Crítica de “Ébano”
en Historiae
"Ébano es una novela no de ficción histórica, pero sí que cuenta Historia con mayúsculas. Está basada en las experiencias reales vividas por el autor de la misma, Ryszard Kapuscinski, en sus múltiples viajes al continente africano durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX. A través de los 29 capítulos de los que se compone el libro Kapuscinski no busca hacer una Historia de algún país concreto o del continente africano en general durante la segunda mitad del siglo XX, sino que cuenta las experiencias vividas en los múltiples países que visitó con todas las personas que conoció. Por este motivo, cada capítulo es un microrrelato casi totalmente independiente de los demás, teniendo como única conexión el que todos se sitúan en los países africanos en vías de desarrollo y que están situados en orden cronológico, comenzando con el relato de la independencia de Ghana en 1958 y terminando con Uganda en los años 90.
La metodología que el autor sigue para todos estos capítulos es siempre la misma, consistente en explicar con un enfoque descriptivo lo que va observando y experimentando durante sus viajes: los sitios que visita y en los que vive temporalmente, la gente a la que conoce y el mundo de sus creencias, esperanzas y desilusiones, el ambiente general que se encuentra por las calles, o determinados sucesos o acontecimientos que ocurren de forma inesperada. Por estos motivos, he pensado que la mejor forma de daros a conocer esta obra maestra es presentaros brevemente estos microrrelatos.
Los tres primeros capítulos de la obra están dedicados a Ghana, el país africano pionero en los procesos de independencia de la segunda mitad del siglo XX (1957). De Ghana pasamos a Tanganica en el cuarto y séptimo capítulo, en el que Kapuscinski se centra mayormente en dos aspectos: por una parte, en el proceso de africanización del gobierno del país, presentando además las grandes diferencias que distancian a los individuos de las sociedades europeas y las africanas; por otra parte, en la descripción del panorama que se encuentra en su recorrido por Dar es Salaam, la ciudad más poblada de este país, la cual al unirse a Zanzíbar formaron el actual Estado de Tanzania en 1964, dos años después de lo que se cuenta aquí. Los capítulos 8-10, así como el 26 y 27, están dedicados a explicar detalladamente cómo fue el proceso de los Golpes de Estado que se dieron en Zanzíbar (antes independiente, ahora forma parte de Tanzania) y en Lagos (Nigeria) en 1963 y 1966, respectivamente, presentando además las particularidades de cada uno.
En los dos capítulos siguientes se habla de viajes a Mauritania, en primer lugar, y a Etiopía, en segundo lugar, siendo durante el primero cuando vuelve a estar el autor en un peligro real de muerte al quedarse sin agua en medio del desierto del Sáhara. En cambio, el segundo describe el viaje que hace el autor por este país, recorriendo algunas de sus ciudades más conocidas y pobladas, como Lalibela, Addis Abeba, Debre Sina o Dessie, destacando siempre que este contexto cronológico (mediados de los años 70) es el de mayor inestabilidad política en el mundo africano. Aquí no acaba la presencia de Etiopía en la obra, ya que el capítulo 18º y 21º también se desarrollan en este contexto espacial.
Volviendo al orden natural, el capítulo 13º constituye una excepción al resto, ya que trata monográficamente de una figura política fundamental y conocida mundialmente: Idi Amín Dada, el dictador que durante ocho años (1971-1979) instaló en Uganda una dictadura del terror basada en el apoyo del ejército y una desconfianza llevada al extremo. Y es precisamente Uganda la que protagoniza los capítulos correspondientes al 14, 15 y 17º lugar. En el primero de éstos se habla del viaje que está llevando a cabo el autor como pasajero dentro de la caravana política del presidente del país, Joveri Museveni, en 1988, mientras que los otros dos son ejemplos de lo diferente (pero no por ello inferior) que es la vida y el mundo de las mentalidades en África. El capítulo que está en medio de estos dos es el referido monográficamente a Ruanda, partiendo de la importante conferencia mundial sobre este país y hablando también de los genocidios de los años 90.
Los capítulos 19 y 20 se distancian considerablemente a nivel geográfico, ya que el primero viene a contextualizarse en Somalia y el segundo en Senegal, pero tienen en común que ambos tratan en todo o parte del mismo la enorme y vital relevancia que juega el agua en la supervivencia y desarrollo de las comunidades humanas. Aquí mismo comienza el capítulo 24, que sirve para hacer una descripción del viaje en ferrocarril que hace el autor desde Dakar (Senegal) a Bamako (Mali). Asimismo, es precisamente en esta zona geográfica en la que se inicia el 25º capítulo, donde Kapuscinski se dirige hasta Bamako para informar sobre altercados relacionado con los Tuaregs, producidos en las épocas de sequía, y hasta otras ciudades, como Tombuctú o Mopti.
En un último grupo habría que englobar los capítulos 22, 23, 28 y 29. El primero de éstos es uno de los más extensos de toda la obra, ya que explica la Historia de los continuos conflictos políticos que se dieron entre los sucesivos mandatarios de Liberia. Camerún es el país que protagoniza el capítulo siguiente, en el que se describe el largo viaje que el autor, junto al misionero Stanislaw Gurgul, emprenden por algunos de los más importantes bosques del país, y por el panorama desolador que se ve a su paso. Antes de la despedida que supone el último capítulo, en el que se habla de la importancia que tiene para muchos aspectos de la vida cotidiana algo que podría parecer aquí poco utilizable como un árbol y la sombra que da, Kapuscinski visita Eritrea y describe algunas de sus ciudades más importantes, como Asmara y Massawa, explicando las particularidades del país más joven del continente africano, como su guerra de la independencia, sus creencias religiosas, sus singularidades climáticas…
En conclusión quisiera destacar que esta obra de Ryszard Kapuscinski se encuentra actualmente en plena vigencia, y no solo por la relativamente reciente fecha de su publicación, sino porque después de éste no se ha llevado a cabo ningún tipo de obra que se le pueda comparar. Por estos motivos, creo que Kapuscinski es uno de los autores imprescindibles si queremos llevar a cabo cualquier tipo de estudio sobre la vida real (y no vista desde una perspectiva etnocéntrica) en los países que conforman el continente africano, cuna de la Humanidad en el pasado y el más pobre y subdesarrollo de los continentes en la actualidad. Asimismo, Ébano es una obra clave que nos ayuda a comprender las claves que han llevado a esta situación, entendiendo el porqué de su pobreza y su subdesarrollo más allá de la visión europeísta."
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