El hombre que no fue Jueves
Juan Esteban Constaín
Random House, 2015
184 páginas
“Muchas novelas retratan lo real. Y
muchas otras hallan en lo real una novela. A esta segunda categoría pertenece el nuevo
libro de Juan Esteban Constaín
(Colombia, 1979), El hombre que no fue
Jueves. Leí del escritor colombiano ¡Calcio!
(2012) y me confundió entonces esa mezcla de realidad y ficción, que nunca terminé de entender. De dicha novela
me quedó la idea contradictoria de un libro muy bien escrito y a la vez muy
fallido como artefacto de ficción. Ahora Constaín nos trae una historia
absolutamente real, la muy poco
difundida pretensión del papa Pío XI
de convertir en santo a G. K. Chesterton,
por un secretísimo servicio prestado a
la Iglesia. Pero además de una novela hallada en lo real, el libro de Constaín es un velado ensayo sobre
el creador del célebre padre Brown. Y también una defensa, literaria y moral.
El hombre que no fue Jueves está narrado en primera persona por un experto en lengua
anglosajona. Por tanto, la persona ideal
para adentrarse en unos misteriosos textos escritos en aquella lengua. Todo
comienza cuando nuestro privilegiado experto tiene que acudir a la sede papal, con
el Papa en persona atendiéndolo, para recibir unos documentos y traducir parte
de ellos. De lo que se trata es de los documentos que datan de 1929 y que
Benedicto XVI desempolva. Al final se descubre que se trata de la orden de
santificación de G. K. Chesterton por parte del papa Pío VI.
Con esta materia documental, en la cual el principal protagonista es el
mismo Chesterton, Juan Esteban Constaín urde una madeja ensayística, biográfica
e intrahistórica. El resultado no
decepcionará a quienes gusten de las hipótesis literarias. Tampoco a los
amantes de los hilos argumentales funcionando como digresiones o como relatos
sueltos. Cito por ejemplo el relato de
la fuga de Casanova de la cárcel de Venecia, una historia que Constaín nos cuela como quien
no quiere la cosa, resultando que, a pesar de su arbitraria aparición (o tal vez
a causa de ella), el cuento adquiere un
pleno sentido. Pero, por sobre otras
consideraciones literarias, el libro de
Constaín es una defensa de la figura de Chesterton. Invita no solo a releer al autor de infinitas
paradojas que conocemos, al católico
piadoso que se esconde detrás del padre Brown, sino a releerlo en un contexto histórico, filosófico y teológico. El autor colombiano nos guía en la lectura de
libros de Chesterton. En la
Autobiografía. Tal vez tenga razón cuando le pone reparos a La resurrección de Roma. Pero no olvido que en ese libro de Chesterton
hay esas misteriosas, diría mejor
mistéricas, palabras: “La frase más
importante es la frase que una generación entera se ha olvidado de decir, o que
ha sentido que es inútil decir”. Invito a esta lectura. Es de las que colaboran
a deshacer malentendidos. Y la obra y la vida de Chesterton están,
injustamente, llenos de ellos.”
J. Ernesto Ayala
El País
11 agosto 2015
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