Cuentos:
Esta mañana (1949)
El último viaje y otros cuentos (1951)
Montevideanos (1959)
La muerte y otras sorpresas (1968)
Con y sin nostalgia (1977)
Geografías (cuentos y poemas, 1984)
Despistes y franquezas (1989)
Buzón de tiempo (1999)
El porvenir de mi pasado (2003)
La narrativa breve de Mario Benedetti
por Sofía Eiroa Rodríguez
"El repentino interés internacional por la narrativa hispanoamericana que se despertó en los años comprendidos entre las décadas de 1950 y 1960 sirvió, no sólo para conocer la literatura que entonces se estaba haciendo, sino para redescubrir a escritores del pasado inmediato que, casi desapercibidos, se habían adelantado a su tiempo o que, en algunos casos, continuaban una obra silenciosa pero de innegable valor al margen de los grupos literarios. Debe haber alguna explicación lógica para el admirable desarrollo del cuento en la zona rioplatense. Probablemente por la necesidad de los inmigrantes de contarse sus historias personales, de no olvidar sus lugares de origen... Testigo de todo ello ha sido siempre el mar porque tanto montevideanos como porteños llaman mar a lo que nosotros pensamos Río de la Plata. Personaje pues, de muchos cuentos de Benedetti,-«La vecina orilla», «La sirena viuda...»- si no existiera el mar habría que inventarlo como a las sirenas de «Un boliviano con salida al mar» en Despistes y franquezas.
Periodista, autor de novelas, poesía, teatro y crítica literaria Mario Benedetti es también clasificado como escritor de cuentos. No se trata pues de un capricho pasajero o de veleidades de gran autor. José Emilio Pacheco ve en esta última dedicación -que hoy destacamos de forma especial- «Una prueba de su autenticidad. Nadie que buscara un público masivo hubiera optado por un género que se suponía de escasa venta en comparación con la novela». Además de romper con este tópico, pues de sus colecciones de cuentos se venden ejemplares por miles, Benedetti, en cierta manera reinventa el cuento desde los orígenes que hemos comentado. Un «género menor» del que no se sospechaban las posibilidades de belleza, emoción y humanidad que podía obtener su brevedad. Brevedad que, en este autor también es llevada al límite. Nos encontramos con cuentos impecables como «Su amor no era sencillo» de una extensión pasmosa, apenas cuatro líneas, pero no por ello menos cuento. Es en los cuentos pertenecientes a Despistes y franquezas donde más juega Benedetti con el lector, la mayor parte de los cuentos son muy breves: «Idilio», «Bestiario»; algunos apenas diálogos como en «Larga distancia». También juega con la complicidad en «Lázaro» donde este personaje desesperado después de la resurrección camina a recuperar su sudario o con el lenguaje «El puercoespín mimoso» o «Todo lo contrario» se atreve incluso a jugar con los lingüistas -el colmo de la osadía- en un cuento que se titula precisamente así: «Lingüistas».
José Donoso ya incluía a Mario Benedetti en su Historia personal del boom destacando sus novelas primerizas y después un libro fundamental en la narrativa breve de Benedetti: Montevideanos. Dice Donoso: «existen una serie de libros que aspiran a servir de atajos para llegar lo más pronto posible a una conciencia de lo que, en los diversos países, es lo nacional... La actitud revelada en estos libros, su angustiada curiosidad adolescente por contemplarse desnudo en el espejo para conocerse de una vez por todas y lograr crecer pasó del ensayo a la literatura de imaginación convertida en obras como Montevideanos de Mario Benedetti.
¿Pensaba Donoso cuando escribió estas líneas en «Inocencia», uno de los cuentos incluidos en este libro? Podría ser puesto que en él la adolescencia, la imagen de lo prohibido, del cuerpo por descubrir aparecen de forma clara. Es el despertar de la inocencia que Benedetti ya había tratado desde la perspectiva de la infancia en «La vereda alta» que se incluye en la colección Esta mañana.
Un rasgo que también destacaría José Donoso en el grupo de escritores que engloba como pertenecientes al boom es el exilio. Dirá: «No se puede negar que el exilio, el cosmopolitismo, la internacionalización, todas las cosas más o menos ligadas, han configurado una parte muy considerable de la narrativa hispanoamericana de la década de los años sesenta».
En Benedetti el exilio no es sólo el de algunos cuentos como: «El hotelito de la rue Blomet», «Geografías» o «Hermanito».El exilio frustra incluso cuando la fraterna solidaridad mitiga la nostalgia y el desarraigo: «La sirena viuda, «Balada» con sus trágicos finales, «Más o menos custodio» o «Recuerdos olvidados» por ejemplo. Y es aquí cuando nos encontramos con su complemento: el desexilio, esa providencial palabra tantísimas veces mencionada que el propio autor define en El desexilio y otras conjeturas. «Es el posible y arduo regreso de los exiliados, puede ser tan duro como el exilio». Por si quedaba alguna duda también la localiza, fue en junio de 1982 cuando la utilizó por vez primera en Primavera con una esquina rota. Pero también hay cuentos de desexilio: «No era rocío», «El reino de los cielos» o «Llamaré a Mauricio» Benedetti no se resiste a rizar el rizo con «De puro distraído» en el que sus protagonista se autodesexilia involuntariamente porque de puro distraído aterriza en su país de origen donde es detenido.
Puede decirse, sí, que el gran autor uruguayo toca registros que lo vinculan a la narrativa de la generación uruguaya de 1945 y a la imaginativa, en general, pero esta convención facilita poco la entrada a una obra que toca una inmensa gama de registros. De ahí la dificultad con que nos topamos en cada tentativa de clasificación de un corpus narrativo en el que las tendencias cambian tanto que apenas sí se insinúan y que, al mismo tiempo excede cada uno de sus períodos.
Se podría afirmar también que cada cuento de Mario Benedetti toca un tema determinado o que los temas que obsesionan a su autor saltan desde un cuento a otro, pero ello significaría, una vez más, quedarnos en el umbral de su profundidad, ya que dichos temas no suponen contenidos llenos o resueltos sino procesos, excepciones, límites, y son formas de un sentido que se configura como enigma para un lector que poco a poco será captado por la aparente inocencia de un lenguaje que sostiene el poder de la fábula. El valor de los detalles en un cuento como «Idilio» en el que se alternan las visiones de una pareja; el ambiente de oficina en «El presupuesto»;el tópico superado en «Corazonada» donde cuenta los amores de una criada joven con su señorito; el odio fraternal que persiste incluso cuando ya no existe su causa primera en «No ha claudicado» o la circularidad en un cuento como «Miss amnesia». La lista de cuentos prodigiosos sería interminable «Familia Iriarte», «Requiem con tostadas», «Fin de la disnea» o «Truth on the rocks»...
Mario Benedetti dirá con respecto al oficio de escritor: «El deber primordial de un escritor es que tiene que reivindicar su condición de escritor, y a pesar de todos los desalientos, las frustraciones, las adversidades, buscar el modo de seguir escribiendo». En «Pequebú» un cuento perteneciente a Con y sin nostalgia, dice de su protagonista: «escribía, no sólo poemas como cualquier neófito, también escribía cuentos». En otro cuento, «Pacto de sangre»,esta vez perteneciente a Despistes y franquezas, dice también otro de sus personajes «y me iré con mis cuentos a otra parte o a ninguna».
Ojalá que Mario Benedetti no se vaya nunca con sus cuentos a otra parte; que lo que llamamos sus Cuentos Completos no sean sus cuentos completos; que los merecidos homenajes que recibe no le impidan seguir ejerciendo su «oficio de escritor», de cuentista. Es puro egoísmo, no queremos quedarnos huérfanos de una narrativa breve que encierra en sí misma el secreto de la construcción de mundos."
adenda:
Leer a Benedetti es emprender un viaje desde el reino de la imaginación que a diario se restaura y en donde el remitente es el corazón de uno mismo. En sus cuentos encontramos historias de amor, de política, humorísticas e incluso trágicas, pero ante todo una serie de espejos donde es posible ver nuestra vida. Todos podemos reconocernos en sus personajes.
“ Mario Benedetti es uno de los grandes cuentistas de nuestra lengua y de nuestro siglo. En manos de Benedetti el cuento aparece como un género de una ductilidad y flexibilidad incomparables. Es el más antiguo y el más nuevo. En él todo se ha hecho y todo está por hacerse.”
José Emilio Pacheco
“La obra de Benedetti se nos presenta no sólo como suma de una experiencia vital, sino, sobre todo, como la búsqueda persistente y lograda de un sentido, el del ser humano en el planeta, en el país, en la ciudad o en la aldea, en su casa simplemente o en la acción colectiva. Son muchas las razones que nos llevan a la lectura de Benedetti. Tal vez la principal sea ésa, precisamente: que su escritura se ha convertido en voz de su propio pueblo.»
José Saramago
«Un autor que nos habla de amor, de poder y de compromiso de la forma más directa y apasionada posible.»
World Literature Today
«Benedetti en italiano significa "benditos". Lo único que puedo decir es eso: benditos sean las mujeres y los hombres generosos y honestos, como él.»
Eduardo Galeano
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