presentació "todo es agua"

 

Ayer, en el espacio Enric Granados de la biblioteca Central de Cerdanyola del Vallès, los de Vespres Literaris organizamos la presentación del libro de relatos de la Begoña Fidalgo, “Todo es agua”.

Junto con el compañero de Vespres Literaris, Gustavo, la autora dialogo de las claves de su obra.

Para iniciar la charla, Gustavo recordó que el pasado 10/06/2022, la autora visitó el Taller de Lectura de la escuela del Centro penitenciario de Daroca. Tras la visita, Begoña Fidalgo les envío esta carta:

“Dicen que para ser escritor hay que saber mirar, ver lo que los demás no ven y contar lo que no se cuenta. Además, creo que hay que saber bucear en las complejidades humanas; iluminar, aunque sea con un tenue candil, las grietas de nuestras incoherencias, y empaparnos de la pena de nuestro igual.

Antes de compartir la charla y la lectura de “Gamuzas en los pies”, tenía la intuición de que iba a ser una experiencia muy enriquecedora para mí, que iba a salir de allí diferente, con ese regalo que es el haberos conocido. Así que solo tengo gratitud para vosotros y para Rosa, que ha sido la promotora de que todo esto sea posible. He hecho bastantes presentaciones, clubes de lectura, charlas…, y nunca he visto unos ojos tan expectantes, tan atentos. Gracias de corazón.

(…)

Gracias a todos, (…) Y recordad que cada día la vida comienza. Un abrazo enorme.”

Leer la carta completa aquí.

Begoña Fidalgo cree que la mirada del escritor ha de enfocarse en el lado oscuro, el lado invisible de la realidad. Así, sus relatos, impregnados de memoria y espacios personales, en una perfecta combinación de realidad y ficción, enmarcadas dentro de unas “atmosferas” determinadas que le dan fuerza y tensión al relato.

Las protagonistas de sus relatos son todas mujeres. Unas mujeres enfrentadas a situaciones y decisiones difíciles, a las que deben hacer frente. Narradas en primera persona, en todos los relatos subyace una cierta melancolía e insatisfacción con las relaciones humanas y la sombra alargada de la soledad.

Pero no solo la melancolía marca el tono de los relatos, también están cargados de una fina ironía, con francos momentos de humor desternillante y, porque no, una cierta socarronería aragonesa.

Ricardo Méndez Salmón nos dice en el prólogo al libro:

“Todo es agua es celebrativo e incómodo, como cualquier literatura que se precie. Reparte sonrisas, incluso alguna carcajada, pero también afila cuchillos y cosecha espinas. Es inmune a la estupidez y valiente en las estancias que airea. Y en mi ánimo, más allá de fronteras e idiosincrasias, se emparenta con escrituras tan exigentes como las de Amy Hempel, Grace Paley o Lore Segal. Escritoras, en definitiva, que menciono apenas para proponer filiaciones, pasadizos secretos, correspondencias entre un modo de estar en el mundo y su plasmación mediante ficciones, pero que no persiguen tanto rastrear una genealogía literaria como postular una evidencia: que Begoña Fidalgo ha venido para quedarse.”

Que así sea y pronto podamos presentar en nuestro pueblo un nuevo libro de Begoña Fidalgo.