8 de des. 2013

historia de una maestra, 6

Lecturas para la reflexión:

“Lorenzo Luzuriaga en “El analfabetismo en España” , de 1926, realiza uno de los mejores estudios del momento analizando sus causas económicas, geográficas y educativas mediante los datos de los censos de 1910 y 1920. Señala como ejemplo el municipio de Santiago de la Espada (Jaén), que en el censo de 1920 había obtenido el porcentaje más elevado de analfabetismo (92,8%) y que aparece reflejado también en las páginas del libro realizado entre 1926 y 1929 por Luis Bello denominado “Viaje por las escuelas de España” como un buen ejemplo de la confluencia de varias causas determinantes: diseminación de la población, pastoreo, régimen de la propiedad de la tierra, aislamiento e incomunicación. En síntesis, tres eran los factores determinantes para el analfabetismo: el carácter urbano o rural del lugar de residencia, su nivel de escolarización y la pertenencia al sexo masculino o femenino. Vivir en un área rural o en las agropoblaciones del sur, sureste, oeste o noroeste (Andalucía, Murcia, Extremadura, Galicia)   suponía en la mayor parte de los casos ser analfabeto. en especial si además se pertenecía al sexo femenino. No sucedía así en las grandes ciudades o en las áreas rurales de la meseta norte y algunas provincias norteñas como Santander, Navarra o el País Vasco. Estas zonas o provincias con las más altas tasas de escolarización del país ofrecían también, ya desde los primeros censos a mediados del siglo XIX,  los más elevados porcentajes de alfabetización (…)

La línea de continuidad en el analfabetismo se quiebra - al principio de un modo casi imperceptible-  en la segunda y tercera décadas del siglo XX. El  descenso del número total de analfabetos es ostensible: desde 11.867.455 en 1910, cifra  similar a la de 1860, a 8.760.694 en 1940.”
Alfredo Liébana Collado
“La educación en España en el primer tercio del siglo XX: la situación del analfabetismo y la escolarización”
2009, páginas 8-9  


 “Es natural que queráis saber,  antes de empezar,  quiénes somos y a qué venimos.  No tengáis miedo. No vamos a pediros nada. Al contrario; venimos a daros de balde algunas cosas.  Somos una escuela ambulante y que quiere ir de pueblo en pueblo.  Pero una escuela ambulante donde no hay libros ni matrícula, donde no hay que aprender con lágrimas,  donde no se pondrá a nadie de rodillas,  donde no se necesita hacer novillos.  Porque el Gobierno de la República que nos envía nos ha dicho que vengamos ante todo a las aldeas,  a las más pobres, a las más abandonadas y que vengamos a enseñaros algo,  algo de lo que no sabéis por estar siempre tan solos y tan lejos de donde otros lo aprenden y porque nadie,  hasta ahora, ha venido a enseñároslo;  pero que vengamos también, y lo primero, a divertiros.  Y nosotros quisiéramos alegraros,  divertiros casi tanto como os alegran y os divierten los cómicos y titiriteros, (…)  los mozos y los viejos de las ciudades,  por modestas que sean,  tienen ocasiones de seguir aprendiendo toda la vida y también divirtiéndose porque están en medio de otros hombres que saben más que ellos,  porque solo con oírlos y mirar se aprende,  porque todo lo tienen a la mano,  porque la instrucción y las diversiones se les entran sin quererlo por los ojos y oídos... Y como de esto se hallan privadas las aldeas,  la República quiere ahora hacer una prueba, un ensayo, a ver si es posible empezar al menos a deshacer semejante injusticia. (…) Traemos en estampas luminosas los templos y catedrales antiguos, las estatuas, los cuadros que pintaron grandes artistas.  Más adelante queremos traer un pequeño Museo de copias en lienzo de las grandes obras que están en los Museos. (…)  Cuando todo español no solo sepa leer, que ya es bastante, sino tenga ansias de leer, de gozar y divertirse, sí, de divertirse leyendo,  habrá una nueva España.  Para eso la República ha empezado a repartir por todas partes libros y por eso también al marcharnos os dejaremos nosotros una pequeña biblioteca….”

Presentación de las Misiones Pedagógicas. Texto de Manuel B. Cossío, en:  
Historia de una maestra
Josefina Aldecoa
Páginas 137-138



“La brecha escolar que divide España”, artículo publicado hoy en el periódico “El País”



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