placa d'un carrer de Sarajevo amb el nom del poeta |
Ruta literària Mak Dizdar
per Amira
"En un parque urbano de la ciudad se exhibe el busto del poeta. En el mismo parque tomamos un café, que pagamos con un billete que lleva su efigie.
“Inmenso es el mundo, los continentes derivan
y la desgracia causa estragos por todas partes,
pero aquí las cosas son diferentes: al norte y al sur,
el bosque perfuma de la misma manera y esta fragancia
no se parece a nada que se haya oído, visto ni tocado.
(…) Soy una isla en el corazón del mundo.
poema
“Sarajevo dice: soy una isla en el corazón del mundo”,
de Abdulah Sidran, escritor y poeta bosnio
Aquí, en Sarajevo, iniciamos nuestra ruta literaria que nos llevó a Stolac, una pequeña localidad en la región Herzegovina, la ciudad natal de Mak Dizdar.
Paseando por las calles de Stolac, reparamos en una indicación que anuncia la proximidad de la Makova hiža – “Casa de Mak”, lugar, museo y galería dedicados a su vida y obra.
Hoy en día, la “Casa de Mak” es un lugar que combina el atractivo de una galería de arte con la experiencia de un museo. Este lugar ofrece una oportunidad única para el viajero curioso, ya que permite descubrir el arte local, todo un patrimonio cultural. Este no es el lugar de nacimiento ni la tumba de poeta, es algo más sutil: un lugar impregnado de su espíritu, que vive en sus manuscritos, sus libros y las notas. En cada poema y palabra que escribió.
El lugar permite sumergirse en la historia de la región. Además de las obras de Mak Dizdar y del arte del “stecak”, la Fundación Mak Dizdar se dedica a la protección y promoción del patrimonio cultural de Bosnia y Herzegovina en general, conteniendo una biblioteca dedicada a diferentes aspectos de la historia, el arte, la cultura y la identidad de Bosnia y Herzegovina.
En el exterior de la casa, bajando unos escalones, encontramos una zona con césped donde nos llamó la atención un mural artístico, representando Kolo /círculo/, una danza tradicional que refleja la alegría y el espíritu festivo de la región, siento una parte importante de su identidad cultural.
El KOLO es una danza circular eslava que se practica con este nombre en Bosnia y Herzegovina, Croacia y Serbia. Está inscrita en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de Serbia de la UNESCO.
La representación de esta danza tradicional se observa en numerosos stećci y se encuentran alusiones dispersas en textos literarios y poemas en esta región.
Los que practican la danza tradicional colectiva denominada “kolo” bailan en corro generalmente, cogiéndose de las manos y manteniendo los brazos bajados. En diversas culturas, los círculos simbolizan unidad, totalidad e infinito.
En la segunda planta del edificio, se halla la sala dedicada al poeta, con varias vitrinas de exposición repleta de objetos, escritos y notas, correspondencia escrita a mano con letras del poeta, toda una pared cubierta de fotos desde su juventud, con familia, amigos...
Otra vitrina exhibiendo sus innumerables premios y medallas y otros reconocimientos por parte de las autoridades por su contribución cómo uno de los mejores y más influyentes poetas que fue. En otra vitrina expositora estaban todas las ediciones de sus libros...
Hay una de sus notas sobre su ciudad natal, Stolac, que me emocianaron:
“... siempre volamos hacia lo nuevo, aunque sea tambaleando. Rara vez, y sólo excepcionalmente, regresando allí. Pero hay un camino, sólo un camino, en el que a menudo, muy a menudo, reconocemos nuestras huellas. Tus propias pisadas. Es el camino que conduce al lugar donde abrimos los ojos por primera vez en nuestras vidas y vimos la luz. Un lugar, sin importar lo que fuera o lo grande que fuera, se llame aldea o pueblo o ciudad. Y siempre cuando nos acercamos a las primeras casas de ese lugar, nuestro corazón se aprieta, palpita, juguetea, un poco de alegría, y más de tristeza y alguna secreta ansiedad primitiva. Reconociendo los callejones y las calles, que nos parecen cada vez más pequeños y en miniatura, siempre nos reconocemos a nosotros mismos, escondidos en algún lugar, de alguna manera lejanos, lejanos y reconocibles al mismo tiempo...”
Me invadieron las emociones confusas… mezcla de añoranza e ilusión, cada uno a su manera. Dividida entre el pasado de mis antepasados y el presente, entre mi vida de antes y después de la guerra, la vida de hoy… Me inundaban las preguntas… ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Dónde estoy? ¿Dónde debo estar? La respuesta vino directamente de mi corazón conectando con lo más profundo de mi ser. Pertenezco al mundo donde habita la paz y buena gente. No tengo que olvidar mis raíces ni mis caminos transitados, no puedo borrar lo que he sido. ¿Entonces, qué me queda por hacer? Aprender de mi historia, aceptar lo que he vivido, agradecer por la enseñanza y los bonitos recuerdos. Solamente tengo que lograr integrar todas las huellas que me pertenecen y que siento en mí. Honrar y aceptar mi pasado para disfrutar y vivir el presente. Cada puente descansa sobre dos orillas, el pasado y el futuro. Aceptar y recibir con mucho amor, respeto y agradecimiento todos los abrazos, sonrisas, momentos y personas que se cruzaron en mi camino.
Finalmente brindamos por nuestro gran logro. Me sentí orgullosa y emocionada por haber conseguido traer a mis apreciados "Vespres Literaris" a Bosnia y Herzegovina, a Stolac, para que viviesen esta experiencia y tuviesen esta oportunidad de visitar a uno de los grandes de la literatura y poesía de los Balcanes, a Mak Dizdar. Por haber podido escuchar los compañeros de Vespres Literaris recitando sus poemas, tal como se expresó y escribió el autor. Por hacer intercambio de dos culturas, en dos lenguas diferentes y con el mismo gran corazón e intelecto, con ganas de quitar las barreras y ampliar los horizontes del conocimiento y expandir el mundo.
Me sentí muy emocionada. Algunos momentos no se han quedado en el recuerdo por la intensidad del momento, todo era emoción y sensaciones a flor de piel. Solo recuerdo que cantamos una canción que escribió Lorca y otra, “Vestida de nit”. Fueron momentos inolvidables, alegres, emocionantes, con mucho amor... Pura emoción compartida y el poderoso sentimiento de amor y cercanía. Amor por todo, por el pasado, por el presente, por la amistad, por la lectura, por la familia, por todo lo que nos brinda la vida. La poesía tiene un gran poder… te lleva a otros lugares, otros tiempos, otros sabores, a otra dimensión.
Y tengo que contaros una curiosidad personal mía, o tal vez de la vida y del destino... Para mí fue muy emocionante vivir la presencia de mis amigos de Vespres Literaris y el homenaje que hemos brindado al gran poeta, con quien me une mucha amistad mientras vivía ahí con mi familia… pero hoy además tenemos un vínculo todavía más estrecho porque ¡mis nietos son bisnietos de Mak Dizdar!!!
Finalmente deseo expresar mi más sincero agradecimiento a nuestras anfitrionas, Suada y mi consuegra Bera, las dos nueras de Mak Dizdar, porque sin ellas nada hubiera sido igual.
En nuestro camino de vuelta terminamos el programa con la visita a Radimlja, la necrópolis con stećci de la época medieval. En ese lugar admirable por su historia y mágico por energía y fuerza especial."
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