1 de juny 2024

la teoría...., fragment i 3

 



Un domingo de invierno, 2019



    Sus pasos crujen al romper la escarcha que recubre las hierbas del suelo. A Isaac lo reconforta sentirse acompañado por ese sonido quebrado y el canto ligero de los pájaros que desafían el frío alzando el vuelo. Deja de caminar cuando llega a la mimosa; el tronco se retuerce, las ramas están desnudas y se preparan para la llegada de la primavera. Abraza contra el pecho la pequeña urna azulada que sostiene en las manos. Fue la única petición que le hizo Martín mientras lamía como un niño un polo de fresa. «Mira, cuando todo acabe, que la urna sea azul, ¿de acuerdo? Nada de dorados o estampados raros. Azul como tus ojos o como el agua contenida en las piscinas.» Y él le prometió que así sería.

    La abre despacio, traga saliva y deja que se vaya. Polvo al polvo.

    Martín regresa al jardín, se une a la tierra donde dentro de unos meses brotarán las flores y el color y la alegría; cae sin esfuerzo porque ya no pesa, no hay equipaje sobre su espalda, así que se desliza entre el viento y es etéreo y sempiterno.

    Esa tarde, Isaac coge la chaqueta más gruesa que tiene en su armario, sale a la terraza y abre una lata de cerveza. Brinda solo. Lo acompaña el limonero, las parras que parecen hibernar, las plantas adormecidas que esperan la llegada del sol para iniciar su pequeña revolución. Piensa en archipiélagos, en los naufragios que ocurren alrededor, en animales exóticos escondidos y en lugares que nunca ha pisado el hombre. Es consciente de que a veces la marea sube y algunas islas desaparecen, pero vuelven a salir a flote en cuanto baja el nivel del mar. Nota que su corazón está en paz y, para celebrarlo, se enciende un cigarrillo y, entonces, sonríe despacio.

    No está seguro de si algún día volverán a encontrarse, pero lo que sí sabe es que aquel verano fueron felices, profundamente felices, y con eso basta. Que la vida se mide en besos: los que se quedan esperando y los que se dan y son eternos.”

La teoría de los archipiélagos
Alice Kellen
Planeta, 2022
páginas: 278-280

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