Las rosas de
Sarajevo tienen una forma característica: son las
huellas que dejaron en sus calles los impactos de los morteros lanzados por el
ejército serbio durante el largo asedio que sufrió la ciudad entre 1992 y 1996.
Siempre que un
mortero asesinó, la cicatriz que la granada dejó al estallar ha sido llenada
con resina roja. Estas cicatrices parecen rosas, de ahí el nombre.
No hay que
caminar mucho para encontrar una rosa de Sarajevo…., están en todas partes.
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