Llueve tan poco en el desierto de
la Guajira, que la lluvia es un dios para los wayuu -los aborígenes de la
península de la Guajira, sobre el mar Caribe-: y lo llaman Juya.
“La lluvia es el padre de todas las cosas, las
mantiene, las renueva”, dicen los que viven en esta enorme sabana de arena en
la punta norte de Colombia.
El desierto de la Guajira.
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