The Half Has Never Been Told: Slavery and the Making of American Capitalism
“Nunca se ha contado la mitad: la esclavitud y la creación del capitalismo estadounidense”
Edward E. Baptist
Basic Books, 2014
498 páginas
Edward E. Baptist (1970) es profesor de historia en la Universidad de Cornell. Sus áreas de interés son los Estados Unidos del siglo XIX y especialmente la historia de la esclavitud en América.
“The Half Has Never Been Told”, cuenta una historia desagradable: el pequeño Sur de Estados Unidos creció de ser una franja costera fina de plantaciones de tabaco, a convertirse en un gigante Imperio del Algodón. Esta expansión ese asentó en la violencia, regular y feroz. La brutalidad y derramamiento de sangre incluyen el genocidio de la población india autóctona (el sistema esclavista del algodón requirió una constante extensión territorial hacia el Oeste), las migraciones forzadas de la mano de obra esclava, la fractura sistemática de las familias de esclavos, y, por último, pero no menos importante, la tortura sistemática a los esclavos negros para extraer cada vez más producción de una población mercantilizada. Como Baptist observa:
"En las fuentes que documentan la expansión de la producción de algodón, se puede encontrar en un momento u otro que casi todos los productos vendidos en tiendas de Nueva Orleans, servían como un instrumento de tortura: herramientas de carpintería, cadenas, prensas de algodón, plumas del cuello, sierras de mano, mangos de azada, hierros para la marca de ganado, clavos, atizadores, alisadores, romanas, pinzas. Cada método moderno de tortura se utilizó en un momento u otro: la humillación sexual, la mutilación, descargas eléctricas, confinamiento en solitario en "posiciones de estrés”, quema, el submarino...las descripciones de esclavos fugitivos estaban documentadas en su piel: cicatrices, quemaduras, mutilaciones, marcas y heridas "
Otro de los argumentos principales del libro, e íntimamente relacionado, es con la "tendencia de los estadounidenses de ver la esclavitud como una pintoresca y arcaica “institución pre-moderna” que no tuvo realmente nada que ver con la consecución de los Estados Unidos de cada vez más riqueza y poder. En esta tendencia, la esclavitud se convierte en algo "ajeno a la Historia de Estados Unidos", incluso un "lastre" anticuado en esa Historia. Esa tendencia se se asienta en un debate fundamental, curiosamente compartido por los abolicionistas contra la esclavitud y por los defensores de la esclavitud, antes de la Guerra Civil. Mientras que cada uno de los bandos del debate diferían en la moralidad del sistema, los dos vieron la esclavitud como un sistema inherentemente poco rentable y que estaba fuera de contacto con el ritmo de la industrialización y los requisitos de beneficio de la empresa comercial capitalista moderna.
Nada, demuestra Baptist, podría estar más lejos de la verdad. Contrariamente a lo que piensan muchos abolicionistas, el salvajismo y la tortura perpetrada contra los esclavos en el Sur era mucho más que el sadismo y la psicopatía por parte de los traficantes de esclavos, propietarios y capataces. La esclavitud, demuestra Baptist, era un método muy rentable para la extracción de plusvalía de los seres humanos. Era una forma especialmente brutal de capitalismo, impulsado por despiadadas, aunque, económicamente "racionales" torturas, junto con una ideología deshumanizante.
El Sur no era solamente la casa de los cuatro Estados más ricos del país en vísperas de la Guerra Civil, donde los inversores se beneficiaron ampliamente de la mano de obra de esclavos Negros. En la década de 1840, demuestra Baptist, que el "trabajo libre del Norte" había "construido una economía industrializada sobre las espaldas de los esclavos y su rentable cosecha de algodón". El algodón recogido por los esclavos del Sur proveía la materia prima barata, importantísima para la industrialización del Norte y la formación de una nueva población asalariada que con el dinero compraba productos nuevos y básicos. Al mismo tiempo, la propia frontera de esclavitud se expandía rápidamente, proporcionando un mercado importante para los primeros bienes manufacturados del Norte: ropa, sombreros, bolsas recolectoras de algodón, hachas, zapatos, y mucho más. Numerosos industrias nacientes, tecnologías y mercados escindieron de la revolución industrial a base de textiles del Norte. Otra ganancia, el envío de algodón a Inglaterra (potencia industrial líder en el mundo) produjo fortunas para los comerciantes del Norte y nuevos e innovadores instrumentos financieros y métodos de obtención de capital para especular con el auge del algodón, basado en la esclavitud.
Baptist calcula que para 1836 casi la mitad de la actividad de la economía de la nación deriva directa e indirectamente de los cerca de un millón de esclavos negros (tan sólo el 6 por ciento de la población nacional) que trabajaban en la frontera Sur del algodón. Esto demuestra que "la mercantilización, el sufrimiento y el trabajo forzoso de los Afroamericanos es lo que hizo poderoso y rico a los Estados Unidos" décadas antes de la Guerra Civil. Los EE.UU. debe gran parte de su riqueza y tesoro precisamente a la mano de obra súper-explotada del Negro en el siglo XIX. Mediante la esclavitud capitalista del algodón fue cómo Estados Unidos tomó el control del lucrativo mercado mundial del algodón, la materia prima fundamental para la Revolución Industrial, emergiendo de esa manera como una nación rica e influyente en el sistema capitalista mundial, en el segundo tercio del siglo XIX.
El libro no está traducido.
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