La consagració de Napoleó
(Le Sacre de Napoleón)
Jacques-Louis David, 1805-1808
Oli sobre llenç
667 cm × 990 cm
Museu del Louvre, París,
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“(...) David se disponía a glorificar el
instante. Durante cuatro años, los pinceles del genio irían transfigurando la
realidad, así como a los personajes de la misma, integrándolos en la
glorificación exigida por la propaganda oficial. Y entre estas exigencias
ninguna contribuía tanto a la falsedad como la presencia de Madame Mère, a
quien David situaba en el palco principal, entre las señoras Soult y De
Fontaínes.
—¡Pero si la vieja no estaba presente!...
—protesto un jovencito de la oposición.
Se comentaba el tema en el salón de madame de
Staël, cuya hostilidad hacia Bonaparte y sus delirios imperiales estaba más que
probada. A la dama casi le cayó el famoso turbante al saber que David, el gran
pintor de la Revolución, se prestaba a la primera impostura decretada por el
Imperio.
—Napoleón y Josefina acudieron a visitar a
David en su estudio —conto el periodista Leonard Perrin—. Como era de esperar,
el emperador dicto sus propias reglas. Dejó bien sentado que en el cuadro debe
aparecer la señora Letizia porque, desde un punto de vista político, no es
aconsejable que el pueblo intuya desuniones en la familia imperial.
— ¿Cómo es posible que sea éste el mismo
David que reflejó los grandes momentos de la Revolución? — exclamó otro
invitado—. ¡David, sí, el hombre que voto la muerte del rey, el gran amigo de
Robespierre, el pintor de las masas! ¿Es realmente el mismo que accede a mentir
para contribuir a la gloria de un tirano?
(…)
—Todos esos halagos que los pintores dedican
a Napoleón no son más que una variante de lo que ha ocurrido con la prensa
—dijo Juliette Récamier—. ¿Cuántos periódicos libres han desaparecido en
Francia desde que Napoleón fue nombrado primer cónsul? ¿Cuàntos dejará, ahora
que ha sido nombrado emperador? ¡Acabaremos sabiendo solo lo que quiera “Le
Moniteur”!(1)
—Si un político puede cambiar de orientación,
como han demostrado tantos amigos nuestros desde el golpe de Termidor, ¿por qué
no puede un pintor cambiar de pinceles según las necesidades de la época? Os fiais
demasiado de la honestidad de los artistas, y estos no solo aspiran a comer
caliente a diario; además, pueden tener miedo como todos los seres humanos... o
la mayor parte de ellos.
(…)
—Estoy segura de que la obediencia de David tendrá
su recompensa —dijo la dama en un tono que no carecía de insidia—. Cuando
termine ese famoso cuadro, ya no habrá la menor duda sobre quién ganará en el
Salón de Otoño.
—¡Y todo por acceder a colocar a alguien que
no estaba allí!
—Y su ausencia se notaba —comento, irónica,
la Récamier—. ¡ Ocupa mucho sitio esa vieja!
Cierto. Si la señora Letizia hubiese estado
presente, habría impuesto su genio personal a la ceremonia, proclamando desde
su palco de honor: «¡Con tal de que esto duré!»"
Terenci Moix
Venus Bonaparte
Pág: 506-507
(1) Le Moniteur universal, periódico
francés fundado el 24 de noviembre de 1789 en París y desaparecido el 30 de
junio de 1901.
Fue el
principal periódico durante la Revolución francesa y durante mucho tiempo el
diario oficial del gobierno francés. En tiempos de Napoleón fue un órgano de
propaganda del régimen napoleónico.
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