2 de febr. 2007

La sonrisa etrusca

Portada del libro e imágen de su autorJosé Luis Sampedro
La sonrisa etrusca
Alfaguara
Barcelona, 2000 (54ª edición) - 1ª edición mayo 1.985-
347 páginas


Salvatore Roncone es un viejo campesino y pastor calabrés que va a casa de su hijo Renato en Milán para sometese a una revisión médica del cáncer que padece. A pesar de que no le gusta la ciudad ni su nuera ,Andrea, el viejo partisano descubre el amor y el cariño por su nieto Bruno (que lleva el mismo nombre que tenia él en la resistencia) y conoce también el cariño por una mujer que le conoce mejor que así mismo, Hortensia.
La sonrisa etrusca es un libro que fundamentalmente se estructura alrededor de la relación de una vida que se apaga, la del viejo Salvatore, y una vida que empieza, la de su nieto Brunetino.
El autor nos narra esta relación con hondo sentimiento, llegando en algunos momentos al enternecimiento.
" Pero Renato sabe: no es Milán, sino el niño; Brunetino transforma a su abuelo. ... La reveladora visión desgarra a Renato mientras se inclina sobre el plato y traga cucharadas para ocultar los ojos húmedos. El reprimido llanto le amenaza por dentro ¿Cómo puede tener fin la vida de robles y de águilas como su padre?. Aquel hombre fue el cielo en sus alturas: huracanado, arbitrario, implacable a veces; pero también generoso, creador, benéfico ... Se aferró a la vida con abrazo de oso; la bebió a bocanadas ... ¡ Y se apaga esa hoguera!" (página 141).
Otra dualidad importante en la novela es la dicotomía entre el saber culto o académico que representa Andrea y el saber popular de sentido común y, muchas veces, socarrón del abuelo Salvatore.
" Por eso cuando le desnudan otra vez y se ve en un gran espejo, le parece contemplar un cuerpo ajeno. Él no es ese pellejo huesudo, curtido en el velludo tórax y blancuzco en las nalgas y caderas. Resulta ofensivo que le exhíban esa estampa senil al veterano gozador, deseado y abrazado por tantas hembras. Aunque ... ¿ofensivo?. Ya, ni eso. Únicamente los humanos pueden sentirse ofendidos y en la cadena clínica, tan descuartizadora como la de un matadero, los humanos acaban convertidos en meros tejidos, vísceras, orejas, miembros. Y encima, la hipocresía: todos allí tan untuosos, tan falsamente optimistas. " (página 72)
Pero lo único que quierre saber Salvatore es cuando se va a morir, porque no le tiene miedo a la muerte y " mi muerte es mía, profesor" (página 75).
En este viaje a los recuerdos y a la memoria de su vida que le trae la relación con su nieto es donde el autor muestra sus más profundos sentimientos , deseos y pesares.
"Me traes a David, a Dunka y a los viejos pastores; ... Me empujas tú, removiendo mi corazón, y también que los años me aflojan las correas" (página 219).
En relación con esta última frase, es importante destacar la colusión de sentimientos que Salvatore siente en su interior. Siempre ha sido un hombre rudo, fuerte, a veces violento y, al final de su vida, descubre la importancia de la entrega.
"Ahora me doy cuenta de que no son los contrarios" (página 278).
"Se abrazan porque la muerte está ahí, al otro extremo del pasillo, a la vuelta de las esquinas de la vida. Se abrazan fuerte, unidos hoy por la compasión como otras noches por la carne" (página 293)
Hasta siempre, nonno.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada