Una niña está pérdida en el siglo XX
Gonçalo M. Tavares
Seix Barral, 2016
Un hombre que huye de algo
no revelado se encuentra por casualidad con una niña que está sola buscando a
su padre. La niña tiene una caja con fichas para el aprendizaje de personas con
discapacidad intelectual, padece trisomía 21, es decir, síndrome de Down. El
hombres se hace cargo de ella y la acompaña en la búsqueda de un padre que
nunca aparecerá. A lo largo del camino,
encontrarán tipos extraños que los ayudarán, les aceptarán como son y les
mostrarán que otra realidad es posible. Un fotógrafo que retrata a personas con
trisomía 21; otro que dibuja carteles para transmitir una inquietud progresiva
y aumentar la rabia individual; los
dueños de un hotel cuyas habitaciones tienen nombres de campos de concentración
y cuyo trazado -nada casual- sigue la geografía de todos los que hubo en
Europa. El marido tiene tatuada en la
espalda la palabra “judío” en varios idiomas, un auténtico escudo de protección
contra el fanatismo, porque una de las enseñanzas del libro es que existen
hechos que sobrepasan las razones de la inteligencia; también un sorprendente
anticuario que parece Don Quijote y que se dedica a escribir series de números
pares como si se tratara de una carrera de resistencia; otro que dibuja letras
tan pequeñas que es necesario un microscopio para leerlas; incluso con un
personaje cuya norma sagrada es que el peso de lo que hay en su habitación debe
ser menos de la mitad de su propio peso. Todos ellos son judíos, y han estado
en la cárcel o han tenido que huir alguna vez, y conocen la convulsa historia
de Europa durante el siglo XX.
Pero cada uno de ellos, en su rareza vista de cerca, es un ser
único que invita a mirar la realidad de otro modo y que tiene su propia
filosofía de vida. “A veces, dice el protagonista que acompaña a la niña, estamos
vivos solo para aceptar lo que va pasando, y avanzar”.
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