17 de des. 2023

karmele jaio, obra 8

 



Nuestras guerras: 
Relatos sobre los conflictos vascos

Vari@s autor@s


edició i pròleg de M. Ayerbe


editorial: Lengua de trapo, 2014


pàgines: 306



 


Nuestras guerras. Relatos sobre los conflictos vascos.


per Ricardo Senabre
El Cultural
18/07/2014

    "He aquí un conjunto de trece cuentos o relatos breves escritos originariamente en vascuence, muchos de los cuales no habían sido traducidos hasta ahora y que, además de incluir nombres bien conocidos, como Atxaga, Saizarbitoria o Iban Zaldua, permite apreciar pequeñas muestras de algunos autores menos difundidos, como Joseba Gabilondo, Xabier Montoia o Karmele Jaio, entre otros.

    El compilador se ha propuesto agrupar narraciones con el denominador común de su temática (los llamados "conflictos vascos", que abarcan algunos episodios desde la guerra civil hasta nuestros días). Como el criterio selectivo básico es la lengua, ha sido forzoso -y lamentable- dejar aparte y sin mencionarlas siquiera en el prólogo algunas obras maestras, como el volumen Los peces de la amargura, de Fernando Aramburu, donde se enfocan sin tapujos, desde ángulos diferentes y con gran variedad de matices, las repercusiones del terrorismo en el País Vasco. Porque de eso se trata esencialmente, aunque algunos relatos se sitúen en la guerra civil y ayuden a sugerir que ETA es una de sus consecuencias. Se echan de menos muchas aclaraciones necesarias en el prólogo, empezando por la delimitación conceptual de los contenidos. Porque el compilador no habla en ningún momento de terrorismo, sino de "conflicto vasco", aunque reconoce que se trata de un eufemismo bajo el que "se ocultan en la actualidad no pocos conceptos tabú".

    El sintagma "conflicto vasco" se repite una y otra vez, sin más aclaración, a lo largo del prólogo, como si se tratase de disensiones o problemas que ocurren dentro de los límites de un territorio. Pero si se piensa en las sangrientas consecuencias del "conflicto vasco" en Madrid, en Barcelona, en Sevilla, en Burgos, en Zaragoza, en Alicante, en Santoña y en muchos más lugares, el lenguaje descubre su falacia, como lo hace cuando se designa a los terroristas a los que acaba de estallarles una bomba como "militantes de ETA", lo mismo que si estuvieran afiliados a un partido político o un sindicato. Lo "políticamente correcto" es siempre idiomáticamente impropio, y responde a un deseo de falsear la realidad, lo que resulta más hiriente si se piensa que una función esencial de la literatura es descubrir y poner en claro, no confundir u ocultar. Cuando el editor comienza un párrafo con las palabras "tanto en el País Vasco como en España..." (p. X), podemos pensar en el pasmo que se apoderaría de un lector ante una frase como "tanto en Sevilla como en Andalucía...".

    Hechas estas salvedades, hay que decir que el compilador, buen conocedor de la literatura vasca actual, ha llevado a cabo una selección adecuada, aunque el relato de Atxaga no sea propiamente un cuento, sino un fragmento de la novela El hijo del acordeonista, y en otros casos el "conflicto vasco" no aparezca ("Heredera", de Xabier Montoya, y "El tipo", de Aingeru Epaltza), o bien lo haga de modo tangencial (como en "El huerto de nuestros mayores", de Ramón Saizarbitoria, acerca de la exhumación de los restos de Sabino Arana). Sea como fuere, y dada la dificultad para muchos lectores de conocer a los nuevos creadores vascos -incluso los traducidos en editoriales minoritarias o locales-, estas breves muestras ofrecen un aliciente indudable, que convendría ampliar, ya sin el pie forzado de una temática reductora a la que someter la selección y traducción de unas obras que, en su conjunto, ofrecen un horizonte más amplio de lo que permiten entrever unas pocas páginas. Si no se hace así, gran parte de la producción literaria vasca se moverá en un círculo ensimismado, de pocos lectores y muchos premios que convierten el panorama en algo opaco, en perjuicio de los escritores que de verdad lo son."

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