1 de maig 2012

la Alegría de la República


Jesús y Cesa, compañeros de Vespres Literaris, celebraron el pasado Día del Libro por tierras castellano-leonesas; concretamente en Valladolid. Allí, según nos relatan, visitaron diversos tenderetes de libros: institucionales,  de asociaciones o de grupos culturales, como el del Ateneo Republicano de Valladolid 
(http://www.ateneorepublicanodevalladolid.es/)  que ha donado a la biblioteca de Vespres Literaris dos de sus ediciones: Memoria viva, testimonio oral de cuatro personas que vivieron la Segunda República y todos los hechos posteriores; y Violencia política en el Valladolid Repúblicano (1931-1936), de Ignacio Martín Jiménez.

Las compañeras y los compañeros de Vespres Literaris saludamos a los miembros del Ateneo Republicano de Valladolid,  y les felicitamos por una labor cultural y reivindicativa de los valores y el legado republicano que ejercen de forma valiente frente cicatería institucional y la hostilidad de muchos.
Dichas dificultades,  como nos informan Cesa y Jesús, se pueden ejemplificar en las vicisitudes por las que ha pasado el mural: "La Alegría de la República",  pintado por el artista Manuel Sierra.


El día 30 de marzo de 2012, Manuel Sierra realizó en unas paredes -propiedad de la Universidad de Valladolid - de la calle Juan Mambrilla un mural en homenaje a los profesores de la II República. Este mural formaba parte del programa de actividades de la Universidad de Valladolid “Lecciones contra el olvido: Enseñanza y cultura republicana y represión franquista”, y tenía el respaldo del Ministerio de Educación y Cultura, el Ayuntamiento de Valladolid, la Facultad de Filosofía y Letras, el Instituto de Historia Simancas, P.S.O.E., Izquierda Unida, U.G.T., CC.OO., el Colectivo Universitario contra el Olvido, la Asociación Memoria de la Transición, el Ateneo Republicano y la asociación Alternativa Universitaria.

Las jornadas terminaron con el testimonio de Celia Muñoz, hija de un maestro asesinado y con el estreno del texto dramático del actor Jordi Gràcia, basado en la reconstrucción del expediente de depuración y fusilamiento de otro maestro republicano. La escritora Yolanda Izard recitó un texto de Max Aub y la actriz Ruth Rivera leyó una larga lista de trabajadores vallisoletanos de la enseñanza desaparecidos, exiliados, encarcelados y asesinados a raíz del golpe militar contra la II República y durante la dictadura franquista.  El objetivo de este acto de reparación era reivindicar la rehabilitación moral y el restablecimiento del honor de aquellas miles de personas que extendieron la enseñanza y la cultura con el impulso de la República, y que constituyen un "referente histórico" para el progreso de la educación y de las libertades democráticas en España.


La mañana del día 30 Sierra comenzó a pintar el mural, el cual estaba proyectado acabarse a las once horas del día siguiente. Sin embargo,  unas horas después,  el alcalde de Valladolid mandó borrar el mural por el Servicio de Limpieza, tras la denuncia de un vecino y aludiendo a que se ha borrado “como en otros casos, como con cualquier otra pintada”.
En la prensa justificó su actuación en los siguientes términos:

(el subrayado es nuestro)


 Manuel Sierra lo volvió a pintar al día siguiente, cuando fue inaugurado.  El mural estaría pocos días intacto puesto que tres o cuatro jornadas después apareció emborronado con pintadas ultraderechistas.


El día 4 de abril,  Sierra envió una carta al alcalde en la cual le afirmaba que "este mural no está hecho contra nadie, sino que está hecho para todos".
Manuel Sierra ha afirmado que: "Si desaparece el mural, aparecerán dos"




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