Zlata Filipovic, Sarajevo, 3 de desembre de 1980, és l'autora de "El diari de Zlata", un llibre que relata la seva vida durant la guerra de Bosnia (1991 a 1993). Zlata vivia en un cèntric carrer de Sarajevo, i cada dia, entre 1991 i 1993, va ser escrivint les seves vivències i sentiments en "Mimmy", el seu diari persona. El dietari és un testimoni de primera mà de l'horror que viu la ciutat i la seva gent, i, entre ells, els més joves.
“5 de abril de
1992:
Trato de
concentrarme en hacer los deberes, pero no puedo. Algo está ocurriendo en la
ciudad. Se pueden oír disparos desde las colinas. Desde Dobrinja salen columnas
de personas. Intentan parar algo, pero ni ellos saben qué. Simplemente uno
siente que algo va a suceder, algo muy malo. [...] tengo un nudo en el estómago
y ya no me puedo concentrar en mis deberes. ¡¡¡Tengo miedo de la guerra!!!
12 de abril de
1992:
La gente salía
para estar junta, nadie quiere la guerra. La gente quiere vivir y disfrutar
como antes. Es lo natural, ¿no? ¿A quién le gusta o quiere la guerra, siendo lo
peor que hay en el mundo?
20 de abril de
1992:
La guerra no
es ninguna broma. Destruye, mata, quema, separa, hace desgraciada a la gente.
Hoy han caído unas bombas terribles en Bascarsija, el antiguo centro de la
ciudad. Explosiones terribles. Bajamos al sótano, al sótano frío, oscuro y
asqueroso. Y el nuestro ni siquiera es muy seguro. Mamá, papá y yo estábamos
allí agazapados, abrazados los tres en un rincón que parecía algo más seguro.
Cuando estaba en la oscuridad y sentía el calor de los brazos de mis padres,
pensé en abandonar Sarajevo. Todos piensan en hacerlo, y yo también. No
soportaría irme sola, abandonar a papá y a mamá, a la abuela y al abuelo. Y el
irme sola con mamá no arregla las cosas. Lo mejor sería que nos fuésemos los
tres. Pero papá no puede irse. Así pues, he decidido que nos quedaremos aquí
juntos. Mañana le diré a Keka que una debe ser valiente y permanecer con
aquellos a los que quiere y que le quieren.
7 de mayo de
1992:
Querido Mimmy,
Estaba casi segura de que la guerra terminaría, pero hoy… Hoy ha caído una
bomba en el parque, delante de mi casa, el parque donde iba a jugar con mis
amigas. Hubo muchos heridos. (…) Selma ha perdido un riñón, pero no sé cómo se
encuentra porque todavía está en el hospital. Y NINA HA MUERTO. Un trozo de
metralla se le incrustó en el cerebro y murió. Era una niña tan dulce, tan
encantadora. Fuimos juntas a la guardería y jugábamos juntas en el parque. ¿Es
posible que nunca más vuelva a ver a Nina?
20 de julio de
1992:
Como me paso
todo el tiempo en casa, observo el mundo a través de la ventana. Sólo un pedazo
de mundo. Hay un montón de perros de raza vagando por las calles. Probablemente
sus dueños tuvieron que abandonarlos porque ya no les podían dar de comer. Qué
triste. Ayer vi a un cocker que cruzaba el puente, sin saber qué dirección
tomar. Estaba perdido. Quería ir hacia delante, pero luego se detenía, se daba
la vuelta y miraba hacia atrás. Seguramente buscaba a su dueño. ¿Quién sabe si
su dueño sigue vivo? Aquí incluso sufren los animales.
15 de
noviembre de 1992:
Un montón de
gente se ha marchado de Sarajevo. Todos ellos conocidos. Mamá ha dicho:
«Sarajevo se marcha». Mamá y papá conocen a muchos de los que se han ido. Hablaron
con ellos, y cuando se despidieron, todos decían: «Nos volveremos a ver algún
día, en algún lugar». Fue triste. Triste y sobrecogedor.
29 de
noviembre de 1992:
Hace frío. No
tenemos suficiente leña, así que la estamos racionando. Hay leña en el mercado,
pero, como todo lo demás, sólo puede comprarse con marcos alemanes, y eso es
muy caro. Yo no puedo evitar pensar que quizá los tilos, abedules y plátanos de
mi parque estén allí, con toda la otra leña.
6 de enero de
1993:
Está helando.
El invierno ha llegado a la ciudad. Antes el invierno me gustaba mucho, pero en
el Sarajevo de ahora es un huésped muy desagradable. Las flores se nos han
congelado. Estaban en las habitaciones sin calefacción. Ahora vivimos en la
cocina. Es la única habitación que calentamos.
26 de enero de
1993:
Me he dado
cuenta de que ya no te escribo sobre la guerra ni sobre los tiroteos. Debe de
ser porque me he acostumbrado a ello."
Zlata Filipovic
El diari de Zlata
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