toma de posesión de un nuevo gobierno franquista, octubre 1969 |
“…Rosa no
desentono en aquel ambiente algo elitista, sofisticado y de abierta oposición
al Régimen para el cual ella trabajaba. También era cierto que aquellos
contertulios no eran exactamente unos radicales; hacían críticas inteligentes y
salpicadas de sentido del humor.
No dudaban en
reconocer las cosas que salían bien, como el milagro económico, pero se
mostraban muy críticos con otras carencias de aquella sociedad, como la falta
de libertades, la hipocresía y la ausencia de elecciones libres o partidos
políticos. Intento clasificar ideológicamente a los presentes en función de las
cosas que decían: el juez, Senillosa, bien podia ser socialista; el cura era un
comunista convencido; el poeta, Arturo Díaz, parecía monárquico, y su esposa,
probablemente fuera anarquista por como hablaba de Bakunin. Guillermo
Yesqueros, el jefe de la Brigada de Homicidios, era más moderado. No supo dónde
encuadrar a su amigo Joaquín, que, como siempre, nadaba con habilidad entre
aguas, mientras que Blas Armiñana se definió a sí mismo como un bon vivant. Todos pensaban de manera
diferente, pero tenían algo en común, un nexo que los unía, y era una voluntad
de cambio inequívoca, una indudable ansia de libertad que la mayor parte de la
población, acomodada, feliz con su seiscientos, su televisor y sus excursiones
de domingueros, no sentían. Estaban abotargados. Exactamente como había estado él
durante años. Hablaron de las noticias, las pocas que les llegaban. Al parecer,
la prensa decía que se había suspendido la actividad académica en Barcelona
porque el rector y un grupo de profesores fueron acorralados por un grupo de alumnos
(probablemente comunistas) en el despacho rectoral.
1969
Jerónimo Tristante
Pág. 204-205
"Con el
transcurso de los años sesenta, se produjo la marginación o el pase a la
oposición de fracciones de las familias franquistas tradicionales. Esto ocurrió
sobre todo en el caso de los monárquicos y los carlistas pero incluso entre los
falangistas y los católicos hubo una división respecto a su posición en el seno
del régimen franquista. Mientras que algunos monárquicos constituían la
opositora y juanista Unión Española, parte de los nacional-católicos se sumaba
a las nuevas formaciones democristianas y los tradicionalistas constituían un
renovado partido carlista, e incluso los falangistas radicales creaban grupos
antirrégimen como Falange auténtica o un Frente Sindicalista.
La división de
las familias franquistas y los nuevos alineamientos tuvieron que ver con la
existencia de diversas tentativas de institucionalización del régimen de
Franco. Se trataba de organizar una especie de pluralismo limitado en el seno
del régimen. Esta prospectiva política, unida a las perspectivas de la sucesión
en la jefatura del Estado, llevó a un juego aperturista de intentar definir una
izquierda y una derecha del Movimiento. Por un lado, un sector de los
falangistas, vinculado sobre todo a Sindicatos, se autodefinía como la
izquierda nacional con evidentes modulaciones populistas mientras que el sector
tecnócrata, de los que muchos de sus miembros pertenecían al Opus Dei, tenía un
proyecto de desarrollo económico y de configuración de un Estado social de
Derecho sin democracia."
por Abdón Mateos y
Alvaro Soto
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada