Autorretrato (dedicado a Paul Gaughin) óleo sobre tela (61x50cm) Arlés, 1888 Museo de arte Fogg, Universidad de Harcard |
"En este
momento tengo un aspecto diferente. por cuanto no llevo ni pelo ni barba: me lo
he cortado. Además, mi tez ha variado de un rosado verde-grisáceo a un
anaranjado grisáceo. Llevo un traje blanco, en vez de uno azul, y estoy siempre cubierto de polvo, siempre con mi carga, erizado, como un puercoespín, de pinceles, caballete, lienzos y demás mercancía. Solo los ojos
verdes permanecen. Pero hay otro color en el retrato: el sombrero de paja
amarilla, como el de un hannekenmaaier [cosechadores
estacionales procedentes de Alemania], y una pipa pequeña, muy negra. Vivo en una casa amarilla, con una puerta verde y verdes persianas,
blanqueada por dentro. En las paredes blancas, estampas japonesas de colores brillantes, baldosas rojas en el suelo. La casa recibe
toda la luz del sol: por encima, el cielo, de un azul intenso, y. . . las sombras, a mediodía, mucho más
cortas que en nuestro país. Pues bien, ¿puedes comprender que alguien sea capaz
de pintar algo así, tan solo con unas pocas pinceladas?"
Carta a Wihelmina
Arlés, junio 1888
"¡Ah! Mi
querido hermano, algunas veces sé perfectamente bien lo que quiero. Puedo muy
bien, en la vida, y también en la
pintura, privarme de Dios, pero no
puedo, sufriendo, privarme de algo más grande que yo, que es mi vida, la potencia de crear.
Y si,
frustrado en esta potencia física, se busca crear pensamientos en lugar de niños,
se debería ser aceptado igualmente
dentro de la humanidad.
En un cuadro
yo quisiera decir algo consolador, como una música. Quisiera pintar a los
hombres o a las mujeres con un no sé qué de eterno, de lo que en otro tiempo
estaba simbolizado por la aureola en la cabeza y que nosotros buscamos
transmitir por el centelleo mismo, por la vibración de nuestros coloridos.
Estoy así, siempre, entre dos comentes de ideas. Primero, las dificultades materiales, volverse
y resolverse para ganarse la vida. Después, el estudio del color. Siempre tengo
la esperanza de encontrar algo allí dentro. Expresar el amor de dos enamorados
por medio de la unión de dos complementarios, su mezcla y sus oposiciones, las
vibraciones misteriosas de los tonos aproximados. Expresar el pensamiento de
uno frente a otro por medio del resplandor de un tono claro sobre un fondo
oscuro.
Expresar la
esperanza por medio de una estrella. El ardor de un ser por medio de la
radiación del sol poniente. Cierto que esto contradice los cánones del realismo,
pero, ¿no es algo que también existe en realidad?"
Carta a Theo
Arlés,agosto 1888
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