7 d’abr. 2012

el club...., tres


Testimonis del horror:

A casa nostre podem trobar editats els testimonis de dues dones que van patir els horrors del totalitarisme estalinista.
Anna Làrina 
Lo que no puedo olvidar
Anna Làrina, 
Galaxia Gutenberg, 2007

Anna Làrina (27 enero 1914- 24 febrero 1996), esposa del dirigente soviético Nikolái Bujarin,  pasó muchos años intentando rehabilitar a su marido,  después de que fuera  ejecutado en 1938.

Cuando Bujarin es arrestado, hace dos peticiones a su mujer: que se aprenda de memoria, para que un día pueda hacerla pública, su carta testamento "a la futura generación de dirigentes del partido", y que eduque a su hijo Yuri (que tiene 11 meses cuando Bujarin es detenido) "como a un bolchevique". Làrina fue desterrada y pasó 20 años exiliada en campos de concentración. Como no se atrevió a transcribir la carta, la repetía continuamente en su prisión para no olvidarla. El texto completo no se publicaría hasta 1988. El hijo creció en orfanatos y no volvió a ver a su madre hasta 1956, cuando tenía 20 años.
Nikolái Bujarin

"Querida, dulce Annushka, mi adorada:
     Te escribo ya en la víspera del juicio y te escribo con un fin determinado, que subrayo tres veces: a pesar de lo que puedas leer o escuchar, no importa lo terribles que sean las circunstancias, a pesar de todo lo que me dirán y de lo que yo podré decir, sobrelleva todo con valor y tranquilidad.
     Prepara a nuestros seres queridos, ayúdales a todos. Temo por ti y por los demás, pero especialmente por ti. No te enfurezcas por ningún motivo. Recuerda que la gran causa de la URSS está viva y esto es lo que es importante, mientras que los destinos individuales son transitorios y miserables en comparación. Una gran prueba te espera. Te ruego, querida mía, que hagas todo lo que puedas, aprieta los cordones de tu alma, pero no permitas que los rompan. .
     No hables con nadie de nada. Entiende mi situación. Eres la persona más preciosa para mí, la más próxima, la única;  y te ruego, en nombre de la belleza que haya habido entre nosotros, que hagas un tremendo esfuerzo y te ayudes a ti misma y a nuestros seres queridos a sobrellevar este paso terrible con almas acorazadas.(…)
      Si te pido esto, créeme, es porque ya he soportado todo lo que puedo padecer, incluida esta petición, y también porque todo ocurrirá como quieran los grandes y grandísimos poderes que ocurra.
     Sabes lo que me está costando escribir esta carta, pero te escribo con la profunda convicción de que no puedo comportarme de otra manera. Esto es lo más importante, decisivo, fundamental. El volumen de lo que estas líneas hablan lo entenderás por ti misma. Haz lo que te digo y contrólate: sé de piedra, como una estatua.
      Estoy muy preocupado por ti y al menos me quitarían un peso de encima sí me permitieran escribirte o me dijeran unas palabras tranquilizadoras sobre lo que se ha dicho.
     Te ruego esto, mi querida amiga, te lo suplico.(…)
    
     No es buena idea que ahora me extienda sobre mis sentimientos. Pero estas líneas también te demostrarán lo desesperadamente que te amo. En estas horas, tan difíciles para mí, ayúdame concediéndome mi primer deseo. En cualquier caso, y cualquiera que sea el veredicto del juicio, te veré después del juicio y podré coger tus manos y besarlas.
     Adiós, cariño. Tu Kolke, 15-1-1938.
     P.S. Tengo tu fotografía con el niño. Dale a Jurka un beso de mi parte. Es una bendición que no sepa leer. También estoy muy asustado por la niña. Por lo menos cuéntame algo del pequeñito: probablemente ha crecido, el pequeñín, y ni siquiera me conoce. Abrázale fuerte y acaríciale el cabello por mí."

Nadiezhda Mandelstam
Contra toda esperanza
Nadiezhda Mandelstam
Alianza Editorial, 1984

Nadiezhda Mandelstam ((30/10/1899-27/12/1980), escritora, se casó con el poeta Osip Mandelstam en 1921. Tras la muerte de su marido, , en el campo de concentración, Nadezhda Mandelshtam pasó una vida nómada, burlando su posible arresto y cambiando frecuentemente de lugar de residencia y trabajo. Se sabe que por lo menos en una ocasión, en Kalinin, la NKVD fue a por ella un día más tarde de que ella se hubiera marchado.
Asumió como misión de su vida preservar y hacer pública la herencia poética de su marido. Memorizó la mayor parte de ella.
 El libro  narra las trágicas experiencias vividas por su marido Osip (Osip Mandelstam, poeta ruso, de origen judío-polaco -15/01/1891-27/12/1938), desaparecido en el gulag, y por sus compañeros de generación: Anna Ajmátova, Isaac Babel, Marina Tsvetáieva, Víctor Shklovski… Como Lárina, Nadiezhda Maldelstam sobrevivió en el ostracismo a la muerte de Osip, hasta que en 1956 se le permitió regresar a Moscú donde inició estas memorias.
En mayo de 1939, tres funcionarios se llevaron al alba a Osip Mandelstam; nunca se le volvió a ver vivo. Unos meses después, Nadiezhda supo que Osip había dejado de existir al recibir un giro postal devuelto, con una leyenda: "Causa: muerte del destinatario". Durante los años que vivieron juntos, Nadiezhda copiaba todos los poemas de su marido y los escondió, de modo que la obra sobrevivió a la muerte del poeta. 

Osip Mandelstam

¿Qué calle es ésta?
La calle Mandelstam.
Qué apellido más espantoso:
Si no lo aireas
Suena curvo y no recto.

Poco en él es lineal
Más bien de carácter sombrío
Y es por eso que esta calle
O, mejor, este foso
Lleva el nombre
De ese tal Mandelstam.

Osip Mandelstam
Abril de 1935   






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