“Sócrates era un el brillante pensador de la antigua Grecia, que
después de denunciar la corrupción en su ciudad natal, Atenas, y el excesivo
peso moral que generaba la religión de la época, fue condenado, en el año 399 (a.C.), por un jurado popular a la
muerte por cicuta; y, aunque una
iniciativa liderada por su discípulo más conocido, Platón, intentase liberarlo,
él mismo se negó y decidió cumplir con la sentencia que le había sido impuesta.
Suya es una de las frases más conocidas de la historia de la filosofía, Yo sólo
sé que no sé nada. Un aforismo que se repite hoy en día, 2.500 años
después.
No cabe la menor duda de que Sócrates es una figura fundamental
del pensamiento occidental. Su aura sigue proyectándose a través del tiempo
hasta nuestros días. Su búsqueda de la verdad, su indagación, mediante el
diálogo, sobre la moral, la honestidad, la justicia, el conocimiento del
hombre- dando por supuesto que el inicio es siempre una pregunta que incide en
el no conocimiento-, le convierten en un ser singular y por supuesto, en un ser
peligroso para cualquier tipo de hipocresía, ya sea individual, colectiva, o
incluso estatal y
democrática.
Es esa condición insobornable lo que le lleva -tras una larvada
inquina incubada durante más de veinte años-
a ser acusado por seres insidiosos cercanos al poder, de perversor de la
juventud y negador de los dioses oficiales. El resultado, avalado por parte de
la ciudadanía, no puede ser más terrible e injusto: la ingesta de la cicuta que
le producirá la muerte.”
Mario Gas
Text de Mario Gas i Alberto Iglesias. Direcció de Mario Gas. Intèrprets: Josep M. Pou, Alberto Iglesias, Carles Canut, Guillem Motos, Amparo Pamplona, Ramon
Pujol i Pep Molina.
Divendres 1 d’abril de 2016, 21.00 hores. Teatre Ateneu de Cerdanyola del Vallés.
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