24 de nov. 2006

Tú, lector/ra

Si una noche de invierno un viajero...

Ítalo Calvino
Siruela,
Madrid, 1.989 (1ª edición italiana 1.979)
289 páginas


Se hace difícil resumir el argumento de esta obra porque el autor, de forma consciente, ha querido romper con toda convención, con el tradicional punto de vista unívoco en primera o en tercera persona y con la estructura formal de cualquier relato que se ajuste a la tradición. Se puede decir que no hay argumento porque el argumento lo debemos desarrollar nosotros, lectores, a lo largo de cada una de nuestras lecturas.

Me explico:

Lo primero que choca al leer la obra calviniana es el cambio constante del punto de vista narrativo. Comienza con una contundente e inusual, en narrativa, segunda persona: “Estás a punto de empezar a leer la nueva novela de Italo Calvino” (página 7), con lo que, de forma inopinada, nos hace protagonistas de la narración. Esta figura del lector-personaje, que algunas veces es un personaje más de la trama y otras nosotros mismos, la utiliza Calvino con el fin de dar protagonismo al lector en la ordenación de los hechos de la trama frente a un autor “ausente” que, al igual que en la misma novela, se muestra esquivo y escurridizo. El lector se erige, por ello, en protagonista y autor de la continuación de la trama de cada una de las novelas. Italo Calvino cultiva en esta obra su gusto por la experimentación y el laboratorio novelístico, por el equívoco y el desafío intelectual. Calvino lo expresa claramente en la misma obra: “El abrirte paso a filo de espada (abrecartas) en la barrera de las hojas se asocia con el pensamiento de cuanto la palabra encierra y esconde: te adentras por la lectura como por un tupido bosque” (página 53). Inmediatamente señala: : “ La novelaque estás leyendo quisiera presentarte un mundo compacto, denso, minucioso “ (páginas 53-54) y, acaba, “… y ya estás lanzado a la persecución de todas estas sombras juntas, las de la imaginación y la de la vida” (página 62)., porque Calvino juega con nosotros en todo momento, con la confusión entre realidad y ficción. Entre vida y sueño. Entre este lado del espejo y el de Alicia.

La segunda característica que deseo destacar de la novela es la destrucción de cualquier indicio de trama. Calvino desprecia el tiempo cronológico y se recrea en el tiempo del ahora, en las sensaciones y el tiempo interior del lector-protagonista, es decir, de nosotros. Así, el autor, por medio de la lectora nos enuncia su ideario literario: “La novela que más me gustaría leer en este momento – explica Ludmilla- debería tener como fuerza motriz sólo las ganas de contar, de acumular historias sobre historias, sin pretender imponerte una visión del mundo, sino sólo hacerte asistir a su propio crecimiento, como una planta, un enmarañarse como de ramas y hojas… recobrar una condición de lectura natural, inocente, primitiva…” (página 107) porque “leer es ir al encuentro de algo que está a punto de ser y aún nadie sabe qué será” (página 86).
Por otra parte, como lectores habituales que somos, todos sabemos que en la lectura de una novela o relato adoptamos una posición de “espectadores” del desarrollo de la trama que nos va ofreciendo el autor. Calvino, sin embargo, anula el distanciamiento entre texto y lector o, si se prefiere, entre lector y autor (el lector-personaje termina la novela al mismo tiempo que nosotros, lectores reales). En un pasaje memorable señala la rotura de esta barrera: “… , te asalta el temor de haber pasado también tú “al otro lado” y de haber perdido esa relación privilegiada con el libro que es sólo la del lector: el considerar lo que está escrito como algo terminado y definitivo, al que no hay nada que añadir o que quitar” (página 133)

La última cita me da pie a hablar del tercer aspecto de la novela, la sensación de obra inconclusa, deslavazada, caótica. Esto es así porque el autor quiere destacar la sensación de que el lenguaje y su faceta más acabada, la narración, son un proceso abierto y en constante construcción. La búsqueda desesperada de las continuaciones de los libros denota que no hay libros originales sino rastros de los mismos, no hay textos, sino tantas lecturas de los mismos como lectores. En un juego de muñecas rusas, una novela se construye dentro de otra novela, que a su vez se construye… ”¿cómo fijar el momento exacto en que empieza una historia? "(página 172) "¿Cómo hacer para derrotar no a los autores sino la función del autor, la idea de qué detrás de cada libro hay alguien que garantiza una verdad a ese mundo de fantasmas y de invenciones por el mero hecho de haberles transferido su propia verdad, de haberse identificado a si mismo con aquella construcción de palabras? " (páginas 178-179) Más adelante vuelve a destacar esta sensación de que hay lecturas, no textos: “Cada vez que trato de revivir la emoción de una lectura precedente, extraigo impresiones distintas e inesperadas, y no encuentro las de antes. En ciertos momentos me parece que entre una lectura y otra hay un progreso, en el sentido, por ejemplo, de penetrar más en el espíritu del texto o de aumentar el distanciamiento crítico” (página 283)

Para finalizar, y abundando en la idea de la importancia de las lecturas, se ha de destacar que la novela, obviamente, ya que es una novela de "incipits" , de princios de novelas, considera que el verdadero misterio de los libros radica en su inicio y no en su final. Es, como señala el autor “… la promesa de la lectura” (página 285) lo que quiere realzar la prosa calviniana.

En conclusión, estamos ante una obra que es todo un canto al placer de la lectura y de la imaginación. Un viaje, una aventura, por el ser de una de las principales pasiones del grupo: el arte de narrar historias, de adentrarse en el misterio y la intriga de los libros.

… la lectura es un acto necesariamente individual, mucho más que el escribir” (página 196) pero, nos recuerda: “ la lectura es una operación sin objeto” (página 284), pero bendita operación, añado yo.


Si una noche de invierno un viajero
fuera del poblado de Malbork
asomándose desde la abrupta costa
sin temor al viento y al vértigo
mira hacia abajo donde la sombra se adensa
en una red de líneas que se entrelazan
en una red de líneas que se intersecan
sobre la alfombra de hojas iluminadas por la luna
en torno a una fosa vacia
¿Cuál historia espera su fin allá abajo?

Nosotros decidimos,amigas/os vesprestinos cual será la próxima.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada