, entre los extremos de la Misericordia y la Severidad, los dos pilares laterales del Árbol de la Vida de la Cábala. También aporta principios básicos de Magia que pueden acelerar al estudiante en su camino hacia la liberación de la infausta rueda. Una vez que el estudiante haya adquirido este nuevo conocimiento, es de esperar que, poco a poco, pero con firmeza, progresará hasta completar la Gran Obra. Haciéndolo así, no sólo se ayudará a sí mismo intensificando sus propios procesos de evolución, sino que, en ese mismo grado, elevará las frecuencias de su prójimo e incluso del propio planeta, ya que todo lo que es, es Uno. Frances G. Wickes en El Mundo Interno de la Elección señala que debemos aceptar la «experiencia que dará origen a un potencial latente», y estar dispuestos a entrar en lo desconocido, penetrando en el Inconsciente «en busca de los otros potenciales no despiertos o perdidos del yo»: El Pilar Medio demostrará ser una guía fiable en esta búsqueda. Contiene distintos métodos, cada uno de los cuales ha sido pensado para un fin concreto, pero todos funcionan con objeto de cumplir el último objetivo: suprimir la barrera entre el yo consciente y el inconsciente y capacitar al estudiante para que encuentre en su interior al ser, al «Yo Superior», que en realidad es el único Salvador que tendrá. El uso de la Cruz Cabalística, tal como se describe en los primeros capítulos, es un medio ideal para ayudar a que el ego experimente una enorme expansión, para abrir la consciencia en un nivel voluntariamente ordenado a los dictados del Inconsciente. El ritual del Pentagrama es una técnica vital destinada a eliminar los elementos no deseados de la esfera psíquica y permitir así que el proceso de expansión de la consciencia siga adelante sin daño ni obstáculo. El uso del arcaico ejercicio al que nos referimos como el Pilar Medio aumentará el campo de la atención, ayudará a adquirir estabilidad y equilibrio, y abrirá al aspirante una esfera de poder y percepción espiritual totalmente nueva y significativa. Todas las técnicas de la Magia están pensadas, cada una a su modo, para ampliar el campo de visión del ego consciente hacia los aspectos más profundos y más espirituales de la naturaleza divina la cual, en realidad, es su Yo Superior o su verdadero Yo. De las numerosas técnicas existentes a este fin en el vasto campo de la Magia, las más vitales y esenciales están sintetizadas en los sencillos ejercicios que se explican en este libro. El ceremonial mágico capacita al hombre para poder aprovechar y dirigir el enorme poder que yace en su interior. Para lograr este fin se utilizan multitud de principios básicos. La adoración, que es esencial para alcanzar una sensación de unidad con la Divinidad, la concentración, el desarrollo de la voluntad y su uso para conseguir un determinado propósito, la consciencia de uno mismo y la capacidad de respirar adecuadamente, son sólo algunos de los beneficios derivados de la aplicación continua de las prácticas básicas que se describen en este libro. En las fases que tienen que ver con la Adoración se usan diversos simbolismos, pero la elección de uno u otro símbolo no es realmente importante. Una vez que se ha comprendido que básicamente todas las religiones son una y que todos los profetas son verdaderos, es lógico tomar prestado un grupo de símbolos de una religión para un determinado propósito, y otro grupo de una segunda religión para otro fin. Esto no significa que las prácticas tengan un valor pasajero; al contrario, el conjunto de adoraciones que el estudiante aprenderá en este libro deben integrarse para siempre en su vida. Lo siguiente en importancia es la adquisición de un elevado sentido de autoconsciencia. Todos los demás ejercicios y procedimientos complejos empiezan, en realidad, a partir de este aumento de la consciencia de uno mismo. En la misma medida en la que se expande nuestro horizonte, así lo hace nuestro Ser. El desarrollo de unos hábitos adecuados de respiración será de utilidad para muchos propósitos, incluyendo la eliminación de una considerable tensión neuromuscular, con el consiguiente aumento de energía y vitalidad. El aire que nos rodea, en el cual vivimos y nos movemos, es la esencia de la propia vida. Por lo tanto, vivimos literalmente rodeados por un mar de energía y vitalidad ambiental -una fuerza divina que puede ser asimilada por el simple proceso de aprender a respirar con un ritmo apropiado, dejando completamente aparte teorías ocultas más incomprensibles. Cuando el estudiante haya logrado un cierto control sobre sus procesos mentales, podrá aprender a estimular y dirigir sus emociones. Así se crea la Voluntad. Los detalles de este sistema se completan y se entrelazan de tal forma que las emociones pueden utilizarse entonces como una herramienta para dirigir y conservar la mente firme en un objetivo concreto, pues el fervor y la convicción son esenciales para activar las partes creativa y productiva del hombre. Con el tiempo, la vida se consagra de forma que todas nuestras energías se concentran automáticamente en una continua devoción a Dios o a la Vida que corre por todos nosotros. En resumen, el estudiante adquiere una identificación perfecta y armoniosa con el poder divino, con la vida y el amor y entonces sabrá que «la existencia es pura alegría; que todas las penas no son más que sombras; que pasan y desaparecen...». El Pilar Medio fue dedicado originalmente a S. L. McGregor Mathers y al Dr. William Wynn Wescott, jefes de la Orden Hermética de la Aurora Dorada, a la que tanto debo. Este libro es simplemente la representación más sencilla posible de algunas de las prácticas elementales de aquella Orden. En realidad, es un intento de simplificar y combinar las prácticas de la Aurora Dorada con las profundizaciones y posteriores desarrollos de Aleister Crowley. La auténtica virtud del libro consiste en relacionar la práctica de la Magia con la psicoterapia moderna, pues la Magia considera que la consciencia de uno mismo es lo más importante, si exceptuamos la unidad con Dios. Y según la definición de Jung, la psicoterapia es lo que nos capacita para ser conscientes de lo que antes éramos inconscientes. El hombre ha vivido durante miles de años subyugado por las fuerzas inconscientes de la Naturaleza -instintos y mecanismos poderosos- que lo llevaron a actuar sin deliberación o voluntad consciente, y de hecho con una absoluta ignorancia de las fuerzas que en realidad lo motivaban. La Gran Obra reconoce que en los profundos niveles inconscientes yace un gran depósito de energía, de consciencia y de vitalidad que debe, no solamente despertarse, sino también reconocerse y equilibrarse para que el ser humano funcione con la máxima capacidad y eficiencia. Este es, en resumen, el principal objetivo y la función primordial de las enseñanzas contenidas en este libro. Comencé a leer sobre el psicoanálisis en los escritos de Freud y Jung, hacia el año 1926. No puedo decir que significaran mucho para mí, salvo como un fascinante estímulo intelectual. Cuando escribí El Pilar Medio por primera vez, acababa de iniciar una terapia psicoanalítica gracias a la influencia de un amigo muy querido. Fue entonces cuando empecé a intuir el tremendo valor e importancia de la psicoterapia como preludio para cualquier aprendizaje mágico seno. Mis trabajos con el Dr. E. A. Clegg de Harley Street, y con el Dr. J. L. Bendit, discípulo de Jung, de Wimpole Street en Londres, me llevaron a comprender la importancia de la psicoterapia para el aprendiz de misticismo y de magia. De hecho, treinta y cinco años más tarde, en 1968, estoy más firmemente convencido que entonces. Tanto, que he adquirido algunas de las cualificaciones necesarias para practicar diversas formas de psicoterapia, particularmente la de Wilhelm Reich, cuyo trabajo considero como un puente entre la psicoterapia convencional y el ocultismo. Me pregunto si a Reich le agradaría conocer esta asociación mía, pero, aun así, es un hecho. Actualmente no suelo hablar sobre la Gran Obra con ningún estudiante hasta que éste no haya experimentado algún tipo de psicoterapia, no me importa cuál. Sin ello, carecemos de un marco de referencia y de una forma de comunicación común. En El Pilar Medio se descubrirán los primeros indicios intuitivo s que tuve sobre este tema. Y todavía hoy son válidos. "
Francis Israel Regardie. Londres, 1907, Sedona (Arizona) 1985.
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