molins de Apúlia- Esposende |
Esposende és un municipi portuguès, situat al districte de Braga, a la
regió del Nord. Limita al nord amb Viana do Castelo, a l'est amb Barcelos, al
sud amb Póvoa de Varzim i a l'oest amb l'Oceà Atlàntic.
“De modo que acabo arrancando las mantas de las ventanas,
levantando los estores, y, vencido por esta luz que me odia, permanezco en la
sala escuchando el Tajo. Como en Monçào, como en Esposende, como en la Beira,
como en cualquier otro punto de este País en el que todo se inclina hacia el
mar, en el que se siente la presencia de las olas en las hebras de las espigas,
y entonces me pregunto cómo es posible habitar en un sitio que no es otra cosa
que la resaca de la bajamar, las olas se retiran y abandonan un manojo de
calles, un monolito y una plaza, las olas se retiran y abandonan un hotel, una
prisión, un barrio, una misa de campaña, un velatorio, las olas se retiran y
nos abandonan a nosotros, a la mesa, mientras comemos los grelos y la merluza
de la cena, las olas se retiran y me abandonan a mí, en busca de Johannesburgo
en la vivienda desierta, en busca de la cantina de los domingos y de la cerveza
que me recuerda la infancia, que me recuerda las jaras, los sauces y los bueyes
de cerámica del Miño, las olas se retiran y abandonan a un hombre con grabadora
en bandolera, incapaz de volar, mientras me pide hacerme preguntas y mira desde
el felpudo, desconfiado, el casco y el pico, y yo, cansado de no tener a nadie
a quien contarle todo esto, cansado del sol y tan ansioso por desahogarme que
finalmente, estimado señor, regresaba en barco, escondido en la bodega como la
primera vez, a Johannesburgo y a Solange y a la mina, regresaba a las vagonetas
que cargan pedregullo a trescientos metros bajo tierra, lo hice pasar Entre,
entre, lo conduje a la sala, le ofrecí el sillón, me acomodé en el sofà, creí
ver por la ventana al dueño de la cantina que me extendía una botella, pero no,
era una morera que agitaba sus hojas, y dije, golpeando con la punta de la
herramienta en la alfombra, ¿No le parece que hay demasiado mar, no le parece
Portugal un desperdicio de agua?”
El orden natural de las cosas
António Lobo Antunes
pàg. 114
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