9 de set. 2021

doris lessing, poema

 



FÁBULA

Cuando miro hacia atrás me parece recordar el canto.
Sin embargo, siempre fue silencioso en aquella larga y cálida habitación.

Impenetrables, esas paredes, que creíamos
oscurecidas por escudos antiguos. La luz
brillaba sobre la cabeza de una niña o jóvenes extremidades
estirándose al descuido. Y las voces débiles
se elevaban en el silencio y se perdían como el agua.

Sin embargo, pese a que era tranquila y cálida como una mano,
si uno de nosotros corría las cortinas
una lluvia continua soplaba afuera despreocupadamente.
A veces entraba el viento, moviendo las llamas,
y haciendo que las sombras en la pared se encogieran,
o un lobo aullaba afuera en la noche inmensa,
y sintiendo que nuestra carne se helaba nos amontonábamos.

Pero durante un tiempo el baile continuó—
Esto es lo que me parece ahora:
siluetas lentas moviéndose en calma a través
de charcos de luz como una red dorada sobre el piso.
Podría haber seguido, como un sueño, para siempre.

Pero entre un año y otro— ¿sopló un viento nuevo?
¿La lluvia pudrió las paredes al fin?
¿Los hocicos de los lobos llegaron empujando los rayos caídos?

Fue hace tanto tiempo.
Pero a veces recuerdo la habitación con cortinas
y escucho las lejanas voces juveniles cantar.

Doris Lessing
traducción: Silvia Camerotto

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