José
Luis Sampedro ha mort
"El niño, inquieto ante esta noche tan diferente, gatea
por la cama hacia el viejo. Se agarra temeroso al brazo ya paralizado y se pone
en pie, su carita junto a la del abuelo, esperando, esperando... De golpe, su
instinto le revela el desplome del mundo, la tiniebla vacía. El aletazo de la
soledad le arranca la palabra tantas veces oída:
-Non-no -pronuncia nítidamente, frente a ese rostro
cuyos ojos le buscan ya sin verle, pero cuyos oídos aún le oyen, anegados de
júbilo. Y repite el conjuro, su llamada de cachorro perdido-. Nonno, nonno.
¡Nonno!
¡Por fin ese cántico celeste!
Colores de ultramundo, lumbres de mil estrellas
incendian el viejo corazón y le arrebatan a esta gloria, esta grandeza, esta
palabra insondable:
¡NONNO!
A ella se entrega para siempre el viejo, invocando el
nombre infantil que sus labios ya no logran pronunciar.
El niño, en su desamparo, inicia un gemido. Pero se
calma al olfatear en la vieja manta el rastro de los brazos que le acunaban. Se
envuelve confiado en sus pliegues, en ese olor que reconstruye el mundo al
devolverle la presencia de su abuelo, y clama, orgulloso de su proeza, una y
otra vez:
-¡Nonno, nonno, nonno, nonno...!
Sus manitas, mientras tanto, juguetean con los
amuletos.
En la carnal arcilla del viejo rostro ha florecido una
sonrisa que se petrifica poco a poco, sobre un trasfondo sanguíneo de antigua
terracota.
Renato, atraído por la canción guerrera y por los
gritos del niño, la reconoce en el acto La sonrisa etrusca."
José Luis Sampedro
La sonrisa etrusca
pàg. 194-195
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada