8 de febr. 2015

la meva estimada Ruth


Salinger: juventud, extraño tesoro
per Mauricio Montiel Figueiras (fragments)


“Holden Caulfield es más que un personaje. Es más que la conjunción de los apellidos de dos actores, William Holden y Joan Caulfield, vistos por J. D. Salinger en la marquesina de un cine donde se exhibía un filme que muchos señalan podría ser Dear Ruth (1947), de William D. Russell. Es más que el joven con “nervios de preguerra” que debuta en “Slight rebellion off Madison”, un cuento aceptado por The New Yorker en diciembre de 1941 pero pospuesto hasta diciembre de 1946 debido al clima bélico. Es más que el rebelde con causa de dieciséis años que protagoniza El guardián entre el centeno. (…)


Holden Caulfield, hay que decirlo, es un virus altamente contagioso. Rastros de este contagio se evidencian en buena parte de los angry young men que pueblan ya medio siglo de cine y literatura estadounidenses. Allí están para demostrarlo dos ejemplos palmarios: Travis Bickle, el vengador no tan anónimo de Taxi driver (Scorsese, 1976), y Tyler Durden, el ello irrefrenable del narrador insomne e innominado de El club de la pelea, la novela de culto de Chuck Palahniuk aparecida en 1996. Allí está Green Day, la banda punk de origen californiano que en 1992 lanzó una canción llamada “Who wrote Holden Caulfield?” Pero eso no es todo: la infección también ha conquistado la vida real, donde los resultados han sido destructivos antes que creativos. Allí está para constatarlo tristemente Mark David Chapman, que la noche del 8 de diciembre de 1980 asesinó a John Lennon a la entrada del edificio Dakota en Manhattan, la zona donde Holden Caulfield efectúa su periplo desencantado de tres días. Chapman se hallaba no solo infectado sino poseído por Caulfield: la mañana del asesinato compró en una librería neoyorquina un ejemplar de El guardián entre el centeno, donde escribió “Esta es mi declaración” para luego firmar con el nombre del personaje.(…)

El protagonista de una sola novela logra cobijar a una estirpe entera cuya odisea abarca varios años y diversos textos. Así que Holden Caulfield es el bosque que contiene a la familia Glass, ese árbol de ramificaciones múltiples que echa raíces en toda la obra de nuestro autor.  El crecimiento de este árbol, que Salinger cultivó con ahínco a través del tiempo,  responde a una cronología: en tres de los Nueve cuentos (1953), “Un día perfecto para el pez plátano”, “El tío Wiggily en Connecticut” y “En el bote”. Luego vienen los relatos que integran el díptico Franny y Zooey: ambos se ubican en noviembre de 1955.  Después están “Levantad, carpinteros, la viga del tejado” y “Seymour: una introducción”, de 1963. (…) “



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