1 de nov. 2024

llaços de germanor: un viatge, 1

 



per Mª Carmen i Gustavo

    El origen del viaje:

    " En el mes de abril de 1992, asistimos perplejos, dominados por la impotencia y la vergüenza a como el horror de la guerra incendiaba la antigua Yugoslavia.

    Lloramos ante las imágenes de las llamas que destruyeron la biblioteca Nacional de Sarajevo. Escuchamos, día a día, al violonchelista que durante 22 tardes interpretó el adagio de Albinoni en memoria de las 22 personas asesinadas por un proyectil de mortero mientras hacían cola para conseguir un poco de pan. Vimos, consternados, la caída del puente de Mostar , horrorizados, nos llegaron noticias de una cruel masacre de Srebrenica… y tantas, tantas atrocidades de las que es capaz, pertinazmente, el ser humano. 


 

    "Así, en la primera mitad de la década de los años noventa del siglo pasado, miles de bosnios tuvieron que buscar refugio lejos de su país. Algunos de ellos llegaron a nuestro pueblo, Cerdanyola del Vallès, hace ya 30 años. En aquellos días terribles conocimos a Amira y a su familia.

    Vivimos muy de cerca las historias de vida de los refugiados y cómo fueron acogidos: el Club Infantil (CLUPI) de Cerdanyola acogió durante unos cuantos veranos a jóvenes Bosnios que pasaban sus vacaciones de colonias aquí. A su vuelta a Bosnia eran acompañados por las familias de acogida y los jóvenes de Cerdanyola que habían compartido las colonias con ellos , portando todo tipo de productos de primera necesidad.

    La relación de amistad con Amira se fue profundizando por intereses mutuos en temas de solidaridad y cooperación, así como participar en grupos como Vespres Literaris o la coral de la Agrupación Musical de Cerdanyola.

    Tras años de amistad, este verano, acompañados de cuatro amigos de Cerdanyola, hemos querido visitar algunos países Balcánicos para conocer e intentar comprender cómo y por qué se originó aquella guerra en los Balcanes.

El viaje:

    Tras visitar Eslovenia y sus ciudades, rodeadas de bosques y un cierto encanto a la época imperial, proseguimos el recorrido por Croacia, concretamente por el pueblo natal del mariscal Tito, Kumrobec, pueblo volcado en el turismo y, realmente, un pueblo de postal o un museo al aire libre, como se suele decir. De allí, paseamos por Zagreb y el parque nacional Plitvice, envidiando la cantidad de cascadas, manantiales, riachuelos y pantanos que lo embellecen.

    Pero, una vez en Bosnia, empezamos a sentir algo diferente, otros aires, otras miradas, otros paisajes, otra arquitectura. Las mezquitas destacan en el horizonte, el legado del imperio Otomano sigue muy presente.


    Treinta años después de la guerra, el pasado 26 de septiembre, pudimos pasear con Amira por Sarajevo, conocer la que fue su vivienda y su barrio, que tuvo que abandonar al estallar el conflicto.



    Visitamos el nuevo edificio del Ayuntamiento de Sarajevo, el mismo lugar donde se hallaba la destruida Biblioteca Nacional. Escuchamos su relato de la guerra y comprendimos que escondían las imágenes que veíamos en los medios; el miedo a los francotiradores parapetados en las montañas que rodean la ciudad; aquellos que disparaban a los ciudadanos que corrían zigzagueando en busca de cualquier cosa que llevarse a la boca.

    Y así, siempre juntos, visitamos la exposición del fotógrafo Tarik Samarah sobre la matanza de Srebrenica. 

    Aquí no hubo palabras: fue duro, muy duro....."





continuarà.....






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