16 de nov. 2006

La primera novela Okupa

Lola Lafon

Una fiebre ingobernable
Anagrama
Panorama de narrativas
Barcelona, 2.005
314 páginas

Todos nosotros hemos leído, visto o escuchado en prensa, televisión y radios de la existencia de grupos radicales que producen destrozos en el corazón de Barcelona. Para unos son grupos antisistema, otros los engloban en los colectivos de Okupas y antiglobalización. La característica común a todos ellos es que han elegido la vía de la acción directa, que no es nueva en la ciudad, para hacer oír sus reivindicaciones.

La obra de Lola Lafon narra, desde la vida interior de estos grupos, el ideario, los métodos y las consignas de lucha de los mismos. Landra, la protagonista de esta novela-diario, ha sufrido una violación a manos de “un hombre por encima de toda sospecha”, en palabras de la protagonista. La rabia, el miedo y el convencimiento de que esta agresión ha roto toda relación afectiva con la vida que había llevado hasta ahora, le impele a acudir, por casualidad, a una manifestación del grupo de extrema izquierda Estrella Negra Express (en unos carteles que el grupo ha repartido por la ciudad, convocan un acto reivindicativo bajo el lema “La resignación es un suicidio cotidiano”. De esta manera, Landra, durante cuatro años, inicia una vida de “vértigo”, de una “fiebre ingobernable”, donde tratará de ocultar su dolor, borrar el pasado bajo el “ruido” de los encuentros “altermundistas”, de la okupación de inmuebles y la acción en el seno de los grupos de extrema izquierda europeos.

La novela es una biografía, más o menos fiel, de la vida de la autora (en entrevistas concedidas por Lafon, afirma que las palabras y los hechos narrados en la novela pertenecen al mundo de la ficción), joven cantante, escritora y artista de origen rumano y afincada en Francia. A lo largo de sus páginas hay una palabra que se repite machaconamente: MIEDO. Por ello, para mi, la novela es la narración de la lucha constante de Landra para enfrentarse al mismo, para hacerle frente “de pie” al abuso, la humillación, la prepotencia que le produjo ese hombre, que la puso “de rodillas”, y que se transmuta en una lucha colectiva contra los abusos, las humillaciones y las imposiciones de este mundo “globalizado”, necio e insolidario.


“Día tras día, del orden del mundo se derivan diferentes tipos de violencia. Pobreza, hambre, exclusiones, la muerte de millones de personas, la destrucción de espacios vivos, los árboles, los océanos. Eso es precisamente lo que rechazamos.

Romper los escaparates de los bancos y de las multinacionales es un acto simbólico.

¿Nos acusan de violencia?

Sólo destruimos objetos inanimados, pero los campesinos brasileños, los rebeldes mexicanos, los niños de siete años que trabajan, los mares del mundo entero están vivos y bien vivos y sus sufrimientos son muy reales.

Lloráis si vibran unos cristales.

Y no decís nada cuando mueren personas

(la cursiva es mía)

(páginas 56-57)

Una novela escrita con el corazón abierto.




Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada