19 de maig 2012

literatura xinesa actual


escena de la pelicula "sorgo rojo"

El desconeixement de la literatura xinesa actual per part de Vespres Literaris (podríem estendre l’afirmació a la literatura xinesa en general) es absoluta, per això transcrivim un article de Manel Ollé –extret de la xarxa- sobre el tema:

"A mediados de la década de 1980 los críticos literarios empezaron a reunir la diversidad de tendencias narrativas innovadoras con la idea del surgimiento de una “novela de la nueva ola” ( xinchao xiaoshuo ). En realidad, todo tipo de etiquetas se han acuñado en la China contemporánea para describir el efervescente dinamismo creativo literario. Bajo el epígrafe de “generación perdida” ( shiluodai xiaoshuo) se ha agrupado a una serie de autores, entre los que destaca Liu Suola, que intentaban en sus obras reflejar la desorientación y falta de valores que detectan en la sociedad. Otros autores han sido agrupados por su tendencia a la experimentación formal ( shiyan ). El concepto de novela de vanguardia ( xiangfeng xiaoshuo ) ha sido también recurrente y emblemático en las últimas décadas en China.
l'autora Can Xue

En las tendencias narrativas más experimentales y formalmente arriesgadas de la China actual destaca Can Xue (1953), una escritora que huye de la representación de base realista dominante en la literatura china para explorar caminos surreales, oníricos, simbólicos.  Can Xue practica una literatura ambigua y polisémica: en sus novelas se puede leer al mismo tiempo una alegoría política, un relato fantástico, un tapiz de alusiones literarias chinas y occidentales. Su novela más importante es “Huangni jie”, (La calle del barro amarillo , 1987).

l'autor Jia Pingwa
En 1993 Jia Pingwa, que hasta aquel momento era un respetado representante de la corriente literaria de la “novela de las raices” con historias ambientadas en el norte de Shaanxi, se descolgó con un largo e impresionante novelón libertino de alta intensidad erótica, “Feidu” (La ciudad abandonada) Se trata de una novela en clave, ambientada en una trasunto literario de la ciudad de Xi'an, protagonizada por un escritor que sobrevive en una sociedad corrupta, donde el dinero es el que mueve todos los movimientos de los intelectuales y funcionarios que le rodean. La novela está puntuada con innumerables aventuras eróticas. Al margen de su dimensión libertina y disolvente, se trata de una de las novelas más ambiciosas de la China de finales del siglo XX, por su capacidad de recrear ambientes y de reflejar las convulsas contradicciones de su sociedad en un fresco vívido y fascinante. La novela generó una gran controversia y finalmente, al cabo de unos meses de su publicación, fue retirada de circulación por la censura, alegando que se trataba de una “publicación vulgar y obscena que emponzoña a la juventud”.
l'autor Su Tong
Si se busca la palabra “amor” en el Diccionario de Chino Moderno (Xiandai hanyu cidian) en una edición previa a 1990 se encuentra uno con la siguiente definición: “sentimiento muy profundo por alguien o alguna cosa: amar a la patria, amar al pueblo, amar el trabajo.” En posteriores ediciones se hizo una concesión romántica al añadir un nuevo ejemplo: “se enamoró de una chica”. También en la literatura había una necesidad imperiosa de poner ejemplos alejados del amor a la patria, al pueblo o al trabajo. Después de medio siglo de secuestro ideológico del amor, de puritanismo revolucionario que se venía a añadir al tradicional puritanismo confuciano, no es extraño que la compulsión erótica empezase a invadir la literatura china. En los años noventa se visualiza la tendencia de la llamada “novela de la postnueva ola” ( hou xinxhao xiaoshuo ), entre cuyos autores destacan nombres como la propia Can Xue, Su Tong, Fang Fang, Ge Fei o Yu Hua. El clima de desengaño profundo y de materialismo feroz que ha sustituido al romántico idealismo revolucionario se plasma en unas ficciones de morbosa violencia moral y física. Son frecuentes los argumentos con torturas, canibalismo, sadismo y perversiones de todo pelaje. Ya no queda ni rastro de los flirteos pastorales idealistas que había en alguno de los relatos de la corriente de la literatura de las “Raíces”. Se prescinde de la idea del escritor como guía social que refleja valores de justicia social, dignidad humana o avance nacional. En palabras de Su Tong: “Hacer comparaciones entre la ficción y la sociedad es trabajo del crítico, no del escritor.”

De entre los autores contemporáneos chinos, probablemente Yu Hua (1960) es uno de los más interesantes y respetados del panorama chino actual. Y con una creciente proyección internacional. Como crítico ha escrito sobre Faulkner, Borges, Mishima, Bulgakov, Kafka, Schwartz. A diferencia del empacho de extranjería que conducía en ocasiones a cándidos mimetismos en la década de 1980, hay en Yu Hua una sabia y personal lectura de los clásicos contemporáneos. Yu Hua practica un humor negro y nihilista, retrata mundos de extrema dureza moral con una lividez mágica e iluminadora. Su objetivo no es retratar la realidad sino desnudarla, buscar una verdad que es simple aceptación de lo brutal que puede llegar a ser el mundo.  Se mantiene en la equidistancia entre la tonalidad necesariamente oscura y crítica con su tiempo y una actitud de compasión hacia los individuos concretos que pueblan sus ficciones.   Entre sus narraciones destaca “Xianshi yizhong”, 1987 (Un tipo de realidad , y  entre sus novelas  “Xu Sanguan mai xue ji” , 1996 ( El vendedor de sangre Xu Sanguan ), y su novela más famosa  “Huozhe” ( Vivir ).
En los años noventa surge una “nueva escritura de la realidad” o novela neorrealista ( xin xieshi pai ), en el que la historia en mayúscula se rescribe en miniaturas cotidianas. No queda en este neorrealismo finisecular ni rastro del esquematismo ideológico y didáctico del realismo oficial del periodo maoísta. Persiste la actitud de revelar los intersticios oscuros de la sociedad, los rigores de la vida cotidiana en la China contemporánea. La principal representante de este movimiento es Chi Li (1957). Entre las obras de Chi Li destacan “Fannao rensheng” (Vida triste). También destacan en el campo del neorrealismo Liu Heng (1954) y Fang Fang (1955). Una de las novelas más destacadas de esta última es “Zai wode kaishi shi wode jieshu” ( Mi final esta en mi principio ), publicada el año 2000. La novela retrata con acierto los cambios y las contradicciones acusadas de la China actual.

l'autor Wang Shuo
El más popular e influyente de los escritores chinos contemporáneos es sin duda Wang Shuo (1958). Con él se ha roto definitivamente la frontera nítida entre una literatura seria y pura( chun wenxue ) y una literatura popular y comercial ( shangye wenxue ) . Wang Shuo es un autor irónico, de un humor sardónico, directo y accesible pero al mismo tiempo con una gran ambición, capacidad crítica y corrosiva. Hace gala de un antiintelectualismo militante y agresivo que le ha ganado el desprecio de la crítica y de sus colegas de oficio, pero, al final, incluso los más reticentes han tenido que rendirse ante la evidencia de estar ante el más potente artefacto literario de la China actual. Wang Shuo retrata los ambientes de la delincuencia, de las bandas juveniles, de los niños y adolescentes de la Revolución Cultural que practicaban el pillaje y la gamberrada en un mundo de caos y desgobierno, mientras sus hermanos mayores se dedicaban a repetir las consignas del Gran Timonel y se ensañaban con sus profesores y sus mayores. Es marca característica de Wang Shuo la parodia sangrante de la fraseología vacua del poder. Nadie como él ha llevado tan lejos la perversión del estilo adusto y autoritario del régimen. En la obra narrativa de Wang Shuo se encarna el triunfo del individualismo, del nihilismno y el hedonismo en la China de Deng Xiaoping tras el desengaño de un sueño idealista de la Revolución Cultural que se reveló una pesadilla colectiva. Se le considera el precursor de una tendencia literaria llamada “cultura gamberra” (pizi wenhua ) o “literatura pandillera o picaresca” ( liumang wenxue ).  Entre sus novelas destaca “Qian wan bie ba wo dang ren” (Haz el favor de no llamarme humano), publicada por entregas en una revista a los pocos meses de la matanza de Tiananmen. Aunque no hay en ella apenas referencias directas a los tanques, el libro destaca por la ferocidad con que retrata la manipulación de masas y el patrioterismo de la China actual.

A pesar de su carácter crítico ha sobrevivido a casi todas las purgas y prohibiciones. Pero al final le llegó su turno en la enésima campaña contra la polución espiritual emprendida a finales 1996 por Jiang Zemin, que comportó la prohibición del conjunto de su obra. Wang Shuo solucionó de forma hábil el contratiempo pasajero poniendo agua por medio, aprovechando la ocasión de la primera traducción en Norteamérica de un libro suyo.

Coincidiendo prácticamente con el cambio de milenio, surgieron una serie de escritoras que presentan una pose literaria provocativa y escandalosa, que hablan sobre sexo, drogas y rock & roll. Se trata de las llamadas “meinu zuojia” (escritoras guapas), un fenómeno tan literario como de moda alimentada por la prensa, que, sin embargo, responde a un nuevo perfil sociológico emergente. Estas escritoras hablan de lo que en China está de moda llamar como “nuevos humanos” ( xinxin renlei ), jóvenes materialistas, hedonistas, sin escrúpulos morales. Se trata de una literatura en parte prohibida en China, pero accesible –como todo lo prohibido- a través de internet o del mercado negro.

Estas jóvenes escritoras se sitúan al margen del experimentalismo y del realismo sociológico, crítico y positivo que impera en el canon literario chino. Escriben de la juventud marginal o sofisticada. Tienen webs personales donde se pueden leer sus obras prohibidas. Montan fiestas organizadas para consumo de los modernos de Shanghai o Guangzhou. 

l'autora Zhou Wheihui


Rompieron el fuego Zhou Weihui (1973) con “Shanghai baobei” (Shanghai Baby ) y Mian Mian (1970) con “Tang” ( Candy ), Una de las más sólidas novelas que han surgido en esta tendencia es “Wu yu” (Chicas-dragón), publicada el año 2001 por Jiu Dan (1968), una joven de Yangzhou que acumuló información y experiencias en Singapur y se dedicó en esta novela a hablar de las jovencitas chinas que viajan a Singapur obsesionadas por el dinero que se dedican a prostituirse para mejorar su nivel de vida. Jiu Dan define sus libros como “literatura prostituta”. La moda creó escuela y se le sumó una apenas adolescente escritora de Pekín, Chun Sue, que narraba su iniciación al mundo del sexo y la marginalidad en “Beijing wawa” ( La muñena de Pekín ) y vendió también decenas de miles de ejemplares antes de ser prohibida.

Tanto Jiu Dan, Wei Hui, Chun Sue como Mian Mian son un claro exponente de la nueva y contradictoria China actual. Son un testigo evidente del hedonismo y del nihilismo que han venido a sustituir desde los años ochenta al idealismo revolucionario chino de las décadas anteriores. La decepción y el regreso al individualismo emergen cuando finalmente los ideales colectivos se revelaron hijos de la manipulación de masas y de la más grosera lucha por el poder. El modelo de mujer que dibujan prescinde de los papeles tradicionales de hija y madre. Se define sobre todo como amante, y, en algunos casos, como artista, alguien que se inventa a si mismo y hace un uso libre del propio cuerpo, que llega a las puertas de la autodestrucción, que adora el dinero, que juega con la seducción sin rechazar la promiscuidad y un papel activo en el juego sexual, y que, por pura inercia, frivolidad y desorientación, casi sin saberlo, acaba reproduciendo pautas tradicionales y de sujeción a los machos que las subyugan

Entre los escritores chinos actuales hay más de una docena que merecerían figurar en los catálogos más exigentes de cualquier colección de literatura contemporánea sin necesidad de recurrir a ningún paternalismo étnico. Son voces personales, que han leído con fruición tanto a sus clásicos como a Kafka a Borges, o a Don de Lillo. Entre ellos podrían estar unos cuantos de los anteriormente citados, nombres como Yu Hua, Ah Cheng, Wang Shuo, Jia Pingwua, Lu Wenfu, Mo Yan, Wang Meng. En Francia, en los Estados Unidos, Gran Bretaña o Italia, por ejemplo,  se les traduce, se les conoce, se les aprecia y se les lee. 
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